lunes, 2 de marzo de 2015

LAS ESCULTURAS DE MIGUEL ÁNGEL


“Incluso el más excelso artista no podrá idear una imagen que el mármol no albergue ya en su seno, y sólo la mano del hombre, llevada voluntariamente por su creatividad, puede adentrarse hasta aquella”. (Miguel Ángel Buonarroti)

El que sería uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, Miguel Ángel Buonarroti (1475- 1564), inició precozmente su carrera en la pintura aunque él se consideró siempre escultor (en ambas artes consiguió inimitables obras maestras). Nuestro hombre, casi siempre, antes de comenzar una obra la dibujaba con trazos rápidos, espontáneos y toscos ya que el dibujo es faceta artística común a la pintura y a la escultura, aparte de conexionarlas, para luego dibujar la figura desde diferentes ángulos y, más tarde, realizar maquetas a escala con arcilla, cera o escayola (se han conservado varias), llegando a realizar maquetas de tamaño real, una de las cuales ha llegado hasta nuestros días (1). Otra característica es que Miguel Ángel empezaba a trabajar la piedra por la parte frontal , primero esbozaba los contornos y luego empezaba a esculpir las exteremidades que solían sobresalir para después --- adentrándose en el mármol --- ir labrando capa por capa las partes más profundas de la figura (como en la técnica del relieve donde los estratos de piedra también se van cincelando por niveles). Su procedimiento difiere de la mayoría de escultores de su época y anteriores. Estos no trabajaban a partir de una vista de la figura, sino que se iban moviendo alrededor del bloque y al no tener una visión global debían posteriormente remendar los posibles desajustes en las proporciones de la estatua. Para Miguel Ángel la tarea del artista consistía en extraer una figura ya existente dentro del bloque (consideraba la escultura como el arte originado “por la fuerza del restar”).
Si Domenico Ghirlandaio y ayudantes le enseñaron el uso del pincel y colores --- la manera de modelar las formas mediante el color, la paleta brillante de azules ultramar, amarillos azafranados, carmines, verdes y algún otro rasgo eclosionante dos décadas después en los frescos de la Capilla Sixtina ---, Bertoldo di Giovanni, escultor procedente del taller de Donatello, le enseñó el uso del cincel y guió sus primeros pasos escultóricos en su breve período de pupilaje (1490- 1492) en el jardín de Lorenzo de Medicis (“El Magnífico”). Los temas lógicamente serán religiosos y mitológicos. Así se consideran dos relieves como sus obras primerizas: “Combate de centauros contra lepitas” (1492) y “Virgen de la escalera” (hacia 1489- 1492). El primero contien numerosas figuras entrelazadas en una batalla donde el distinto resaltado da profundidad al conjunto (los bordes superiores quedaron sin esculpir, se cree a causa de la muerte de Lorenzo “El Magnífico”). En el segundo la figura de la Virgen sigue los cánones clásicos pero el niño da la espalda al observador (2). La siguiente es una estatua de bulto redondo de 58,5 cm. de alto: “San Próculo”, con mirada ceñuda y paso estilizado y decidido, expresa una agitación interna a diferencia de “San Petronio” (64 cm. de altura) esculpida en la misma época (1494- 1495) --- e igualmente en Bolonia--- totalmente absorto. En la misma iglesia de san Domenico en Bolonia y misma época hay el “Ángel candelabro” (51,5 cm. de altura) de notable robustez  y con abundantes pliegues en el ropaje. En estas obras  se nota el estilo propio del futuro consagrado maestro: cuerpos fuertes con desarrollo anatómico perfecto, espesos ropajes y profusión de adornos y drapeados. “Baco” (1496- 1497) nos muestra al dios del vino  con un cuerpo blando en estado de embriaguez en motivo “formal contrapuesto”. Igualmente, en Roma, “Piedad” (1499) representa al Cristo bajado de la cruz en manos de María (174 cm.) en una composición tan elegante como imitada (rostro de la Virgen tan juvenil como el de su hijo, bellísimo encuadrado en velo exaltando la luminosidad de la faz y gran virtuosismo en el rostro y cabello de Cristo). De retorno a Florencia recibió varios encargos privados entre los que destacan las figuras en dos relieves circulares llamdos “Tondi”, con representaciones marianas: “Tondo Pitti” (“Vírgen con niño”), aproximadamente de 1503, María sentada en un cubo de piedra, abrazando con ternura al niño, mirada pensativa como si intuyera al futuro Calvario y “Tondo Taddei” (“Virgen con el niño y san Juan”), aproximadamente 1502, más vital. Después de la pacible “Virgen con el niño”, escultura de bulto redondo (Brujas 1501- 1505), excelente, llegamos a los dos gigantes miguelangelescos. I) El portentoso “David” (Florencia 1501- 1504, de 4, 10 m. de altura), completamente desnudo, vigilando a su adversario y solo identificable por la honda (a diferencias de los “David” de Donatello o Verrocchio; provistos de casco/sombrero y espada). II) El monumental (3) “Moisés” (Roma, hacia 1515, estatua sedente de 2,35 m. de altura), que junto a “Lía” (hacia 1542) y “Raquel” (1542), fueron las tres únicas estatuas de Miguel Ángel en el cambiante sepulcro de Julio II, situado finalmente en San Pietro in Vincoli (Roma).
Varias obras quedaron sin terminar (“El escalvo barbudo”) o algunos trabajos en la capilla de los Medicis, que junto a la “Victoria” (Florencia, hacia 1520- 1530) presagian el futuro Manierismo (estilo artístico durante el paso del Renacimiento al Barroco) aunque no sea así en sus últimas obras escultóricas como “Piedad” (Florencia, 1550), donde el creador esculpe su propio rostro en Nicodemo cuando ayuda a bajar de la cruz el cuerpo de Cristo y “Piedad Rondanini” (Milán, 1564), su última obra, también inacabada.
                                                                                                               Narcís Ribot i Tra

1)- La maqueta de “Un dios fluvial”, de 1,80 m. de longitud (Florencia, hacia 1542), en arcilla, madera y lana, entre otros.
2)- El relieve de “La Virgen de la Escalera” está esculpida con muy poco de ello, siguiendo la técnica del “Schiacciato” (“aplastado”), desarrollada por Donatello. La perfecta graduación (los niños jugando en la escalera) logra crear sensación de profundidad.
3)- Miguel Ángel abandonó el trépano hacia 1500 por creer que era una herramienta que facilitaba demasiado el trabajo y a la vez oprimía al artista. Prefirió el uso de una extensa gama de cinceles (especialmente el dentado) para esculpir las hendiduras de los ojos, orejas y pelo rizado. La excepción fueron las ciclópeas “David” y “Moisés”.
                       



No hay comentarios:

Publicar un comentario