jueves, 28 de noviembre de 2019

20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO” (RICHARD FLEISCHER, 1954)


“Las novelas de Verne son inigualables. Las leí de adulto y me emocionaron. Es un maestro portentoso en el arte de tejer historias que fascinan y apasionan al lector”. (León Tolstoi)
“ ...Por eso, a la pregunta planteada hace seis mil años por el Eclesiastés, ¿Quien ha podido sondear  jamás las profundidades del abismo?, hay dos hombres y solo dos en el mundo, que ahora tienen el privilegio de responder: el capitán Nemo y yo”.  (Palabras del profesor Pierre Aronnax que cierran la novela “20.000 leguas de viaje submarino” de Julio Verne)
I)- EL SUBMARINO
En el ambiente de la época y en la mente de muchos estaba la imagen de la navegación submarina mediante un navío sumergible. Julio Verne (1828- 1905) recogió la idea, como en otras ocasiones,  y escribió una excelente novela sobre el tema en 1867: “Vingt Mille Lieus sous les Mers” (“Veinte mil leguas de viaje submarino”). La “anticipación”, la originalidad en Verne consiste en un submarino, el “Nautilus”, tan misterioso (aparece de improviso en los mares lo cual hace pensar en un gigantesco cetáceo no identificado que ataca y hunde buques) como rápido, cómodo y seguro, además, y muy importante, se propulsa por una energía desconocida (¿atómica, eléctrica?), hallazgo del capitán Nemo el cual además es el diseñador/creador del singular navío. El genio de un entusiasmado e inspiradoVerne dio como fruto a una de sus mejores y más leídas obras. Tan popular que el primer submarino de energía nuclear del mundo construído por Estados Unidos en 1954 se le bautizó como “Nautilus” en homenaje al gran escritor francés. Un año después --- con 97, 5 m. de largo, 7, 5 m. de calado, pintado de blanco y con el número de casco SSN-571 --- fue botado y en 1957 consigue hacer bajo el mar 60.000 millas marinas, una distancia igual a las 20.000 leguas de la novela (equivalente a unos 111.100 km.). Fue el primer submarino en llegar al Polo Norte (el “Nautilus de la novela llega al Polo Sur)  y en 1980 se retiró de la navegación funcionando como museo flotante en Groton (Connecticut). Antes de Verne recordemos que se hablaba de un artefacto sumergible ideado por el genio renacentista Leonardo da Vinci aunque él mismo destruyó los planos, en 1620 el científico holandés Cornelius J. Drebbel inventó un navío de madera recubierto de cuero provisto de remos con el cual transportó a 12 remeros y varios pasajeros en diversos viajes bajo el río Támesis (se le suministraba oxígeno desde la superficie durante la inmersión) y el siguiente paso es un submarino militar (en forma de huevo y con solo una persona) a cargo del ingeniero estadounidense David Bushell en 1770: se le bautizó como “La Tortuga” la cual se desplazaba gracias a dos enormes mecanismos semejantes a tornillos movidos manualmente (entraba agua en un tanque de lastre para sumergirse y al ser expulsada por una bomba manual subía a la superficie mientras unos lastres de plomo mantenían al navío en posición vertical; se realizaron ensayos en 1775). Robert Fulton, inventor del barco a vapor, construyó un sumergible de 6, 5 m (1796-1800) al que llamó “Nautilus” (fue ofrecido a Napoleón pero lo rechazó) y sirvió de título e inspiración a Julio Verne para su novela. La nave era de forma parecida a los submarinos actuales con las novedades de timones horizontales y verticales además de aire comprimido como oxígeno para la inmersión. Durante la guerra de la independencia de Estados Unidos y, más adelante, la guerra de Secesión americana se usaron esporádicamente varios sumergibles. Ya antes, a partir de la segunda mitad del siglo XIX se hicieron numerosos ensayos para perfeccionar la navegación bajo el agua: aquí es cuando surgen los españoles Isaac Peral (motor eléctrico nutrido por unos acumuladores ideados por él mismo) dado a conocer en 1885 y, anteriormente, Narcís Monturiol inventó un sistema de propulsión a vapor en su segundo submarino, el “Ictíneo”. Entre ellos dos se encuentra otro español, frecuentemente olvidado: Cosme García Sáez el cual llegó a construir dos submarinos, el primero era un cilindro de metal con varios depósitos adosados (entrada- salida del agua como lastre para bajar -subir a la superficie) y el segundo --- avance en la mejora técnica --- podía alojar a dos personas, patentado en París como el “Garcibuzo” en 1860, mismo año de la primera prueba en el puerto de Alicante y (pilotado por el inventor y su hijo) permaneciendo 45 minutos sumergido. Al negarsele la subvención y desentenderse el gobierno de Isabel II del hallazgo, el descubridor quedó sumido en la pobreza. El caso de Cosme García Sáez y el hecho de que Peral y Monturiol obtuvieron bastante rechazo (y hostilidades en alguna ocasión) a causa de sus descubrimentos renueva la leyenda negra de continua batalla entre la España oficial (ista) --- mande quien mande --- y los inventores obligados, en numerosas ocasiones, a emigrar al extranjero y después lamentarlo aquí...
II)- LA NOVELA
Al escribir “20.000 leguas de viaje submarino” Verne señala un invento ya totalmente consolidado y movido por una energía, gracias al genio del capitán Nemo, la cual se descubrirá en un futuro. También es original la misteriosa tripulación del Nautilus procedente de todos los paises, quienes no contestan a las preguntas del profesor Aronax al subir al submarino (guardan silencio) a pesar de dirigirse a ellos en francés y en inglés --- la aparición de Nemo dará la respuesta a los tres naúfragos y al lector --- puesto que hablan entre ellos un idioma desconocido (años antes de la creación real del esperanto y del volapuk) además del papel jugado por la electricidad presente en el navío --- antes que Zénobe Gramme descubriera la dinamo --- y la cantidad de palancas en la sala de mandos preconizantes del submarino real en un futuro.
En plena gestación de la obra (comenzada en 1867, publicada en 1870) apareció en el periódico “Petit Journal” a finales de 1867 una novela por entregas, “Viaje bajo las olas” del Dr. Rengade, utilizando el pseudónimo de Aristide Roger, la cual era un claro plagio de la obra de Verne (en este momento era ya un escritor con bastante o mucha reputación), quien llegó a protestar publicamente al director del periódico en una carta. A pesar de todo “Viaje bajo las olas” conoció varias reediciones. Aquí el sabio capitán se llamaba Trinitus en lugar de Nemo y el submarino maravilloso era el “Relámpago” en vez del “Nautilus” pero diez años después la fama de Nemo/Nautilus hundió totalmente al Trinitus/Relámpago. La historia del original “Quijote” de Miguel de Cervantes y el “Quijote” de Alonso Fernández de Avellaneda (probablemente un pseudónimo) se repitió.
Mientras escribía Verne cambió varias veces el título: “Viaje bajo las aguas”, “Viaje bajo los océanos”, “25.000 leguas bajo los mares” y, finalmente, “20.000 leguas de viaje submarino”. La idea original del autor era que el capitán Nemo (“Nemo” en latín = “Nadie”, respuesta de Ulises/Odiseo al cíclope Polifemo en “La Odisea” de Homero) fuera un patriota polaco con su pais terriblemnte reprimido por el zar ruso Alejandro II pero el editor de Verne, Pierre- Jules Hetzel, le recordó las buenas relaciones de la Rusia zarista con el gobierno de Napoleón III y le hizo cambiar. En “20.000 leguas de viaje submarino” solo sabemos de él como un hombre amargado que perdió a sus seres queridos (esposa, hijos) y su venganza no es solo contra la nación responsable (intuimos que es Inglaterra) sino contra toda la humanidad. Será en su próxima novela, “L’ile mysterieuse” (“La isla misteriosa”, publicada en 1874) cuando Verne nos revele la identidad de Nemo: en realidad un príncipe hindú llamado Dakkar.
