jueves, 17 de enero de 2013

DOMICIANO FLAVIO EN LAS ARTES



El emperador Nerón se vio obligado al suicidio en el año 68, dejando las cuentas del Imperio Romano prácticamente arruinadas. El año de los “cuatro emperadores”, (69) estuvo marcado por las guerras civiles lo cual acabó de hundir el tesoro público (Galba, Otón, Vitelio), por fin el 4º fue honrado y logró nivelar el balance y devolver la grandeza a Roma: el general Vespasiano, el cual gobernó durante 10 años (69- 79) y sucedido por su hijo primogénito Tito, quien en su breve reinado (79- 81) fue amado y en su muerte llorado por todo el pueblo. El mismo año, 81, su hermano menor Domiciano (Tito Flavio Domiciano), apoyado por los pretorianos, fue nombrado emperador. Era doce años menor que su hermano Tito y de carácter totalmente opuesto: ambicioso desde su juventud con resentimiento hacia su padre por no concederle los honores que él creía debía poseer y con envidia hacia su hermano (Tito le ofreció compartir el gobierno del Imperio pero Domiciano lo rechazó). Empezó bien y acabó muy mal. Siguiendo al historiador Joachim Fernau podríamos repetir que “No era un estúpido, ninguno de los Flavios lo fue”. Su política, tanto interior como exterior fue muy buena al principio: promulgó una ley que defendía a todos los ciudadanos honrados de la difamación y ordenó el procesamiento de funcionarios corruptos. Sus actuaciones militares (en muchas ocasiones iba delante del ejército) fueron altamente beneficiosas para Roma: victorias en Britania, Germania, Dacia (actual Hungría) combinadas con acciones pacifistas. Pero en el año 89 se rebeló el ejército del Rin (por considerar la “paz ignominiosa” con los dacios) con dos legiones y aliados germánicos al mando de Lucio Antonio Saturnino quien fue vencido y muerto. A partir de ahora Domiciano se vuelve malpensado y cruel, asumiendo un gobierno donde predominan la delación, las represiones y el terror. Se hace llamar “Deus et Dominus” (=Dios y Señor), persiguiendo cristianos y judíos por no reconocerle como tal. Enemistado con los senadores finalmente habrá un complot donde su propia esposa Domicia Longina abrirá la puerta a los conjurados quienes apuñalarán al emperador. Era el 18 de septiembre del 96 y con él acababa la dinastía Flavia.
La mayor parte de los escritores le fueron claramente hostiles: Tácito, Suetonio, Plinio el Joven… Exageraron su crueldad y vileza comparándole con Calígula y Nerón y más cuando lo confrontaron con los “Cinco buenos emperadores” que vinieron a continuación: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío Y Marco- Aurelio. La historiografía moderna le reconoce como un absolutista despiadado pero buen gobernante en un principio. Su figura se asemeja en muchos puntos al emperador Tiberio. El historiador Tácito escribió durante la dinastía Flavia pero parte de su obra se ha perdido, Décimo Junio Juvenal dispara sátiras contra Domiciano y su reinado como injusto, violento y corrupto, Estacio redactó cuatro poemas de la vida del emperador y Marco Valerio Marcial citó en sus obras y epigramas a Domiciano, mientras Cayo Suetonio (escribió su obra en tiempos de Adriano) en su conocida “Vida de los doce césares” reconoce la parte positiva en su inicio y carga las tintas negativas en su terrible parte final.
Poca cosa hay en PINTURA, “El triunfo de Tito” (1885), de Lawrence Alma- Tadema, óleo sobre lienzo, donde vemos a Vespasiano emperador seguido de Domiciano y su esposa (fueron felices durante algún tiempo) y Tito detrás de ellos, quien cruza la mirada con su cuñada abriendo suspicacias en los historiadores.
En LITERATURA tenemos una obra de teatro escrita por Philip Massinger (1626) donde Domiciano es el protagonista, “The Roman Actor”. Aparte predominan novelas históricas como “Domitia and Domitian”, de David Corson (2000), sobre el matrimonio imperial; las novelas histórico- policiacas de Lindsay Davies sobre Marco Didio Falco (1989-…) durante el gobierno de Vespasiano (Domiciano aparece como personaje secundario); “The Light Bearer”, de Donna Gillespie (1994); la extensa “Los asesinos del emperador”, donde se nos cuenta el lamentable capítulo final del gobierno y persona de Domiciano hasta el tiempo de Trajano, escrita por Santiago Posteguillo (2011); “Misterios romanos” (2002-2008), otra colección de obras escritas por Caroline Lawrence sobre hechos reales y “Roma después del incendio” (1999) del erudito Allan Massie, prácticamente historia novelada desde Nerón a Domiciano.
En el CINE conocemos “La Rivolta dei Pretoriani” (1964), Alfonso  Brescia, un péplum  sin tener nada a ver con la historia (Pierro Lulli era el emperador); “Dacii” (1967), film rumano sobre las guerras dacias de Sergiu Nicolaescu donde Györg Kovács era Domiciano; el telefilm británico, “Age of Treason”, de Kevin Connor (1993), basado en las novelas de M. Didio Falco y “San Giovanni” – L’Apocalipsse” (2002), telefilm de Raffael Mertes, donde Bruce Payne es el emperador y Richard Harris encarna a san Juan Evangelista, en único apóstol que no murió en la tortura y tuvo larga vida (se centra en la persecución contra los cristianos).
                                                                    Narcís Ribot i Trafí