viernes, 13 de junio de 2014

BEETHOVEN: 9 SINFONÍAS


I)- REDUCCIÓN UNA: A) LA SINFONÍA, B) ¿POR QUÉ LAS DE BEETHOVEN?

              A) No se puede asegurar rotundamente que la sinfonía clásica, tal como la conocemos ahora, derivara exclusivamente del “Concerto Grosso” y de la obertura de ópera sino que como producto musical (el más representativo, el más complejo y noble junto a la ópera) apareció en diversas escuelas musicales inconexas entre sí de forma compleja aunque los creadores de la genuina sinfonía, Hydn y Mozart, conocieron estos centros musicales. La palabra “sinfonía” literalmente significa “conjunto” y proviene de los morfemas griegos “syn” y “phonein”, es decir, sonar conjuntamente o resonar de forma simultánea.
              B) Una vez preparado el camino irrumpe Joseph Franz Haydn con sus 108 sinfonías (ejemplos formales y musicales sin precedentes), llamado “El padre de la sinfonía” mientras que su amigo Wolfgang Amadeus Mozart se adaptó a los gustos musicales de la época y de su genio fluyeron 47 sinfonías. Pero será Ludwig Van Beethoven (1770- 1827) quien renueve el género sinfónico. Su ruptura es de concepción aunque bebiera en las fuentes de los antes citados y de otros. Auténtica bisagra del cambio clásico- romántico, Beethoven se enfrenta ante el corpus sinfónico con una orquesta más amplia, todos sus instrumentos tienen derecho a asumir roles esenciales, abolición del predominio de las cuerdas  mientras que los materiales de viento --- madera y metales --- pasan a elementos ocasionales a primer plano en otro lenguaje. Haydn y Mozart, entre sus maravillosos logros, compusieron trabajos de encargo para sociedades y círculos. Beethoven crea nueve sinfonías  (descartando la de “Jena” cuya paternidad parece no ser beethoveniana) cada una de las cuales responde a su estado de ánimo. Sus receptores: el mundo entero. Crea nuevas fórmulas, nuevas relaciones audaces de fuerza musical incomparable.
II- REDUCCIÓN DOS: 9 SINFONÍAS-
De sus sinfonías escritas entre 1799 y 1824 se diferencias dos bloques: 1) las grandes (números 3, 5, 6, 7 y 9) y 2) las menores (números 1, 2, 4 y 8). En el primer grupo vemos la 3, en mi bemol (opus 55), llamada “Heroica” dedicada en un principio a Napoleón Bonaparte, aunque el autor se arrepintiera y finalmente fuera en honor, marcada en su II movimiento (”La marcha fúnebre”), a un “gran personaje”. La 5, en do menor (opus 67), llamada a veces “La del Destino”, el hombre en lucha con su destino (tiene el inicio más recordado). La 6, en fa mayor (opus 68), “Pastoral”, por su eje temático extra musical describiendo la naturaleza del campo. La 7, en la mayor (opus 92), bautizada por Wagner como “La Apoteosis de la Danza” es sencillamente maravillosa y distinta a todo lo hecho hasta entonces. La 9, en re menor (opus 125), llamada “Coral” por las voces humanas en su último movimiento es la más popular (junto con la 5) y la más larga del autor.
Las sinfonías 1, 2, 4 y 8, “menores”, responden a un aspecto más neoclásico convencional y son piezas conseguidas pero más ligeras y menos complejas que las “grandes”.
En la 1 en do mayor (opus 21) aparecen ya las peculiaridades del lenguaje orquestal beethoveniano, auténtica promoción de los instrumentos de viento: una flauta y dos clarinetes, más de los empleados por Mozart en su formidable sinfonía 41 (“Júpiter”) aunque se nota la influencia mozartiana y, sobre todo, haydniana. La sinfonía 2, en re mayor (opus 36) denota un refuerzo de la arquitectura musical sin profundizar aún en la creación abierta y total (personal pero lejos de la arriesgada nº 3, “Heroica”). Es lógico que la sinfonía 4, en si bemol (opus 60), como la 8, en fa mayor (opus 93), eclipsadas por sus “grandes vecinas” (3, 5 y 7) a veces se olviden. Si la gracia y la belleza caracterizan la 4, el humor y la alegría parecen conducir la 8 (dedicada a Maelzel, inventor del metrónomo).
La sinfonía 3 es una aportación definitiva, un auténtico tesoro en el campo sinfónico, tanto por la armonía en sí como por los métodos que iban a revolucionar la música radicalmente. Ya en el “Allegro con brío” aparecen las trompas (por primera vez en la orquesta hay tres trompas) iniciándose con acordes secos sin el preceptivo lento introductorio de antaño. Ideal musical y encarnación sonora se funden en misma unidad. 
La nº 5 es la que más tinta ha hecho correr (junto con la 9). Con un esquema tradicional y jugando con la dualidad temática, contrastes de intensidad e interrupciones momentáneas llevan a un final contundente en la que parece vencer el tema que representa a la humanidad, siempre a partir de una célula musical de gran sencillez --- ahí está la gracia de lo sublime --- y también Franz Schubert, el más cercano a Beethoven de los compositores que le siguieron descubrió la fuerza y potencialidad de los diseños temáticos sencillos, haciéndolo en sus mejores sinfonías: la 8, “Inacabada” y la 9, “Grande”.
Por su parte, la 6 es el primer antecedente del poema sinfónico enriquecido por maravillosas aportaciones de Franz Liszt y Richard Strauss, entre otros. Si en la 5 la fuerza y el choque determinan la escritura en la 6 “Pastoral” predominan los matices delicados y el fraseo musical más fino; la unidad generadora de la 5 se reemplaza por amplios temas de depurados contornos melódicos que describen la belleza de la naturaleza campestre.
La “Gran” sinfonía 7 es la más ambigua, la más inquietante, la que más depende del director de orquesta: movimientos secretos, misteriosos los cuales rondan sobre un mismo tema desarrollándose en círculos concéntricos. Junto a la 9 fue la preferida de Wagner y una de las predilectas de Beethoven (también es la sinfonía por la cual siento más debilidad). La colosal sinfonía 9, “Coral”, es intencionadamente lenta, meditada, extensamente comunicativa con prolongación musical de los instrumentos de viento. La aparición de la voz humana en el último movimiento es la culminación de la genialidad.
Existen unos 17 minutos de su iniciada --- no llegó a continuar por su fallecimiento en 1827 --- sinfonía 10. Estos pocos compases arreglados por el profesor Barry Cooper (por ello se llega a los 17 minutos) son magistrales según los que los han oído…
                                                                                                          Narcís Ribot i Trafí


No hay comentarios:

Publicar un comentario