jueves, 5 de marzo de 2015

LA ARQUITECTURA DE MIGUEL ÁNGEL


En nuestra última entrega con aires de folletón vimos como el gran Miguel Ángel Buonarroti nunca quiso ser pintor pero las circunstancias le hicieron pintar dando  como apoteósica y espectacular eclosión pictórica la bóveda de la Capilla Sixtina. Al igual que en la pintura, su obra escultórica es igualmente magistral, lo más recordado: “David”, “Moisés”, “La piedad”.
Estaba trabajando en las esculturas de “Los esclavos” para el sepulcro de Julio II cuando pensó en dedicarse, también, a otra arte por la cual estaba perfectamente dotado: la arquitectura, no tan precoz en él como la escultura (su vocación más querida).
Se presenta en el concurso  convocado por el papa León X (1) para decorar la fachada de la iglesia de san Lorenzo de Florencia, propiedad de los Medicis (familia a la cual pertenecía el papa), construída un siglo antes por el gran arquitecto Filippo Brunelleschi, el cual había dejado desnudas las paredes (hoy en día siguen igual) para recordar los tiempos de la fundación de la iglesia en la época romana. León X, sin embargo, quería dar al templo un aspecto digno de su familia. Ante los proyectos de Giuliano de Sangallo, de Rafael y de Jacobo Sansovino se eligió el de Miguel Ángel (han quedado dibujos, una maqueta de arcilla y un modelo de madera sin reproducir los relieves y esculturas que debían decorar la fachada principal). Se proyectaron doce estatuas de mármol gigantesco y también se hizo construir una carretera para transportar las piedras a la ciudad. Su propuesta era originalísima: superponía una cobertura rectangular delante de la forma escalonada de la basílica (en realidad una pantalla para recoger las esculturas).
Dos años después, 1519- 1520, el papa suspendió el proyecto y al propio tiempo se iniciaba la construcción de la “Sacristía Nueva” en la misma iglesia de san Lorenzo. Encargada por León X y deseada también por Clemente VII (primo de León X) es también conocida como “Capilla Medicis” y se destinó a panteón sepulcral de la familia cuyas tumbas realizó Miguel Ángel. Ocupa el espacio simétrico de la “Sacristía Vieja”, construída por Brunelleschi un siglo antes con la colaboración escultórica de Donatello. Para no distorsionar la simetría respetó en la planta el sistema brunelleschiano de dos cuadrados en comunicación por arco de medio punto, uno pequeño destinado al altar y otro mayor donde se colocarán los sepulcros, observando también la dicromía de su antecesor entre los paramentos blancos y cornisas labradas en mármol gris. Difiere en la ordenación vertical: bajo la cúpula de casetones convergentes hacia el óculo de la linterna, ventanas trapezoidales imponen opticamente una más acusada verticalidad. El trabajo no se acabó hasta 1532, cinco años después del “Sacco” de Roma. Continuó demostrando sus cualidades arquitectónicas en “La Biblioteca Laurentina”, adosada a san Lorenzo y encargada también por Clemente VII: el vestíbulo ofrece los primeros rasgos del estilo manierista --- nichos de ventana y elementos decorativos provenientes del exterior --- como si Miguel Ángel quisiera referirse a reflejar el concepto de “biblioteca”: un espacio concebido para la contemplación intelectual e interior del ser humano. Las escaleras, divididas en tres tramos, combinan formas ovaladas y rectas que atraen al visitante hacia el interior de la biblioteca.
Su obra arquitectónica cumbre, y más popular, será la “cúpula de la Basílica de san Pedro” en el Vaticano (2). Cuando Miguel Ángel murió (1564) la cúpula estaba construída hasta el tambor y fue acabada (1588- 1589) por Giacomo della Porta y Domenico Fontana, terminando la bóveda en punta tal como había previsto el maestro, quien se había inspirado en la cúpula de “Santa María de Fiore” (Florencia) creada por Brunelleschi un siglo antes (3). Artistas como Donato Bramante, Rafael, Peruzzi, Giuliano de Sangallo y su sobrino Antonio de Sangallo el Joven no se atrevieron con la obra. Miguel Ángel alabó el diseño original de Bramante (había sido su rival) que proponía centrada alrededor de la cúpula. Está concebida como un casquete semiesférico en travertino, apoyado sobre un tambor y con fuertes nervaduras que la enlazan con la linterna. Al morir Antonio de Sangallo el Joven, el papa Pablo III (Alejandro Farnesio) encargó a nuestro hombre  acabar la reforma del palacio familiar, realizando profundas modificaciones que llevaron al Palazzo Farnesio a superar en proporciones al resto de los palacios romanos coetáneos: 46 m. de longitud en tramos horizontales claramente diferenciados y trece franjas verticales con toda la fachada dominada por las ventanas. También diseñó y trabajó en la puerta de la ciudad de Roma, en el norte, la llamada “Porta Pia” (1561) en honor del papa Pío IV: ninguna función defensiva, solo decorativa, tenía puerta elaborada con ladrillos, conclusión de la Via Pia construída por el mismo papa. Dejando aparte sus ideas y trabajos de urbanismo (plaza del Capitolio) Miguel Ángel hizo cinco proyectos para la Iglesia de san Juan de los Florentinos y la adaptación del espacioso salón de santa María de los Ángeles, aprovechando el tepidarium de las Termas de Diocleciano.
                                                                                                                              Narcís Ribot i Trafí

(1)- Juan de Medicis, hijo de Lorenzo “el Magnífico”, accedió al pontificado como León X. Conocía muy bien a Miguel Ángel en los breves años de pupilaje en el jardín Medicis (Lorenzo veía ya a Miguel Ángel como artista en proyecto).
2)- La iglesia dedicada a san Pedro se construyó en el siglo IV (consagrda en el 326 por el papa Silvestre I). Quedó en estado ruinoso tras el exilio de los papas a Aviñón y el gran cisma del siglo XIV. A mediados del XV Nicolás V había proyectado una ampliación de la antigua basílica. No obstante la obra se finalizó en tiempos de Julio II.
3)- Miguel Ángel admiraba profundamente a Brunelleschi. Dijo con toda modestia que construiría una cúpula mayor en Roma pero no más hermosa.


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