La historia comienza en 1866: se habla de un monstruo marino provisto de un espolón que hunde barcos (más bien de guerra) o los avería seriamente (preferentemente de carga o pasajeros). Una fragata americana es elegida para acabar con esta especie de narval. Un choque tremendo con el presunto animal hace caer al agua al profesor francés Pierre Aronax (es el narrador en primera persona), especializado en Historia Natural, su criado Conseil (Consejo) y el arponero canadiense Ned Land los cuales descubren que el supuesto cetáceo es una nave sumergible, conociendo, más tarde, al capitán Nemo quien les concede un refugio a bordo pero no les deja ir puesto que él y su obra han de permanecer en secreto. Nemo ha roto prácticamente con tierra firme: todo alimento lo extrae del mar, incluso sus cigarros puros son elaborados con algas marinas. El Nautilus navegará primero por aguas del Pacífico (pesca submarina en los bosques sumergido de la isla de Crespo), después el estrecho de Torres (Nueva Guinea- Australia), entran en el Índico (contemplan la pesca de perlas en Ceilán), la costa arábiga, túnel subterráneo bajo el canal de Suez, costas de Grecia, en dos días cruzan el Mediterráneo y penetran en el Atlántico, llegan a la bahía de Vigo y después rumbo al Sur, ven los restos de la mítica Atlántida, el continente perdido que unía África con América para llegar a los mares antárticos, luchas con los hielos y rumbo al Norte hasta llegar a las costas de Noruega y colocar Nemo (¿intencionadamente?) su navío en el gigantesco remolino del Maelstrom (1). Solo sobrevirán Aronax, Conseil y Ned Land gracias a haber escapado en canoa un tiempo antes y en un efecto extraño rebotar como una peonza ...
III)- LA PELÍCULA
La Walt Disney Productions presentó en 1954 “Twenty Thousand Leagues Under the Sea” (“20.000 leguas de viaje submarino”), dirigida por Richard Fleisher e interpretada por James Mason (capitán Nemo), Paul Lukas (profesor Aronax), Kirk Douglas (Ned Land) y Peter Lorre (“Consejo”). La elección no pudo ser mejor. En verdad el cuarteto interpretativo principal brilla a gran altura especialmente James Mason el cual asimismo encarnó al profesor Lidenbrock en la también verniana “Viaje al centro de la Tierra” (Henry Levin, 1959), o sea en las dos mejores transcripciones del escritor a la pantalla. La dirección fue encomendada al hasta entonces no muy conocido RICHARD FLEISCHER (1916- 2006) --- hijo de Max Fleischer, realizador de animación y creador de las series de Betty Boop y Popeye --- quien había empezado en la serie B especialmente en films de cine negro (2) y con “20.000 leguas...” se encontrará con un presupuesto más holgado y también con “la película de su vida”. Con la esperanza de detenernos con él en otra ocasión recordemos varios films suyos memorables: “Viaje alucinante” (un submarino reducido al tamaño de una bacteria circulando por un cuerpo humano para intentar curarle una herida de bala; una gran obra de Ciencia- Ficción), “Hasta que el destino nos alcance”, “El estrangulador de Boston”, “Los vikingos”, “El estrangulador de Rillington Place”, “Duelo en el barro”, “Tora!, Tora!, Tora!”, “El extravagante Dr. Dolitte”, “Barrabás”, “Conan el destructor”, “Red Sonja”, etc. Siendo un “todo terreno”, la elección de los planos, la buena combinación de la interpretación y la técnica y la suerte de sus éxitos en taquilla  + crítica de varias cintas suyas dan al hábil Richard O. Fleischer (como firmaba sus obras al inicio de su carrera y durante algunos años) el título indiscutible de gran realizador con un legado de films muy interesantes y casi siempre atractivos. Aquí contó con un excelente elenco de actores, de un magnífico equipo técnico y se rodó en Cinemascope lo cual ofreció al espectador una serie de secuencias submarinas desbordantes y espectaculares con escenas rodadas al estilo documental incidiendo en la vena didáctica propuesta en las páginas de Verne. Posee una vitalidad visual y narrativa (en el subyugante Technicolor de la época). La película es narrada con voz en off también por el profesor Aronax en los lugares donde nos es situada la historia. Prácticamente todo el film brilla a gran altura: el Nautilus diseñado por Harper Goff para la película (un auténtico hallazgo) mientras que el interior estaba diseñado al estilo de un hogar pequeño burgués victoriano y las estancias en donde predominaba lo metálico y en los pasillos eran de estilo modernista antes de que apareciera este movimiento artístico (año 1866 en el cual transcurre la historia) pero entrañablemente adecuado, la nítida fotografía de Franz Planer, la preciosa dirección artística de John Meehan y Emile Kuri quienes recibieron un Oscar (1954) así como otro por los mejores efectos especiales para la Walt Disney Studios y una candidatura al Oscar para Elmo Williams como el mejor montaje. La música, bastante acertada, era de Paul J.Smith y el guión de Earl Fenton difería en algunos puntos y situaciones con la novela pero era fiel absolutamente a ella en el espíritu verniano. Todo la técnica junto con la interpretación perfectamente conjuntadas por Fleischer.
Antes de este clásico podríamos decir que la historia vio luz en el incipiente cine con “20.000 Leagues Under the Sea”, de Wallace McCucheon (1905), cinta totalmente perdida y dos años después con “20.000 Lieus Sous les Mers” (Francia, 1907), del gran Georges Méliès que nada tenía a ver con la historia de Verne, solo una fantasía onírica de un pescador en sueños. Stuar Paton adaptaba libremente la historia para la compañía Universal (1915), mismo título que el film extravíado de 1905, con Allen Holubar como capitán Nemo, y otras libres adptaciones del personaje de Nemo en “La ciudad de oro del capitán Nemo”, excelentemente dirigida por James Hill (1969) y “Viaje a la Atlántida del capitán Nemo” (1977), de Alex March (1977), bastante irregular (buenas escenas y otras mediocres) además de las transcripciones de “La isla misteriosa” en donde aparece también el personaje de Nemo. Hay otra versión (para la TV de Estados Unidos) de “20.000 leguas ...”, de Roy Hardy (1997) protagonizada por Michael Caine. Vi algunas escenas en un pase televisivo que no están mal pero son incomparables con el film de Fleischer.
