jueves, 26 de febrero de 2015

LAS PINTURAS DE MIGUEL ÁNGEL


Nunca ha habido un periodo de tiempo donde se dieran tantos cambios como el Renacimiento. La fuerza motriz se dió en el norte de Italia para expandirse por casi toda Europa. En 200 años (siglos XV- XVI) la ciencia, en todas sus ramas, avanzó enormemente, en economía surgió el capitalismo, en política nacieron los estados nacionales, en arte se recuperaron los cánones clásicos que --- junto a las aportaciones originales --- crearon obras imperecederas, en geografía se decubieron nuevos continentes, la Iglesia se renovó tras la aparición de Lutero... Aquí aparece nuestro hombre, artista genial y nítido paradigma del Renacimiento: Michelangelo Buonarroti (1475- 1564).
Pintor, escultor, arquitecto y (ocasionalmente) poeta, del mismo fuste que Leonardo da Vinci, Miguel Angel Buonarroti nació en Caprese de una familia perteneciente a la pequeña nobleza la cual en ocasiones pasaba estrecheces (su madre murió cuando Miguel Angel tenía seis años). Pese a que su padre no aprobara su temprana vocación artística le hizo entrar en el taller del pintor Domenico Ghuirlandaio (1), uno de los más reputados de Florencia. Aunque sus relaciones no fueron óptimas, de su maestro aprendió el estilo de Massaccio y Giotto que le influenciarán en un futuro. Poco después (1488) entró en la Escuela/Jardín  del mecenas florentino Lorenzo de Medicis (llamado “El Magnífico”) donde estudia el arte clásico y se relaciona con la Academia Neoplatónica. Para la boda del rico fabricante de telas Agnoli Dono con Madalena Strozzi realizará su primera pintura codificada y único temple sobre tabla del artista (las demás están en techos y paredes). El “Tondo Doni o “Sagrada Familia” (1503– 1505) contiene ya las características definitorias del autor: figuras robustas, redondeadas, “escultóricas”... La composición es espiral y la asociación de los tonos de los colores proporciona a este cuadro un sorprendente relieve: une la Virgen María, el Niño y san José con el mundo pagano situado al fondo y como intermedio a san Juan Bautista adolescente.
Miguel Angel siempre dijo que quería ser escultor, no pintor, y se lo recordó al papa Julio II (2) cuando este aplazó el proyectoo de su tumba y encargó al artista que pintara el techo de la Capilla Sixtina (3), obra maestra de la pintura universal (1508- 1513). Disponía de un espacio de 30 x 13m. que Miguel Angel organizó en 9 sectores transversales subdivididos en 3 registros por la intersección longitudinal de falsas cornisas. En la parte superior de los muros laterales, entre 8 lunetas ocupadas también por el gran fresco, avanzan 8 triángulos que en las esquinas toman forma de conchas de mayor superficie. Episodios del Génesis en los registros centrales de la bóveda, figuras juveniles en los recuadros menores y las 5 Sibilas del mundo clásico. Composiciones libres y enérgicas, en algunos casos aplicando el escorzo (“Separación de las tierras y aguas”), consiguiendo aquella inimitable sensación de profundidad en todo el fresco. La obra de la Capilla Sixtina rebasa todo lo que se pueda decir o escribir sobre ella.
León X (Giovanni de Medicis, papa de 1513 a 1521), hijo de Lorenzo “El Magnífico” prefería la bella obra artística de Rafael porqué le resultaba extraño el estilo violento e impredecible de Miguel Angel. Tras el breve pontificado de Adriano VI (Adrian Florensz o Adriano de Utrech, 1522-1523), Julio de Medicis, primo de León X ocupó la silla de Pedro con el nombre de Clemente VII (1523- 1534). Es la época del “sacco” de Roma por las tropas de Carlos I de España y V de Alemania el cual hizo prisionero al papa y luego se reconcilió con él. Clemente encargó a Miguel Angel la pared del altar de la Capilla Sixtina que no vio iniciar a causa de su muerte. El siguiente papa, Pablo III (Alejandro Farnesio, 1534- 1549), apremió al artista que pintara “El Juicio Universal”, 1534- 1541) proyectado por su antecesor.
La obra revoluciona la iconografía del tema. En lugar de los planos superpuestos y diferenciados, Miguel Ángel crea un espacio único con cuerpos y figuras (unas 400) que caen y suben en eterno movimiento rotatorio de subida- bajada que tiene como eje la figura colosal de Cristo como juez.  Los colores atenúan la enorme fuerza de la bóveda de treinta años antes, eligiendo tonalidades terrosas y ocres que acentúan el efecto apocalíptico del tema.  Se trata del cumplimiento de las palabras que leemos en san Mateo (24, 30- 31). Las dos últimas obras pictóricas de Miguel Ángel se encuentran en la Capilla Paulina (de Pablo III) en la cual pintó “La conversión de Saulo” (1542- 1545), en donde se manifiesta el dramatismo del momento en que Pablo, inicialmente enemigo acérrimo del cristianismo, cae al suelo impresionado al escuchar la voz de Cristo y “La crucifixión de san Pedro” (1545- 1550) cuando crucifican a san Pedro de cabeza abajo según su deseo. Pedro mira al espectador que cierra el estrecho círculo de personas- testigos del martirio...
                                                                                                 Narcís Ribot i Trafí
(1)- Domenico Ghirlandaio, famoso pintor florentino con talento innato para las pinturas de gran formato. En la composición de las figuras apunta una influencia holandesa (“La última cena”, “Abuelo y nieto”). Su relación con Miguel Ángel debió ser (también maestro- alumno) como la de Joseph Franz Haydn- Ludwig van Beethoven.
(2)- Julio II (Giuliano della Rovere, papa de 1503- 1513), sabía mucho de política y estrategia militar (tomó el nombre en honor de Julio César), además de ser un gran mecenas. Sus enfados con Miguel Ángel eran contínuos aunque apreciaba el gran genio del artista.

(3)- La Capilla Sixtina se debe a Sixto IV (Francesco della Rovere, papa de 1471 a 1484), tío del futuro Julio II, también gran promotor del arte y de la cultura. La mandó construir en 1475 y las paredes laterales estaban originalmente decoradas con frescos de varios artistas, entre ellos Perugino y Ghirlandaio.

2 comentarios:

  1. Bien, esta parte de la obra de Miguel Ángel; pero, en una cuestión que merece no dejar: ¿cómo actuó, como Hombre y como Artista, frente al problema de la paz y la guerra?.

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