domingo, 11 de noviembre de 2018

AUGUSTO EN LAS ARTES



                           Nos hemos encontrado varias veces en estas páginas con este Cayo Octavio Turino, el primer emperador de Roma. Concedidos los títulos de Princeps y Augustus. Cuando hablamos de Tiberio, hijastro, yerno y sucesor suyo en el trono, recientemente con Germánico, en los cuatro escritos sobre Antonio & Cleopatra y con uno dedicado a él, “Augusto en la literatura” (16-mayo-2016). Ahora hablaremos del mismo Octavio César Augusto (sobrino- nieto e hijo adoptivo de Cayo Julio César en el año 44 a.C.) en las artes, muy potenciadas por él durante sus largos años como el primer hombre de Roma. Ya vimos como aquel muchacho de naturaleza enfermiza (nacido en el 63 a. C.) llegó a ser el máximo mandatario del Imperio a partir del año 27 a. C. tras vencer a su enemigo y ex cuñado Marco Antonio y a su amante Cleopatra, reina de Egipto. Por lo tanto fue emperador más de 40 años (falleció el 14 d. C.) y la máquina ideada por él funcionó durante unos cuatro siglos a pesar de haber emperadores tan siniestros y nefastos como Calígula, Nerón, Cómodo o Caracalla...
Ya dijimos que Augusto fue muy hábil en su propaganda como jefe de estado. Sus acciones fueron escritas en la “Res Gestae Divi Augustae” (“Hazañas del divino Augusto”) pasadas a escrito ya siendo emperador para ser luego esculpidas en griego y latín en los monumentos en su honor siendo el “Marmor Ancyranum” en Ankara (Turquía) el único ejemplar completo conservado hasta nuestros días (evita hablar de sus años de triunviro y no cita prácticamente a Marco Antonio).
La propaganda imperial ocupa todo el arte figurativo de su época en su totalidad. Hay retratos que muestran a Octavio como vencedor en Accio (“Augusto de Primaporta”) --- gran estratega cuando el vencedor de la batalla fue el general Agripa, su yerno y hombre de confianza --- o como sacerdote adalid de la “pietas” republicana (Augusto de la Vía Labicana) mientras otros retratos de miembros de su familia procuran parecerse a él incluso en el peinado.
Los elementos decorativos demuestran la época de fertilidad y prosperidad de su reinado (animales,  racimos con numerosas hojas y uvas). El cisne de Apolo, p. e., fue representado por primera vez en el “Ara Pacis” (“Altar de la Paz”) en el Campo de Marte en Roma (13-9 a. C.) mientras que en unas placas decorativas de terracota muestran la lucha entre Apolo y Heracles y en el Templo de Apolo en el Palatino significan la lucha de Augusto contra los enemigos de la República. Unas joyas enseñan el trípode de Apolo con una serpiente entre sus pies (simbolizando posiblemente a la fertilización de Atia). El signo zodiacal de Capricornio es frecuente, puesto que el emperador nació un 23 de septiembre bajo este signo.
Varios acontecimientos históricos fueron representados por relieves (uno fragmentado sobre la batalla de Accio conservado en el Museo de Budapest). El dios Apolo aprueba y celebra esta victoria y en el “Ara Pacis” se representa a la familia del emperador en el transcurso de los actos ceremoniales en el año 9 a. C. Lo vemos como un juez sensato y justo en equivalencia al bíblico Salomón en un vaso de plata originario de Meroe (Egipto, siglo I d. C.). 
Los autores cristianos hablaron siempre bien de Augusto, desde la misma Biblia (el nacimiento de Jesucristo en Belén durante el censo) y en relatos, leyendas y profecías de autores no cristianos (según una de estas leyendas Octavio Augusto hizo erigir un altar en honor del niño nacido) --- “Ara coeli” (“Altar del cielo”) --- puesto en relación con la iglesia que lleva este nombre en el Capitolio. Esta leyenda ha promovido varias ilustraciones (“Speculum”, piezas para altares) como el de Bladelin de Roger Van der Weyden (ca. 1460) además de una tabla de Konrad Witz (siglo XVI), frescos en iglesias como los de Ghirlandaio (ca. 1485) --- quien tuvo como aprendiz en su taller al gran Miguel Ángel Buonarroti --- en Santa Trinità de Florencia, tapices en bruselas de principios del siglo XVI y pinturas, entre otros, de Il Garofalo,  conocido como Benbenuto Tisi da Garofalo (1537), Tintoretto (1550-1555) y Antoine Caron (ca. 1580), encargadas por Carlos IX.
La “Pax Romana” promovida por Augusto hizo que fuera llevado como ejemplo a los emperadores carolingios y romano-germánicos en la Edad Media. Por ello es muy posible que un camafeo de Augusto del año 20 a. C. sea el adorno central de la Cruz de Lothar en la Catedral de Aquisgrán (ca. año 1000) y los retratos del emperador del Sacro Imperio Enrique II se parezcan a Octavio.
En el Renacimiento también es un referente en el arte figurativo y motor propagandístico par reyes y gobernantes. Así, Cósimo de Medici se hizo representar como César Augusto en una escultura de madera de Vicenzo Danti (1572) y, más adelante (1650), el cierre de puertas del templo de Jano (significando tiempo de paz) es tomado como ejemplo por Carlo Maratta para la Galerie de la Vrilliere de París mientras Carlo Van Loo lo hace para la casa de campo de Luis XV en Choisy (1765). Hay unas telas representando al vencedor Augusto con la derrotada Cleopatra y algunos frescos sobre el emperador leyendo “La Eneida” de Virgilio o escuchando la lectura por boca del propio escritor --- amigo personal suyo --- a cargo de Pietro de la Cortona (1647), a principios del Barroco, en la sala de Apolo del Palazzo Pitti (Florencia) en donde también aparece Alejandro Magno con los libros de Homero. Angelica Kauffmanann (1788), Jean Auguste Dominique Ingres (ca. 1812) y Vicenzo Camuccini imita a Ingres pintando un cuadro en donde Octavia, la hermana del emperador, se desmaya al oír la noticia de la muerte de su hijo Marcelo.
Johann Heinrich Wilhelm Tischbein pintó para el Schloss Wilhelmshöhe de Kassel una colección de lienzos representando las virtudes  y cultura de Augusto para trasladarlas a Guillermo VIII de Kassel: conversación con Cleopatra, lectura de la “Eneida”, dando una recompensa a los soldados y perdonando a Cinna, escena inspirada por el dramaturgo Pierre Corneille en su obra “Cinna o la clemencia de Augusto” de 1641. Este episodio será retomado varias veces en la pintura francesa: François André Vincent (1787) y Alexandre Fregonard (1796), entre otros.
Mucho menos aparecen escenas del triunvirato: una de las pocas es “Massacre du Triumvirat”, de Antoine Caron (1562), repitiendo otra vez (1566) y Hans Vredeman de Vrie, en los mismos años,  aludiendo a los enfrentamientos religiosos en la Francia de aquel siglo.
La llamada “época dorada” (“Aurea Aetas”) fue evocada por Benito Mussolini para intentar mostrar el deseado --- que no conseguido por muchas causas --- paralelismo (de él y sus seguidores) entre ambos imperios...