El vocacional profesor Aronax queda atraído por la ciencia del capitá Nemo, se harán amigos a pesar que en ocasiones estén en desacuerdo; Ned Land es bastante inculto, mujeriego y borracho, en cierto sentido la antítesis de Nemo a quien hará perder la paciencia en más de una ocasión aunque en otra le salvará la vida jugándose la suya (el ataque del calamar gigante) mientras el criado “Consejo” es siempre fiel al profesor Aronax aunque finalmente haga causa común con Ned Land porqué cree que su amo, apasionado por la ciencia de su anfitrión, ha perdido la personalidad y se ha convertido en otro Nemo. Veamos algunas diferencias novela/guión:
--- En el film no aparece el capítulo en donde el “Nautilus” pasa apuros al ser atrapado bajo los hielos del Polo Sur ---
--- Tampoco está el del ataque del submarino a los cachalotes con el espolón para salvar a un rebaño de ballenas ---
--- La foca “Esmeralda” a bordo del submarino no existe en la novela, es invento del guionista. Hará muy buenas migas con Ned Land y se salvará con los tres hombres cuando Nemo decida “suicidarse” con toda su tripulación ---
--- En el libro Nemo acerca su nave al remolino gigante llamado Maelstrom. En la película el Nautilus desaparece después de una explosión provocada por Nemo en su propia base (la isla Vulcania) al ser descubierto por sus enemigos ---
--- Solamente aparece un calamar gigante en el film, varios en el libro. Probablemente un Arxiteuthis dux (especie más identificable de este cefalópodo gigante) o un Mesonychoteutis hamiltoni (conocido como “calamar colosal” para diferenciarlo del Architeuthis) los cuales pueden llegar a medir de 10 a 17 m. y muchos científicos creen que algún ejemplar de “calamar colosal” puede alcanzar los 30 m. ---
Hay algún detalle más pero Fleischer sabe extraer al máximo --- mediante la planificación (aquí reside uno de sus méritos más destacables) --- la psicología de los personajes vernianos basándose esepecialmente en un contraste dual:
--- “Bajo el mar el hombre no tiene poder, no hay maldad”, dice Nemo ---
--- Cuando los tres naufragos ponen el pie en el Nautilus observan un entierro bajo el mar, entre corales; la extraña mirada de “Consejo” no tiene correspondencia, será necesario que el científico Aronax mire también por el ojo de buey para que el realizador (mediante cuatro planos) muestre la ceremonia fúnebre submarina (un tripulante del Nautilus muerto por accidente) ---
--- En otra ocasión Aronax contempla el mar desde un ojo de buey. Flescher planifica como si el mar contemplara dentro del submarino al sorprendido profesor ---
--- La cultura: Nemo toca al órgano del salón la más famosa de las cuatro “Tocata y fuga” de Juan Sebastian Bach (en re menor, BWV 565) delante la vulgaridad (plano contrapuesto) de Ned Land fabricándose una guitarra con la cual tocará la repelente cancioncilla que canturreaba al inicio del film en aquella escena de los muelles (cuyo desarrollo hace parecer al principio que estamos ante un western). Al desprecio material de Nemo el cual detesta el oro y las joyas delante la ambición de Ned (la guitarra servirá para esconder joyas) ---
--- En otra genial contraposición de planos Ned salva la vida a Nemo en doble ocasión al ser apresado por el calamar gigante (en la novela es el capitán quien salva la vida al arponero canadiense), Nemo finalmente da las gracias a Ned y este dice que va a emborracharse ---
--- El carácter triste y melancólico de Nemo y la curiosidad científica del profesor Aronax contrastan con el carácter alegre y algo ingenuo de Ned a quien se le unirá Consejo para buscar una seguridad que no encuentra en su amo ---
--- La antipatía manifiesta entre Ned y el segundo de  a bordo que acabará en lucha cuerpo a cuerpo al final cuando este quiere retener a la fuerza a los tres pasajeros y morir con el capitán y toda la tripulación cal llevar Nemo el navío hacia la destrucción. El arponero canadiense logra vencer y ante el deseo de Aronax de volver tras sus pasos para recuperar los apuntes olvidados en su camarote le golpea fuertemente, se lo carga a la espalda y le lleva inconsciente pero a salvo al bote. Cuando el profesor recupera el sentido Ned le pedirá disculpas por el golpe que, a pesar de todo, le ha salvado la vida pero no había tiempo ya para nada más---
--- El tranquilo mundo submarino observado bajo las aguas se contrapone a la turbulencia de las tempestades desencadenadas sobre la superficie marina ---
--- Nemo vive solamente por y para el mar, toda su alimentación es pesca o cultivo marino. Rechazo total a la tierra. Esta es su forma de entender la libertad y ejecutar su venganza. Ned Land es también un hombre de mar pero desea la libertad que conseguirá si puede llegar a tierra firme mientras “Consejo” duda en casi todos los momentos y el profesor no piensa en la libertad solo en aprender más (quizás solo lo haga al final de la obra) y acrecentar sus conocimientos científicos ---
Podríamos decir a modo de conclusión que “20.000 leguas de viaje submarino” es una gran película, uno de los mejores films de la historia del cine ...
                                                                                             Narcís Ribot i Trafí
1)- Se llama Maelstrom a un gran remolino situado ante las costas del archipiélago de las Lofoten (costas meridionales de Noruega), exactamente entre las islas Sorland y Vaeroy. Se forma por el choque de corrientes y contracorrientes de unos 18 km. Además de Julio Verne hay también un relato de Edgar Allan Poe (“Descenso al Maelstrom”) en donde aparece el famoso remolino.
2)- Adquirí un pack sobre cinco films (cine negro para R. K. O.) de Richard Fleischer pertenecientes a su primera época, antes de su reconocida y merecida fama. Dentro de su limitado presupuesto son unas películas muy bien realizadas y aprovechadas en donde se auguraba ya su profundo conocimiento cinematográfico. Los títulos son: “Bodyguard” (1948, nunca estrenada comercialmente en España), “The Clay Pigeon” (“Acusado de traición”, 1949), “Follow My Quietly” (“Ven tras de mí”, 1949), “Armored Car Robbery” (“Asalto al coche blindado”, 1950) y “The Narrow Margin” (“Testigo accidental”, 1952).



lunes, 18 de noviembre de 2019

TIBURON (STEVEN SPIELBERG, 1975)



ESCRITO EN SEPTIEMBRE- 2011. PUBLICADO EN FORUM UNIVERSITAS Y DIARIO DE CINE.
“Sr. Vaughn, estamos ante una máquina perfecta, un auténtico milagro de la evolución. Y lo único que hace esta máquina es comer, nadar y procrear tiburoncitos, nada más”. (El ictiólogo Matt Hooper intentando hacer entender al alcalde de Amity que cierre las playas por la presencia de un peligroso tiburón que ya ha causado tres muertes entre los bañistas y navegantes. “Tiburón”, de Steven Spielberg).
Con “TIBURÓN” he querido que siga a “EL DIABLO SOBRE RUEDAS” porqué son los dos films de Steven Spielberg que más me gustan.
“El mar, que gran tema para hablar, para escribir, para cantar…”, rezaba una propaganda televisiva, creo que con interés hacia el turismo, hace muchos años, más de los que puedo recordar. Y se podría añadir más. El mar ha estado presente en todas las artes, desde la pintura (recordemos las famosas “marinas”) hasta la literatura…. también en el cine. El mar es un mundo dentro de otro mundo, al oír la palabra puede evocarnos la gran belleza contenida, el interés hacia lo científico, la sabiduría de los profesionales, especialmente si cuentan con muchos años, la cultura (popular inclusive) que desprende y, a la vez, la atracción hacia misterios irresolubles, al menos de momento, para el ser humano y terror, también…. Una película de 1975 que batió records de taquilla a su vez basada en una novela, también millonaria en ventas, nos hizo despertar este terror instintivo hacia las profundidades o lo que pueda surgir de ellas.
La novela se escribió un año antes (1974) de la película. Nunca hubiera imaginado PETER BENCHLEY que su mediana novela, su primer libro, se convirtiera en un best- seller. Al tener un imprevisto éxito comercial y popular llamó la atención de los productores cinematográficos Richard Zanuck y David Brow para hacer la correspondiente versión cinematográfica.
