martes, 7 de junio de 2011

LA PEQUEÑA BOTICA DEL FANTASTICO

DRÁCULA VUELVE DE LA TUMBA
El actor Will Hammer (de verdadero nombre Will Hinds) fundó en Inglaterra la compañía cinematográfica Hammer Productions en 1934 y al año siguiente formó asociación con Enrique Carreras para producir films de pequeño presupuesto. A pesar de malos momentos (cfr. principios años 40, tiempo de guerra) la empresa continuó pasando a manos de los hijos de los socios fundadores: Anthony Hinds (1922) y James Carreras (1909-1990), para más tarde pasar a manos del hijo de este, el también realizador Michael Carreras (1927-1994). Fue en 1955 tras el inesperado éxito de un pequeño film de ciencia- ficción, “The Quatermass” Xperiment”, dirigida por Valt Guest cuando la compañía decidió reanimar los antiguos mitos que tanto éxito dieron en los años 30 a Universal para agotarse en los 40. En contra de todas las previsiones triunfaron gracias a su mayor parte al realizador Terence Fisher (1904) .que se inició con “La maldición de Frankenstein” (1957), lanzando a la fama a dos actores: Peter Cushing (1913-1994) y Christopher Lee (1922). Al año siguiente  se rodó la que es la mejor adaptación de la obra de Stoker: “Dracula”. En otra ocasión podríamos intentar algún escrito sobre el fenómeno de Hammer y sus principales películas. Ahora me gustaría reflexionar brevemente sobre una cinta de 1968, cuando los intereses de la compañía  estaban ya cómodamente asentados y se prolongaban las series exitosas (Drácula, Frankenstein, la momia, etc.): “Dracula has risen from the grave”  (“Drácula vuelve de la tumba”), realizada por el renombrado fotógrafo Freddie Francis (1917-2007), y resultando ser la que mejor funcionó en taquilla (premio concedido a la compañía  como empresa ejemplar por la reina de Inglaterra).
Terence Fisher fue el más grande, nos narró maravillosamente las mejores y más bellas versiones de Drácula, Frankenstein, la momia, el hombre-lobo, la sin par “Gorgona”, el Dr. Jekyll & Mr. Hyde y ello gracias a sus años de aprendizaje en la sala de montaje, a su inteligencia y a su forma de entender el género fantástico; fue un auténtico creador, sus obras no son remakes como dijo el diletante Narciso Ibáñez Serrador, alguien que muchos creen que es el entendido oficial del país. Fisher va más allá del cuento de hadas fantástico que reconocemos los aficionados mientras los auténticos remakes son las obras que se hicieron después. Nuestra película lo es pero da igual, tiene virtudes inherentes, no es Fisher pero si un film digno de tener en cuenta. Se parte de un guión del desigual John Elder (de verdadero nombre Anthony Hinds, uno de los socios junto con Michael Carreras). Generalmente tiene ideas brillantes (aunque nunca fue tan conciso como Jimmy Sangster) pero no siempre bien traducidas al pasar al celuloide. Si sus mejores guiones son “Curse of the werewolf” (la mejor cinta de hombres-lobo) y “Frankenstein created woman” es porque Fisher está detrás de la cámara mientras otros realizadores se limitan a ilustrar lo ideado sin la carga subversiva fisheriana. “Drácula vuelve de la tumba”, uno de los productos preferidos por los aficionados la tiene a medias. Lo más interesante  de este atrevido pero respetuoso guión son las jugosas fricciones entre el bien y el mal, aquí el bien sería la Iglesia y el mal el conde Drácula, los equívocos de los personajes: el sacerdote que involuntariamente revive al vampiro y pierde su fe, el obispo seguro y convencido de su misión, el joven ateo Paul , novio de María y sobrina del obispo y el conde Drácula, sediento siempre de sangre que proyectará su venganza sobre el obispo que ha colocado una enorme cruz en la puerta de su castillo con la intención de exorcizarlo. Christopher Lee es Drácula en su tercera aparición interpretando al personaje que debe saberse de memoria, Veronica Carlson representa a la bella María, Paul es encarnado por Barry Andrews, el sacerdote por Ewan Hooper y monseñor por Rupert Davies. Si en el inimitable “Drácula”, de Fisher, el monstruo atacaba las bases de una sociedad victoriana, en la segunda vuelta de Fisher, “Drácula, príncipe de las tinieblas” era su oponente la Iglesia aunque no de forma tan directa como en el film de Francis. El abad Sandor había disparado su carabina al hielo que, al resquebrajarse había engullido al vampiro; ahora un sacerdote con serias dudas de fe resbala y al cortarse en la sien devolverá la vida a Drácula al llegarle sangre a la boca para inmediatamente apoderarse de la voluntad del clérigo.
Como de costumbre Francis cuida perfectamente la fotografía de Arthur Grant, ilumina varias escenas (especialmente en los rojos y negros) clave dotando al film de un efectismo funcional aunque no de la elegancia natural de Fisher mientras la música de James Bernard, cuyo tema central es el mismo, quizás sea en sus variaciones el más romántico e inquietante de todos. Resaltemos algunas escenas:
--- Drácula empieza a vampirizar a María, esta arroja su muñeca al suelo, señal de paso de niña a adulta---
--- El sacerdote dominado por el vampiro arroja una maceta a su obispo. Este, en su agonía hace jurar a Paul que defenderá por todos los medios a María (curioso en el joven ateo que acepta sin dudar la existencia de Drácula) ---
--- El sacerdote intentando arrancar un crucifijo protector del cuello de María mientras con una mano se coge la otra (lucha de voluntades y personalidades) ---
--- Paul acompañado del presbítero da con el escondite de Drácula durante el día y, a punto de anochecer,  logra clavarle una estaca en el corazón pero no surtirá el efecto deseado ya que el joven no tiene fe en el acto ¡Rece! Le dice el clérigo ¡No puedo, rece usted que es cura! Pero este ha perdido la fe y Paul nunca la ha tenido. Drácula se arranca la estaca ----
--- El final en las almenas del castillo. Drácula hace arrojar la enorme cruz por María, al caer por el barranco rebota en las ladera y queda clavada derecha en el suelo de arena. Llega Paul y el vampiro quiere arrojarle al abismo, forcejean y mientras Paul se agarra a unas ramas  Drácula cae para quedar clavado en la parte superior de la cruz. Ahora el sacerdote recobra la fe y reza el Padre Nuestro en latín. Con la inmensa cruz atravesándole el corazón, el demoníaco personaje llora lágrimas de sangre y finalmente se deshace. Queda solamente la cruz ensangrentada, su sello en el suelo y la capa roja/negra colgada en la reliquia. Paul se abraza a María y se santigua. Ha recuperado a su novia y ha encontrado la fe. Se ha sufrido pero al final se ha conseguido---
Francis consigue su propósito, algo que no se logrará en la continuación, “El poder de la sangre de Drácula” (1970), deplorable film de Peter Sasdy que usa y abusa del estilo imperante televisivo: gran angular, ojo de pez, lanzando además la cámara en un agobiante movimiento de tiovivo con subrayados inútiles en los tempos fantásticos, muy alejado de la concepción clásica fílmica y del personaje de Bram Stoker……..
                                                              Narcís Ribot i Trafí

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