lunes, 22 de abril de 2019

SEGUNDO DE CHOMÓN, EL PIONERO



“Más como soy un entusiasta de los inicios de este medio de expresión y sus primitivos especialmente Chomón quien si hubiese nacido francés, alemán, sueco, americano o ciudadano de cualquier otro país de los llamados civilizados, sería no tan solo una figura, sino un intocable” (Juan Gabriel Tharrats, en el prólogo de su libro “Los 500 films de Segundo de Chomón”)

Una de las más grandes injusticias ejercitadas por el ser humano es el llamado “olvido voluntario”, donde hay cierta cantidad de malicia y buena dosis de hipocresía (si no se trata de algo importante el otro olvido, el corriente, es perdonable a causa de nuestras limitaciones). El “voluntario” es el silencio interesado sobre una persona y/o su obra para que nadie hable de él. Puede darse en el campo de la política, la ciencia, la literatura, el arte en general, a veces por no coincidir con quienes llevan en aquel momento las riendas del poder, incluso en democracia hay actos que recuerdan perfectamente algunos de los practicados por el nazismo, fascismo o estalinismo: interesa silenciar a alguien y su trabajo u obra. Ha pasado aquí en varias ocasiones y hace poco tiempo. No es este el caso del turolense Segundo de Chomón (1871- 1929), pionero del cine mudo (o sea casi desde su invención por los hermanos Lumière) en muchas facetas; más bien por desidia,  por pereza o por desconocimiento. En nuestro país el lema “que inventen ellos” se hace realidad en muchas ocasiones. En la práctica, y hablando ya específicamente de cine español, es mucho más fácil, rentable y menos arriesgado hablar de directores, actores y actrices del cine actual o más bien --- cambiando de género --- de sus vidas privadas, propio de la “prensa rosa”, un cine subvencionado desde hace más de dos décadas que a veces incluso ni se estrena y en absoluto refleja la sociedad y en donde ha predominado el enchufismo, el amiguismo y el proteccionismo para unos y el paro además del olvido para otros. No es momento ni lugar para analizar cualitativamente el cine español actual --- el cine está en crisis en todos los países desde hace tiempo, en el de género norteamericano, p. e., la función de realizador se ha despersonalizado al máximo, solo los efectos especiales y prácticamente la superficialidad (mono) temática opuesta a la reflexión y a la inteligencia (de vez en cuando podemos descubrir un film “potable”, de acuerdo) --- solo añadir la tramposa maniobra por parte de algunas plumas en intentar que esta cinematografía pase como miembro honorífico en el acervo cultural de nuestro país, dispuesto a perpetuarse en el tiempo.
Gracias a la labor de erudición e investigación del ya fallecido Carlos Fernández Cuenca (1) en los años 70 se supo bastante sobre el anteriormente casi olvidado Segundo de Chomón y años después a Juan Gabriel Tharrats, entre otros (2), los aficionados e interesados conoceremos mucho más sobre este pionero del cinematógrafo. Finalmente, hará unos años, salió al mercado un DVD --- promocionado por la Filmoteca de Catalunya --- con algunas películas de Chomón (lo único editado aquí del maestro pionero) junto con un muy útil librito a cargo del historiador  Joan M. Minguet Batllori (3), complementando algunos títulos que afortunadamente pude visionar en un ya muy lejano Festival de Cine Fantástico de Sitges en 1978.
I)- ESBOZO BIOGRÁFICO-
Segundo Víctor Aurelio Chomón Ruiz nació en Teruel un 17 de octubre de 1871, hijo de Isaac Chomón Gil, médico de profesión, y de Luisa Ruiz, familia de clase media aunque descendía de noble linaje francés: procedía por línea directa del caballero Henri de Chaumont, tercer hijo de Hugo de Francia, aparte de dar nombre a la capital del departamento del Alto Marne, Chaumont, también nombre del famoso castillo del Loira, residencia de Catalina de Médicis; Henry murió en 1130 en la Cruzada y siglos después un descendiente suyo se trasladó a España convirtiendo el apellido en De Chomón por su equivalencia fonética. Después de sus estudios primarios en Teruel algunos historiadores dicen que cursó ingeniería, unos que acabó su carrera, otros que la abandonó para dedicarse al incipiente arte del cinematógrafo (su nieto Piero afirma que acabó sus estudios pero jamás ejerció). Viajó algunas veces a París durante el último lustro del siglo XIX (1895-1897 se sitúan las fechas). De los 25 primeros años de su vida se conocen poquísimos datos. En París conocerá a Julienne Mathieu, actriz de vodevil, y contraerán matrimonio fruto del cual nacerá un hijo, Roberto, en 1897. El mismo año Segundo regresa a Barcelona para alistarse en el ejército español en la Guerra de Cuba prestando servicio en la retaguardia. Al perder España la guerra es repatriado en 1899 para reencontrase con su esposa e hijo en París. Mientras Segundo estaba en la guerra su esposa entró en la naciente industria cinematográfica en el coloreado de películas. Se dice que fue el mismo Georges Méliès quien la introdujo en la técnica pero, al menos de momento, no existe ninguna prueba documental demostrativa; si es mucho más probable que fuera Julienne quien inseriera a su marido en el mundo del cine. También empezó coloreando films (el cine nació en blanco- negro y mudo) para importantes firmas parisienses, sobre todo para Star Films (propiedad de Georges Méliès) y Pathé Frères. Es a finales de siglo o a principios del otro cuando Chomón decide dedicarse al cine profesionalmente para instalarse en Barcelona en 1901 o 1902. Tiene un taller (situado en la calle Poniente, nº 61, 2º-2ª, hoy calle Joaquín Costa) para pintar películas y, posteriormente, una “truca” para rodar los títulos de la compañía Pathé traducidos al castellano. Aparte de colorear películas y el rotular al castellano los títulos y --- en alguna ocasión --- los originales, distribuye films franceses en Barcelona y en diversas regiones (con toda probabilidad de Pathé y Star Films) y venta de copias para eclosionar finalmente su iniciativa y experiencia en la realización de sus propias películas: cintas de ficción, documentales, reportajes históricos o específicamente de trucajes. Es en esta época donde algún estudioso señala la asociación de Chomón con los productores Luis Macaya y Albert Marro. Puede ser pero tampoco existe documentación al respecto. En 1905 Chomón vuelve a París, cerrando el segundo episodio de su vida profesional, para integrarse en la plantilla de Pathé creándose merecida fama de operador, experto en lo que se llama ahora efectos especiales y en cine de animación. Aparte, Chomón será uno de los primeros en acoplar sus hallazgos en efectos especiales dentro de films con argumento --- cada vez tienen más peso en la evolución del cinematógrafo --- desplazando gradualmente a las películas- atracción (el cine había nacido como una curiosidad de feria, es lógico que en sus principios existiera un gran bloque de cortos dispuesto a sorprender en similitud con números de verbena). Esta tercera etapa es la más importante de su carrera y la conquista de un prestigio ganado a pulso pero en 1910 por propio deseo o por circunstancias diversas vuelve a Barcelona para asociarse con el industrial valenciano Joan Fuster Garí y crear la productora Chomón- Fuster, muy prolífera en la creación de películas (33 en casi diez meses) pero sin la desgraciadamente necesaria respuesta comercial lo cual hará que nuestro hombre vuelva a trabajar para Pathé, añadiendo unos cuantos documentales sobre la geografía española de su propia cosecha. Poco después será el representante de Ibérico, delegada de Pathé en Barcelona, contribuyendo con films y trucajes en un arte/industria en constante evolución. Deja definitivamente la compañía francesa en 1912 al ser contratado en Turín por la productora Itala Film como técnico de trucajes en cintas propias o de otros realizadores, películas más o menos importantes (director de fotografía y autor de los efectos especiales de “Cabiria”, 1914, p. e.) y de diversos géneros (dramas, cine colosalista, etc.). Su colaboración con la filmografía italiana (4) termina en 1922 aunque sin dejar de cooperar con ella y empieza su 5ª y última etapa, quizás la más oscura y menos conocida (participación en el famoso “Napoleón” de Abel Gance, 1927). Su constante afán experimentador en trucajes y coloreado de películas o virados de una manera industrial es combinado con documentales. En uno de ellos, en Marruecos, contrajo una enfermedad que le causaría la muerte el 2 de mayo de 1929.
