lunes, 21 de agosto de 2017

BACH, SENCILLAMENTE


Bach, no solo dejó obras de sublime belleza e inspiración sino que abrió caminos que todos los músicos posteriores debieron transitar” (“Bach”, del profesor de música Malcolm Boyd)

Conservando aún el legado de las antiguas Grecia y Roma, esencial en el Renacimiento en rotura con la Edad Media --- al menos en muchos aspectos --- el Barroco ofrece los elementos que adornan, complican, edulcoran las líneas de antaño sencillas; se añaden volutas y turgencias donde era liso y recto: la arquitectura. En la música, cuando nace Juan Sebastian Bach (1685-  1750), aparece el gusto por el contraste, la oposición radical entre una característica y su opuesta, se extiende la moda el “efecto de eco” usado por todos los compositores de la época: un fragmento melódico, un motivo interpretado normalmente seguido de su inmediata repetición a volumen sonoro muy inferior. El tiempo barroco es más rico en cuanto a la creación de formas musicales como mosaico del patrimonio musical occidental. Dentro de la música vocal surgen el oratorio, la cantata y la ópera y en la instrumental lo hacen el “concerto grosso” y su derivado el concierto, la sonata, la suite (proveniente de la música de danza) que con sus influencias sobre la primitiva obertura de ópera daría paso a la sinfonía.
En esta época tenemos dos tipos de música en aparente oposición: 1) la contrapuntística que requiere la arquitectura de dos o más melodías simultáneas para las distintas voces (humanas o de instrumento) y se desarrolla linealmente a lo largo del tiempo por lo cual debe combinarse adecuada y delicadamente para que las distintas voces (naturalmente suenan juntas) no produzcan el terrible efecto cacofónico y 2) la música no contrapuntística u homofónica la cual se caracteriza porqué todos los elementos figurantes apuntan a crear la misma melodía, intentando que esta y sus acompañamientos (acordes) resulten gratos al oído. A medida en que la música entró en diversos niveles de la sociedad --- dejando de ser exclusivamente de nobles interesados o sesudos eclesiásticos --- el gusto se inclinó por la forma más sencilla, o sea la homofónica, más ligera y aparentemente más atractiva pero también más superficial y menos rica. Esto sería la causa del relativo olvido durante muchos años de la música de Juan Sebastian Bach y el inmediato éxito de algunos de sus hijos adscritos a la segunda forma. El recuerdo de Bach no se borró del todo. Años después Mozart quedaba admirado de revisar varias partituras y posteriormente, en pleno Romanticismo, la gran labor de búsqueda de Felix Mendelsshon y otros colocaron a Bach en el lugar que merece.
De lo anteriormente dicho no debe creerse que Bach fuera un funcionario académico sin criterio de las normas contrapuntísticas sino que conociendo perfectamente estas normas se movía con amplitud y aplicaba sus resortes con soltura y habilidad , no acudía a rupturas espectaculares, no practicaba “audacias” gratuitas, no ofrecía fisuras ni era esclavo de la cacareada “renovación”   sino

que esta procedía de su método de trabajo caracterizado por un fecundidad de ideas, una brillantez rítmica y una vivacidad incomparable . Bach tomó nota del repertorio antiguo y se sentía a gusto con él --- sin ser un compositor arcaico --- y vio al final de su vida (coincidiendo con el Barroco Tardío) que las formas desembocaban en un nuevo estilo: el Rococó, sin que por ello se viera afectada su ingente producción.
Bach tocó todas las formas musicales de su tiempo excepto la ópera. Siendo un auténtico creador no inventó nuevos géneros sino que dio a los antiguos tal inmensa magnitud y explotó total y exhaustivamente sus posibilidades. La proyección de su música se desliza de su tiempo hasta el futuro y, precisamente hoy en día, su música es estudiada más que nunca apareciendo nuevos estudios, nuevos ensayos... Ningún compositor trabajó y utilizó las posibilidades de la armonía tan  a fondo como Bach, compendio de la música anterior a su tiempo y padre de la futura. Recordemos los conciertos y las suites, los conciertos de Brandebutgo, música de cámara, para órgano, El clave bien temperado”, “Variaciones Golberg”, música coral, las Pasiones, “Fantasía cromática  y fuga”, las misas, las “Toccata y Fuga”, “El arte de la fuga”...

Así como la esfinge de rostro humano aspira a salir de su cuerpo de animal, así tiende la noble cabeza de Bach a salir fuera de su peluca... Este maestro, arrastrándose como  miserable organista por pequeños pueblos de Turingia... tan inadvertido que fue necesario un siglo entero para desenterrar sus obras del olvido … edificó un mundo increiblemente grande … Es  imposible indicar con ninguna comparación su riqueza, su carácter sublime y su significado” (Richard Wagner)

Narcís Ribot i Trafí

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