viernes, 25 de septiembre de 2015

GUSTAVE CAILLEBOTTE


                Hace poco apareció en la revista “Historia y Vida” un escrito de Ana Echevarría titulado “El gran olvidado” sobre Gustave Caillebotte. Una gran sorpresa pues pocos estudios hay de este más que sobresaliente pintor (*). Lo fue ocasionalmente, y no precisó vivir de su arte.
No sería el primer recordado en un examen o conversación sobre el movimiento Impresionista. Antes acudirían a la mente los consagrados después del reconocimiento del estilo: Claude Monet, Pierre- Auguste Renoir, Edgar Degas y quizás --- pese a su tiempo de injusta marginación --- a Alfred Sisley Pero hubo otros que influenciaron en las vanguardias venideras, una vez pasada la época del Impresionismo. Uno de ellos fue Gustave Caillebotte (1848- 1894), nacido en París dentro de una familia de clase alta. Su padre heredó el negocio familiar textil y también era juez del Tribunal del Comercio. A partir de 1860 su familia solía pasar los veranos en Yerres, localidad a 12 km de París y, seguramente allí, empezó Gustave a pintar. Había llegado a ser abogado e ingeniero naval pero prácticamente ejerció poco. Gracias a la herencia de su padre pudo vivir de las rentas y dedicarse a la pintura. Entró pronto en contacto con el grupo, aún no reconocido, disidentes de la Academia y de la oficialidad pictórica a quienes llamaban despectivamente “Impresionistas” gracias al cuadro que presentó Monet (bautizado irónicamente como “Impresión” por un crítico) en la primera exposición del grupo celebrada en 1874. Caillebotte asistió como espectador y presentó ocho cuadros en la segunda exposición dos años después, entre ellos su famoso “Les Revoteurs de Parquet” (“Los acuchilladores de parqué”), obra rechazada por academicistas, críticos ineptos y defensores de lo “establecido” y de la “oficialidad” (hoy en día reconocido como obra maestra) a causa del tema “proletariado” (obreros trabajando en un piso) y por “vulgar”. Gustave Caillebotte no pintó tantas obras como los citados pero, aparte de sus incuestionables logros artísticos, realizó --- gracias a su situación económica --- sus actividades como mecenas y defensor del grupo, además de ayudar y apoyar a sus colegas en todo. Al acabar la guerra franco- prusiana entró en el taller de Leon Bonnat (pintor académico) donde se inició en el estudio de la pintura y pulió su estilo, claramente realista, siendo Jean- François Millet y Gustave Coubert quienes más le influenciaron en su carrera para adherirse al grupo impresionista, admirando y tomando prestada la técnica y estilo de cada uno pero sin ceñirse a ninguno en particular. Títulos como “El puente de Europa” (1976), “París, tiempo de lluvia” (1877) o el ya citado “Los acuchilladores de parqué” (1875) le acreditaron, aunque tardíamente, después de su prematura muerte (como pasa en muchas ocasiones) como gran pintor…
En realidad Gustave Caillebotte fue uno de los más importantes impulsores del movimiento impresionista aunque se reconociera mucho más tarde. Sino por cantidad si por calidad de sus obras y por su labor de mecenazgo para con sus compañeros y para el desarrollo de la obra impresionista gracias también a su acomodada posición social. Como coleccionista de arte también legó al estado francés cuadros de Degas, Monet, Paul Cézanne, Camille Pissarro, Renoir y Sisley ...
Podríamos decir que la mayoría de sus obras poseen una clara referencia realista. Antes de su etapa impresionista posee un impetuoso naturalismo que tiende a dignificar lo modesto (François Millet) y la representación del personaje de la forma más real posible (Gustave Courbet) para después recibir influencia de todo el grupo impresionista en un preclaro eclecticismo con base talentosa. Nunca abandonó totalmente esta tendencia realista. Incluso al entrar en su etapa impresionista sus obras se balancean entre ambos estilos, a veces como si experimentara sobre el lienzo pero nunca sin adherirse formalmente a ningún estilo de otro pintor ni a ningún género. Sus características:
--- Dinamismo de la luz en relación a los objetos lo captó de Claude Monet---
--- La mezcla de los colores en el cuadro como hacía Pissarro en pequeñas y rápidas pinceladas ---
Su temática incluye bodegones, vistas urbanas, barcos y escenas de interior. Después de su periodo naturalista (con predominación de la vida urbana) su mejor etapa impresionista es la de Argenteuil donde destacan especialmente sus marinas.
De su época realista destaca su modelado naturalista de la figura:
--- Siempre presente la aplicación real de la luz observando el foco direccional y la superficie proyectante. Perfilado preciso de las formas ---
--- Vigilando siempre la armonía cromática, desarrollando la gama adecuada en cada obra --- Influye en la incidencia de la luz sobre los cuerpos la aparición de la fotografía. Del período de Argenteuil destaca:
--- Estudio de la luz tonal y local, aplicación impresionista del color ---
--- Las formas dejan de estar perfiladas ---
--- La pincelada directa substituye al modelado, utilizando el color puro a través de la pincelada ---
Pintó bastantes cuadros sobre temática doméstica y familiar, grupos de personas tocando el piano, cosiendo, juganto a las cartas, leyendo, etc. También es responsable de valiosas obras sobre tema urbano como el citado “El puente de Europa”, su segunda versión (posiblemente un años después, 1877) o”La plaza de Europa en tiempo de lluvia” en curiosa contraposición a las calles de Monet con abundantes personas en ambiente bullicioso mientras en Caillebotte se ofrecen pocos transeuntes (1877), “Pintores de brocha gorda” (1877), con la paleta reducida a cremas, grises y verdes --- pintura rechazada en un principio por los de siempre --- expresa magistralmente lo deseado por el artista. Fuera de París realizó Caillebotte varios paisajes como el “Embarcadero de Argenteuil” (llamado igualmente “El pontón de Argenteuil”, 1886-87), excluyendo totalmente personajes humanos, “Veleros en Argenteuil”/”Barcos de vela en Argenteuil” (1888), tema también tocado de forma similar por Renoir, Monet y Sisley, “Llanura de Gennevilliers” (1884) o “Las rosas, el jardín  del Petit Gennevilliers” (1884) en donde el autor daba fe de su afición por la horticultura (la mujer que cuida y recoge flores podría ser Charlotte Berthier la cual compartió los últimos años de su vida).
Caillebotte nunca se casó. Vivió con su madre menos los seis últimos años de su vida y su repentina muerte (1894) a los 45 años se debió a un derrame cerebral. El legado de sus obras recayó finalmente en el gobierno francés el cual en un principio era propenso a rechazarlo. Como muy bien dice un escrito, “Hasta hace poco su filantropía y generosidad eclipsaron su propia pintura”.
                                                                                                                 
