”El arte es una armonía paralela a la
naturaleza” (Paul Cézanne)
Paul Cézanne (Aix-en-Provence 1839- Aix-en-Provence 1906) fue un pintor
francés clasificado como postimpresionista (como Seurat, Signac, Gaugin o Van
Gogh) cuya grandísima aportación (*) significa el paso de la pintura
decimonónica a la moderna iniciada con las primeras vanguardias, especialmente
el cubismo representado por Pablo Ruiz Picasso, Georges Braque y Juan Gris. Su
vida artística (solo vivía por y para la pintura) conoció varios periodos:
desde sus primeros escarceos con tono algo romántico (admiración por Eugene
Delacroix), llamado también “Periodo oscuro” (1861- 1870), su
etapa impresionista (1872- 1877) influenciado y bajo el pupilaje de Camille
Pissarro, admirador de este, de Eduard Manet, de Claude Monet y más tarde de
otros impresionistas como Pierre Auguste Renoir, su periodo de madurez (1878-
1890) y su capítulo final en Provenza al igual que el anterior (1890- 1905).
Cézanne procedía de una familia acomodada.
Propietario de una industria sombrerera su padre lograría más adelante asumir
la responsabilidad de una empresa bancaria y quería que su hijo continuara con
lo mismo pero él deseaba ser pintor en contra de la voluntad paterna (su
progenitor despreciaba la `pintura). Aunque había restricciones monetarias
(hasta la muerte del padre) Paul no tuvo nunca necesidad de vivir de la
pintura, cosa difícil en su caso puesto que la fama total --- crítica, público
y ganancia económica --- le llegó en la última década del siglo XIX. Comenzó
estudiando derecho en Aix pero en 1861 se trasladó a París para dedicarse
exclusivamente a la pintura, allí estudió en la Academia Suisse, se hizo amigo
de Camille Pissarro con el cual empezó a pintar al aire libre y realizó copias
de diversas pinturas en el Louvre (Tiziano, Miguel Ángel, Rubens). A diferencia
de Jean Auguste Dominique Ingres --- gran pintor, por supuesto, representante
del neoclasicismo aunque no académico en el total sentido de la palabra pero en
aquel momento lo políticamente correcto señalaba que solo a él debía admirarse
--- el cual daba gran importancia al dibujo, Cézanne por el contrario le atraía
el romántico Eugene Delacroix (escenas de temperamento y pasión) con quien
estaba de acuerdo (seis obras le copió, además de realizar numerosos bocetos y
variaciones) en la importancia del color y el uso general del azul Prusia, el
verde veronés y el púrpura. Más adelante conoció a Claude Monet y Pierre
Auguste Renoir. Retorna a Aix. Otra fuente de influencia en este tiempo fue el
estilo de un grupo de jóvenes pintores orbitantes alrededor de Gustave Coubert,
llamados “Realistas”, los cuales buscaban su inspiración en escenas de la vida
cotidiana y a causa de ello eran rechazados por la Academia de Bellas Artes.
En este primer periodo de su madurez (1865- 1871)
quiere ser realista: utiliza la espátula en vez del pincel para esparcir las
diversas capas de pigmento pero su exacerbada idiosincrasia se oponía a exponer
la realidad física y llanamente, representaciones más expresionistas y
temperamentales que realistas. En sus primeros cuadros había violencia y
erotismo: “El rapto” (1867), “Lot y
sus hijas” (ca. 1865), “El crimen” (1870) o “Las
tentaciones de San Antonio” (ca. 1870).