Al poco de nacer el cine aparece la disyuntiva real- fantástico. Los hermanos Lumière representarían lo primero y Georges Méliês (y otros) lo segundo. Los primeros filmaban escenas cotidianas (llegada de trenes a la estación, entrada de trabajadores en la fábrica, etc.), el segundo empezó igual pero una avería temporal en su cámara produjo una evolución para el cine recién nacido y la configuración de un estilo propio por parte de Méliès. En 1896 había colocado su cámara en el centro de la Plaza de la Ópera para realizar un trabajo documental sobre el tránsito de la zona. Durante el rodaje la manivela de la filmadora se atascó deteniéndose la película en su interior pero sin dejar de grabar las imágenes. Arregló la avería y siguió filmando. Al proyectar lo filmado vio que de repente el autobús Madeleine- Bastilla al pasar ante la cámara se convertía en una carroza fúnebre y allí donde había hombres ahora estaban mujeres. De esta forma Méliès descubrió por casualidad el llamado originalmente “paso de manivela”, el primer truco del cine y que en un futuro daría paso al cine de animación y a la técnica de efectos substitutivos según el registro de imagen por imagen. Méliès, que había sido prestidigitador, decidió usar este descubrimiento para ilusionar, para asombrar, para “prestidigitar” a un público deseoso de nuevas emociones. Hizo cientos de películas- sorpresa con el “paso de manivela” en función del efecto y su atractivo siendo integrado el efecto especial en pro de la historia en pocos ejemplos como “Le voyage dans la Lune” (“Viaje a la Luna”, 1902), según historias de Julio Verne y H. G. Wells (disparo del proyectil que aterriza en un ojo de una Luna antropomorfa). Gracias a Georges Méliès, Segundo de Chomón, más tarde, y algún otro, habían nacido las bases para la técnica “imagen a imagen” o “Stop- Motion” tan bien ilustrada en un futuro por los no menos egregios Willis O’Brien y Ray Harryhausen. El invento de los Lumière equivale al nacimiento de un arte (el 7º) pero personalmente prefiero el camino, el estilo y la filmografía de Georges Méliès o la de Segundo de Chomón;  en cine prefiero lo “fantástico”, lo “feerico”, “la imaginación ante la fantasía” que no lo real (sin menospreciarlo y con sus valores), me atraen más Méliès y Chomón (realizaron también films sobre la realidad cotidiana) como --- en otro campo --- siempre me cautivará más el movimiento y pensamiento romántico, hablando en la totalidad del arte, que el Neoclasicismo (independientemente que tenga en alta estima varias de sus obras, como p. e. las de Jaques- Louis David).
II- HALLAZGOS-
Algunas técnicas en evolución a principios del cinematógrafo fueron descubiertas y/o aplicadas por distintos pioneros en diversidad cronológica o bien simultáneamente. Hemos visto unas líneas más arriba el descubrimiento del “Stop- Motion” o “Paso de Manivela” (o “Manecilla”) por parte de Georges Méliès en 1896. Según explica Carlos Fernández Cuenca, Segundo de Chomón descubrirá a su vez (también por casualidad) la técnica de “Imagen por imagen” en 1902.
--- Chomón cuidaba personalmente la creación de los rótulos. Atento a la regularidad del ritmo fílmico no advirtió que una mosca se había aposentado en el cartón original. Después de salir del laboratorio venía la proyección de prueba sobre la calidad del producto. Allí descubrió con sorpresa la bien visible mosca entregada en algunos momentos a movimientos no naturales ni propios de su condición de insecto. Después constató que se debía a la relación entre los movimientos y el avance de la película dentro de la cámara: la impresión avanzaba con lentitud y cuando la mosca se movía despacio quedaban registrados todas las fases de su movimiento sobre el papel pero cuando el movimiento del animal era mayor que el del film había etapas sin registrar en la emulsión, dando sensación de saltos totalmente inverosímiles. Este fortuito suceso empujó su imaginación a simular desplazamientos de objetos inmóviles: se interrumpía la impresión después de cada fotograma, se variaba la posición del objeto, otro fotograma y así sucesivamente para luego realizar la proyección a ritmo normal mientras el espectador veía el movimiento del objeto inanimado. La experimentación de este sistema por parte de Chomón dio el fruto esperado aplicando el truco en su totalidad en una de sus obras maestras: “El hotel eléctrico” (1908). Había surgido de otra forma la técnica del “Paso de Manivela” ---
--- El travelling nació prácticamente con el cine. Es el movimiento de la cámara hacia los lados, habiendo diferentes tipos de travelling (el desplazamiento se efectúa a veces sobre un pequeño vagón rodando en unas vías, en otras el soporte de la cámara está provisto de ruedas de goma, efectuado con una grúa, etc.) como el travelling horizontal, vertical, paralelo, de profundidad de alejamiento, circular, divergente (el traslado de la máquina a mano mientras se filma no se considera travelling)… Descubrimos travelling en el naciente cine con la cámara colocada en la parte frontal de tranvías, barcas, góndolas, etc. Chomón lo usó profusamente e innovó (especialmente en los travelling de interiores) creando formas más profesionales  y usadas por otros más adelante (Fernández Cuenca dice en su libro que en alguna ocasión el soporte de la cámara estaba montado sobre ruedas de patines) ---
--- Actuando como técnico en efectos ópticos y especiales usaría en el famoso ·”Napoleón”, de Abel Gance, un embrionario sistema precedente de los conjuntos panorámicos (se darían a conocer 30 años después) donde la pantalla se alargaba en forma panorámica tres veces más de lo habitual con las imágenes filmadas con tres proyectores simultáneos (a veces combinadas entre sí) ---
--- Explora y enriquece la doble exposición y las sobreimpresiones para conseguir en el mismo plano efectos de gigantismo (“Pulgarcito” y “Gulliver en el país de los gigantes”, ambas de 1903) en la ilustración de los cuentos publicados por Editorial Calleja. También la utilización de maquetas, pirotécnica, transparencias (imágenes en una pantalla colocada detrás de los actores), efectos de desapariciones, planos cenitales (cuando la cámara se encuentra en posición perpendicular al suelo, ofreciendo un campo de visión de arriba abajo), encadenados, movimientos invertidos, tomas de diferentes proporciones, el uso de cachés y el efecto Schufftan, truco ideado por Eugene Schufftan que consiste en ubicar un espejo en ángulo de 45 grados entre la cámara y la persona u objeto a filmar y después de un complicado proceso donde se recorta el espejo y tras innumerables maniobras forzosamente bien cronometradas se conseguía el efecto de situar los actores a varios metros de distancia para finalmente filmar la acción (nuevas invenciones jubilaron este truco que fue usado una vez por Hitchcock en “Blackmail”, en España “La muchacha de Londres”, 1929). Aparte, trabaja con sombras chinescas, muñecos y dibujos animados que otros pioneros también usarán ---
--- La parte del color es tema importante en Chomón. Louis y Auguste Lumière habían patentado las placas autocromas para la fotografía en colores mas no funcionó en el cine  (explica Fernández Cuenca)  por lo cual, durante años, se pintó a mano sobre las copias de las películas. Se usaron pinceles muy finos, utilizando anilinas transparentes se cubría la cara emulsionada de cada copia: color carne para rostro y manos, negro o amarillo para el pelo, extensa variación para vestidos, amarillo y verdoso con gradaciones para los paisajes… Cada metro de película constaba de 52 fotogramas (el cine primitivo, además, encuadraba cada escena con el decorado completo) por lo cual el trabajo requería mucha paciencia, pericia, vista y pulso seguro en base de 10/12 tonalidades manejadas con gran precisión. El primer taller de coloreado a mano fue el de Madame Thuillier (tenía a Georges Méliès entre sus clientes) en donde trabajó una temporada Julienne, la esposa e Chomón. En 1908 empieza el sistema internacional de alquiler de películas a los exhibidores que podían pagar un alquiler o bien comprar la cinta, bien en blanco y negro, bien coloreada (pagando un suplemento). Por su afición a la fantasía interesó a Méliès el color (es curiosa la escena repetida donde un mago, interpretado generalmente por él mismo, dirigía la varita hacia sí mismo y cambiaba la coloración del frac: de verde en rojo o de azul en amarillo). No había en España talleres de coloreado a mano hasta el de Chomón quien con una serie de colaboradores trabajaban extensiva y minuciosamente para lograr su fin. Jamás entregó un producto sin las garantías del perfecto acabado. En su constante esfuerzo experimentador ideó unas planchas de celuloide para reducir y precisar el trabajo de coloración de los films. Más tarde la compañía francesa patentó este sistema (“Pathécolor”) ---
--- Contribuyó a crear una industria cinematográfica española en sus etapas barcelonesas, prestó atención al material propio del teatro transferido al cine (zarzuelas, p. e., algunos le consideran el creador absoluto), además hizo melodramas, dramas, comedias, históricas… ---
III)- RECORDANDO (BREVEMENTE) ALGUNOS TÍTULOS-
Aparte de algún fragmento en Internet mi conocimiento sobre la obra de Chomón proviene del citado DVD de la Filmoteca y alguna otra cinta visionada, como ya he dicho, en el Festival de Cine Fantástico de Sitges de 1978 (más adelante el Festival de Sitges dedicó una sección para el conocimiento de la obra de Chomón. Desgraciadamente no pude asistir, primero son  las obligaciones).
