lunes, 13 de junio de 2016

ANTONIO Y CLEOPATRA EN LA LITERATURA (HASTA SHAKESPEARE)


La vida de Marco- Antonio y Cleopatra, el amor nacido entre ambos, sus circunstancias y la muerte de ambos se convirtió en relato popular. Los acontecimientos esenciales (y más recordados) podríamos verlos en las muchas versiones cinematográficas, especialmente la de Cecil B. DeMille y la de Josep L. Mankiewicz. Posiblemente sea Cleopatra el personaje femenino más veces aparecido en relatos literarios y en el cine. La historia de ambos enamorados se cruza con la de Octavio César (sobrino- nieto de Julio César), posteriormente Augusto, el primer emperador romano, tras la muerte por suicidio de la pareja.
Después de su relación con Julio César y con Marco- Antonio --- después del suicidio de este --- intentó infructuosamente pactar con el vencedor Octavio (alguna fuente indica que intentó seducirlo sin éxito). Plutarco nos dice que fue una súplica (no pensaba el futuro Augusto quitarle la vida sino humillarla y llevarla a Roma cargada de cadenas) mientras Floro y Dión Casio hablan del intento de seducción, inútil ante la frialdad mostrada por el romano. Al saber su destino la reina de Egipto acudió al suicidio, mordida por una serpiente introducida en un cesto de higos según la tradición. Suetonio, Plutarco y Dión Casio notifican sobre la relación Antonio- Cleopatra. Algunos puntos negativos de la egipcia son influencia en la literatura por parte de Octavio mostrando a la reina de Egipto como una fuerza peligrosa para el Imperio. Así, Horacio la señala como “Fatale monstrum... non humilis mulier” (“Monstruo fatal... mujer carente de humildad”) en la Oda I 37.
Los historiadores de la época anotan su habilidad para usar el cuerpo con fines políticos aunque haya algunos indican una cierta admiración: Sexto Propercio (la astucia y el ardid en suicidarse burlando la vigilancia ordenada por Octavio) y después de hundirla con sus calificativos es defendida en el mismo poema por Horacio (“valiente y orgulloso suicidio”). Plinio el Viejo habla de los fastos y derroches en la corte alejandrina.
En la Edad Media el nombre de Cleopatra aparece, casi siempre, con un sentido negativo. Dante, p. e., la anuncia como un mujer voluptuosa y maliciosa. En el “Malleus Malleficarum”, de Heinrich Kramer (o Institoris) y Jacob Sprenger (finales del siglo XV) es denominada como “la peor de las mujeres” y en una disertación de Sarah Fielding es presentada como una persona falsa e intrigante frente la honesta Octavia (hermana de Octavio y esposa de Marco- Antonio).
Centrándose en la relación amorosa Antonio- Cleopatra vemos como es explicada por Giovanni Boccaccio en “De Claris Mulieribus” (1361-62) y por Geoffrey Chaucer en “The Legend of Good Woman” (aprox. 1386), aquí presentada como noble víctima de su amor. La gran popularidad del personaje de la reina se debe a la biografía de Plutarco y la primera pieza teatral con el nombre de Cleopatra es una tragedia de Alessandro Spinello (1540), se centra más bien en los conflictos dinásticos mientras Etienne Jodelle escribe una tragedia (1552) en donde Octavio es comparado con Carlos V  y una noble Cleopatra prefiere la muerte  a ser llevada como trofeo a Roma, cargada de cadenas, por el futuro emperador. Más o menos siguen la misma tonalidad y temática las obras de Cesare de Cesari (1551) y de Celso Pastorelli (1576) aunque menos provistas de esta mordacidad comparativa política.
Los dramaturgos españoles del siglo XVII acudieron a la figura de Cleopatra en algunas obras: Francisco de Rojas Zorrila se centra en el tema del suicidio (“Las áspides de Cleopatra”, publicada en 1645), con increíbles efectos dramáticos lo cual inspiró a Francisco de Leiva Ramírez en “Marco Antonio y Cleopatra”  (probablemente publicada antes de 1662).
Se muestra a Marco Antonio como brillante guerrero y a Cleopatra como enamorada sinceramente de él en las obras de Robert Garnier (1578), Giovabattista Giraldi Cinthio (1583), Samuel Daniel (1594) e Isaac de Benserade (1624), muy influenciado por Garnier. Por el contrario, Guilliam de Nieuwelandt en “Aegyptia” (1624) la relación amorosa resta totalmente el sentido de la pasión.

El amor, la pasión, la ambición de poder es descrita magistralmente por William Shakespeare en su drama  “Antonio y Cleopatra” (1607), exacerbando el relato de Plutarco...

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