                                                                                                                              Narcís Ribot i Trafí


(*)- En castellano el único estudio en libro que conozco es “Caillebotte”- Colección “La era de los impresionistas”, nº 11- Globus Comunicación S. A.- Madrid, 1995.

jueves, 17 de septiembre de 2015

ALFRED SISLEY


Alfred Sisley (París, 1839- Moret, 1899), pintor del grupo impresionista cuya obra en su tiempo fue generalmente menospreciada e infravalorada y ahora se considera, con justicia, un pilar del impresionismo, su figura relegada por debajo de los Claude Monet, Édouart Manet, Camille Pisarro o Edgar Degas ahora se le considera — al menos — por un igual y para algunos (entre los que estoy yo) es nuestro “impresionista preferido” y, en general, uno de los pintores que en más estima tengo.  También fue el menos estudiado y ahora existen bastantes análisis (no muchos en castellano).
Alfred Sisley nació en el seno de una familia de financieros británicos residentes en Francia, dejó sus estudios comerciales para entrar como aficionado en el estudio de Charles Gleyre, pintor académico de origen suizo, en donde conoció a los pioneros impresionistas: Pierre- Auguste Renoir y Monet además de Fréderic Bazille (fallecido prematuramente, 1841- 1870, en la guerra  franco- prusiana, admirador de Eugene Delacroix y subyugado por el estilo impresionista entró en el grupo de la mano de Manet y de su corta producción se recuerda especialmente su habilidad como retratista y sus deliciosos azules y verdes).
El estudio de Gleyre cerró poco después y la quiebra de la economía familiar a causa de la guerra  le decidió vivir de la pintura. No tuvo suerte ya que pasó grandes penurias en diversas pequeñas localidades alrededor de París. Sisley había participado en la primera exposición impresionista (1874), segunda (1876), tercera (1877) y séptima (1882), siempre con la misma falta de éxito en las ventas. Mientras sus colegas empezaban a ser reconocidos artísticamente y gozaban ya de una prosperidad comercial, él pasaba grandes privaciones malviviendo de la pintura –- aunque algunos compañeros y marchantes, en especial Gustave Caillebotte, le ayudaron nunca pudo levantar el vuelo –- hasta su fallecimiento a causa de un cáncer de garganta en 1899. Monet llegó a tiempo a su lecho de muerte.
Sisley fue siempre un paisajista –- casi mil obras en su haber, solo 18 antes de 1871 –- y como buen impresionista prefirió siempre la pintura al aire libre en la que se inicia en 1863 en el bosque de Fontainebleau con Renoir, Monet, Bazille y con más apego a estos paisajes que sus compañeros.
Su repertorio incluye escenas soleadas, con mirada lírica, melancólica y sentimental y cuando la luz además de chocar atraviesa densas nubes la obra se abre en interpretación melancólica aunque sin abandonar nunca la poética. Si Monet y Renoir oponían el nuevo estilo al academicismo así como  Pisarro,  Degas   y Paul Cézanne abrían nuevas claves en la pintura moderna, Sisley retomaba los elementos del pasado centrado en la naturaleza. Fue un pintor impresionista- romántico.
Tanto el cielo como el terreno tenían un primer plano, un plano medio y un fondo para Sisley. Utilizando una paleta de colores escasos y discretos consiguió unas obras emocionantes, transmitiendo magistralmente la sensación de quietud y tranquilidad. Las características de su pintura podríamos resumirlas así: — Reorganización del espacio — Cielos amplios en profundidad y atmósfera en líneas de perspectiva reforzadas por los diversos componentes del cuadro — Escalonamiento entre los diversos planos del cuadro — Experimentación en el cuadro de un equilibrio formal entre los distintos elementos del cuadro — Gran número de paisajes pintados en “l'Ille- de- France” — Rechazo del purismo académico en pos de las intenciones del estilo impresionista — Sus paisajes son oferentes de la ilusión tridimensional y de una asumida profundidad de campo — Utilización de la pincelada suelta y directa — No define el contorno de las formas — Búsqueda de la impresión mediante la luz para representar, de esta forma, los objetos (a causa de ello es uno de los impresionistas más puros) — Algo le influyeron Georges Seurat y Paul Signac en su vertiente puntillista — Fuerte sentido de la construcción compositiva en sus paisajes — Sisley defendía que el artista debe olvidarse de los superfluo y “empujar” al observador a que siga el mismo camino que él para ver qué es lo cautivante del creador plasmado en su obra ---