“Subida a Montserrat”, “Bajada a Montserrat”, “Panorama del Tibidabo” y “Panorama de Barcelona desde el Tibidabo” (todas de 1901) son reportajes geográficos con los cuales se iniciaba Chomón en el cine (producidas por Pathé) mientras “Choque de trenes” (1902) está subvencionada por el dúo Macaya- Marro (los expertos Tharrats y Fernández Cuenca lo dan por hecho). Su filmación, ambientación y trucajes están muy bien conseguidos: musgo utilizado en los pesebres, dos trenes reales corriendo a gran velocidad, substitución por maquetas y espectacular choque en un llano (Fernández Cuenca nos dice que su inspiración se debe a “Choque de transatlánticos”, realizada poco antes por Fructuós Gelabert, otro gran pionero). “Pulgarcito”, según cuento de Charles Perrault y “Gulliver en el país de los gigantes”, según la obra de Jonathan Swift están producidas por el mismo Chomón, como “Los héroes del sitio de Zaragoza” (1903) --- aparecía el personaje de Agustina de Aragón--- intercalando otros títulos filmados en Barcelona y sus alrededores a cargo de Pathé y otros de Macaya- Marro, como p. e. la cómica “L’hereu de Can Pruna” (1904), donde un grupo de mujeres persigue al rico heredero de Can Pruna, presentado con una extrema fealdad, para casarse con él. Con “El eclipse de Sol” (1905), documental científico, usaba por primera vez el “paso de manivela” (producida dirigida y fotografiada por él mismo).
 Vuelve a París en 1905 para entrar en nómina de Pathé 1) como técnico en trucajes de films de otros realizadores o 2) como director de cintas donde también será responsable de los efectos especiales. En el primer caso es memorable, entre otros, “La Vie et la Passion de Notre Seigneur Jesus- Christ” (“Vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo”, 1907), de Lucien Nonguet y guión más supervisión de Ferdinand Zecca, película dividida en cuatro partes con un total de 43 actos. Brillando todo a gran altura son destacables los efectos de Chomón relativos al caminar de Jesús sobre las aguas, la Transfiguración delante de sus tres apóstoles escogidos y la Ascensión (acto nº 42). En el segundo caso destaca especialmente “Electric Hotel” (“El hotel eléctrico”, 1908), pura Ciencia- Ficción: una pareja se aloja en un hotel donde todo se mueve con electricidad aplicada a funciones no conocidas (las maletas suben automáticamente a las habitaciones, se abren solas y reparten la ropa en los armarios, de la pared aparecen cepillos que lustran los zapatos de los clientes y utensilios de barbería para caballeros y peluquería para damas) pero el empleado cuidador de los mandos se emborracha y toca botones y palancas trastornando el orden (los servicios van con mayor rapidez, los muebles se desplazan, la crema de zapatos embadurna la cara del cliente, queda todo patas arriba). Un compendio de trucos magistralmente ideados y puestos en práctica por Chomón. Una maravilla………. Otros títulos: “La Boîte a cigars” (“La caja de puros”), “Les Oeufs de Pâques” (“Los huevos de Pascua”), ambas de 1907, “Voyage  au Planet Jupiter” (“Viaje a Júpiter”, 1909)  La maison ensorcelée” (“La mansión encantada”, 1908). Pocas referencias dan (a excepción de Tharrats) de otra joya que tuve la suerte de visionar en aquel inolvidable Festival de Sitges: “Cuisine Magnetique” (“La cocina magnética”, fechada en 1908 o 1909) donde  esta vez la magia trastoca el orden: un cocinero hecha sal a un cazo del que sale una humareda y luego un cochinillo vivo, el alarmado hombre abre unas estanterías y aparece un resplandeciente esqueleto bailando, platos y ollas se convierten en sonrientes soles y del fogón surge la cabeza de un buey. El cocinero huye asustado……….
Dice Fernández Cuenca al final de su libro: “La gloria tarda en llegar para muchos. Pero cuando llega queda inamovible, como un faro deslumbrador para los navegantes que buscan los tesoros purísimos de la alta condición humana”.
                                            Narcís Ribot i Trafí
1)- “Segundo de Chomón (Maestro de la fantasía y de la técnica)” – Carlos Fernández Cuenca – Editora Nacional (1972).
2)- “Los 500 films de Segundo de Chomón” – Juan- Gabriel Tharrats – Universidad de Zaragoza (Prensas Universitarias, colección “Imagen y comunicación”, 1988).
- “Segundo de Chomón, el cinema de la fascinació” – Joan M. Minguet Batllori – Filmoteca de la Generalitat de Catalunya (2009). En catalán.
- ”El cine de Chomón”- Agustín Sánchez Vidal- Editado por Caja de Ahorros La Inmaculada de Aragón (1992)-
- “Segundo de Chomón”- Pascual Cebollada- Instituto de Estudios Turolenses, adscrito al C.S.I.C.- Editado en ocasión al “V Festival de Cine en 5-8 y Vídeo” (1986)-
3)- “Segundo de Chomón- (1903-1912), el cine de la fantasía”- también editado por la Filmoteca de Catalunya (2010). Librito del mismo Minguet Batllori y DVD con 31 títulos.
4)- Aparte de las referencias en los citados libros es interesante para su etapa con el cine italiano el artículo de Sara Torres, “Segundo de Chomón en la Itala-Films” en la revista “Nosferatu” (octubre- 1990, nº 4) dedicado al Cine épico italiano mudo” , además de los escritos de Louise Beaudet y Manuel Rotellar.



miércoles, 10 de abril de 2019

GEORGES MÉLIÈS, ILUSIÓN Y SUEÑOS



     Muchos asiduos a las salas cinematográficas como gourmets de los efectos especiales de hoy probablemente no sepan que estos son una evolución de los primitivos trucos nacientes a poco de aparecer el cine. Quizás algunos ignoren quienes eran los Segundo de Chomón, Georges Méliês, ni tampoco los Willis O’Brien o Ray Harryhausen y ello puede extenderse a muchos de los consumidores del cine fantástico (¿) de ahora. Habrá quien piense que los efectos especiales son patrimonio del cine de nuestros días. Es una pena.
Los hermanos Auguste y Louis Lumière acababan de inventar el cinematógrafo para ser usado en mostrarnos escenas de la vida corriente: salida de los trabajadores de las fábricas, llegada de trenes a las estaciones, etc., o sea imágenes, retratos de la cotidianidad pura y dura. Los hermanos Lumière y el padre de ambos, Antoine, en pase privado, en el Salón Indio del Gran Café presentaron su invento proyectando su película “Salida de la fábrica Lumière en Lyon- Montplaisir”. Ello sucedía un 27 de diciembre de 1895. Entre el público había un invitado (por parte de Antoine) llamado Georges Méliès, propietario del teatro “Robert Houdin” (1) quien variaría o ampliaría la limitado visión que tenían de su invento los Lumière. El mundo quedó admirado de tal artefacto, Méliès también. Pero él pensó en utilizar el cine hacia otros derroteros e intentó comprar una de aquellas cámaras, llegando a ofrecer 50.000 francos pero Antoine se negó ya que no estaban aún en venta, añadiendo además el nulo futuro del invento salvo para la curiosidad. Craso error. Un año después (1896) Méliès adquiría por 1000 francos un proyector construido por el inglés Robert William Paul --- de inferior calidad al de los Lumière --- al que retocó convirtiéndolo también en un tomavistas, todo ello para exhibir, al menos en un principio, nuevos trucos en el teatro “Robert Houdini” y sorprender al público. Poco después compraba por 27.000 francos una caja de película negativa y positiva a Eastman en Londres y a continuación patentó un aparato ideado por él y por el mecánico Korsten llamado Kinetograph el cual, sin embargo, tuvo poca aceptación. Creó un laboratorio (el primero en Francia) para proveer/auxiliar en todos sus elementos al naciente cine y abrió su primer despacho de ventas, ampliado con tres nuevas tiendas contiguas y otro laboratorio.
Tenemos aquí servida la disyuntiva realidad (Lumière)- fantasía (Méliès) persistente aún hoy en día ¿De qué lado debe decantarse el cine? Creo, deben convivir las dos; personalmente y respetando en mucho la primera (reconociendo además la indispensable aportación Lumière) me decanto --- como aficionado e interesado por el cine --- hacia la segunda, la de Méliès al ofrecer la fantasía, en hacer ver como realidad algo que no lo era y en total admiración hacia su incansable afán experimentador el cual enriqueció más al naciente arte que luego también sería industria y arruinaría pioneros como al propio Méliès cuya energía para defender sus particulares intereses económicos no estaba a la misma altura de sus hallazgos cinematográficos (al igual que nuestro Segundo de Chomón). De abril a finales de septiembre de 1896 rueda sus primeras películas (en todo el año rozarán las siete decenas, en algunas de ellas seguía los pasos de los Lumière: escenas de la vida real, lo cotidiano filmado), casi todas de una sola bobina de 20 metros y en el jardín de su finca (en Montreuil-sous-Bois comenzará la construcción del primer estudio de impresión de películas). Un año después concluirá la edificación del laboratorio donde Méliès empezará a trabajar al momento, abandonando su faceta de fabricación de aparatos para dedicarse a elaborar exclusivamente películas (finales de 1897).
