lunes, 3 de diciembre de 2018

GHIRLANDAIO



                                          Domenico di Tommaso Bigordi (Florencia, 1449- Florencia, 1494) conocido (*) como “Ghirlandaio” --- su padre era un orfebre muy competente y hábil en la realización de guirnaldas, de ahí su pseudónimo --- seguramente empezó en el taller de su progenitor para después entrar  en el del pintor Alessio Baldovinetti y en el de Andrea de Verrocchio, pintor, escultor y orfebre (según Giorgio Vasari), en donde conoció a Leonardo da Vinci. En realidad su nombre y apellidos completos eran Domenico di Tommaso Curradi di Doffo Bigordi (Curradi por el padre y Bigordi por el abuelo) y algunos autores le citan como Domenico Curradi pero la mayoría por Domenico Bigordi.
Centrándose en la pintura abrió su propio taller en donde colaboraron también sus hermanos David y Benedetto así como su cuñado Sebastiano Mainardi y su hijo Ridolfo, quien consiguió bastante reputación en la Florencia del Renacimiento. Uno de los aprendices que pasó por su taller, aunque por breve tiempo, fue Miguel Ángel Buonarroti. Pocas cosas más se saben de la vida de Ghirlandaio, prácticamente nada se conoce de su juventud.
Fue un maestro nunca satisfecho con sus propias obras, recomendaba a sus ayudantes que nunca rechazaran ningún trabajo aunque les pareciera inadecuado para ellos (p. e. decorar un armario de señora, cosa ejecutada personalmente en diversas ocasiones) pese a que para él nunca fue el dinero lo principal. Fue un hombre diligente y honesto y hay indicios de su prematura muerte (a los 45 años) en la pobreza a causa de la peste.
Apreciado en vida  y bastante olvidado después, hoy día es reconocido como gran pintor. Facilidad dentro de su composición hacia lo decorativo y acertado uso de la perspectiva creada a ojo además del buen uso de su concepción del claroscuro, siendo más discutible la aplicación de los colores, demasiado brillantes y secamente iluminados en ocasiones. Ello fue más aplicable en sus cuadros a la tempera mientras sus frescos fueron elaborados absteniéndose de insertar añadidos al temple (“buon fresco”). Usó siempre estas dos técnicas, nunca la pintura al óleo. Hay una cierta crudeza en los perfiles y los contornos de sus figuras que lo asimilan a las esculturas de bronce. En el arte florentino fue el primero en mezclar sin diferencias lo sagrado y lo profano (se practicaba antes en Siena) y sus figuras de Cristo, la Virgen María y los ángeles resaltan en la excesiva finura de sus manos y pies. Según Vasari fue el primero en suprimir de sus pinturas el uso de los dorados.
Frente al arte para la corte propio de Sandro Botticelli (cuatro años mayor que él) opone Ghirlandaio el arte de la alta burguesía, predominando los bloques de masas sobre el detalle con línea decorativa, ecléctica y académica con amplias vistas panorámicas (estilo presente en la primera mitad del siglo XV, el quattrocento).
En los inicios de su carrera pictórica hay influencias tanto de Filippo Lippi (especialmente en los bocetos y colorido), además de Benozzo Gozzoli (en la selectiva expresividad de las escenas), como  las de artistas flamencos en la importancia dada a los paisajes y en su concepción más realista (Roger van der Weyden, Hans Memling y, sobre todo, Hugo  van der Goes).
Ghirlandaio fue llamado a participar en la decoración de los paneles de la Capilla Sixtina en el Vaticano (1481) junto a Botticelli, Perugino, Cósimo Rosselli y algún otro maestro. El papa Sixto IV les encargó el trabajo a instancias de Lorenzo de Medicis, el Magnífico. Cada uno de los pintores iba acompañado de un buen número de ayudantes, alguno de ellos se convirtieron en maestros (Filippino Lippi, hijo de Filippo Lippi, Piero di Cósimo, Pinturicchio, Luca Signorelli). El tema se centraba en el paralelismo de la historia de Moisés con la de Cristo como desarrollo de los planes divinos. Motivo: reconciliación del papado con los Medicis y Florencia. De Ghirlandaio se conserva “Vocación de los Apóstoles” (1481- 1482), redonda y maravillosa en todos sus aspectos. Una de sus obras maestras. Ello le dio gran reputación: a su persona y a su taller, llegando a ser, gracias a su habilidad y genio, el más grande “retratista” de su tiempo, el preferido de la alta burguesía (“retratista” oficial de los Medici, familiares y amigos). Recordemos “Giovanna Tornabuoni” (1488), temple sobre tabla: medio cuerpo hasta el torso de la joven dama erguida con tranquilidad y serenidad en fondo oscuro brillante, mostrando discreción y algo de melancolía propias de la expresividad del autor; esmaltes realmente soberbios, traje elegantísimo de seda, grandes perlas y un rubí en contraposición a objetos contenidos en una ménsula: un collar de corales  rojos colgados de un listón y un libro de oraciones semiabierto con los bordes de las páginas dorado mientras las manos se entrelazan suavemente  con un pañuelo de seda.
Un anciano con niño” o “Un abuelo con su nieto”, temple sobre madera (1490) es una de las obras más populares de Ghirlandaio en donde claramente se entremezclan estilos: el del anciano ocupando en el cuadro una posición de tres cuartos y no totalmente de perfil en exposición realista (incluso en los síntomas de rinofima que deforman su nariz), propio de la pintura flamenca mientras abraza al niño, su nieto, de rasgos idealizados, finos y tiernos en composición más lineal al igual que el paisaje/telón de fondo visto desde la ventana, claramente italiano renacentista.
De sus obras al fresco: “Las historias de la vida de Santa Fina” (1475) en San Girmignano, en Roma (1481- 82) dos episodios de la vida de Cristo en la Capilla Sixtina y en la Biblioteca Vaticana. Entre sus obras más admiradas están los ciclos de frescos en la Capilla Sassetti en Santa Trinita con las “Historias de la vida de San Francisco” (1480) y “Las historias de la vida de la Virgen y de San Juan Bautista” (entre 1486 y 1490) en la Capilla del Coro en Santa María Novella, encargo de Giovanni Tornabuoni.
Entre las más importantes pinturas sobre tabla tenemos “La Natividad” para la Capilla Sassetti” (1485), “La Coronación” para la Catedral de Narni (1486), “La adoración de los Magos” en los Oficios (1487), otra “Adoración de los Magos” para el Hospital de los Inocentes” (1488), el ya citado retrato de “Giovanna Tornabuoni”, “El retablo de Santo Domingo”, en Rímini, pintado para Carlo Malatesta por aquellas mismas fechas y “La Visitación” para la familia Tornabuoni (1491). En los tres últimos años de su vida no se le conoce ninguna obra...

                                                                                                                             Narcís Ribot i Trafí




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