A pesar de los
ambientes cortesanos en donde realizó su arte, pocas noticias de su vida
privada sabemos de Rafael Sanzio (1483- 1520). En Urbino (donde nació, 6-
abril- 1483), Florencia y Roma, tres capitales del Renacimiento italiano,
desenvolvió su vida y su obra.
Su padre, Giovanni, era un pintor bien
considerado en la corte de Federico y Guiobaldo de Montefeltro, tenía cierta
reputación pero demasiado académico, sin salirse de lo establecido y no solo en
esto hay coincidencia entre Rafael y Mozart, el pintor y el músico, dos niños
prodigio los cuales desde su precocidad ya mostraban su genio latente en sus
respectivas artes. Su madre, Magia di Battista
Ciarla, falleció en 1491 y tres
años después su padre aunque este se dio cuenta del talento del niño y le había enseñado los
rudimentos de la pintura. Bajo la tutela de fra Bartolomé, tío paterno,
conocerá a Timoteo Vitti quien le influirá, trasladándose después a Peruggia
para trabajar y perfeccionarse en el taller del pintor Pietro di Cristoforo
Vennucci, llamado “Il Perugino”, aprendiendo con él las complejas técnicas
pictóricas de finales del siglo XV, desde la preparación de los pigmentos y del
soporte hasta la disposición del óleo (método importado de Flandes desde hacía
poco que ofrecía mayores efectos de transparencia). Paralelamente ensayará
continuamente con el dibujo, método de expresión más natural para él. Rafael
siempre estudió las obras de sus colegas para sacar el mayor provecho posible,
no copió, no fue epígono de nadie ni ecléctico despersonalizado pero si se basó
en otros para crear su estilo personal (otra vez la concordancia con Mozart).
De Perugino (1448- 1523) aprendió y
mejoró: la habilidad para fragmentar la superficie, la figuración del paisaje y
su tierna relación con los personajes así como la exquisita y emotiva expresión
(especialmente de sus Madonas), compartiendo el gusto decorativo de su
compañero Bernardino di Betto di Baigio, conocido como Pinturicchio (1454- 1513).
A los 17 años abandonó el taller siendo ya un
consumado maestro. En esta 1ª etapa que engloba su formación en Urbino y el
período “peruginesco” da sus primeras obras autónomas: “Natividad
de la Virgen” (panel) donde destaca la inserción de figuras en el
espacio, el panel procesional “Estandarte de la Trinidad” pintado
por ambos lados, el retablo “Coronación de la Virgen” o la
espléndida “Crucifixión” donde empleó los colores más umbrios de su carrera
aunque la obra maestra de este tiempo será “Los desposorios de la Vírgen”,
basada en un retablo de Perugino, donde entre otros puntos
destaca la precisa distribución entre las figuras, influencia claramente
arquitectónica nada artificiosa (Rafael fue también arquitecto). La 2ª etapa
coincide con su estancia en Florencia (1504- 1508). Allí tuvo la oportunidad de
estudiar pacientemente la obra de los grandes Leonardo da Vinci y Miguel Ángel
Buonarroti. Una ligera influencia leonardesca es el tondo de “La
Vírgen Terranova”: un armonioso fluctuar de líneas y relación
establecida entre las figuras. Vendrán después “Vírgen del Gran
Duque” y “Vírgen Cowper”, donde enriquece las figuras con delicadas
vibraciones luminosas difuminantes del color ...
Narcís Ribot i Trafí
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