Georges Méliès (1861- 1938) nació en el número 29 del boulevard Saint- Martin de Paris el 8 de diciembre de 1861, tercer hijo del fabricante de zapatos François Méliès y Catherine Schueringh, holandesa de ascendencia española, hija del antiguo zapatero de la Corte de La Haya. Desde pequeño tiene facilidad por la pintura y el dibujo, construyendo más adelante teatros de juguete y marionetas para sus sobrinos. Acabados sus estudios marcha una temporada a Londres donde frecuenta el Egyptian Hall interesándose por los trucos de prestidigitación y los números de ilusionismo convirtiéndose en un profesional. Regresa a París e intenta entrar en la Academia de Bellas Artes para ser pintor pero su padre se opone y le hace trabajar con él en la fábrica de zapatos, adquiriendo allí gran conocimiento en mecánica. Más adelante (1888) decide abandonar el negocio familiar, comprar el teatro “Robert Houdin” y preparar, con el personal adecuado, decorados, escenografía, el proyector con fotografías coloreadas y cristales dibujados a mano. Funda la “Academia de Prestidigitadores”, que más adelante será la “Cámara Sindical de Prestidigitadores”. Fue elegido presidente, cargo que le ocupará durante cuarenta años. Después de la sesión de los Lumière y de sus primeros trabajos, aparece en 1898 el distintivo de Star Films, productora de Méliès: una estrella negra de cinco puntas que precede al girasol de Gaumont y al gallo de Pathé. Gran año para los proyectos de Méliès: 30 películas donde incluyen las vistas submarinas del acorazado “Maine” junto con “Guillermo Tell”, “La cueva maldita”, “El hombre de las 1000 cabezas”, etc. De 1896 hasta 1913 rodaría unos 500 títulos de los cuales solo se conoce una cuarta parte.
Este gran investigador cinematográfico que fue Carlos Fernández Cuenca (2) clasifica su filmografía de la siguiente forma: 1) primeros ensayos, 2) documentales, 3) actualidades auténticas y reconstruidas, 4) argumentos cómicos, 5) argumentos dramáticos, 6) películas de trucos, 7) películas de magia, 8) películas históricas y 9) adaptaciones de temas literarios y teatrales. El afortunado azar concedió el descubrimiento de su primer truco en la plaza de la Ópera de París: se le encasquilló el desarrollo de la proyección durante un minuto, el tiempo necesario para que después descubriera a coches y personas cambiantes de lugar y el ómnibus de la línea Madeleine- Bastilla se metamorfoseara en un coche fúnebre. De esta forma casual descubrió el truco por substitución instantánea, llamado también “paso de manivela”. Méliès enriqueció el cine con su experiencia adquirida en sus 25 años de trabajo en el “Robert Houdin” y le dotó de trucos con máquinas, efectos ópticos y la prestidigitación y, gracias a su inteligencia y gran capacidad por el trabajo, llegó a realizar los sueños más extraordinarios. Poco antes de la I Guerra Mundial el cine se va transformando: aquella curiosidad, en opinión de muchos, de barraca de feria ha evolucionado; ya es un arte pero también es una industria la cual arrincona o perjudica en algo o en mucho a hombres como Méliès, Chomón, Fructuós Gelabert, Ferdinand Zecca o James Stuart Blackton;  en Francia las compañías Pathé y Gaumont afirmaban unas bases para el trabajo masivo. Además de arruinado, nuestro hombre pierde a su esposa (1913) al momento que acaba su última película, “El viaje de la familia Bourrichon”. La guerra es la puntilla definitiva. Méliès deberá vender sus propiedades y, desolado, destruirá las máquinas y parte de su material fílmico, malvendiendo el resto. En 1925 contraerá segundas nupcias con la actriz Jehanne d’Alcy la cual había formado parte del personal del teatro “Robert Houdini” y luego fue estrella principal en gran número de sus films. Era propietaria de un puesto de caramelos, chocolate y juguetes en la estación de Montparnasse y, a partir de ahora, se turnará con su marido en el kiosco. A partir de 1925 su obra será reconocida y redescubierta por los vanguardista cinematográficos franceses y, especialmente, por los surrealistas; Léon Brézillon --- presidente del sindicato francés de productores cinematográficos --- logró que se le concediera “La Legión de Honor” por sus méritos (1931), en 1938, poco antes de su muerte, Henri Langlois --- creador de la Cinemateca Francesa --- logrará recuperar y restaurar parte de sus películas y desde 1946 se otorga el “Premio Méliès” para la mejor película francesa. A pesar de todo Georges Méliès moría en la más pura miseria (1938) de un cáncer doble.
Hemos dicho que el primer “efecto especial” de Méliès, descubierto por casualidad, es el llamado de  “substitución instantánea”, “parada técnica”, “parada por substitución” o “paso de manivela” (quizás la denominación más acertada y extendida), consistente en parar la filmación, sacar de escena lo conveniente (una persona o un objeto), empalmar y seguir grabando siguiendo la acción; eran los fundamentos de la Stop Motion sobre la cual nos depararían grandes momentos los Willis O’Brien, Ray Harryhausen o Jim Danforth (nacido en 1940). En su incesante trabajo de experimentación descubrió nuevos trucos, nuevos efectos. Veamos algunos:
---Utilizó maquetas para representar escenas de barcos/barcas navegando en cubetas de agua---
--- Para grabar escenas submarinas y hacer parecer al espectador que nos encontramos bajo el agua: colocaba un acuario con peces vivos entre la cámara y la escena a rodar, consiguiendo ver, de esta forma, al proyectar la película, la acción interpretada por los actores y el movimiento natural de la fauna acuática ---
--- En la filmación de elementos voladores (escenas en el aire) hizo construir, para tal fin, pasarelas con suelo metálico ---
--- En determinadas ocasiones, para vistas y escenas más arriesgadas, utilizaba lo que ahora llamamos cámara cenital: ubicaba una cámara colgada de una de las pasarelas superiores y filmaba el decorado situado a ras de tierra y por donde el (los) actor (es) realizaba(n) movimientos impracticables en normales condiciones (“L’homme- mouche” =“El hombre- mosca”, 1902, donde un hombre circula en exhibición por la fachada de un palacio) ---
--- Su gran experiencia teatral le hizo adaptar trucos del mundo del teatro al cine: p. e. el de las caídas de altura. Se realizaban mediante una tela pintada en donde el operador (desde una posición elevada) filmaba de abajo- arriba mientras el actor, suspendido con un cable invisible para el espectador, y desde las alturas frente al fondo pintado hacía extraños movimientos figurando perder el equilibrio ---
--- Proveniente del descubrimiento del “Paso de manivela” y en lógica evolución apareció el truco de “Sustitución por montaje”: dos personas hacen la misma acción que se graba por separado y, en la sala de montaje, se corta el film en el mismo punto de la acción de las figuras y se empalma la cinta. Al proyectarse nos da la sensación que el personaje ha sufrido una transformación. Un ejemplo es “Le locataier diabolique” (“El inquilino diabólico”, 1909), donde vemos como el inquilino de un apartamento lo va decorando arrojando cuadros y espejos a la pared, quedando pegados como por arte de magia. Prácticamente el efecto se consigue de la misma forma: 1) lanzar el cuadro, 2) parar la grabación, 3) fijarlo a la pared y 4) continuar filmando para luego, en la sala de montaje se cortaban los fotogramas y se empalmaban exactamente en la adhesión al muro ---
--- Una nueva habilidad, un nuevo procedimiento, un nuevo truco evolutivo fue el llamado “Fundido de doble exposición”, centrado en hacer desaparecer/aparecer personas de forma paulatina y gradual que consistía en grabar en una cinta una o varias veces. Lo más usado para este truco de sobreimpresiones era hacerlas en un negativo de fondo negro. En “Les cartes vivantes” (“Las cartas animadas”, 1904-05), las figuras de una baraja cobran vida: plano de una gigantesca carta, en el punto más conveniente de la fusión de imágenes rebobinando la película, cambiando la carta por otra blanca y ubicando una señora, con un atuendo muy similar a la del dibujo de la carta, en la misma posición (el presentador de la escena era el mismo Méliès, quien interviene como actor en muchas ocasiones dentro de sus películas), manteniendo todos los objetos/personas en la misma posición antes del corte y al volver a grabar vemos como las dos tomas están suavemente fusionadas ---
--- Uno de los trucos más complejos e interesantes es el llamado de “multiplicación de cuerpos y cabezas” cuyo paradigma ideal es “Le Melomane” (“El melómano”, 1903), uno de los films más famosos de Méliès, con siete sobreimpresiones simultáneas de la misma cabeza, es un portento de precisión y de ritmo (en palabras de Fernández Cuenca). Vemos un palo de telégrafos de cinco cables que significan las cinco líneas del pentagrama (fondo negro para toda la escena). El director musical (el mismo Méliès) lanza a los cables en clave de sol la cual quedará pegada (técnica de substitución por montaje), dibuja una nota en un papel y la tira otra vez a los cables, finalmente tira su cabeza a los hilos telegráficos donde también se adherirá. La cabeza animada compone la partitura de “God Save the King” (recordemos: fondo negro, el autor envuelto en capa negra se coloca una capucha negra ocultando todo el cuerpo, corta, se quita la capucha y filma las escenas de la cabeza suelta dirigiendo la música y riéndose y para cerciorarse del punto a rebobinar la película para retomar la grabación contaba las vueltas dadas a la manivela al filmar).
