martes, 3 de mayo de 2011

“LOS PLANETAS”, ASTRONOMÍA Y MÚSICA


El profesor Gustav Holst (&), músico inglés de origen escandinavo, compuso entre 1914 y 1916 “Los planetas” (@), suite para orquesta (Opus 32), y gracias a ella fue mundialmente famoso. Verdaderamente y hasta el momento es la única composición sinfónica dedicada al Sistema Solar. Ni la sinfonía nº 43 de Franz Joseph Haydn con la accidental denominación de “Mercurio”, ni la sinfonía nº 41 de Wolfgang Amadeus Mozart, “Júpiter”, ni la sonata “Luz de Luna”, de Ludwig Van Beethoven (en ambos casos el título apareció después de la muerte del compositor) en este sentido pueden llegar a competir con esta obra de Holst.
La suite “Los planetas” se compone de 7 movimientos, uno por cada planeta, excluyendo voluntariamente La Tierra (Plutón se descubriría más tarde, 1930, por Clyde William Tombaugh). Holst comenzó a interesarse por la Astrología a partir de esta pieza y a pensar en los planetas en función de su significado astrológico para, más tarde, estudiar Astronomía.
El tono y manejo de la paleta orquestal es solemne y espléndido, no concordando el orden de situación con la aparición del tiempo musical dado a cada astro.
1)- MARTE- (Ares, en griego, el mensajero de la guerra). Posee gran sonoridad y energía rítmica, intensidad y fuerza, según dicen inspirado por la irrupción de la I Guerra Mundial. Debutan las cuerdas con violencia, siguiendo con progresiones armónicas de la trompa y los metales, igualando el contraste marcado entre tonalidades.
2)- VENUS- (Afrodita para los griegos, el mensajero de la paz). Hace honor al título dado por Holst, ofreciendo sorprendentes contrastes con el movimiento precedente. Dos secciones luminosas y tranquilas sostenidas por dos acordes de flautas y arpas que anticipan el sentimiento de eternidad propio de Neptuno.
3)- MERCURIO- (equivalente griego de Hermes, el mensajero alado). Evoca un scherzo clásico, vivo y ligero a través de cambios brillantes entre cuerdas y viento. Una melodía de inspiración popular anunciada por el violín solo, demuestra un savoir faire muy adecuado que va apoderándose progresivamente del aparato orquestal en su totalidad.
4)- JÚPITER- (en griego = Zeus, el mensajero de la alegría). La densidad de ideas melódicas crece en este 4º movimiento dedicado al mayor planeta e nuestro Sistema Solar (por ello Zeus/Júpiter es el rey de los dioses del Olimpo). En conjunto posee una tupida refulgencia, una alegría contagiosa que define todo el tiempo y un buen humor magníficamente resaltado por la música.
5)- SATURNO- (El Cronos griego, mensajero de la vejez). Holst constata que no solamente es el portador/representante de la vejez sino también la forma de haber cumplido una misión. Es una adaptación de una obra coral del mismo autor (“Dirge and Hymeneal”, según texto de Thomas Lovell Beddoes). Es el movimiento más largo (9 minutos y 40 segundos) y el preferido del autor como también Saturno es el planeta más admirado por los aficionados a causa de sus señoriales anillos. A partir de 1970 se descubrió que Júpiter, Urano y Neptuno también tenían sus anillos aunque ninguno de los tres, por su tenuidad y delgadez, pueda competir con los de Saturno.
La música es reposada y tranquila con irrupciones de subidas/bajadas de tono en forma inesperada. Es la contraposición musical de Júpiter como lo es Marte de Venus.
6)- URANO- En este caso el nombre del planeta proviene de un dios griego y no de su equivalente latino-romano ya que no lo tiene. En la mitología griega, Gea (la madre Tierra) surgió del caos y tuvo un hijo, Urano (el cielo), que se convirtió en su marido.
Holst lo titula Urano, el mago, en alusión al ocultismo que baña a todo el movimiento en una atmósfera de misterio.
7)- NEPTUNO- (el dios del mar, Poseidón, subtitulado por Holst como El místico). Sellado de parte a parte en piannissimo, el movimiento desarrolla por su tratamiento instrumental específico --- ayudado por el arpa y por largas y vaporosas notas de cuerda --- una atmósfera muy original y particular. Se acaba con una melodía sin palabras a cargo de un coro femenino que parece fundirse en el infinito………….
8)- ¿FINAL?- Algunas ediciones de”Los planetas” incluyen el movimiento del compositor británico Colin Matthews (1946) dedicado a Imogen Holst, hija de Gustav: PLUTÓN (el dios griego Hades, subtitulado “El renacido). Según propias palabras el autor ideó un movimiento que “renace” a partir de los últimos acordes de Neptuno. El movimiento es muy rápido, incluso más que Mercurio. Los vientos solares le sirvieron de punto de partida y posee su propia identidad en todo el movimiento. Al final todo se va apagando, como si Neptuno hubiera reemprendido su melodía conclusiva…Más adelante otros compositores siguieron musicando otros astros, asteroides, el Sol, etc….
                                                                       Mn. Narcís Ribot i Trafí

(&)- Gustav Theodore von Holst (Chellenham, 1874- Londres, 1934), provenía de cinco generaciones de músicos. Sus primeros trabajos eran experimentales. Antonio Díaz nos dice que “Los planetas” eclipsó el resto de su obra (ha pasado otras veces). Conocía el sánscrito y ello le llevó a componer música de clara influencia hindú a más del folklore inglés. También wagneriano (tuvo la suerte de escuchar “El Ocaso de los dioses” dirigida por Gustav Mahler), elaboró numerosas obras corales como “El himno a Jesús”, basándose en los Evangelios Apócrifos y alguna ópera como “At the Boards Head” (titulada en España “La taberna del jabalí”, 1924). Hay composiciones más que notables raras veces interpretadas. Solo “Los planetas”.
(@)- Es interesante el libro “Los planetas”, de Dava Sobel , Editorial Anagrama (Colección Argumentos), Barcelona 2006 (traducción del original “The planets”, Nueva York, 2005). Habla de astronomía, poética y música astronómicas.

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