Desde sus principios Sisley estaba influenciado por algunos miembros de la escuela de Barbizon como Charles- François Daubigny o Camille Corot (llegando a presentar algunas obras suyas como alumno de este) y del también pintor realista Gustave Coubert, de los acuarelistas ingleses (principalmente John Constable), además de J. W. Turner y Richard Pakes Bonington y de los paisajistas holandeses del siglo XVIII para más adelante encontrar puntos de contacto con Eugene Boudin, pintor con alguna relación con el movimiento impresionista.
Sus temas predilectos serán el agua, el cielo, la nieve y la bruma, sabiendo evocar estos elementos con poesía cautivadora hasta poder hacer dos o más cuadros de un mismo paisaje en condiciones climatológicas diferentes, p. e. en “Nieve en Louveciennes” (1874) consigue comunicar perfectamente la sensación de serenidad y quietud que producen las intensas nevadas en los paisajes rurales, usando una paleta mínimamente reducida: cielo prácticamente gris y nieve blanca.
En la década de los 60 del siglo XIX Alfred Sisley, influenciado por la escuela de Barbizon, elaboró diversos paisajes de colores tiernos y suaves los cuales ofrecían sensación de placidez y melancolía (algo que nunca le abandonará) conjuntados por medio de luces y sombras, siempre para captar la atmósfera de la naturaleza como meta. Será en los 70 cuando Sisley pueda considerarse un “impresionista” auténtico y de los más puros dentro del estilo de tal movimiento.
Veamos algunos de sus cuadros, p. e. “La carretera de Sèvres” (también titulado “El camino de la máquina”), pintado en 1873. Los caminos en las afueras de Louveciennes, en perspectiva, eran materia prima  para la inspiración de Monet y Renoir, aparte de Sisley, en esta primera mitad de los 70. Nuestro hombre, seguidor — más que sus colegas — de un régimen tradicional del espacio, generalmente escogía vistas frontales de los árboles subrayando los intervalos en profundidad (en sus cuadros con agua serán los cuerpos componentes del paisaje reflejados en el líquido elemento, al igual que sus vistas con nieve) y siguiendo el método usado por Corot. La luz del día, otoñal y soleado produce matices anaranjados y ocres en la tierra y en conjunción con el tenue chispeo crea una muestra ejemplar del sabio uso de la paleta. Del mismo 1873 podemos admirar “Paisaje en Louveciennes” donde la técnica sigue siendo libre y vaporosa pero la gama de colores está más cercana a la de algunos años atrás: predominan ocres y verdes esparcidos en masas más compactas de color, destacando el solfeo lírico de los reflejos violáceos del sol poniente sobre las nubes. La característica de su parte romántica se ve más clara en “Regatas en Molesey, cerca de Hampton Court”, de 1874, en la cual se nota el esfuerzo de los remeros, las revueltas por el avance de las embarcaciones y por el viento (agitador también de las banderas) con una fuerza expresiva más atractiva y sin nada que envidiar a la de sus colegas impresionistas. En 1872 Sisley había pintado dos cuadros sobre el mismo tema, “Inundación en Port -Marly”, pero será en 1876 cuando realizará sus tres famosas versiones de la inundación. En una presenta la fachada del “Restaurant Nicolás” en escorzo y otro de frente. El pintor se sitúa en el punto más alejado, abriendo más la amplitud panorámica a la escena y cediendo mayor espacio al agua con adecuado y abundante volumen para el cielo gris con nubarrones. Hileras de árboles y poste telegráfico medio sumergidos diseñan la estructura espacial del cuadro, completamente melancólico y sentimental...

Cuando la familia Sisley se arruinó y él malvivió de la pintura por su timidez para negociar, algunos de sus cuadros fueron vendidos a precios bajísimos (de 25 a 50 francos), ahora la cotización es altísima y ello sucedió al poco de su muerte al finalizar el siglo XIX.