Recordemos ahora alguno de sus films más significativos, como la considerada su obra maestra, “Voyage dans la Lune” (“Viaje a la luna”, 1902), basada muy libremente en Julio Verne y en Herbert Georges Wells. Es la primera película de Ciencia- Ficción en donde veremos una gama de recursos para efectos especiales definitivos para la evolución del cine en lo referido a trucos. Causarán sorpresa aquellos selenitas interpretados por acróbatas del Folies- Bergères, medio insectos, medio crustáceos, abatidos por los terrestres a paraguazos y dejando una espesa nube de humo como recuerdo (otra vez la “Substitución instantánea” era la base del espectáculo).
Uno de sus films más interesantes fue “Le Puits Fantastique” (“El pozo encantado”, 1903), donde se nos muestra que por encantamiento de una bruja surgen de un pozo unos seres de pesadilla, algunos de ellos con aspecto de sapo que recuerdan el bestiario del escritor H. P. Lovecraft. Si Méliès es el pionero de la Ciencia- Ficción cinematográfica también lo es del cine de terror. Finalmente aparece un diablo con capa negra que al ser apaleado por la multitud, huye convertido en murciélago (antes del famoso “Nosferatu”, de F. W. Murnau, 1922, Méliès había ya insinuado la figura clásica del vampiro). Un año antes utilizará genialmente el método de las sobreimpresiones  para matizar el contraste entre seres gigantescos y enanos, además de servirse de maquetas disminuidas y aumentadas para crear el deseado contraste, aparte de los movimientos de una cámara prácticamente fija, acercándola o alejándola: “Les voyages de Gulliver a Lilliput et Chez les Geants” (“Viajes de Gulliver”), según adaptación de episodios sobre la célebre novela de Jonathan Swift. Otro de sus “viajes fantásticos” fue “Le Voyage a travers l’Impossible” (“Viaje a través de lo imposible”, 1904) donde se daba mayor importancia a los efectos mecánicos que a los ópticos y con profusa utilización de la tramoya. Aunque sin alcanzar la redondez de “Viaje a la luna” es obra --- protagonizada por el mismo Méliès --- de “gran madurez creadora” (Fernández Cuenca dixit). Ahora se trata de hacer un viaje al Sol. Cerca del final de su carrera nos ofreció otro trabajo sorprendente: “A la Conquete du Pole” (“A la conquista del Polo”, 1912), último de sus “viajes fantásticos”, fluidez narrativa y perfección técnica de los efectos (es una de sus obras más conocidas gracias a que fue pasada a 16 mm y distribuida), llegando a construir un “monstruo de las nieves” con movimientos coordinados mecánicamente.
Los fantasmas harán su presentación en la filmografía del gran pionero en 1903: “L’Apparition” (“La aparición”), en donde se nos muestra un espectro que aterroriza al protagonista. El recurso fue tan simple como eficaz: movimientos cortos y rápidos con la cámara. El resultado: perfecto. En “Le Royaume des Fees” (“El reino de las hadas”, 1903) vemos alguno de los decorados más vistosos de toda la filmografía, como el del “Palacio de las Langostas”, una película notoriamente bella y poética cuyo núcleo lo constituyen los trucos de prestidigitación de teatro. Otro título memorable fue “L’Homme a la Tête a Caoutchouc”  (“El hombre de la cabeza de goma”, 1901-1902). El propio Méliès se quita la cabeza y la hincha con un fuelle hasta que estalla. Un truco maravilloso y sorprendente aún hoy en día. Para ello el autor se colocó en una silla sobre una superficie inclinada y con un juego de poleas se acercaba a la cámara filmante. Naturalmente, en esta especie de travelling artificioso, la cabeza iba aumentando de tamaño y al mezclar con el plano general de laboratorio creaba la sensación de dilatada y monstruosa.  Finalmente citemos “Le Cake- Walk Infernal” (“Cake-Walk” forzado”, 1903). La trama se centra en el diablo que viaja a la Tierra y obliga a sus habitantes a bailar el “Cake-Walk”, de moda entonces en América y Europa: aceleraciones de movimiento, sobreimpresiones, transformaciones y riqueza en trucos ópticos y mecánicos en donde Méliès, seguro del dominio de su técnica, nos ofrece un trabajo sorprendente y reposado.
No siempre se ha reconocido su gran mérito. En la actualidad se han hecho estudios importantes, incluso se ha filmado una película- homenaje por parte de Martin Scorsese: “Hugo(“La invención de Hugo”) en 2011 --- aún la desconozco por falta de tiempo ---, algo es algo (3)…
                                                                                                         Narcís Ribot i Trafí

1)- JEAN- EUGÈNE ROBERT HOUDIN (1805-1871), ilusionista francés, considerado como el padre de la magia moderna. Hay un biopic bastante aceptable de 1953 dirigido por George Marshall, producido por George Pal e interpretado por Tony Curtis y Janet Leight: “Houdini” (“El gran Houdini”). Existe alguna versión nueva.
2)- “EL MUNDO DE GEORGES MÉLIÈS”- Carlos Fernández Cuenca, librito tan conciso como documentado y apasionante publicado en el IX Festival Internacional de Cine de San Sebastián (1961). En 1963 el mismo autor editará a cargo de la Filmoteca Nacional de España un resumen, “MÉLIÈS”, sobre las películas pasadas en aquellas lejanas sesiones de la Filmoteca. Recientemente ha aparecido otro librito, ahora de Ediciones Casimiro (Madrid, 2013) que es una traducción (Agustín Temes Rodríguez) con algunos puntos novedosos y desconocidos de la vida del maestro: “GEORGES MÉLIÈS, VIDA Y OBRA DE UN PIONERO DEL CINE”. En forma de libro no creo haya nada más en castellano…
3)- Este escrito se publicó hace años en “Forum Universitas” y “Diario de Cine”. Después aparecieron tres volúmenes que cito a continuación:
--”GEORGES MÉLIÈS, LA MAGIA DEL CINE”, obra coral editada por “Obra social La Caixa” (2013). Hay una edición en catalán en el mismo año:”GEORGES MÉLIÈS, LA MÀGIA DEL CINEMA”--
--“MÉLIÊS”, obra coral de Editorial Libros del Innombrable (Biblioteca “Golpe de Dados”, nº 122), ilustrado por Juan Luis Borra López (2017).
LA PANTALLA FUTURISTA” (DE “EL VIAJE A LA LUNA”, DE GEORGES MÉLIÈS A “EL HOTEL ELÉCTRICO”, DE SEGUNDO DE CHOMÓN). Editorial Cátedra. Rosa Delgado Leyva (2012).



lunes, 1 de abril de 2019

EL MARAVILLOSO MUNDO DE RAY HARRYHAUSEN (y II)



 En 1940  Ray Harryhausen compró su primera cámara de 16 mm. (antes había experimentado con cámaras de amigos) con la intención de realizar un film documental, “Evolución”, para comercializar en colegios e institutos pero desistió al visionar “Fantasía” de Walt Disney, quien, según el propio Harryhausen, “ya lo había dicho todo y muy bien”. La técnica usada, como sabemos, fue el Stop Motion que consistía básicamente en crear la ilusión de realidad a partir de muñecos articulados de no más de 60 cm. de altura, retratándolos  en una posición estática que era variada sólo unos milímetros en cada fotograma. Se consigue un cuadro distinto por cada actividad y para cada una de las figuras intervinientes en la escena; cuando estas imágenes sucesivas son proyectadas en una pantalla a velocidad normal las figuras adquieren vida. Después se coordinan los movimientos con la acción real mediante los llamados “travelling mate” o con transparencias (1).
  Después de “El gran gorila” (1949) Ray Harryhausen se enfrenta en solitario  por  primera vez profesionalmente con un largometraje donde nacería el Dynamation. La base siempre es la Stop Motion, la animación fotograma a fotograma, usada ya por su gran maestro Willis O’Brien y por los grandes pioneros de la cinematografía (Méliès, Chomón, Stuart Blackton). La película en cuestión fue “Beast from 20000 Fathoms” (“El monstruo de tiempos remotos”, 1953), de Eugene Lourie (2). El Dynamation es, sencillamente, aplicar el método de enmascaramiento (matte shot) dentro del Stop Motion. El film de Lourie --- continuamos en blanco/negro --- implanta el esquema habitual de este tipo de films, con ligeras variaciones, sobre una criatura  prehistórica hibernada en un lugar remoto (en este caso, el Polo Norte), una explosión nuclear de prueba le despierta y por mar va camino de New York sembrando desolación  a su paso (hunde barcos, emerge en las costas) y llega a la gran ciudad aterrorizando a la población (un miedo añadido es que el redosaurio exhala un gas venenoso) para ser finalmente abatido en un parque de atracciones gracias a un isótopo radioactivo. La técnica de Dynamation (algunos la llaman Dynarama, más bien en blanco-negro) está bien explicada en el libro de la Xunta de Galicia (además de recordar las localizaciones de los rodajes, un volumen indispensable para el aficionado a la animación y a la obra de Harryhausen), citado en el anterior escrito. Resumiendo es así:
I)-- Se rueda primero en escenarios reales, aquí una calle de New York—
II)-- Se coloca la figura de la criatura sobre una pequeña plataforma, en este caso la representación de la calle de la ciudad antes rodada. Detrás, sobre una pantalla se proyecta la imagen filmada. La cámara frontal debe de estar colocada de manera que la plataforma se acople  con la calle real del fondo y así, por perspectiva, parece que el “redosaurio” esté allí. Por último, delante de la cámara se ubica una plancha de cristal donde se realizará el enmascaramiento. Tenemos ya el segundo paso--
III)-- Mediante el cristal oscurecido se bloquean los elementos en primer término, aquí algún edificio detrás del que debe aparecer el animal. Por el visor de la cámara se ve el edificio ennegrecido  y detrás el fondo rodado y el dinosaurio. Se rueda paso a paso la figura mientras la proyección en la pantalla trasera se mueve también fotograma a fotograma, o sea mover con escasa variación el muñeco articulado y se filma un fotograma; se avanza en la proyección trasera otro fotograma y se mueve ligeramente el muñeco, y de nuevo se rueda otro más, hasta completar un plano--
IV)-- El siguiente paso consiste en quitar la figura animada y el cristal pintado de oscuro reemplazándolo por otro. Se rebobina la película en la cámara y en el proyector, comenzando de nuevo el 2º paso. Ahora en el cristal se pinta de negro toda la superficie menos lo bloqueado en negro en el punto anterior  y se rueda fotograma a fotograma sobre el mismo negativo, de forma que la parte oscurecida precedentemente que quedó virgen, retiene ahora la imagen captada—
De esta manera, después de ambas filmaciones, en el mismo negativo quedan grabadas las dos tomas que --- tras el revelado --- ofrecerán en la imagen final a la criatura apareciendo detrás del edificio, creando así un efecto realista.