 Peter Bradford Benchley (Nueva York 1940- id. 2006) procedía de familia de literatos: su padre, Nathaniel Benchley era también escritor y su abuelo, Robert Benchley fue un reputado actor, periodista y escritor. Interesado en los temas del mar, escribió en el Washington Post, en National Geografic  y en la revista Newsweek donde, con el tiempo, llegó a ser editor, combinando con su otra tarea de escribir discursos políticos en la Casa Blanca. Después del éxito de “Jaws” (literalmente “Fauces”, “Mandíbulas”, título original también para la película) Benchley escribió una docena más de obras entre ficción y divulgación, siempre sobre el océano, su tema predilecto aparte de ser miembro destacado de la asociación ecologista. De estas otras obras recuerdo “The Deep” (“Abismo”, 1976) y “The Island” (“La isla”, 1979), ambas con versiones cinematográficas.
Jaws” (“Tiburón”) “fue la primera novela donde el protagonista es un pez” nos dice el autor. En Amity, una isla cerca de la costa que vive esencialmente del turismo a punto de empezar la temporada de verano, aparecen en la playa los restos de una muchacha, devorada por un tiburón. La prensa y las autoridades, especialmente el alcalde, deciden guardar secreto para no espantar al turismo y perder los negocios. A los pocos días se ve un enorme pez que ataca un muchacho. Un pescador, el jefe de policía y un experto en tiburones inician la cacería del tiburón aunque la bestia marina se convertirá también en cazador…..Este es el esquema traspasado al film.
Naturalmente Benchley escogió el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), considerado el más peligroso para el ser humano, el que más víctimas mortales ha ocasionado para protagonizar su historia. Es curioso que de las más de 360 especies de escualos clasificadas en la actualidad, los grandes tiburones en tamaño como el tiburón- ballena (Rhiniodon typus), el pez más grande del mundo que puede llegar a los 15 metros, o el tiburón peregrino (Cethorinus maximus), 10-12 metros, son totalmente inofensivos para el ser humano; en realidad se conocen unas 25 especies que han atacado al hombre siendo unas cuatro o cinco declaradas extremadamente peligrosas.
Por su parte, STEVEN SPIELBERG (1946) triunfó económicamente en su carrera, sus inversiones como productor y su fama acrecentada tras “Tiburón” como realizador casi siempre le hicieron millonario y por ello es nombrado como “El rey Midas de Hollywood”. Me ha interesado un Spielberg de “Tiburón” o de su ópera prima, “Duel” (“El diablo sobre ruedas”, 1971), según una historia de  Richard Matheson (autor, entre otras, de la famosa novela “Soy leyenda”, con tres adaptaciones cinematográficas a sus espaldas). Más adelante Spielberg se convertirá en un gran conocedor y técnico de los efectos especiales, apareciendo como el “Papá Noel” que nos sirve unos trucajes (a veces innecesarios) como repostería esperada en cada fiesta por sus numerosos fans. Su vampirización de versiones aventureras del cine de antaño más la acumulación de espectaculares efectos le llevará a crear la --- para mi --- empalagosa serie de Indiana Jones tan (mal) copiada en infinidad de ocasiones por otros que carecen de su habilidad, consistente en presentar sorpresa mediante efectos especiales (manejados por él a la perfección, repito) --- la innovación, la originalidad ha de venir, más que de los efectos espectaculares y deslumbrantes o de un tema exótico interesante en principio, de la puesta en escena creada por el realizador, es decir la planificación --- y su destreza en colocar bien los adecuados planos, ordenados uno detrás de otro para la circulación fluida de la exposición narrativa cinematográfica aunque sobre esto algunos considerados artesanos del cine antiguo (Richard Thorpe, George Sherman, Nathan Juran, p. e., y etc.) también lo hacían, logrando en alguna ocasión obras de incuestionable valía y de primera magnitud. Vendrán niños que proyectan su sensibilidad sobre extraterrestres (“E.T., el extraterrestre”, 1982), remakes acaramelados de historias animadas (“Hook”, 1992) y otras obras donde Spielberg lima las aristas para convertirse en “familiar” y, por lo tanto, con cierta garantía de éxito comercial. Dará intermitentemente obras, fantásticas o no, con cierto interés (“Parque Jurásico”, 1993) --- en el momento de escribir estas líneas está pendiente de estreno “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio” (2011), de personajes animados (*), que espero con gran atención por ser yo un seguidor del personaje de Hergé --- pero mi Spielberg preferido es, como he dicho, el de su primera etapa, el corrosivo con el orden humano existente, el Spielberg más arriesgado quizás sin estar tanto pendiente de la respuesta taquillera.
La novela de Benchley (basada en agresiones de escualos a seres humanos, especialmente unos ataques continuos a bañistas en Nueva Jersey en 1916 citados en el film), “ni mejor ni peor que otras que dieron origen a grandes superproducciones cinematográficas”, como dice  Ángel Sala en su completo y documentado libro (1), interesó como tema a los productores Zanuck y Brown y después al propio Spielberg pero haciendo varios cambios. En el libro hay subtramas farragosas que en muchas ocasiones entorpecen la narración: mafias conectadas con los dirigentes de la ciudad, historias de adulterios y unos personajes en su totalidad hoscos y antipáticos, sin poder simpatizar/identificarse con el lector o espectador (caso de haberse hecho una transcripción literal). Benchley elaboró tres borradores para la adaptación cinematográfica de su propia novela para ser Carl Gottlieb (guionista y realizador) el redactor definitivo del guión. Gottlieb interpreta en la película a Ben Meadows de la prensa local y Peter Benchley tiene un pequeño papel como reportero de TV. También participó Rodney Cox, campeón de pesca submarina que en 1963 fue atacado por un tiburón blanco  y llevaba en su cuerpo casi quinientos puntos de sutura…….
Existen bastantes diferencias libro- película redundando a favor del trabajo de Spielberg y su equipo. Citemos algunas.