En 1872 Cézanne se traslada con su familia a
Pontoise, noroeste de París para trabajar con Camille Pissarro quien le animó a
observar con otros ojos la naturaleza y a reproducir lo más fielmente posible
sus impresiones. De esta forma cambia su fogosidad expresiva con la utilización
de una pincelada más precisa tranquila y regular, una exploración más pausada y
precisa de la naturaleza y una tonalidad más clara. Así el encuentro y la
dirección de Pissarro y los demás impresionistas sirvió a Cézanne de punto de
apoyo y palanca (hacia el futuro) para el estilo totalmente evolucionado de su
arte. Aunque Cézanne siempre dudaba de su valía tenía ya al finalizar este
periodo (1877) una idea bastante clara hacia donde debía dirigirse. Desde el
colegio de Bourbon trabó amistad con el que sería gran escritor Emile Zola, en
1852, amistad rota en 1886 cuando Zola publica “L'Oeuvre”, novela sobre
un artista fracasado con el cual se identificó Cézanne. Cuando en septiembre de
1902 muere Zola un desconsolado Cézanne lloró durante varios días.
De este capítulo impresionista de su vida profesional recordamos, entre
otras “La casa del doctor Gachet en Auvers” (ca. 1873), “Vista
de Auvers-sur-Oise: la cerca” (1873) y, sobretodo “La casa del ahorcado en Auvers”
(1872- 1873), presentado en la primera exposición de los impresionistas (1874)
en donde público y crítica iban, generalmente, a mofarse. Este cuadro, sin
embargo, se vendió por 300 francos. Cézanne también participó en la tercera
exposición impresionista (1877) con 16 obras (la mayoría naturalezas muertas)
pero aún seguían las chanzas.
De este periodo hay el famoso cuadro (valorado más
tarde, como casi todos) de “Los bañistas” (1874- 1875), el
retrato de su esposa “Señora Cézanne en la butaca roja”
(1877) y los bodegones “Naturaleza muerta de la sopera” (1877)
y “Naturaleza
muerta del jarrón y de las frutas” (1877), por el cual
siente debilidad quien escribe estas líneas de homenaje al gran pintor.
A partir de 1878 Cézanne se independizó del grupo
impresionista aunque en verdad la mayoría de los impresionistas se habían
separado para seguir caminos individuales. Ahora busca una elaboración visual
en profundidad en substitución a los componentes situados en primer plano con
el intento de sugerir la tercera dimensión tan buscada por muchos pintores.
Para ello se basaba en las formas geométricas como declaró en 1904: “Ver
el cilindro, la esfera y cono, la totalidad colocada en perspectiva, de modo
que cada lado de un objeto o de un plano se dirija hasta un punto central... La
naturaleza es para nosotros cuestión de
profundidad, no de superficie, de ahí la necesidad de introducir en las
vibraciones de la luz, representadas por rojos y amarillos, un número
suficiente de tonos azulados para lograr una impresión de atmósfera”.
Formas geométricas, construcción arquitectónica, irrupción de colores naranjas
y azules llevaron a Cézanne a la consecución de su estilo propio triunfando
totalmente en su visión cromática- plástica. Utilizó las formas plásticas a
través de los colores en la plasmación de los volúmenes. Para ello se veía
obligado a traer hacia adelante los objetos divisados en el horizonte (los
paisajes, p.e. El del golfo de Marsella) compensando la deformación visual
conservando la relación espacial cercanía- distancia decidiéndose modificar el
primer plano y considerándolo más distante que en la realidad o sea que
abstraía de sus posiciones reales tanto el primer plano como el fondo
excluyendo del espacio pictórico el lugar en donde él se había emplazado. Hacía
desaparecer cualquier referencia subjetiva pero esta objetividad lo era en
relación al cuadro/al arte, no a la naturaleza. Autonomía del arte con respecto
a la naturaleza, llegando más lejos que los impresionistas, “mundo
de imaginación desarrollado en paralelo a la naturaleza encontrándose tan solo
en el infinito” (“Paul Cezánne. Leer la naturaleza”,
editorial Casimiro). Junto con estas deformaciones (formidables en su práctica)
forzosas a causa de la distancia real de los objetos él deseaba conocer a estos
desde varios puntos de vista, desplazándose alrededor de ellos. Utilizó
diversidad de puntos de vista en bodegones, retratos y paisajes manteniendo
siempre en paralelo la mirada artística y la natural. Aprovechando el rechazo
del punto de vista único y renunciando a la visión natural los cubistas presentaron
distintos aspectos de un objeto. Desde antiguo la perspectiva geométrica
dominaba lo visto en el espacio, regla respetada incluso por los
impresionistas, pero Cézanne aportó distintos puntos de vista para formar una
sucesión de visiones.