Un verdadero paso evolutivo en el sistema de Stop Motion. Anteriormente se hubieran necesitado varios maquetistas para construir una calle en miniatura donde se tenía que filmar con el muñeco animado. Con ello, Harryhausen ahorraba dinero y tiempo. En determinados planos si tenía que componer maquetas, pero tan solo de aquellos edificios u objetos que la criatura fuese a golpear, tocar o destruir (en algunos casos  utilizaba fotografías recortadas y ampliadas de edificios reales). Con la colaboración de William Cook, técnico en maquetas y pirotecnia, Harryhausen ejecutó unos efectos, en parte aún en experimentación, con una suma de sólo 15.000 $ sobre los 210.000 $, coste total de la película. Comprada y distribuida por Warner Bros, el film recaudó 5 millones de dólares en 1953. Éxito técnico y comercial. El mismo año conoció al productor Charles H. Schneer con quién formará sociedad para el resto de su carrera con las dos excepciones de “The Animal World” (1955) y “Hace un millón de años” (1966). Antes de trabajar juntos, Harryhausen realizó uno de sus cortometrajes de animación basados en fábulas populares, en este caso “The story of King Midas”.
El primer trabajo del tándem Schneer (producción)- Harryhausen (efectos especiales) fue “It came from Beneath the Sea” (1955) que no se estrenó comercialmente en España (al irse editando la totalidad de la obra harryhausiana, primero en Vídeo, después en DVD, apareció con el título de “Surgió del fondo del Mar”), dirigida por Robert Gordon, con guión de George Worthing Yates. Se repite el esquema fijo ya usado en “El monstruo de tiempos remotos”: allí era un animal prehistórico no existente en la realidad (redosaurio), aquí es un pulpo de colosales dimensiones responsable de aterrorizar las costas del Pacífico; tanto uno como  otro reviven por una explosión atómica de prueba (el reptil prehistórico es despertado de su hibernación en el Polo Norte, el pulpo gigante es afectado por una descarga nuclear en la fosa de Mindanao que derrumba una pared natural poniéndolo en contacto con el mundo exterior aparte de cargar al animal con radioactividad); desapariciones misteriosas de barcos y fugaces ataques en las costas que siembran el pánico, autoridades que, en principio, no creen en el monstruo; científico que investiga; su asistenta enamorada del militar responsable de la investigación, sea de infantería (“El monstruo de tiempos remotos”) o capitán de submarino (“It came from Beneath the Sea”), interpretado por Kenneth Tobey, quien tenía un rol secundario en el film de Lourie; las escenas intermedias que refuerzan la  terrible amenaza (el dinosaurio derrumbando un solitario faro que ha confundido con una hembra de su especie, base del cuento de Ray Bradbury inspirador del guión - barco arrastrado al fondo por el terrible pulpo); el redosaurio asola New York antes de ser abatido por un arma atómica, el pulpo aterroriza San Francisco, hundiendo incluso el famoso Golden Gate Bridge, hasta finalmente ser destruido por un torpedo atómico.
Harryhausen animó seis en lugar de los ocho tentáculos del pulpo (falta de tiempo y escaso presupuesto). El film fue un nuevo éxito técnico y rindió muy bien en taquilla pese a la convencionalidad previsible y rutinaria de las escenas entre los humanos.
El mismo año volvió a trabajar con Willis O’Brien, animando dinosaurios en un capítulo del documental “The Animal World” (finalmente lo conseguí en DVD), del productor- realizador Irwin Allen, el cual produjo aquellas inolvidables series de SF para TV de los años 60, como “El túnel del tiempo”, Viaje al fondo del mar” y “Perdidos en el espacio”).
Dos  peculiaridades muy interesantes tenía el siguiente film, “Earth vs. The Flying Saucers” (“La Tierra contra los platillos volantes”, 1956), de Fred F. Sears: I) la animación esta vez no era de animales prehistóricos o gigantescos sinó de platillos voladores usados por alienígenas invasores (resuelto con ingeniosidad y eficacia, especialmente las escenas finales donde uno de los platillos se estrella contra la torre del Capitolio, en Washington). Pese a ser un remedo de la famosa “War of the Worlds” (“La guerra de los mundos”, 1953), de Byron Haskin, además de las limitaciones de Fred F. Sears la función es agradable gracias a la labor de Harryhausen y II) al trabajo de los reputados guionistas, Curt Siodmack (escribió la historia para el cine) y (3) George Worthing Yates (la convirtió en guión, ayudado por Raymond T. Marcus).
La siguiente película trata de un ser proveniente de Venus que se va agigantando en el transcurso de la acción: “20 Milions miles to Earth” (estrenada en Video y después DVD en nuestro país con el literal título de “A 20 millones de millas de la Tierra”, 1957), de Nathan Juran en su primer encuentro con Harryhausen. La criatura en cuestión, es el Ymir, dinosaurio antropomorfo venusiano, una de las más entrañables de Ray: una nave espacial (sin supervivientes a causa de la radioactividad incontrolada) transporta un enorme huevo recogido en Venus de donde nacerá el Ymir, en principio inofensivo y más bien herbívoro. La nave se estrella en las costas de Sicilia y el extraño ser será capturado por un feriante. De sus escasos centímetros de altura pasará a tener la de un ser humano, escapando de su jaula, acosado por las fuerzas del orden huirá, dará muerte a un granjero y a su perro para ser de nuevo apresado y llevado al zoo de Roma. Un accidente le dará la libertad para, tras terrible lucha, matar a un elefante (en algunos planos se utilizó un proboscidio auténtico, en otros es un muñeco animado de Harryhausen), aterrorizar la capital italiana, matar a varios soldados y, finalmente ser abatido en el Coliseo por un bazooka, cayendo desde lo alto. Como se ve es el esquema fijo de King- Kong con lógicas variantes (cfr. los exteriores rodados en Italia). El Ymir inspirará/recordará otros personajes harryhausianos como los cíclopes de “Simbad y la princesa” o el troglodita de “Simbad y el ojo del tigre” y, respecto a sus facciones, al Kraken de “Furia de titanes”. Es un film interesante, con escaso presupuesto pero se puede ver con agrado.
Llegamos a 1958, Harryhausen ha trabajado en films de SF, ahora se interesa por el llamado cine maravilloso, cine de mitologías o mezcla de ellas. Schneer produce la fantasía oriental “The 7th Voyage of Simbad” (“Simbad y la Princesa”). El film lo dirige Nathan Juran, honesto artesano que con “Simbad y la Princesa” logra la película de su vida (mismo caso que Henry Levin con “Viaje al centro de la Tierra”, 1959). Basado en el famoso personaje de las “1000 y una noches”, el imaginativo y bien dosificado guión de Kenneth Kolb, según una idea de Harryhausen, las entrañables figuras de nuestro hombre en su primer trabajo en color (Dynamation en pura esencia) hacen del film de Juran una auténtica obra maestra. Parte de la película se rodó en puntos de la geografía española: Alhambra de Granada, Madrid y Costa Brava (se reconoce la playa de La Conca, cerca de S’Agaro, a unos 4 km de donde vivía un servidor en su infancia). También se crea un esquema fijo en esta aportación que servirá para los dos siguientes Simbad de Harryhausen- Schneer, además de “Jason y los Argonautas” o “Furia de Titanes”: viaje a un lugar remoto para cumplir un objetivo, un brujo dominante de las artes negras (en el último Simbad será una bruja) que realizará toda clase de encantamientos en contra de nuestros protagonistas, criaturas imposibles y maravillosas, emocionantes aventuras y triunfo final del bien sobre el mal.
