miércoles, 27 de junio de 2018

LA MÚSICA PROGRAMÁTICA DE RICHARD STRAUSS


La voz humana es el más bello instrumento, pero el más difícil“ (Richard Strauss)

                               La programática es una música instrumental cuya estructura está definida por temas más o menos extramusicales, p. e. extraídos de la literatura, artes plásticas o de la naturaleza.
Procede más bien, dentro de ambientación romántica, de fusionar todas las ramas del arte, p.e. “La Sinfonía Fantástica” de Héctor Berlioz, “Cuadros de una Exposición” de Modest Mussorgski y, sobre todo Franz Liszt en sus “Poemas Sinfónicos”. Tiempo después Richard Strauss (1864 -1949) se convirtió en el más grande representante de la música programática que, además, le sirvió para entrar en el campo de la ópera en forma originalísima y con gran éxito.
De formación neoclásica, el alemán Richard Georg Strauss tiene el acierto de seguir el camino de Richard Wagner en la denominada “Música del Porvenir”, estilo y propuestas wagnerianas pero formas expresivas totalmente propias e innovadoras.
En sus poemas sinfónicos buscaba el sustrato filosófico intentando la fusión entre la música propuesta. Así, en “Aus Italien” (1886), fantasía sinfónica --- claramente música de programa pero con los cuatro tiempos de una sinfonía propiamente dicha ---, Strauss dibuja con trazos musicales los sentimientos recibidos en su viaje a Italia.
En el mismo año que fallece Franz Liszt (Bayreuth, 1886),, Strauss escribe los primeros compases de su “Macbeth”, basado en William Shakespeare. Es ya un “poema sinfónico” de estilo y espíritu totalmente lisztiano y no una fantasía sinfónica como “Aus Italien”. 
Parcialmente liberado de las formas clásicas demostrará una sutileza y una riqueza además de un lenguaje personal que eclosionará totalmente en sus futuras obras. El “Macbeth” straussiano expresa mediante la música --- sin ser nunca un refrito musical de su correspondiente soporte literario --- el orgullo, la fatalidad, la inquietud, la crueldad … pasiones y sentimientos propios de Shakespeare. El “Macbeth” de Strauss es un digno complemento al “Hamlet” (Shakespeare también) o al “Fausto” (Johann Wolfgang Goethe), ambos de Franz Liszt.
Don Juan” (1888-1889), basado en textos de Nikolaus Lenau, por su lenguaje es totalmente innovador. Strauss recurre a una orquesta en herencia totalmente mutada por grandes músicos como Wagner, Gustav Mahler o Anton Bruckner, apareciendo afortunados experimentos en su vertiente tímbrica, armónica y rítmica. Con “Muerte y transfiguración” (1888-1889) estamos ante un poema sinfónico de los más populares. A pesar de que el material temático sea más simple, el conjunto musical (espléndida orquestación) es perfectamente parangonable al del magistral “Don Juan”: un hombre a punto de fallecer, en su lecho de muerte, recuerda su vida pasada (oboe y arpa memorizan su infancia), después hay un deseo natural de vivir y resignación. Explicada toda su vida el hombre muere, la música desciende para llegar al apoteosis (¿quizás la salvación espiritual?), algo que queda muy claro. Strauss no era un hombre religioso como Bruckner pero aceptaba la trascendencia. Cuando el músico muere en su casa de Garmisch (1949) dirá ya en su agonía: “...Es igual que en “Muerte y transfiguración”.
Las travesuras de de Till Eulenspiegel” (1894- 1895) es un  retrato caricaturesco del mundo medieval y “Así habló Zarathustra” (1896) no trata de describir la idea filosófica de F. Nietzche en la cual se inspira sino que busca las tensiones pretendiendo al superhombre (a veces con música apagada, a veces con música apoteosica). Virtuosismo y técnica orquestal en el no menos interesante “Don Quijote”, subtitulada “Variaciones fantásticas sobre un tema de carácter caballeresco” (1897): la viola describe a Sancho Panza, el rebuzno de su pollino es señalado por el clarinete mientras el violoncelo hace lo propio con Don Quijote, algo sorprendente en verdad.
Vida de héroe” (1897- 1898) es el último de sus poemas sinfónicos en donde el héroe del título finalmente solo quiera la paz y la tranquilidad.
Después de esta etapa “programática” vendrá la de su consagración absoluta en el campo de la ópera sin olvidarnos de sus dos sinfonías “programáticas”, la “Doméstica” y la “Alpina”, encuadrables en el campo de la sinfonía por su extensión y tiempos y algunos “Lieder”  que venían a demostrar que Strauss fue uno de los músicos más originales de la historia sin adherirse a ningún movimiento, moda o snobismo comop hicieron --- con sus indiscutibles méritos --- Claude Debussy, Bela Bartok o Igor Stravinsky...




1 comentario:

  1. Després de llegir el seu blog , he escoltat fragments de vàries obres d'Strauss, i per mi, Macbeth és una obra mestra.
    Salutacions

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