--- El personaje del pescador Ben Gardner cuya lancha es descubierta volcada y destrozada por el tiburón y allí solo se encuentra un enorme diente del escualo, él ha desaparecido, intuimos devorado por el tiburón; la barca es encontrada por el jefe  Martin Brody y su ayudante Hendriks, luego el policía hablará con Sally, la viuda del pescador (novela). En el film son Brody y Matt Hooper quienes descubren la lancha, el oceanógrafo se sumerge y se produce el susto más grande de la película: en una hendidura surge la cabeza mutilada y seccionada de Gardner haciendo perder el diente que Hooper había encontrado mientras la viuda no aparece en absoluto ---
--- Vemos a Quint por primera vez en su barco hablando del tiburón (novela), en el celuloide hace su aparición en el ayuntamiento para ofrecerse por la captura del pez en la secuencia donde rasca la pizarra con las uñas para atraer la atención de todos ---
--- Más similitud tiene la muerte del niño Alex Kintner con la diferencia de que el policía Brody no está en la playa y es él quien comunica a la madre el terrible suceso  (novela) mientras que en el film la señora Kintner se entera por los periódicos de la existencia de otra víctima (la muchacha Chrissie Watkins en el inicio) y abofetea a Brody delante de todos y del tiburón- tigre (2) capturado por Ben Gardner que casi todo el mundo hace responsable de los ataques, menos Hooper (mide la boca y ve la no coincidencia) y Quint que pasa delante del muelle con su lancha y sonríe (su profesionalidad y experiencia le dice que aquel no es el tiburón tan buscado) ---
--- El director del periódico de Amity, Ben Meadows  (aparición fugaz, interpretado por el guionista Carl Gottlieb) tiene mucha más importancia en el libro, él es quien llamará al entendido Hooper y no Brody que lo hará en la película ---
--- No hay en la película las redes mafiosas que involucran a varios políticos corruptos, principalmente el alcalde Larry Vaughn, un tipo elegante que en el film es un egoistón algo hortera (como señala Ángel Sala), una máquina de calcular y hacer dinero por encima de todo con un lamentable nivel cultural aunque en ambos medios el personaje quiera silenciar y negar la existencia del enorme escualo  (fue interpretado  por Murray Hamilton, excelente como el resto de la plantilla, repitiendo su rol, como otros, en “Tiburón II”, de Jeanot Szwarc, tres años después) ---
--- No existe adulterio entre Ellen, esposa de Brody y el oceanógrafo Matt Hooper en el film, lo cual es un gran acierto: solo los tres hombres (Brody, Hooper y Quint) contra la bestia---
---La secuencia del 4 de julio difiere: en el original literario se produce el ataque a un muchacho que logra salvarse mientras Hooper vigila usando la lancha del desparecido Ben Gardner. En la película unos niños hacen una broma con una aleta de madera logrando asustar a toda la playa para a continuación aparecer el tiburón que vuelca una barca y devora a su joven ocupante y marcharse pasando por el lado de una barca de niños también volcada por la onda expansiva (donde está Micke, el hijo de los Brody) sin hacerles ningún caso ---
--- Incluso en el aspecto físico hay diferencias: La Ellen Brody del libro es más joven y menos inteligente que la del film; el jefe Brody parece en ocasiones como blanco de todas las desgracias mientras que en la película es alguien con mucho miedo y que deberá espabilarse por la supervivencia (siendo derrotados por el escualo el pescador Quint y el científico Hooper, será un hombre que tiene miedo al mar, Brody, quien acabe con el monstruo); Quint es más atlético y totalmente calvo con odio hacia los tiburones siendo el mar para él un medio de vida; Hooper es de las mismas características físicas de Brody (novela), en el film está mucho más seguro de lo que ha estudiado y de su experiencia personal, un tipo simpático (cínico e irónico en el texto literario)---
--- Quint siente odio hacia los tiburones porqué estaba presente en el naufragio del Indianápolis, el buque americano que entregó la bomba de Hiroshima. Antes de su rescate descubrió el cuerpo inerme de un amigo suyo devorado de cintura para abajo y vio morir a muchos compañeros suyos devorados por los tiburones (en el film) detalle explicativo que no aparece en el libro aunque allí se hable del “Carcharodon megalodon”, tiburón prehistórico (antecesor del blanco) con un tamaño de 15 a 20 metros (fósiles de dientes lo atestiguan) y se especula que el tiburón de Amity pudiera ser una cría de megalodon. Según la teoría de la “territorialidad”, el tiburón que nada en solitario (llamado “Jaquetón”) y encuentra comida en una zona no la abandona y sigue rondando allí hasta que sus presas se acaban (lo lee Brody en una enciclopedia y lo explica perfectamente Hooper en la película) ---
--- La persecución del tiburón y la parte final tiene también sus diferencias. Los tres hombres regresan a tierra por la noche (libro), en cambio pernoctan en “Orca”, la barca de Quint (film). En el escrito de Benchley: Hooper muere devorado por el escualo mientras se salva en su homónimo fílmico (refugiándose en el fondo mientras el animal acaba por destrozar la jaula donde momentos antes había estado el científico, a quien se le había caído el arpón envenenado hacia las profundidades, perdiendo interés por Hooper y volviendo a embestir la lancha para atacar a sus otros dos enemigos humanos). Quint muere arrastrado por el tiburón en uno de los cables de los arpones que él le ha clavado (rememorando al capitán Achab de “Moby Dick”) mientras que en el film cae por la cubierta de su inclinada barca hacia la boca abierta del escualo (en una escena tan terriblemente angustiosa como bien conseguida técnicamente) que le está esperando (cumpliéndose sobre su propia persona lo que dijo en el ayuntamiento: “Este tiburón le traga a uno entero, una sacudida, una dentellada y todo adentro”). El animal muere prácticamente desangrado a causa de los arpones clavados por Quint cuando está persiguiendo a Brody (novela) mientras en el film éste logra arrojarle un tanque de oxígeno de Hooper en la boca y con el fusil de Quint dispara hasta alcanzar la bombona de oxígeno que al estallar hace saltar al tiburón en pedazos. Hooper surge del fondo y ríe junto con Brody; antes pregunta ¿Y Quint? El jefe de policía contesta “No”. Ambos regresan a la costa apoyándose en los restos de madera de la barca y en los flotadores. El mar está tranquilo, la pesadilla ha terminado ---
Spielberg divide el film en dos parte: la primera hasta que empieza la cacería es cine fantástico y de terror, la segunda es de aventuras sin abandonar el suspense que atravesaba la parte primera. En el primer bloque evita enseñar el enorme tiburón agresor: una misteriosa fuerza surgida del fondo del océano arrastra a la muchacha Chrissie Watkins (Susan Blacklinie) descubriendo Brody sus restos a la mañana siguiente; la misma fuerza que arranca un muelle de madera y está a punto de devorar un pescador que logra salvarse; en el ataque al niño (en off) vemos una mancha de sangre y el colchón flotador totalmente destrozado y en la acometida del 4 de julio vislumbramos una enorme y monstruosa silueta bajo las cristalinas aguas que arrastra al joven del bote volcado (una pierna seccionada se hunde hacia el fondo como el brazo de Chrissie, también cercenado, estudiado por Hooper es el testimonio del primer ataque).
En la segunda etapa aparece ya a plena vista. Sorpresa cuando aparece delante de Brody mientras éste arroja carnaza por la borda. La enorme y triangular cabeza con las fauces totalmente pobladas de terribles dientes como puñales…. Brody retrocede aterrorizado, entra en la cabina y susurra a Quint: “Necesitará un barco más grande” (el tiburón blanco es el único que saca su cabeza fuera del agua para observar a su alrededor). Otro mérito de Spielberg es que trabajando sobre un animal de reconocida peligrosidad nos hace creer que estamos ante algo sobrenatural  y maligno, demostrando una inteligencia diabólica (un tiburón se guía por su instinto y actúa por impulsos) que ataca inesperadamente en aguas tranquilas y concurridas. Luego tendremos más vistas del animal, especialmente hacia el final cuando se arroja una y otra vez contra la barcaza como si supiera que con su potencia y el peso de su cuerpo puede hacer zozobrar la embarcación. El tamaño y peso no es exagerado: los más corrientes son de 5-6 metros (“mide 8 metros y pesa tres toneladas”, dice Quint cuando lo ve por primera vez) y en una ocasión, según datos, se capturó uno de 12 metros.
La dirección de Spielberg es muy acertada: la cámara submarina se mueve con total soltura apoyando para conseguir un formidable empaque visual, la cámara lanzada desde el punto de vista del tiburón (algo pocas veces hecho, al menos hasta la fecha del film), los primeros planos de personajes en el agua, inesperados zooms, picados y contrapicados que sacan provecho de la situación de la barcaza mientras el suspense es sensacional, sustos terribles que nos atenazaron en la butaca sazonados con intermedias escenas familiares costumbristas funcionando como tiempos “de respiro” y “tranquilidad”, todo ello imitado/copiado en las sucesivas películas del género (generalmente rutinarias y sin innovación cosa que Spielberg logró), a partir de ahora el cine fantástico y el de aventuras --- para bien y/o para mal --- ya no será el mismo (3). La interpretación es magnífica: Roy Scheider (jefe Martin Brody), Richard Dreyfuss (Matt Hooper) y Robert Shaw (Quint) y el resto de los figurantes.
