Leyenda
y realidad se mezclan en la vida de este romano, Gneo Marcio Coriolano (también
llamado Gaio/Gaius/Cayo o Quinto Marcio Coriolano), proveniente de una familia
aristocrática (siglo V a. C.). Destacó en las guerras que mantuvo Roma contra
los volscos y los equos. Al conquistar la ciudad de Corioli, su comportamiento
heroico le valió el sobrenombre de Coriolano. Más tarde en el Senado se
enfrenta a los Tribunos de la Plebe y discute agriamente con ellos la
distribución del trigo entre los ciudadanos romanos; hay disturbios que
paralizan momentáneamente la agricultura y se debe comprar el grano en otros
lugares y a mayor precio lo cual provoca la total oposición de Coriolano,
volviéndose impopular y objeto de un proceso contra él por parte de los
tribunos. Disgustado, nuestro hombre se pasa a los volscos derrotando a sus
compatriotas en varias batallas y acercándose a las puertas de Roma. Su madre,
Veturia, y su esposa, Volumnia, con sus dos hijos pequeños le suplican y Coriolano
repliega sus tropas y se retira. Roma se ha salvado. Tiempo después, los
volscos y demás tribus de Roma serán sojuzgadas completamente por Roma. Tito
Livio deja abierto el relato de lo que pasa después, Plutarco en su biografía
difiere poco de Livio, llama Virgilia en lugar de Volumnia a su esposa y nos
dice que después de reconciliarse con el pueblo romano y los volscos es
asesinado por lacayos de sus contrarios en el Senado (según Plutarco en su
programa de “Vidas Paralelas”, Coriolano será el equivalente de
Alcíbiades), mientras la tercera fuente sobre nuestro personaje, Dionisio de
Halicarnaso, nos dice que fue lapidado. En el “Bruto”, de Cicerón,
Coriolano se dirige voluntariamente a la muerte para evitar destruir Roma,
comparándole con Temístocles. Valerio Máximo critica la actitud de la plebe con
el personaje y ensalza al héroe cuando cede ante las súplicas de los familiares.
También son interesantes los pensamientos de Menecio Agripa, quien reflexiona
sobre los disturbios que a nada bueno pueden conducir. En la Edad Media es destacable
la adaptación de “Gesta Romanorum” (cerca del año 1300) donde
Coriolano anula el acto de su venganza contra Roma no por ruegos y súplicas de
sus más cercanos familiares sino de un emperador injustamente tratado, sacando
Nicolás Maquiavelo una conclusión política sobre la República de Florencia.
Siguiendo
a Plutarco y a Tito Livio aparece un drama en latín de Thomas Kirchner (1608) y
una tragedia de Alexander Hardy (1607) donde, en ambas, Coriolano es víctima de
un complot. William Shakespeare, basándose también en Plutarco y en el “The
Palace of Pleasure” (1566), de William Painters, explica la historia
entera con la totalidad de elementos y causas en su “Coriolanus”.
Por el contrario, los dramaturgos clasicistas franceses se deciden por un
episodio y escogen, generalmente las súplicas de los familiares: p. e. Grégoire
Chapoton (1638) y Urbain Chevreau (1638), mientras Jean- François La Harpe
desarrolla la historia completa (1784). El dramaturgo neoclásico austriaco Heinrich
Joseph von Collin hace titubear a Coriolano a punto de iniciar el ataque contra
Roma ante las súplicas de la madre y de la esposa (1802). Precisamente es de
esta obra, y no la del gran Shakespeare como dicen muchos, donde se basará el
magno Ludwig van Beethoven para crear en 1807 la obertura “Coriolano”:
el enfado de Coriolano y su idea de invadir Roma está en Do menor y la
delicadeza del tema en Mi bemol mayor equivale a las súplicas de su madre.
Coriolano accede a los ruegos de no atacar Roma pero no puede volverse atrás y
se suicida. Igual en pensamiento y espíritu un poema de August von Platen
(1816).
Para
Bertold Brecht el tema de “Coriolano” representa la lucha de
clases (1952) y Günter Grass satirizó este planteamiento de Brech en “Die
Plebejer Proben den Aufstand” (1966) a causa de un levantamiento
popular en la que fuera la República Democrática Alemana (1953) reprimido
violentamente por las autoridades soviéticas. Se presentan los amotinados en la
obra “Coriolano”, de Brecht y piden ayuda sin conseguirla.
Brecht, aparte de simpatizar con los represores aprobó y bendijo siempre las
purgas de Stalin y su terrible dictadura. Pero para algunos, sean intelectuales
o analfabetos (como determinados políticos y ex políticos de por aquí), la represión siempre viene de un
mismo lado.
Narcís Ribot
i Trafí
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