Habíamos dejado a Rafael (1483- 1520) en el
Vaticano trabajando en la Signatura (biblioteca papal) bajo en
mecenazgo del papa Julio II. “La Disputa del Sacramento” y “La
Escuela de Atenas” en paredes frente a frente así como en los dos
frescos de los muros con dos grandes ventanales: “Parnaso” (norte) y “Virtudes
Cardinales” (sur). A ambos lados de la ventana: “Triboniano entregando las
Pandectas a Justiniano” (institución del Derecho Civil) y “Gregorio
IX recibiendo las Decretales de San Raimundo” (institución del Drerecho
Canónico). Se completa la decoración con una serie de paneles y medallones en
la bóveda cuyas pinturas están conectadas con los frescos de las paredes. En
todas estas obras se nota la influencia de Miguel Ángel a quien Rafael admiraba
profundamente aunque la completa asimilación se realizara más tarde. Hay
también las colecciones arqueológicas clásicas del Vaticano que sugestionaron
al artista en sus obras.
En medio de los trabajos del Vaticano, Rafael
tuvo escaso tiempo para dedicarse a otras tareas: “Retrato de Freda Inghirami”,
“Virgen
de la Torre”, “Virgen de Alba”, “Virgen
de la Diadema” y, sobre todo, “Virgen de la Silla” (estilo
totalmente perfeccionado) son las ineludibles excepciones. En la villa de
Agostino Chigi, rico banquero de Siena, realizó el fresco de “El
triumfo de Galatea”, reinterpretando el mito antiguo en una marco de
alegre vitalidad.
Al acabar su labor en la “SIGNATURA” emprendió la
decoración de la siguiente stanza: “HELIODORO”, situada al
este. El nombre proviene del fresco principal: “Expulsión de Heliodoro”.
Se inició en 1511 y se terminó en 1513, tras la muerte de Julio II, por
voluntad de su sucesor, León X. El pintor abandona la armonía y tonalidades
tenues de la otra estancia adquiriendo un estilo mucho más dramático en la
composición/elección de los colores. El ejemplo de Miguel- Ángel en la bóveda
Sixtina abre unas prespectivas experimentales muy valiosas para Rafael. Además
de ensayar sobre las posibilidades expresivas de las torsiones corporales
gracias al reciente descubrimiento de “Lacoonte”. Las figuras son más
enérgicas y el colorido más rico en densidad y corpóreo en las vestiduras que
recuerdan el contacto con la escuela veneciana de Lorenzo Lotto y Sebastiano
del Piombo. Quizás el ejemplo más claro sea “El Milagro de Bolsena”
(ala sur de la stanza) donde aparece Julio II y su tío Sixto IV en actitud
orante frente la reliquia (corporal salpicado con la sangre de Cristo) de aquel
milagro que movió a Urbano IV a declara la fiesta del Corpus de forma oficial.
El fuerte contrates de luces- sombras está también destinado a potenciar la
tensión dramática de las escenas. El tercer fresco fue “La Liberación de San Pedro”,
proyectado en la pared norte donde demuestra su habilidad en
reproducir/imaginar las escenas má representativas del texto apostólico (basado
en los “Hechos de los Apóstoles”, el inicio de la historia de la Iglesia a
partir de la Ascensión de Jesucristo, escrito por san Lucas como continuación
de su Evangelio). Sus últimas obras son para particulares e iglesias, su último
fresco (“Encuentro de Atila y León el Grande”), la decoración de la
estancia “Del incendio” y su nombramiento como arquitecto tras la muerte
de Bramante que no pudo demostrar. Rafael falleció repentinamente en 1520 a los
37 años...
Narcís Ribot i Trafí
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