En esta ocasión acierta John Williams la música adecuada para la película y aunque nos recuerde el inicio de la sinfonía 9 (sinfonía “Del nuevo Mundo”) de Antonin Dvorak quedó en la memoria de muchos. El film fue rodado en Martha’s Vineyard (Los viñedos de Martha), pequeño y pacífico pueblo con aguas poco profundo. Los efectos especiales de Robert Matey son impresionantes, combinando el tiburón artificial con filmaciones documentales (4), un rodaje muy duro pero vistos los resultados valió la pena (5)….

                                                        Narcís Ribot i Trafí

(*)- “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio” se estrenó en España en 2011. Quizá otro día hablemos de ella.
1)- Ángel Sala- “Tiburón” (subtitulado “¡Vas a necesitar un barco más grande! El filme que cambió Hollywood”)- Círculo Latino S. L. Editorial y presentado en el Festival de Sitges el mismo 2005. Sin duda el más completo estudio sobre el film con filmografía de sucedáneos (terrestres inclusive), homenajes de otras películas con cierto tufillo plagiario, derivaciones y continuaciones. Ángel Sala es un auténtico fan y experto sobre cine fantástico, es también el actual director del Festival de Sitges y lo que más me complace: es amigo mío aunque actualmente (por nuestras obligaciones) nos veamos poco.
2)- El tiburón- tigre (Galeocerdo cuvier), llamado así por las rayas que envuelven su cuerpo semejantes a las del felino terrestre, el tiburón- toro (Carcharinus leucas) con su extraña y rápida adaptación al agua dulce y el tiburón oceánico de puntas blancas (Carcharinus longimanus) son las especies más peligrosas para el ser humano después del tiburón blanco.
3)-  Carlos Burgaleta y José- Luís Viruete- “Terror bajo las aguas” (“El cine de monstruos marinos”)-  Ilarión Ediciones (Madrid, 2010). Es un magnífico estudio sobre películas referentes a bestias marinas reales o imaginarias (a pesar de la portada totalmente hortera).
4)- Carl Gottlieb- “Diario de tiburón”- Editorial Sedmay (Barcelona, 1975). Libro muy recomendable explicando vicisitudes de rodaje y trucajes del mítico film escrito por el guionista del mismo. Durante mucho tiempo muy difícil de encontrar. Ahora ha aparecido una segunda edición a cargo de T&B Editores (2019).
5)- Actualmente ha de añadirse el libro “El cine fantástico de Spielberg” (subtitulado “Padres ausentes, niños perdidos”), de Federico Alba. Ediciones Encuentro (2017), colección Nuevo Ensayo nº 23.



lunes, 11 de noviembre de 2019

“DUEL” O “EL DIABLO SOBRE RUEDAS” (STEVEN SPIELBERG, 1971)



                  “Duel” (1971) fue estrenada en España como “El diablo sobre ruedas”. Se trata de una película producida por George Eckstein a cuenta de Universal, en principio para TV pero --- después de su sorprendente éxito --- pasada a la pantalla ancha. Es la “ópera prima” (o sea el primer film profesional tras varios  ensayos en plan cine amateur) de Steven Spielberg. “El diablo sobre ruedas”, primero en 16 mm, fue presentado por la cadena ABC el 13-11-1971. Posteriormente, después de unos retoques y añadidos (afortunadamente, en este caso, no chirrían) se preparó para cine en 35 mm dos años después (1973), ampliando la duración de 74 a 90 minutos.
El guión original es de Richard Matheson --- estupendo y reconocido autor de Ciencia Ficción, fantasía y terror, siempre sorprendente --- según su relato corto homónimo (1), publicado por vez primera en la revista Playboy. Pocas diferencias hay, quizás un poco más al pasar de telefilm a pantalla ancha, leí la historia hace años, visioné la película antes y ahora la he revisado y continúa siendo una muy buena cinta, algunos dicen la mejor de Spielberg: a pesar del poco presupuesto tuvo bastante libertad de filmación y eligió el sistema y los planos adecuados para llegar a buen puerto. El tema nacido de la lúcida mente de Matheson (2) no puede ser más sencillo (a quienes no les gusta el cine/la literatura fantástico/a dirán que absurdo): un hombre de clase media de vida normal, David Mann (Denis Weaver), casado y con dos hijos, en viaje de negocios circula por una carretera secundaria en una zona bastante aislada y desértica cerca de la frontera con México. Al adelantar un enorme y oxidado camión cisterna (aparentemente transporta inflamables) parece molestar al chófer --- nunca se le verá la cara --- el cual iniciará una persecuación mortal contra el coche y su ocupante, sea para aplastarlo o provocar un accidente con los mismos resultados. No hay lógica para su proceder, si se busca una explicación solo podemos pensar que el conductor del camión ha perdido totalmente el juicio al igual que en “The Birds” (“Los pájaros”, 1963) de Alfrd Hitchcock --- a quien Spielberg le debe varias ideas --- no se sabe nunca el porqué del ataque de las aves (en el breve relato de Daphne du Maurier, el punto de partida, si lo hay). Ello obligará a David Mann a sacar fuerzas de flaqueza  y aceptar forzosamente el duelo del título original que en condiciones normales él nunca hubiera entrado. Es una historia de David contra Goliat y al igual que en la narración bíblica no vencerá el más fuerte sino el más inteligente.
El rodaje de la película duró del 13 de septiembre al 4 de octubre de 1971 (en principio estaban previstos unos 14 días pero tuvo que alargarse), la produjo George Eckstein --- con un presupuesto de 400.000 $, cantidad bastante normal para la TV de ABC --- para Universal y recibió los premios del Festival de Cine Fantástico de Avoriaz (1973) para el realizador y Emmy de 1982 por el sonido, además de las candidaturas por la fotografía de Jack A. Marta en el Emmy 1972, la del Premio Globo de Oro al mejor telefilme (1972) y la del Saturno al mejor lanzamiento en DVD (2005). Se filmó en los espacios naturales de Route 14 y Soledad Canyon Road, carreteras circundantes en los casi yermos cañones al sur de California (3).
