EPAMINONDAS EN LAS LETRAS Y EN LAS ARTES

“No es feliz el que ignora y no pregunta, ni el que sabe y no enseña ni practica.” (Epaminondas)

      La Grecia actual estaba formada en la Antigüedad por las llamadas Polis o ciudades-estado. De ahí nació aquella admirable civilización de la cual aún bebemos. Es triste ver como dentro de este conglomerado que tanto aportó a la cultura en muchas ocasiones se enzarzaban en guerras fratricidas: los otrora aliados, eran después enemigos. Casi todos se unieron en la lucha contra los persas (Guerras Médicas) pero luego, al querer tener toda la hegemonía volvieron a las riñas interiores: Esparta cortó la expansión y apogeo de Atenas en la Guerra del Peloponeso. Ahora era Esparta con su poderío militar quien mandaba. Pero le salió un rival que sorprendentemente le arrebató el poderío: Tebas (1) y la gran personalidad de Epaminondas.

Epaminondas (nació cerca del 418 a. C en Tebas y murió en el 362 en Mantinea) procedía de una aristocrática familia tebana venida a menos. Recibió una esmerada educación, aprendiendo oratoria, danza, filosofía y música. Convertido en strategos, junto a su amigo Pelópidas, revolucionó totalmente la concepción del ejército creando la “falange oblicua” o el “frente rechazado”, donde entraba en combate un frente débil que retrocedía y rompía filas ante el adversario, mientras que un flanco formado por varias filas de hoplitas constituía una esquina que penetraba en las líneas del enemigo y lo embestía por las alas (2). Gracias a ello venció a los espartanos, considerados invencibles, en la batalla Leuctra (Epaminondas contaba con 6500 hombres que derrotaron a los 11000 espartanos del rey Cleombroto, 371 a.C.). Invadió el territorio espartano liberando a Mesenia y al igual que su inseparable Pelópidas (ganó la batalla de Cinoscéfalos a Alejandro de Feres pero perdió la vida), murió de un lanzazo en Mantinea después de derrotar a los espartanos y a muchos antiguos aliados de Tebas, entre ellos Atenas que sentía (re)celos de Tebas y no dudó en pactar con sus antiguos enemigos espartanos. La hegemonía tebana duró igual que la de Epaminondas (371-362 a. C.). A punto estaba de aparecer sorprendentemente Macedonia  con Filipo II y su hijo Alejandro Magno para hacerse dueña de toda Grecia y construir un imperio universal y de empezar lo  que se llamaría “helenismo” (aunque a veces, por comodidad se da esta denominación a partir de la muerte de Alejandro, 323 a.C.).

Epaminondas es señalado como hombre de vida sencilla, contrario a sobornos y exento de crueldad. Desgraciadamente se ha perdido una biografía de Plutarco y se ha conservado otra de Cornelio Nepote, auténtica alabanza a nuestro hombre. Apiano y Justino ofrecen datos sobre su vida mientras Diodoro confiere a Epaminondas ser el guerrero más grande de todos, más que Pericles o Temístocles en sus respectivas épocas.

También será muy admirado en tiempos posteriores: Michel Eyquem de Montaigne le considera junto con Alejandro Magno y Homero entre los más grandes personajes del mundo. El polaco Stanislaw Konarski escribió un drama clasicista sobre su vida y su muerte en la segunda mitad del siglo XVII y estará representado en una narración de Reinder Blijstra, irónicamente titulada “El cobarde de las Termópilas” que forma parte del volumen “Het slachtoffer was de dader” (“La víctima era el autor”, 1971).

No está inmortalizado en el arte figurativo de la Antigüedad. Más adelante, una pintura de Isaak Walraven (1726) hace una popular escena de su muerte y en relieve sendas obras de Theodore Banks (1763) y David D’Angers (1811). Otro cuadro de su final es el de Louis Gallait (siglo XIX), representando a Epaminondas arrancándose la lanza (murió minutos después). Benjamin West hará otra pintura de su muerte (1773) para el rey Jorge III siguiendo un grabado de Hubert-François Gravelot que a su vez había ilustrado una edición de Charles Rollin, repitiendo en 1799. Finalmente, Laurent Pècheux delineó en 1795 un modelo para un tapiz destinado al rey de Turín.

En cine no se ha realizado, que yo sepa, ninguna película sobre Epaminondas. Otra vez se desaprovecha la ocasión.

                                                                          Narcís Ribot i Trafí

1)- TEBAS- ciudad de la Grecia central en la región de Beocia (no confundir con la Tebas egipcia, llamada “de las 100 puertas”, capital del Imperio Medio junto a Luxor), situada en una llanura muy fértil a poca distancia de Platea. En la Edad del Bronce, Tebas fue una de las ciudades micénicas más ricas. Decidida a dominar otras ciudades de Beocia ---- como Atenas lo hiciera con el Ática o Esparta con Laconia ---- no lo consiguió totalmente. En ocasiones adoptaron posturas políticas impopulares, como estar al lado de los persas en las Guerras Médicas (a pesar que Leónidas contaba con un contingente de tebanos). Píndaro fue su poeta principal (principios del siglo V). Cada ciudad de Beocia elegía un “beotarca” (primeros magistrados de la liga Beocia) renovado anualmente y reelegible. Tebas como capital presentaba dos. Epaminondas lo fue durante un tiempo.

2). Quien sacó provecho y perfeccionó la estrategia militar de Epaminondas fue Alejandro Magno. Con ella y  su genial habilidad táctica hizo doblegar a los antiguos y eternos enemigos/aliados Esparta- Atenas- Tebas, al resto de Grecia y a todo el mundo conocido.