lunes, 15 de junio de 2015

BRAHMS, CÁLCULO EN LA MÚSICA


                             Johannes Brahms (1833- 1897) nació en Hamburgo, hijo de un músico de oficio, emìeza a ganarse el sustento explotando su habilidad en el piano actuando en cafés, tabernas y cervecerías, tan solo tiene 13 años, pasa sus apuros económicos --- cosa que no volverá a suceder cuando esté reconocido como músico, a diferencia de otros grandes como Beethoven, Schubert, Mozart, Schumann ---, estudia y profundiza sus conocimientos con Cosel y composición con Marxen y, finalmente, se convierte en pupilo del romántico Robert Schumann (1810- 1856) por cuya viuda, Clara Wieck (1819- 1896), se sintió siempre atraído (a pesar de los catorce años de más por parte de ella).¡
Brahms jamás fue un “niño prodigio” como Mozart Schubert o Mendelssohn sino un músico calculador profundamente dotado y sustentado por la sólida base de enseñanzas y experiencias, un músico de estudio y gabinete (tardó varios años en componer su 1ª sinfonía cuando Mozart compiso algunas en una o pocas semanas o en pocos días).
Clasificado de post-romántico fue señalado --- injusta y equivocadamente --- de conservador en un tiempo donde el romanticismo musical parecía, para algunos, ya caducado. En realidad Brahms tiene algo o bastante de romántico aunque reviste su construcción interna de clásica (no en vano era, como muchos, o todos, admirador de Beethoven) e incluso extrae movimientos de Juan Sebastian Bach (cfr., su sinfonía 4) y también algo de Renacimiento y del Barroco. Brahms siempre buscó la belleza arquitectónica, sus obras están primorosamente cuidadas sin caer jamás en el esteticismo, en la ornamentación gratuíta, aunque a veces lo parezca. Rompía las partituras cuando no se sentía satisfecho hasta salir según su deseo. Su música es fuerte (contaba con instrumentos más evolucionados que los románticos puros) y también intimista; no hay la fresca y espontánea melodía de un Schubert, ni la dulzura de un Mendelssohn sino un armazón arquitectónico homogéneo donde el autor va desarrollando su particular inspiración, todo está calculado, todas las notas están en su sitio, es la maestría completa del contrapunto, no hay ampulosidad en la orquestación preparada para servir con total lógica el espíritu de su música. Nunca en sus obras se permitió la relajación ni cayó en la rutina (no buscó tiempos muertos ni rellenó jamás de “nyigu- nyigu”) sino que vivió siempre pendiente de los principios de la forma, del contrapunto y del desarrollo que tanto cuidaron Bach y Beethoven. Cuando a Brahms se le reconoció como gran músico fue llamado  la tercera B de Alemania, o sea el trío de ases formado por Bach- Beethoven- Brahms.
Es lógico que la construcción interna de la música de Brahms fuera más compleja que la época clásica; nuestro hombre intercala numerosas ideas nuevas que en absoluto cumplen la función de decoración sino de palancas que mueven y alteran el desarrollo musical abriendo nuevas claves, nuevas ideas.
Recordemos muy brevemente lo esencial de su producción con la esperanza de profundizar, un poquito más en un futuro, algo de ella:
--- Sus cuatro sinfonías son consideradas por algunos como las más perfectas de la historia; no es exagerado siempre que advirtamos que el autor vio nuevas relaciones tonales, novedosas y enigmáticas armonías cromáticas, todo ello constituyendo un desarrollo sinfónico que Beethoven nunca llegó a explotar por completo. La definición de la sinfonía 1ª de Brahms como la 10ª de Beethoven es un título no desacertado aunque el lenguaje de los dos maestros difiera tanto en acento como en expresión idiomática o dialectal ---
--- Dos conciertos para piano (el segundo de difícil ejecución aunque parezca de construcción más fácil); el primero está forjado a base de dudas y retrocesos pero valió la pena: es una auténtica obra maestra ---
--- Concierto para violín: otro magistral hallazgo, destacando la perfecta integración solista- orquesta que llegó a desconcertar a público y crítica ---
--- El  doble concierto para violín y violoncelo, auténtica rareza ---
--- Varias sonatas de composición grave y elegante (3 para violín y pìano, 2 para violoncelo  y piano y 2 para clarinete y piano ---
--- Diversas composiciones para piano, sextetos, quintetos, cuartetos, tríos, variaciones para piano, variaciones para piano a cuatro manos, una composición para órgano, un scherzo que compuso conjuntamente con Robert Schumann, un Requiem llamado “Requiem Alemán”, de música más tupida que el de Mozart, variaciones sobre temas de otros músicos, sus famosas “Danzas Húngaras”, obras corales y 380 “lieders” cuya música estaba escrupulosamente adaptada al texto, perfectos, sin la espontaneidad propia de Schubert pero redondos por el estudio de la construcción, por algo eran de Joahannes Brahms, el perfeccionista de la música ---


                                                                                                                                Narcís Ribot i Trafí

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