martes, 23 de septiembre de 2014

LEMÂITRE Y EL HUEVO CÓSMICO O EL ÁTOMO PRIMITIVO O EL “BIG-BANG”


          El  llamado “Big- Bang” es hoy en día la teoría más aceptada de cómo nació el Universo. Pero ni esta hipótesis ni cualquier otra es la causa primera de la existencia de todo. Los creyentes pensamos que es designio de Dios, para los no creyentes es un cúmulo de infinitas casualidades que luego formarían unas leyes físicas  para su indispensable ordenación/funcionamiento para más tarde ponerse en marcha el proceso de la evolución (que está) dentro de la naturaleza y aparecer la vida en la Tierra. El creyente, si es cristiano, tiene la Revelación aparte de la razón . La Biblia nos explica con lenguaje popular y con mentalidad semítica (en ocasiones inspirada en fragmentos de otras culturas) como Dios creó el mundo. Nunca ha de cogerse la narración en forma literal, en este caso del libro del Génesis. Con la voluntad de creación hay bastante. La Sagrada Escritura nos presenta a Dios como un alfarero (oficio característico del pueblo judío) --- en caso que la Revelación hubiera fermentado en la Grecia Clásica nos lo hubieran mostrado como un escultor --- trabajando el barro para dar forma al hombre además de los otros seres de la Creación. La cosmogonía bíblica es única comparada con otras culturas donde aparecen dioses ordenando la materia preexistente. La Biblia --- no es un tratado de ciencia ni de cosmología --- contiene la revelación divina, solo la vestidura literaria guarda relación con la cultura ambiental; Dios es único y actúa creando y después ordenando la materia de la cual es totalmente independiente. “…Esto es básico y de fe, la ciencia nunca puede contradecirlo, la ciencia nos puede decir como era el Cosmos después de salir de la nada por voluntad de Dios, o al menos puede esbozar una aproximación” (1) ...
Actualmente el llamado “Big- Bang” o “La Gran Explosión”, anteriormente denominado “El átomo primitivo” o “El huevo cósmico” es de dominio casi público: tanto en los libros divulgativos como en los especializados se cita ya como el inicio científico del Universo y se enseña en las escuelas. Pero el que menos gente sabe es que el iniciador de esta teoría fue el sacerdote y físico belga Georges- Edouard Lemâitre (1894- 1966). Su teoría resumida es la siguiente: las galaxias se separan y todo el Universo está en expansión, volviendo hacia atrás en el tiempo llegaríamos al instante inicial en donde toda la materia estaría junta y formaría un conglomerado en un gigantesco átomo de muchos años luz de tamaño el cual contenía toda la materia. Una superexplosión posterior expandió los fragmentos que son las galaxias que ahora vemos. Los trozos que tomaron mayor velocidad son los actualmente más alejados.
A partir de 1925 Lemâitre fue un nada convencional profesor de la Universidad de Lovaina, desde joven descubrió su doble vocación de sacerdote y científico aunque su padre quería para él la carrera de ingeniería que empezó pero dejó por la física y por el estallido de la I Guerra Mundial. El 22-9-1923 fue ordenado sacerdote y dos trabajos suyos le hicieron famoso: 1) “El Universo en su conjunto” y 2) “La expansión del Universo y su origen a partir del átomo primitivo”, este último publicado en 1927, aún sin tener un gran impacto en un principio…
Fue a hablar del tema personalmente con Albert Einstein pero no le hizo caso. Vino a decirle: “Joven, sus ideas son interesantes pero su física es abominable…” Tampoco tuvo suerte con otros científicos pero la fama de Lemâitre se consolidó en 1932 después de realizar diversas conferencias. Más tarde Einstein le pidió disculpas y manifestó estar de acuerdo en mucho con la hipótesis de “La Gran Explosión”. Se hicieron buenos amigos. Lemâitre sabía bien que su logro en absoluto no se oponía a lo revelado por la Biblia. El primer capítulo del Génesis es de un género literario especial el cual nos narra en imágenes sencillamente entendedoras que Dios lo ha creado todo y el hombre es la cúspide de la Creación mientras que el resto de la naturaleza es obra de Dios aunque no sean acciones seguidas cronológicamente. En resumen, el “como” se realiza la obra divina no pertenece al contenido de nuestra fe  “… Eso corresponde a la ciencia. Bienvenido, pues, todo lo que nos pueda decir” (2).
Lemâitre no dio nunca el nombre de “Big- Bang” a su teoría sino de “Huevo Cósmico”, primero y de “Átomo Primitivo”, después. En realidad el término “Big- Bang” se debe a un opositor de la teoría: el astrónomo británico Fred Hoyle (1915- 2002) quien, despectivamente y en plan de burla, hizo una paronomasia con el conocido reloj del Parlamento de Londres, el Big Ben” (3) pero fue aceptado al momento  por el científico George Gamow (1904- 1968), seguidor de la teoría, el cual la pulió, la completó, la retocó y la difundió para toda la comunidad científica.
Lemâitre nunca utilizó la ciencia en beneficio de la religión. Estaba convencido que son dos caminos diferentes y complementarios a la vez y convergentes en la realidad. En una entrevista al New York Times (4) manifestó: “Yo me intereso por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Creo que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir a ambos. Nada en mi vida profesional, ni lo que he encontrado en la ciencia y en la religión me han intuido nunca a cambiar de opinión”.
Más adelante los problemas científicos generados por cualquier teoría fueron desapareciendo en el caso del “Big- Bang”. Lemâitre aún tuvo la satisfacción de conocer datos confirmativos hechos posteriormente que avalaban el gran avance de su teoría.
                                                                                                                              Narcís Ribot i Trafí
1)- “Origen y estructura de l’Univers”- Mn. Francesc Nicolau Nicolau i Pous (Ed. Claret, Barcelona 1985).
2)- “Església i ciència al llarg de la història”- Mn. Francesc Nicolau i Pous (Ed. Claret, Barcelona, 2002).
3)- Fred Hoyle, junto con Bondi y Gold, era partidario de la teoría cosmológica de “La creación Continua” o “Estado estacionario” (“Steady State”), según la cual el Universo nunca fue creado por ser un espacio abierto y siendo siempre el mismo. Finalmente se dio cuenta que su tesis era insostenible y rectificó años después: “El Universo inteligente” (Londres, 1983 en su edición original), diciendo que habían existido innumerables “Big- Bang”. Además abandonó su ateismo inicial y habló de una inteligencia superior actuante como demiurgo (imagen del pensamiento griego); aunque no fuera cristiano manifestó admirar la persona y la obra de Jesucristo.

4)- “Ciencia y fe: el origen del Universo”, “Georges Lemâitre, el padre del Big- Bang”. Mariano Artigas (artículo publicado en Arceprensa, 1995).