miércoles, 24 de octubre de 2012

CORIOLANO EN LAS LETRAS



Leyenda y realidad se mezclan en la vida de este romano, Gneo Marcio Coriolano (también llamado Gaio/Gaius/Cayo o Quinto Marcio Coriolano), proveniente de una familia aristocrática (siglo V a. C.). Destacó en las guerras que mantuvo Roma contra los volscos y los equos. Al conquistar la ciudad de Corioli, su comportamiento heroico le valió el sobrenombre de Coriolano. Más tarde en el Senado se enfrenta a los Tribunos de la Plebe y discute agriamente con ellos la distribución del trigo entre los ciudadanos romanos; hay disturbios que paralizan momentáneamente la agricultura y se debe comprar el grano en otros lugares y a mayor precio lo cual provoca la total oposición de Coriolano, volviéndose impopular y objeto de un proceso contra él por parte de los tribunos. Disgustado, nuestro hombre se pasa a los volscos derrotando a sus compatriotas en varias batallas y acercándose a las puertas de Roma. Su madre, Veturia, y su esposa, Volumnia, con sus dos hijos pequeños le suplican y Coriolano repliega sus tropas y se retira. Roma se ha salvado. Tiempo después, los volscos y demás tribus de Roma serán sojuzgadas completamente por Roma. Tito Livio deja abierto el relato de lo que pasa después, Plutarco en su biografía difiere poco de Livio, llama Virgilia en lugar de Volumnia a su esposa y nos dice que después de reconciliarse con el pueblo romano y los volscos es asesinado por lacayos de sus contrarios en el Senado (según Plutarco en su programa de “Vidas Paralelas”, Coriolano será el equivalente de Alcíbiades), mientras la tercera fuente sobre nuestro personaje, Dionisio de Halicarnaso, nos dice que fue lapidado. En el “Bruto”, de Cicerón, Coriolano se dirige voluntariamente a la muerte para evitar destruir Roma, comparándole con Temístocles. Valerio Máximo critica la actitud de la plebe con el personaje y ensalza al héroe cuando cede ante las súplicas de los familiares. También son interesantes los pensamientos de Menecio Agripa, quien reflexiona sobre los disturbios que a nada bueno pueden conducir. En la Edad Media es destacable la adaptación de “Gesta Romanorum” (cerca del año 1300) donde Coriolano anula el acto de su venganza contra Roma no por ruegos y súplicas de sus más cercanos familiares sino de un emperador injustamente tratado, sacando Nicolás Maquiavelo una conclusión política sobre la República de Florencia.
Siguiendo a Plutarco y a Tito Livio aparece un drama en latín de Thomas Kirchner (1608) y una tragedia de Alexander Hardy (1607) donde, en ambas, Coriolano es víctima de un complot. William Shakespeare, basándose también en Plutarco y en el “The Palace of Pleasure” (1566), de William Painters, explica la historia entera con la totalidad de elementos y causas en su “Coriolanus”. Por el contrario, los dramaturgos clasicistas franceses se deciden por un episodio y escogen, generalmente las súplicas de los familiares: p. e. Grégoire Chapoton (1638) y Urbain Chevreau (1638), mientras Jean- François La Harpe desarrolla la historia completa (1784). El dramaturgo neoclásico austriaco Heinrich Joseph von Collin hace titubear a Coriolano a punto de iniciar el ataque contra Roma ante las súplicas de la madre y de la esposa (1802). Precisamente es de esta obra, y no la del gran Shakespeare como dicen muchos, donde se basará el magno Ludwig van Beethoven para crear en 1807 la obertura “Coriolano”: el enfado de Coriolano y su idea de invadir Roma está en Do menor y la delicadeza del tema en Mi bemol mayor equivale a las súplicas de su madre. Coriolano accede a los ruegos de no atacar Roma pero no puede volverse atrás y se suicida. Igual en pensamiento y espíritu un poema de August von Platen (1816).
Para Bertold Brecht el tema de “Coriolano” representa la lucha de clases (1952) y Günter Grass satirizó este planteamiento de Brech en “Die Plebejer Proben den Aufstand” (1966) a causa de un levantamiento popular en la que fuera la República Democrática Alemana (1953) reprimido violentamente por las autoridades soviéticas. Se presentan los amotinados en la obra “Coriolano”, de Brecht y piden ayuda sin conseguirla. Brecht, aparte de simpatizar con los represores aprobó y bendijo siempre las purgas de Stalin y su terrible dictadura. Pero para algunos, sean intelectuales o analfabetos (como determinados políticos y ex políticos  de por aquí), la represión siempre viene de un mismo lado.
                                                                                     Narcís Ribot i Trafí






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