En la entrega anterior vimos como Rafael Sanzio
--- junto con Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Buonarroti forman el terceto
para evocar el concepto de Renacimiento aunque hubiesen más artistas --- nació
en Urbino comenzando a formarse como pintor con su padre para perfeccionarse en
el taller de Perugino en Peruggia. Ya independiente se trasladará a
Florencia, indiscutible capital artística de Italia. Fra Bartolomé (también
alumno de Perugino) es quien le influyó en un principio: figuras
luminosas y vibrantes (la “Virgen Condestable”, proviene de
este estilo), majestuosidad refinada de las figuras y sentido glorioso de la
composición. Después se cumplió su deseo de estudiar y aprender (y dejarse
influenciar) por los grandiosos Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. En el tondo
de la “Virgen Terranova” existe algo del estilo leonardesco (relación
entre las figuras, armonioso fluir de líneas, inmersión de las figuras en el
espacio y fusión de los colores) para
dejarse seducir por el típico sfumato (precioso modelado de una
figura emergente de un fondo negro). Rafael es ya un gran pintor (temas
religiosos, históricos y mitológicos) y retratista pero aún no ha colmado su
ambición de realizar una obra pública.
Ahora, sin abandonar la marca de Leonardo,
dirige su mirada hacia Miguel Ángel: dinamismo en el dibujo, el desarrollo de
las formas según la geometría de la espiral, el trabajoso contorneo de las
figuras y la solidez escultórica de los volúmenes (retrato de Magdalena Donni,
los mismos que habían encargado el famoso “Tondo Donni” a Miguel Ángel).
Ejemplos de esta época son “Retrato de los duques de Urbino”, “Autorretrato”,
“La
Grávida”o “La Vírgen del Baldaquino” y el famoso “Descendimiento” que marca
el paso de los brillantes años en Florencia hacia la plena madurez artística.
Se preparaba ya para su período en las estancias vaticanas.
Desde su elección en 1503 Julio II practicó una
contundente política del reforzamiento del Estado Pontificio. Se interesó en
mayor medida que sus predecesores por la función propagandísitica de las obras
de arte dejando un cierto margen de libertad a los artistas. En 1505 encarga la
reconstrucción de la basílica vaticana a Donato d’Angelo Bramante (1443 o 1444-
1514) y su propio monumento funerario a Miguel Ángel. Inicialmente había pensado
en un grupo de pintores de fama para decorar las habitaciones del segundo pìso
del Palacio Apostólico pero finalmente confió el trabajo a Rafael quien comenzó
en la estancia llamada Signatura, biblioteca papal al mismo
tiempo que Miguel Ángel levantaba el andamiaje en la Capilla Sixtina para
pintar los frescos de la bóveda (1508). El techo de la stanza estaba ya pintado.
Rafael la rehizo pero respetando la estructura organizativa (lunetos en forma
de medallones geométricos). Hay dos grandes frescos en paredes enfrentadas: “Disputa
del Sacramento” y “Escuela de Atenas” y otros dos
frescos en los muros donde se encuentran los ventanales: hacia el norte el “Parnaso”
y hacia el sur las “Virtudes Cardinales” (Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza).
Tres líneas elípticas para los personajes de la “Disputa del Sacramento”
en torno a un eje central que alinea los dos grandes misterios cristianos:
Eucaristía y Santísima Trinidad mientras que la “Escuela de Atenas” están
reunidos los grandes pensadores de la Antigüedad (Euclides representa a
Bramante y Heráclito, en actitud pensativa, lleva el rostro de Miguel-
Ángel)...
Narcís Ribot i Trafí
No hay comentarios:
Publicar un comentario