I)- CAMIÓN VERSUS COCHE
Actores como Gregory Peck, David Janssen y Dustin Hoffman rechazaron el papel de protagonista, recayendo finalmente en Denis Weaver (conocido como protagonista de la serie televisiva “McCloud”)  quien hizo un trabajo encomiable. El otro personaje principal no es humano, es el camión (recordemos que salvo algunos planos sobre las botas, brazos o manos nada sabemos del conductor del robiznado y amenazante trasto). Spielberg eligió un Peterbilt- 281 de 1956, no quería un camión moderno, chato, sino de los antiguos y con morro, puesto que ello recuerda más a un rostro humano (la naríz). Hizo añadir un depósito a cada lado de la parte inferior de la cabina (similitud con las orejas humanas) y embadurnar el vehículo con una espesa capa de pintura marrón para que se viera oxidado y la luna delantera ensuciada con restos de alimañas (de esta forma no se veía con claridad al conductor). El camión estaba muy deteriorado y, además, al final ha de quedar totalmente destrozado al caer por un precipio. Durante la filmación se utilizó un segundo camión, un Peterbilt- 281 de 1960, debidamente “maquillado” como su pariente de más edad. La escena del desenlace se rodó al natural, sin maquetas ni trucos y el camión quedó totalmente destruído pero no se incendió como en el cuento de Matheson; Spielberg prefirió narrar detalladamente la agonía del “monstruo” (chatarra retorciéndose, varias vueltas de campana, estruendo, mucho polvo). La difícil secuencia final se rodó con seis cámaras con la finalidad de tener abundante material para elegir en el montaje. Punto y aparte merece el especialista Cary Loftin como el conductor del camión (nunca se le ve el rostro, repito) quien mantuvo la dirección del vehículo hasta pocos metros del barranco y luego saltó en una maniobra arriesgada para después el montaje borrar el salto aunque quedara la puerta abierta: da absolutamente igual, el conductor “muere” con su camión; David se queda unas horas mirando al destrozado cisterna --- gritando su victoria, él también se ha transformado, de cazado a cazador y de hombre apocado a resolutivo y sin miedo ya que las circunstancias para sobrevivir le han convertido en otro hombre, diferente del que era antes --- y nadie sale de la cabina en vistas a una posible secuela (hoy en día tan frecuente si el film tiene éxito comercial pero para nada se pensó en ello, ni Spielberg, ni Matheson, ni tampoco Eckstein y la película funcionó en taquilla y como aportación artística y también lo fue de crítica aunque esto, muchas veces, ninguna relación tenga con la calidad del film y/o el éxito comercial). Parece ser, según noticia posterior, que se utilizó un tercer Peterbilt, un 351 de 1964, para escenas extras en miras a las salas de cine. El camión despeñado (en única toma, por supuesto) fue el original, el de 1956.
También acertada la elección del coche de David Mann: un Plymouth Valiant- 1970 de color rojo para destacar y no confundirse con los ocres y marrones del paisaje desértico por donde circula, ni tampoco con su oponente oxidado.
La puesta en escena de Spielberg casi acaricia la perfección. Su narrativa planificadora nos hace creíble lo increíble y absurdo, de una historia cuyo resultado podría resultar equivalente al cansancio y a lo insípido (solo la carrera, persecución camión- coche, una “road movie” --- películas de coches, carreteras o carreras --- aburrida, insulsa y posiblemente mala), saca partido al sabio uso del montaje alternado (de Frank Morris) y soluciones del lenguaje televisivo --- recordemos que en su origen era un celuloide para TV --- que si bien en muchos casos el trasplante ha perjudicado al cine de pantalla ancha (en muchas ocasiones se busca la comodidad y el abaratamiento del producto reduciendo la creatividad siempre debida por parte del director), aquí funciona perfectamente gracias al estilo implantado por Spielberg el cual también se inspiró en Hitchcock en algunos recursos como el montaje acelerado (descomponer una escena en varios o muchos planos breves) de algunas secuencias de tensión así como también estos citados elementos propios de las TV como los ritmos vertiginosos, los planos bastante o muy cerrados, las distorsiones ópticas producidas por el zoom y el “ojo de pez” (hoy se abusa mucho, y gratuitamente de ellos y de las falsas distancias para lograr deformaciones y emocionar o aterrar al espectador) o el montaje salteado. Con todo ello Spielberg consigue fabricar una atmósfera, un ambiente claustrofóbico de angustia, casi desesperación por parte del perseguido, una sensación de “aplastamiento” inminente cuando el camión se acerca al coche lo cual confiere a la película un suspense tan original como bien conseguido. No pasa, como en muchas ocasiones, en callejones oscuros en la nocturnidad o en bosques aislados o mansiones/castillos aterradores sino a plena luz del día durante kilómetros y más kilometros en carreteras poco frecuentadas y zonas desérticas con escasas paradas (bares, paradores, gasolineras) durante el trayecto. Un punto para añadir al suspense “in crescendo” es el que terceras personas a quienes pide ayuda (solo una llamada a la policía) no le crean en absoluto y piensen de él como un desquiciado: los dos hombres en el café de Chuck cuando logra frenar aparatosamente, la pareja de ancianos, el conductor del autobús escolar o la señora Sally que regenta la segunda gasolinera además de exponer serpientes y otros animales en jaulas; este personaje, a diferencia de los demás, será testigo del ataque del camión asesino, perseguidor de Mann, el cual le ha destrozado todo el local y no puede llamar a la policia ya que el único teléfono ha quedado inutilizado...
Las escenas donde el camión gana terreno y se aproxima al coche, creando una sensación de inquietud, están filmadas desde el asiento trasero del vehículo de Mann mediante planos subjetivos en combinación con el zoom deformante de la perspectiva, aquí muy bien utilizados.
Hay otros títulos, algo inspirados en el film de Spielberg, sobre coches asesinos atacantes de los humanos pero el enfoque es diferente, entrando en el terreno de lo sobrenatural mientras que en “El diablo sobre ruedas” sabemos de un ser humano (?) conductor.  Recuerdo “Christine” (“Christine”, 1983), de John Carpenter según la novela homónima de Stephen King en donde un Plymouth Fury- 1958 cobra vida y parece enamorarse del muchacho que lo compró, a veces se autoconduce, se regenera cuando es destrozado por unos gamberros a los que persigue y atropella uno por uno. Realización correcta --- nada más --- de Carpenter quien se quejó sobre el modelo de coche por ser poco impresionante, demasiado normal, cara al espectador. Más sobrecogedor es el Lincoln Mark III (1968-1971), negro con cristales opacos (arreglos en los faros, parachoques y carrocería para ser más terrorífico) de “The Car” (“El asesino invisible”, 1977), de Elliot Silverstein, sobre un coche que aparece en una comarca y en lugares solitarios atropella a inocentes vianantes o ciclistas. Tampoco se ve nunca el conductor pero el hecho de que unos niños de un colegio con sus profesores en día de fiesta puedan zafarse del terrible coche al refugiarse en un viejo cementerio (el automóvil no puede entrar en el recinto por más que lo intente, es tierra sagrada) nos da evidencias de quien lo conduce e igualmente en la impresionante camioneta, también negra, Chevrolet que persigue a un sacerdote que ha perdido su fe (afectado por la muerte de un niño en un cruce de balas policía- delincuentes en el atraco a un banco) por carreteras secundarias y desérticas: un sketch de los cuatro componentes de “Nighmares” (“Pesadillas”, 1983), de Joseph Sargent. En el momento que la camioneta aparece delante del coche desde debajo la tierra estamos ya ante un relato sobrenatural. El sacerdote volcará y saldrá malherido de su automóvil pero logrará arrojar lo primero que tiene a mano contra el vehículo perseguidor que se esfuma inmediatamente. Luego se dará cuenta que era un recipiente con agua bendita aún guardado en su coche. Al atender al herido los de la ambulancia le dicen que van a llevarle al hospital y él contesta: “No, a la parroquia”...
