miércoles, 26 de julio de 2017

LOS ORATORIOS DE J. S. BACH


“Después de interpretar para el barón Van Swieten las fugas de Bach, Constanze se enamoró de ellas y me regañó por no haber anotado la música más hermosa que hay en el mundo” . (Carta de Wolfgang Amadeus Mozart a su hermana)

                            Cuando escribí sobre los oratorios de G. F. Haendel (publicado dos veces en este blog por error mío) hablamos de esta obra musical para coro y orquesta, en ocasiones con solista y narrador (“historicus”) quien daba cuenta de la historia desde un lado del escenario. Muchos elementos en común con la ópera (obertura, preludio, arias, recitativos, coros, duetos, interludios, etc. La diferencia está en que el oratorio (“Oratorium”= “Casa de Oración”, “Orare”= “Orar”) carece de representación escénica y se desarrolla en iglesias o en salas de conciertos mientras la ópera generalmente lo hace en un teatro ex profeso para tal género. El oratorio proviene de la Iglesia, católica y/o protestante, a mitad del siglo XVI adoptando/adaptando diferentes formas en distintos países, lugares y tiempo para más adelante aparecer el oratorio profano o sea no religioso.
En un principio sorprende que Juan Sebastián Bach (1685- 1750), el insigne padre de la música, elaborara solamente tres oratorios en comparación con Georg F. Haendel (1685- 1759), prolífico tanto en oratorios profanos (“Sansón”, Hércules”) como en sacros (“El Mesías”, “Judas Macabeo”), una treintena en total.
Los tres  de Bach son sacros: “Oratorio de Pascua” (BWV 249, 1725), “Oratorio de Navidad” (BWV 248, 1734) y “Oratorio de la Ascensión” (BWV 11, 1735).
Al igual que otros compositores de su época Juan Sebastian Bach utilizó la “Parodie”, término con frecuencia mal traducido como “Parodia”, concepto de significados peyorativos en castellano del cual carece en la lengua original. “Parodie” es el reutilizar material antiguo de otro género para la nueva composición. Así la música de varias cantatas cronológicamente anteriores sirvieron para el andamiaje de los oratorios. Este procedimiento en absoluto resta ningún mérito al trabajo de Bach, sin fisuras ni añadidos visibles/sensibles en donde, al menos una de ellas --- “Oratorio de Navidad” --- es una obra maestra, subyugante,  cumbre de la música e inmortal mientras los otros dos  --- “Pascua” y “Ascensión” ---  son aportaciones sencillamente geniales.
I)- EL ORATORIO DE NAVIDAD (probablemente el poeta y escritor alemán Christian Friedrich Henrici, su pseudónimo era Picander, el libretista de confianza de Bach, conjuntó en el papel las ideas del compositor para la creación de este monumento musical) consta de seis fragmentos, principalmente de música perteneciente a las cantatas (la mayor parte del fragmento VI pertenece a una cantata de Iglesia ya perdida), en este caso dedicadas a la familia real de Dresde (1733-34) señaladas con  los números BWV 213, 214 y 215. Al material ya existente se le agregaron coros de turba, corales y recitativos nuevos e incluso algunos de los más populares  y alegres Wehinachstslieder alemanes, o sea “villancicos”. El Oratorio de Navidad se basa en los evangelios de San Mateo (capítulo II, vers. 1-12) y San Lucas (Cap. II, vers. 1-21) y consta de seis partes: I) Primer día de Navidad, II) Segundo día de Navidad, III) Tercer día de Navidad (25, 26 y 27 de diciembre respectivamente), IV)  Fiesta de la Circuncisión (1 de enero), V) Domingo infraoctava de la Circuncisión (el domingo después de Año Nuevo) y VI) Fiesta de la Epifanía o Reyes (6 de enero). Cada parte puede interpretarse como autónoma en donde la música se adapta al episodio y le imprime un carácter peculiar y propio. La obra está compuesta por recitativos (casi siempre a cargo del Evangelista), apareciendo las voces solistas  representadas por un barítono, un tenor,  sopranos y una contralto que representa a María mientras los solistas instrumentales son violín, flauta, trompeta, dos oboes y órgano. Hay un coro mixto, un coro infantil y orquesta sinfónica. Con todos estos componentes la obra alcanza una belleza pura e indescriptible, demostrando una vez más que la práctica de la “parodie” no es negativa (algunas cantatas se han perdido, el oratorio es inmortal), p.e. el episodio del nacimiento de Cristo en el Oratorio, la música proviene de la cantata profana  BWV 213 “Cuidemos y vigilemos la elección de Hércules”, lo cual podría resultar chocante o anacrónico y, sin embargo, Bach sabe ser profano y religioso según la obra.                       
II) EL ORATORIO DE PASCUA carece  de narrador, corales y citas bíblicas. La narración del sepulcro vacío en la mañana de Pascua es contada por María, la madre de Santiago con recitativo y arias da capo acompañadas por coros. La estructura es similar a la de una cantata profana (“Tafelmusik”), compuesta para homenaje a un noble diez años antes. Fue proclamada como cantata de iglesia en la Pascua siguiente (hoy perdida)  y como “oratorio” diez años más tarde. La materia principal del “Oratorio de Pascua” proviene de la cantata BWV 249a (“Huid, desapareced, alejaos tristezas”) junto con otro texto para cantata profana (BWV 249b) estrenada en 1726 y “La cantata de caza” (BWV 208) otra pieza musical elaborada en principio como homenaje nobiliario (modificada varias veces). También hemos de especular con el autor del libreto que con bastante seguridad había sido Picander. Cuatro personajes van declamando la historia: María Magdalena (alto), Simón Pedro (tenor), Juan, apóstol y evangelista (bajo) y María de Cleofás (soprano).  Hay tres arias separadas por recitativos, englobadas por un activo dúo introductorio y un reposado recitativo el cual nos conduce a un brillante coro final. Una obra, aunque más reducida que el “Oratorio de Navidad”, constituye un magnífico hallazgo, brillante e inaudito...
III)-ORATORIO DE LA ASCENSIÓN. En la primera clasificación de las obras de Bach fue incluida dentro de las cantatas, a causa de ello observamos su número bajo (BWV  11), más adelante se le incluye ya dentro de los oratorios. El mismo Bach le dio el título de “Oratorio”. Así la cantata BWV 11 “Lobet  Gott in seinen Reichnen” (“Alabad a Dios en su gloria”) se metamorfosea prácticamente en su totalidad en oratorio. Lo más probable es que el libretista fuera, una vez más, Picander. Gira alrededor de los textos litúrgicos del día de la Ascensión de Jesús a los cielos: evangelio de Marcos, evangelio de Lucas, Hechos de los Apóstoles  además de textos de Johann Rist y Gottftied Wilhelm Sacer. Una de las arias utiliza la melodía del Agnus Dei, incorporada posteriormente a la misa en Si mayor (BWV 232). El tono es festivo, alegre y brillante, transmitiendo la alegría de los discípulos después de ser testigos de la ascensión de Jesús a los cielos mientras la instrumentación está compuesta por cuatro solistas (alto, bajo, soprano y tenor) y un coro a cuatro voces; tres trompetas, dos flautas traveseras, dos oboes, dos violines, viola y bajo continuo. Es otra obra de composición y belleza magistral...

De nuevo comprendí que nunca se acaba con Bach, que cuando más lo escuchamos más profundo se vuelve”. (Robert Schumann, músico)
                                                                  
                                                                                                                             Narcís Ribot y Trafí

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