De este período de estilo personal en su totalidad
destacan las obras de “Tres bañistas” (1879- 82), “La
montaña de Sainte Victoire” (1885- 87), “Vista del pueblo de Gardanne”
(1886), “Martes de Carnaval” (1888), “Arlequín” (1889- 90)...
Al final de su vida, reconocido, casi, por público
y crítica, aún dudaba de su capacidad artística y si su estilo era el adecuado
dejando, por ello, varias obras sin acabar. Una tormenta le sorprendió mientras
pintaba en el bosque y pocos días después fallecía de pulmonía. De este último
capítulo podríamos recordar “Los jugadores de naipes” (5
versiones entre 1890 y 1895), “Naturaleza muerta con manzanas y naranjas”
(1895- 1900), “Bodegón con cebollas” (1895- 1900), “Las grandes bañistas”
(1906)...
Narcís
Ribot i Trafí
(*)-
UNA BIBLIOGRAFÍA DE CÉZANNE-
Doy fe de esta lista presente en mi biblioteca.
“Paul Cézanne”. Museo Español de Arte
Contemporáneo (marzo- abril 1984). Ministerio de Cultura.
“Paul Cézanne”, de Felicitas Tohien,
Editors S.A. (1992)
“Cézanne”, de Frank Elgar. Editorial
Daimon (1969). Es una traducción del original francés. Posteriormente se hizo
una edición para “El círculo de lectores” sobre varios pintores.
“Cézanne”, de Pablo Virgili,
Ediciones G. P. (Barcelona), de la colección “Enciclopedia Pulga”. Es la vida
novelada del gran pintor. No pone año pero debe ser antiquísimo. Una auténtica
curiosidad.
“Paul Cézanne”. “Para leer la naturaleza”,
ya citada obra de Casimiro Libros (2014) en donde Lionello Venturi nos explica
el paso del impresionismo a su peculiar estilo, además de las cartas escritas
por el pintor. Pese a sus solo 85 páginas en libro de reducidas dimensiones es
muy importante para entender su evolución.
“La duda de Cézanne”, de Maurice
Merleau- Ponty, Casimiro Libros (2012).
“Cézanne, un estudio de su evolución”,
de Roger Fry, EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra S.A., Pamplona, 2008).
Importante ensayo con referencia al título.
“Cézanne” en la colección “La era de
los impresionistas”, nº 7, Globus Comunicación (1994), 2ª reedición en 2005.
“La obra pictórica completa de Cézanne”,
de Sandra Orienti, Editorial Noguer S.A, en la colección “Clásicos del Arte”
(1971), traducción de Rizzoli Editors (Milán, 1970).
“Cézanne”, de Ulrike Becks Malorny,
Taschen (2014), original alemán de 1995.
“P. Cézanne”, de Hajo Duchting,
Taschen (2000).
“Paul Cézanne”, de Nicola Nonhoff, E.
Könemann (colección minilibros de arte, 2000), del original alemán (1999).
“Los genios de la pintura, Cézanne”,
Gran Biblioteca Sarpe, 1980.
“Los grandes genios del arte: Cézanne”, Biblioteca El Mundo ( nº 19), 2003.
“Genios de la pintura, Cézanne”,
de Elisa Arnau Gubern, Susaeta Ediciones S. A. (2001).
“Paul Cézanne”, de Manuel García
Guatos, Editorial Historia- 16 (1993).