II)- COCHE VERSUS CAMIÓN
Hay cinco añadidos (la mayoría de espectadores no han visto la versión original para TV) para la traslación a pantalla ancha. Exponiendo el esquema del guión y gracias al formidable estudio de Santiago García podemos saber: el primer añadido está ya en el logotivo de “Universal” ACTO I --- El segundo está en el asiento del conductor (autoreflexión de David, piensa o habla consigo mismo) en la primera secuencia, escucha un programa radiofónico matutino de extrema estupidez --- Aparición del camión (tubo de escape hacia arriba, David habla consigo mismo de contaminación), el coche adelanta, despues, sorprendentemente, el camión adelanta al coche --- La primera gasolinera, para. El camión también lo hace. David mira bajo el camión y ve las botas del conductor que reclama al empleado ser atendido haciendo sonar el ruidoso claxon (es el tercer añadido cinematográfico). David llama a su casa, su esposa le reprende (tercer añadido). Vemos los dos niños jugando mientras la madre está al teléfono. El empleado le indica que debería cambiar el manguito del radiador. Él contesta que en otro momento, hay prisa. El empleado: “Usted manda”. David: “No en mi casa” (ironia de Spielberg). Los añadidos 2 y 3 son para subrayar a Mann como un hombre algo pusilánime y tímido ---De nuevo en la carretera: un adelantamiento casi mortal, ahora ya se ven las intenciones asesinas del camión --- El ACTO II empieza con el tercer adelantamiento y la persecución hasta el café de Chuck (pura acción) --- El ACTO III en el café de Chuck: frenazo brusco del coche cerca del establecimiento ¡El camión está fuera! --- Reflexiona sentado en una mesa --- Culpa a un camionero y le amenaza con llamar a la policía, éste le pega dos puñetazos y los clientes le toman por un desquiciado. El dueño del local calma al camionero y este se va. Ahora Mann ve que se ha equivocado, no era este. Sube a otro camión. Su perseguidor también arranca --- ACTO IV. David reemprende la marcha --- Aparece un autobús escolar (4º añadido para el cine), David quiere ayudar pero escapa: por detrás aparece el camión. Por el retrovisor ve al camión empujando al autobús para ayudarle a ponerlo en marcha (ironía) --- Ataque al paso a nivel (5º añadido): Mann se para ante un paso a nivel, pasa el tren. Aparece el camión por detrás y le empuja lentamente hacia la vía. Logra zafarse en tiempo justo que acaba de pasar el tren y se alzan las barreras --- Huye, llega a la segunda gasolinera, aparece el camión el cual se dirige directo hacia la cabina telefónica. Logra huir en el último segundo. El camión destroza todo el establecimiento --- ACTO V. Parece que el hombre ha logrado burlar a su enemigo. Queda dormido en su coche cerca de un cementerio de automóbiles. Despierta, ve al camión parado, como una fiera acechando a su presa. Mann desciende de su coche y se acerca al camión, este retrocede hasta desaparecer. Parará a un coche antiguo de una pareja de ancianos que no le hacen caso. De nuevo en carretera, vuelve a ver el camión detrás de él --- ACTO VI. Da la sensación que David acepta el reto, que ha perdido el miedo. El manguito del radiador falla, pierde velocidad, el camión otra vez detrás, a punto de alcanzarle. David logra poner su coche en marcha y sube por el desvío hacia un promontorio --- Confrontación final: llega arriba, sabe que su enemigo llegará dentro de unos momentos. Gira el coche, pone su maletín bloqueando el acelerador y salta. El Plymouth choca con el Peterbilt y se incendia. Intento de reducir la velocidad, pisa el pedal del freno pero no hay tiempo (dos planos subjetivos desde el asiento del conductor). Camión y coche se despeñan (en un solo plano) mientras se oye por última vez el sonido de su estruendosa sirena. Al caer los dos vehículos la imagen se ralentiza. No hay incendio (prueba que la cisterna estaba vacía, justificando la alta velocidad desarrollada en las persecuciones). Una piedra que rueda hacia la cámara pone punto y final al clímax (una gota de aceite y una rueda girando hasta detenerse testifican la muerte de “la bestia”). David salta de júbilo y celebra su victoria. Ha perdido el coche y el maletín pero ha sobrevivido. ¿Quien era el conductor del camión? ¿Porqué perseguía a muerte a David Mann? Él nunca lo sabrá y nosotros tampoco. Son “macguffins” o sea pretextos (herencia hitchcockiana) que llevan la trama al desarrollo pero que luego pierden importancia ...
Las escasas 27 páginas del libro pudieron facilitarle en mucho su trabajo para el pase a la pantalla (primero pequeña, después grande). Formuló unas situaciones las cuales pasarán a ser escenas y dado que además de excelente escritor era un curtido e imaginativo guionista encontró lo justo para funcionar sin saltos ni alargos innecesarios y superfluos. Veamos algunas diferencias libro- film:
--- En el libro se trata de un camión cisterna con trailer cisterna, ambas unidades con seis pares de ruedas. El camión está abollado y las dos cisternas (mal) pintadas de un color plateado barato ---
--- El libro nos informa de la matrícula del camión: California, y lleva un letrero con el apellido Keller (en un momento Mann parece leer “Killer” = “Asesino”). En el film lleva varias matrículas como trofeo (o como piezas de caza/víctimas según algún comentario) ---
--- El David Mann literario es un hombre más tosco (dice palabrotas, blasfema), el de la película es más educado y cultivado ---
--- La novela corta carece de las  sigüientes secuencias: de la 1ª gasolinera; del autobús escolar, los dos hombres al aparcar delante el café de Chuck, allí no dice nada, ni amenaza a ningún camionero al cual cree (equivocadamente) su perseguidor, solo reflexiona y por tanto no recibe ningún puñetazo; la pareja de ancianos en su coche, la 2ª gasolinera, la señora Sally y sus bichos, el paso a nivel ---
--- La parte final ya comentada. En el relato piensa que va a morir dentro de su coche que casi no puede correr. El camión no tiene tiempo de coger el desvío y se precipita por el barranco. Estalla, se incendia y luego estalla el trailer, produciendo otro incendio y una onda expansiva mayor que roza a David ---
Podríamos decir que el libro es telegráfico, comprimido y funcional además de bien escrito, cualidades para un relato breve. La película tiene equivalentes cualidades correspondientes a la cinematográfica y enriquece notablemente el trabajo de Richard Matheson ...
No tengo carnet de conducir, no he conducido nunca y a pesar de los inconvenientes estoy más tranquilo y más después de visionar esta interesante “El diablo sobre ruedas”.
                                                                                                                              Narcís Ribot i Trafí
1) “El diablo sobre ruedas” se publicó en castellano en una recopilación sobre Richard Matheson. El relato principal es el de “El increible hombre menguante” y el que da título al libro. Le siguen “La prueba”, “Mantage”, “El repartidor” y “El diablo sobre ruedas”. Editorial “La Factoría de iIdeas” (2006).
2)- Richard Burton Matheson (USA, 1926- 2013) ya escribía a los ocho años, después de la II Guerra Mundial cursó estudios de periodismo en Missouri y a principios de los cincuenta empieza a ser conocido en el campo de la fantasía, el terror y la Ciencia- Ficción. Entre 1953 y 1954 escribe dos de su más famosas novelas: “El increíble hombre menguante” y “Soy leyenda” y entra en el mundo del cine como guionista, productor e incluso actor. Fue guionista de sus propias novelas: “El increible hombre menguante” (Jack Arnold, 1957) y la primera de las tres versiones de “El último hombre sobre la Tierra”/”Soy leyenda” (co-guionista junto con otros tres). Entre su prolífera y cuantitativa producción será también guionista de la serie de Roger Corman con Vincent Price según relatos de Edgar A. Poe (cuatro de los siete títulos), incluso dos para Hammer- Films dirigido uno por Terence Fisher (“The Devil’s Rides Out”, 1968, según novela de Denis Wheatley). También entró en TV (“Twilight Zone”). Otro título destacado basado en libro suyo con propio guión es “La leyenda de la mansión del infierno” y muchos más. Es uno de los más grandes cultivadores del género. El choque real- fantástico es lo más característico de sus producciones con fricciones, fusiones e inversiones de ambos vectores.
3)- “El diablo sobre ruedas”- “Guías para ver y analizar” nº 51 de Santiago García Ochoa. “Nau Llibres” (Valencia, 2013). Magnífico y completo estudio además de desmenuzar el guión y comentar escena por escena. Imprescindible.