En esta ocasión Harryhausen usó planos filmados en pantalla azul (blue screen) lo cual le permitía situar actores de carne y hueso delante de sus creaciones cosa imposible con los primeros matte shots en Dynamation. Se rodaba primero el fondo real, luego el actor con una pantalla azul y finalmente el muñeco sobre un soporte similar al suelo real y después de pasar por el laboratorio se veía al actor corriendo delante de la criatura.
Aquí Harryhausen anima a una mujer- serpiente que danza (en realidad una  impertinente y gruñona camarera convertida en reptil momentáneamente por el brujo en una exhibición); la princesa disminuida en tamaño; la búsqueda del pájaro Roc bicéfalo (se parte de la mitología pero la bicefalia es totalmente nacida de la imaginación harryhausiana) cuya cáscara de huevo es el ingrediente para devolver el tamaño natural a la princesa Parisa, la novia de Simbad; los gigantescos cíclopes con cuerno y patas de cabra (en realidad aparecen tres, sensiblemente diferentes si nos fijamos); el dragón de iconografía convencional, para impedir que entren los cíclopes en la gruta que sirve de acceso al castillo del brujo y, como guinda del pastel, la famosa, cronometrada y musicalizada lucha de Simbad contra un esqueleto que el brujo da vida (los cruces de espadas sostenidas musicalmente por los xilófonos del gran Bernard Hermann son apasionantes). Contribuye al éxito la fotografía en technicolor de Wilkie Cooper: mares azul turquesa- verde esmeralda, colores terrosos de rocas y tierras, cuevas oscuras,  poco y tenebrosamente iluminadas, pavorosos abismos, el colorido rojo como símbolo de violencia y peligro venideros….dan un encanto naïf jamás visto. Como datos anecdóticos digamos que el realizador español Eugenio Martín actuó como ayudante de dirección, colaborando también conocidos técnicos nacionales como Gil Parrondo, Fernando González y el maquetista Emilio Ruíz y que apareció una colección de cromos deliciosamente diseñados sobre la película...
El siguiente título se filmó en los mismos emplazamientos del film anterior: “The 3 Worlds of Gulliver” (“Los viajes de Gulliver”, 1960). La chata realización de Jack Sher esquiva las aristas de trasfondo presente en el relato de Jonathan Swift, ilustrando unas divertidas aventuras ya sea en el país de los enanos (Liliput) o en el de los gigantes (Brobdingnag) gracias al trabajo de Harryhausen que en esta ocasión no anima seres imaginarios, solo una ardilla y un cocodrilo, gigantescos en proporción a Samuel Gulliver (interpretado por Kerwin Mathews, el Simbad del film anterior, actor que entendía muy bien las ideas de Harryhausen y se adaptaba perfectamente frente a sus creaciones). Gil Parrondo repitió su dirección artística y Francisco Prosper el hacedor de maquetas y componentes de atrezzo gigantes (a recordar la secuencia del  gigantesco tablero de ajedrez por donde deambula Gulliver).
Mismas localizaciones para el siguiente rodaje: “Mysterious Island” (“La Isla Misteriosa”, 1961), de Cy Enfield, basado en la conocida obra homónima de Julio Verne. La ambientación de la isla está muy bien conseguida en decorados y pinturas sobre cristal --- matthe paintings --- nítidos y formidables y las criaturas de Harryhausen, una vez más, constituyen lo mejor del film: el Phororhacos, ave prehistórica que recuerda un gigantesco gallo, el cangrejo, las abejas y el cefalópodo gigantes (no presentes en la obra literaria) debido a los experimentos del capitán Nemo (destacable la interpretación de Herbert Lom como Nemo, que en nada desmerece a la  clásica de James Mason, superviviente del apocalíptico final de “20.000 leguas de viaje submarino”, que con el  sumergible de su invención Nautilus, averiado, ha ido a parar a esta isla desierta y experimenta el gigantismo con animales para erradicar el hambre del mundo).
El cangrejo (ataca a los protagonistas, pero estos logran arrojarlo a un géiser para después servirles de alimento) se compró en un mercado, fue vaciado y le encajaron un esqueleto articulado construido por el padre de Harryhausen  (era ingeniero y, al igual que su esposa, siempre ayudaron en todos los sentidos a su hijo en su vocación artística), mientras Francisco Prosper elaboraba unas pinzas gigantes; las abejas eran de tela, una se posa en una roca en miniatura para crear el efecto realista y el cefalópodo llamado Nautilus (como la nave de Nemo) --- cuerpo y tentáculos semejantes a los del pulpo en una cáscara de caracol (impresionante la lucha de los buceadores con el gigantesco molusco en las sumergidas ruinas de la Atlántida).
La Isla Misteriosa es un agradable ejercicio de fantasía, para adultos y pequeños (siempre que he podido he proyectado la película en diversos cine-fórum y en colegios donde el film servía de apoyo para trabajos y estudios sobre Julio Verne).
El siguiente film es su primera mirada a la mitología greco- romana, “Jason and the Argonauts” (“Jason y los Argonautas”, 1963), sencillamente una película magistral. La realización de un Don Chaffey inspirado se compenetra maravillosamente con la labor de Harryhausen. Los invitados a esta fiesta son: la Hydra (dragón de  7 cabezas), las dos arpías --- cada una de distinto color --- que martirizan a un pobre ciego impidiéndole comer (cosa que finalmente logrará al reducir Jason a los engendros) --- si Harryhausen resolvió con holgura las escenas marítimas (“Surgió del fondo del Mar”, “La Isla Misteriosa”) también lo hace con las aéreas (los futuros pterodontes de “Hace un millón de años” o “El Valle de Gwangi”), aquí con las arpías volantes --- la gigantesca estatua metálica de Talos que cobra vida (inspirada en la de “El coloso de Rodas”) y la lucha de Jason y sus amigos contra siete esqueletos vivientes --- mismo truco de Simbad y la Princesa pero multiplicando las dificultades por siete --- cuya secuencia está rodada con 13 o 14 imágenes por día, por tanto el trabajo duró casi cinco meses. En esta escena los actores tenían los movimientos coreografiados con perfecto ajuste con los esqueletos animados. Resultado: una de las mejores y más admiradas escenas de animación de nuestro hombre. La película fue filmada en las costas italianas
First Menn in the Moon” (“La gran sorpresa”, 1964) es el retorno de Schneer- Harryhausen a la SF (Ciencia- Ficción), adaptando una novela de H. G. Wells, “El primer hombre en la luna” y rodada íntegramente en Gran Bretaña. La dirección recayó de nuevo en Nathan Juran, aquí algo abúlico (lejos de su correcta realización de “A 200 Millones de Millas de la Tierra” y a mucha distancia de su maravillosa “Simbad y la princesa”) y cansino, parcialmente compensado por la ambientación (algunos pasajes y subterráneos lunares) y animación (Harryhausen da vida a los selenitas de aspecto de insecto).
Llega el 2º ejercicio fuera de la producción de Schneer (después del documental “The Animal World”): “One Millions Years B.C. (“Hace un millón de años”, 1966) con la  cual la compañía británica Hammer- Films (4) iniciaba su serie de films prehistóricos. En realidad son historias anacrónicas ya que el ser humano jamás convivió con los dinosaurios pero se ve con agrado gracias, una vez más, a los efectos de Harryhausen.  La dirección corre a cargo de Don Chaffey, el cual ilustra ajustadamente lo pedido. En esta ocasión el rodaje tuvo lugar en las Islas Canarias, especialmente Lanzarote. Nuestro hombre anima un brontosaurio (visto tan solo unos cuantos segundos y de lejos), el ataque de un alosaurio cerca de las cuevas donde vive una de las tribus, el feroz combate entre un ceratosaurus y un triceratops, el vuelo del pteranodon capturando a Loana, (Raquel Welch), la terrible lucha aérea entre el pteranodon y el ramphorynchus, además del archelon (tortuga gigantesca de finales del Cretácico), una araña descomunal (solo unos segundos de aparición) y una iguana real aumentada. La película triunfó no solamente por la siempre habilidosa técnica de animación, también lo hizo por la belleza física de la debutante Raquel Welch que --- como ha sucedido en otras ocasiones --- se puso de moda durante algún tiempo.
De nuevo con Schneer, Harryhausen vuelve a los dinosaurios con “Valley of Gwangi” (“El Valle de Gwangi”, 1969), de Jim O’Connolly. Es una mezcla de aventuras, western y fantasía rodada en Almería y Cuenca. Los protagonistas son miembros de un circo (principios del siglo XX) que descubren un valle perdido en el desierto de México, aislado del exterior por una entrada natural. Allí serán atacados  por un pteranodon y verán a un alosaurio (el llamado Gwangi) devorando a un ornithomimus, la posterior lucha de Gwangi con un styracosaurio (parecido al triceratops que Harryhausen no quiso repetir de su anterior film), la captura del alosaurio mediante lazos, como los vaqueros con las reses, imposible de realizar por la fuerza del animal (aunque se desprenden rocas de la cueva de entrada sobre Gwangi y al dejarlo sin sentido favorece la acción de los humanos de llevarse y exhibir a la fiera prehistórica), su posterior huída de la plaza de toros, la lucha contra un elefante de circo hasta su destrucción final dentro de la catedral (con la cola derriba unos lampadarios y se propaga el fuego por los cortinajes). La portentosa animación hace avanzar la correcta y, a veces, lenta realización de O’Conolly lo cual hace visionar con interés este film cuya idea estaba en la mente de Willis O’Brien años antes (falleció en 1962). Harryhausen quiso que viera luz como homenaje a su mentor.
