domingo, 8 de septiembre de 2013

LA PEQUEÑA BOTICA DEL WESTERN

“EL SARGENTO NEGRO” (John Ford, 1960)


“No daría un céntimo por mis Óscares” (John Ford)
       Fue el director de cine que más Óscares consiguió. Cuatro (1) más dos que ganó por documentales en la marina. No estuvo nunca presente para recoger las estatuillas, el no hacía cine “oficial” o “políticamente correcto” o “académico”, como p. e. el caso de la sobrealabada “High Noon” (“Solo ante el peligro”), de Fred Zinnemann (1952), pretencioso paradigma para muchos que no les interesa ni les gusta el western (con trasplante al cine fantástico y de terror podría ser el “Nosferatu” de Werner Herzog o el “Drácula” de Francis Ford Coppola).
Joseph McBride (2) nos cuenta lo paradójico que fue Ford: por un lado, profundo poeta popular el cual respondía a los sentimientos más profundos  de la gente, y por otro no quería dar importancia a su trabajo y negaba considerarse un artista. Totalmente en las antípodas de algunos representantes del cine actual español --- actores y directores --- apoyados por determinada fuerza política y poseedores de mucho divismo y poco talento; eso sí: politiquear para conseguir subvenciones. Ford era un hombre muy complejo que expresaba sentimientos e ideas con la mayor sencillez posible.
Hace años me alegré que pasaran a la “caja tonta” “El sargento negro” --- naturalmente lo hicieron a altas horas de la noche ya que durante el día la programación es prácticamente tele- basura, chismorreos de los famosos y concursos insufribles ---, ahora ya no importa, salió en Vídeo y posteriormente en DVD. Pero aquello me animó a pasarla en los Cine- Fórum de los cuales fui responsable porqué sencillamente se trata de una gran película, subvalorada en casos, incluso por algunos fordianos. “Seargent Rutledge” --- estrenada en España como “El sargento negro” --- fue realizada por John Ford y producida por él mismo y Willis Goldbeck para Warner en 1960. Nuestro hombre moldeó este western aprovechando no solamente el nuevo clima de obertura sexual sino que hizo circular por el camino de las relaciones inter raciales, el tema políticamente más controvertido de la época. El guión original era de James Warner Bellah, mediocre escritor y guionista con ideas racistas quien colaboró en los argumentos y/o guiones de la llamada “Trilogía de la Caballería” (“Ford Apache”, 1948, “La legión invencible”, 1949 y “Río Grande”, 1950) y en “El hombre que mató a Liberty Valance”, 1962. Era amigo de Ford pero chocaron varias veces, precisamente por lo descrito (en una ocasión se reconciliaron y lo celebraron con una monumental borrachera). La película está escrita por James Warner Bellah y Willis Goldbeck los cuales se inspiraron en un cuadro de Frederick Remington que mostraba soldados negros de caballería (3) en el Oeste. La idea original del coronel Bellah era narrar la contribución de un sargento de color a la construcción y gloria del imperio americano. Ford, por supuesto, se negó a este proyecto reaccionario y rehízo el guión varias veces.  Explica y señala el racismo existente/latente, ridiculiza el tribunal militar dirigente del consejo de guerra contra el sargento Rutledge y demuestra no ser igual la justicia para blancos y negros. Por supuesto los críticos que no supieron ver la exposición racial de “Centauros del desierto” tampoco entendieron “El sargento negro” ni posteriormente “Dos cabalgan juntos”. Debería pasar algún tiempo --- como suele suceder --- para el reconocimiento (de estos tres films citados y de la obra fordiana en su totalidad) ya que en realidad no veían más allá de sus narices.
Ford coloca el apellido Rutledge en homenaje a Ann Rutledge, esposa de presidente Abraham Lincoln a quien el realizador admiraba y le había dedicado una película.
El sargento Braxton Rutledge (excelente Woody Strode), oficial de color, con una hoja de servicios ejemplar, es acusado de violar y asesinar a una joven blanca y también de matar al padre de esta, su oficial en el fuerte. Rudletge --- solo admite haber matado en defensa propia al oficial cuando este le descubrió junto al cadáver de su hija y creyó que el sargento era el asesino --- se presenta como víctima expiatoria del racismo por parte de los blancos: solo ver y recordar la escena del inicio del juicio donde una gran parte del público le grita al acusado al entrar profiriendo amenazas de muerte. El juicio es una farsa y refleja la falta de justicia para según quien (en este caso según el color de la piel). Incluso el abogado defensor, el teniente Tom Cantrell (Jeffrey Hunter), amigo del acusado, llega a dudar de su inocencia en diversos momentos, mientras el fiscal, el capitán Chattak (Carleton Young), está lleno de prejuicios raciales que lleva  la protesta por parte del abogado.
La película está montada sobre flash-backs equivalentes a las declaraciones de los testigos. Ford elabora las escenas del juicio en forma teatral con chispas humorísticas propias de él: “El reloj que robaste en Atlanta durante la guerra mientras tus hombres saqueaban la ciudad” le dice su esposa al coronel Fosgate (Willis Bouchey), comandante en jefe del fuerte donde se celebra el juicio y juez del caso, el grupo de mujeres de los oficiales que entran en la sala atraídas por el morbo del juicio, etc… “No sé porqué intervenimos en la guerra de los blancos matando indios”, dice un soldado de color moribundo, en una refriega con los indios, atendido por Rudledge… Finalmente el auténtico violador y asesino, un personaje del fuerte, se derrumba ante la presión del abogado y confiesa.    
A pesar que algunos consideren al “Sargento negro” un film menor, simpático incluso, esta clasificación es muy discutible. No he oído al respecto las opiniones de eminentes fordianos como José- Luis Garci o Miguel Marías, pero si la de José Mª. Carreño, un gran defensor del film (totalmente de acuerdo con él). Como siempre Ford se pone del lado de los marginados: emigrantes irlandeses, indios, ahora los negros…
                                                                                                           Narcís Ribot i Trafí

1)- John Ford consiguió cuatro Oscares de la Academia: “El delator” (1935), “Las uvas de la ira” (1940), “¡Qué verde era mi valle!” (1941) y “El hombre tranquilo” (1952).
2)- “John Ford”, de Joseph McBride y Michael Wilmington (1974), traducción española a cargo de Ediciones J. C. (1984).

3)- El IX y el X Regimiento de la Caballería de los Estados Unidos fueron creados en 1886 con soldados negros, esclavos liberados que se habían distinguido en la Guerra Civil luchando por la causa de la Unión. Los indios les llamaban “Soldados Búfalo”, de ahí provenía el que debía ser título original del film (“Captain Buffalo”).

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