Entramos en la década de los 70 con el retorno a su querido personaje: “The Golden Voyage of Simbad” (“El viaje fantástico de Simbad”, 1973), otro recital de maravillosas aventuras. La realización de Gordon Hessler no resulta tan poética como la de Juran (“Simbad y la Princesa”) o Chaffey (“Jason y los Argonautas”) en sus respectivas obras maestras pero es más sólida y eficaz que las de Sher, O’Connolly, Wanamaker o del Juran de “La gran sorpresa”. Los efectos de Ray Harryhausen son de lo más alto de su fructífera obra, acoplados perfectamente: el pequeño homúnculo volador (espía del brujo Koura), el mascarón de proa que adquiere vida por cuenta del hechicero para robar la carta de navegación, la estatua de la diosa Kali animada por el brujo que danza y con sus seis brazos empuña sendas espadas contra Simbad y sus amigos con la perfecta armonía de sus movimientos (para mí el culmen de la animación de Harryhausen ex-aequo a los siete esqueletos de “Jason y los argonautas”); el gigantesco centauro- cíclope (mezcla de personajes de la mitología, idea totalmente harryhausiana), representante de las fuerzas del mal como el griffon (otro ser mitológico con cabeza y alas de águila y cuerpo de león) lo es de las fuerzas del bien (el combate entre ambos fue de lo más difícil para la animación de Harryhausen). Rodada en Mallorca y en diversos puntos de Andalucía, el nuevo Simbad era John Phillip Law y el nuevo brujo, Koura, estaba interpretado por Tom Baker, substituto del Sokurah (Torin Tatcher) de “Simbad y la Princesa”.
Es inferior la realización del ex-actor Sam Wanamaker para el tercer Simbad que vino a continuación: “Simbad and the eye of the tiger” (“Simbad y el ojo del tigre”, 1976), empezada a filmar en Andalucía y acabada en Malta. Es una puesta en escena sin inflexiones, atonal y grisácea pero podemos visionar con gusto el álbum de sorpresas que nos tiene preparado nuestro hombre: el Minaton (estatua del minotauro, con una especie de reloj por corazón que cobra vida gracias a las malas artes de la bruja Zenobia), el Walrus (especie de morsa gigante del Polo Norte), los espectros que atacan a Simbad en el campamento (recuerdan en mucho a los esqueletos de “Jason y los Argonautas”), el gigantesco troglodita con cuerno y piel granulosa, inspirado en los cíclopes del primer Simbad, el tigre “dientes de sable” y el príncipe Kassim convertido en mandril. Este tercer Simbad es Patrick Wayne, correcto en su interpretación aunque no nos haga olvidar a los dos anteriores. Habrá también la escena típica de combate entre criaturas fantásticas: el dragón de Sokurah vs. El cíclope (“Simbad y la Princesa”), el centauro-cíclope vs. El griffon (El viaje fantástico de Simbad) y el troglodita contra el Smilodon o “Tigre de dientes de sable”, mientras el vencedor morirá poco después; el dragón mata al cíclope pero recibe una flecha gigantesca, cayendo muerto sobre Sokurah y aplastándolo (“Simbad y la Princesa”), el centauro- cíclope, ayudado por Koura, vence al griffon pero luego es lanceado y apuñalado por Simbad y sus marinos (“El viaje fantástico de Simbad”) y el Smilodon degolla al troglodita y poco después es alcanzado por una estalagmita desprendida que acaba con su vida,  en realidad es el espíritu de Zenobia que se había introducido dentro del animal  (“Simbad y el ojo del tigre”).
El relativo fracaso comercial --- que no técnico, ni tampoco artístico --- de su última película, “Clash of the titans” (“Furia de titanes, 1980”) dictaminó, desgraciadamente, la jubilación anticipada de Ray Harryhausen y su sistema de animación. La causa no fue la morosa e insegura puesta en escena de Desmond Davis; otras veces el trabajo de Harryhausen ha salvado el interés por la función (5), pero eran otros tiempos y aparecieron otros sistemas puestos de moda y respaldados por presupuestos millonarios (aunque “Furia de titanes”  contó con el apoyo económico de MGM y un presupuesto más holgado, 16 millones de $, más elevado que la suma total de las otras películas Schneer- Harryhausen). Como en “Jason y los argonautas” volvemos a la mitología griega: Zeus/Júpiter (Lawrence Olivier), Afrodita/Venus (Ursula Andrews) y otros juegan una vez más al ajedrez con personas humanas. El film se rodó en diversas localidades de España, Italia, Grecia, Sicilia, Turquía y Malta. Se reproduce la historia de Perseo y la medusa (que recuerda la mujer- serpiente del primer Simbad), el Cancerbero, aquí perro gigantesco de dos cabezas, Kraken, el monstruo submarino, Calibos (basado en los mitológicos faunos, a veces muñeco animado, a veces actor maquillado), Pegasus (el caballo volador) y el búho metálico (guiño a “La Guerra de las galaxias”). Nuestro hombre salió por la puerta grande, él y su sistema serán recordados siempre por los aficionados. Su trabajo fue substituido por la informática y ordenadores cada vez más sofisticados pero los Lucas, Spielberg, Cameron y demás epígonos --- poseen unos méritos que no niego --- los cuales con su técnica y sus millones nunca podrán igualar la maravillosa y entrañable poesía de Ray Harryhausen (6).

                                                       
                                                                            Narcís Ribot i Trafí


1)- El sistema de Harryhausen está explicado en el libro de Adolfo Blanco Lucas, “Cinesaurios”, editado por Royal Books (Barcelona, 1993) que recomiendo, no porqué el autor, amigo mío, a quien envié material y escritos, me nombre como uno de los más grandes expertos de Harryhausen en España  --- modestia aparte --- sino por los acertados comentarios y la completa filmografía sobre dinosaurios en el cine.
2)- Eugene Lourie escribió el guión y dirigió “Behemoth, the Sea Monster” (“The Giant Behemoth”, titulo en Estados Unidos, en España llegó en DVD como “El monstruo submarino”) con Willis O’Brien en coral con otros técnicos y muy bajo presupuesto, con algún momento interesante pero sin alcanzar el impacto de “El monstruo de tiempos remotos”. Lourie realizará una tercera aproximación dinosaúrica en 1960: “Gorgo” (“Gorgo”), centrándose – sin abandonar el esquema prefijado ---en el instinto maternal de los dinosaurios pero sin Harryhausen ni O'Brien sino con un hombre disfrazado como en la filmografía japonesa de los Godzilla, Gappa y compañía.
3)- Curtis Siodmak era guionista y argumentista de reconocido nombre, además de autor de novelas (en su país, Alemania, de donde huyó a causa de la subida al poder del nazismo), además de realizador ocasional. Su más famoso relato es “El cerebro de Donovan”, realizándose varias versiones cinematográficas y su guión más recordado, por iniciar una serie, es la historia del pobre Lawrence Talbot, interpretado por Lon Chaney Jr., un hombre bueno que por desgracia queda marcado por el estigma de la licantropía: “El hombre-lobo”. Curt Siodmak (a quien conocí en el Festival de Sitges de 1987) era hermano del director Robert Siodmak, famoso por sus películas de cine negro. George Worthington Yates era otro gran guionista, husmeador de ideas y momentos acertados en el campo de la SF y fantasía. A él se deben argumentos como “Them” (“La humanidad en peligro”), 1954), de Gordon Douglas, absoluta obra maestra (hormigas gigantes a causa de la radiación atómica), “It came from Beneath the Sea”, de Robert Gordon y efectos de Harryhausen, cambiando las hormigas por el pulpo, o “La conquista del espacio” (1955), de Byron Haskin.
4)- Hammer Films, modesta productora británica, fue fundada por los hermanos Enrique y James Carreras y William Hinds en 1935. En los 50, después del éxito de “El experimento del Dr. Quatermass”, de Valt Guest (1955) decidieron hacer un revival de los mitos del cine de terror. Consiguieron las versiones más hermosas y románticas cuando contaron con el realizador Terence Fisher.
 5)- En “Furia de titanes” Harryhausen tomó como ayudante a Jim Danforth, gran técnico en Stop Motion, responsable, entre otras, de la animación de “Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra”, segunda vuelta de Hammer sobre la prehistoria después del éxito de “Hace un millón de años”. Lástima que su prometedora labor no tuviera continuidad.
6)- Dos libros muy recomendables en lengua castellana:
---”RAY HARRYHAUSEN, CREADOR DE MONSTRUOS”. Maia Ediciones (colaboran Xunta de Galicia, Ayuntamiento de La Coruña y Fundación Luis Seone), varios autores (2009)---
--- “RAY HARRYHAUSEN, EL MAGO DEL STOP MOTION”. Calamar Ediciones, de Carlos Díaz Maroto (2010).