Marco Ulpio Trajano (53- 117 d. C.) fue el primer emperador de origen
hispano (Itálica, a pocos kilómetros de la actual Sevilla). El padre de Trajano
sirvió bajo el emperador Vespasiano, llegó a ser senador, estuvo en la legión X
(Fratensis)
y llegó a ser gobernador de Baética y Siria.
Trajano siguió los pasos de su padre y ascendió al
escalafón militar por sus méritos: será pieza importante en la derrota de
Antonio Saturnino en época del emperador Domiciano Flavio y sirvió también bajo
su sucesor Marco Cocceyo Nerva quien le adoptó como coemperador. Después de la
muerte del anciano abogado y emperador Nerva los méritos de Trajano le
colocaron de forma tranquila y pacífica como emperador (98 d. C.) Se mostró
como soberano amable y accesible para todos con un sentido muy agudo de la
justicia. Cerca del año 100 fue el primer emperador de recibir el título por
parte del senado de “Optimus” (“el mejor”). En un
principio quiso la paz pero durante todo su reinado tuvo que estar a la cabeza de las legiones para necesarias
operaciones militares: fortificó las fronteras a lo largo del Rin, fundó nuevos
campamentos militares y ciudades, guerras al Este contra los dacios (101- 106)
y contra los partos (113- 117) alejaron mucho tiempo al emperador de Roma.
También intervino en Siria, Israel y Jordania, aparte de crear nuevas legiones:
la Trajana
(II) y la Ulpia (XXX). Con él el Imperio consiguió su máxima extensión
(llegó a las puertas de la India como antaño Alejandro Magno). Murió de
enfermedad en las costas del Mar Negro (117) y fue substituido por su pariente
e hijo adoptivo Adriano.
En la mayoría de escritos aparece como el soberano
perfecto: tenemos el “Panegyricus in Traianum” de Plinio
el Joven en donde alaba al emperador y le considera como reflejo de Júpiter,
también le es muy favorable Dión Crisóstomo mientras habla de él, de forma
esporádica, Tácito mientras Cayo Suetonio no lo menciona y Dión Casio escribe
sobre Trajano en su “Historia Romana” así como algunos
apuntes de Eutrofio.
Unas cartas del mismo Plinio escritas desde
Bitinia, de carácter administrativo, constituyen el grueso de la información
más importante mientras una especie de memorias escritas por el propio Trajano
---”Comentarii”
--- se han perdido.
Dentro de la literatura, hace unos años, solo se
conocía la novela histórica de Jesús Pardo, “Yo, Trajano” (1991), editado
por Planeta, ahora está el reciente “Trajano” (EDHASA, 2014), de Cristina
Teruel, muy voluminoso al igual que la trilogía del profesor Santiago Posteguillo:
“Los
asesinos del emperador”, “”Circo Máximo” y “La
legión perdida” (publicados por Editorial Planeta en 2011, 2013 y 2015,
respectivamente). También escribió otra trilogía de gran éxito, la de Escipión,
Ediciones B, entre 2008 y 2009: “Africanus, el hijo del cónsul”, “Las
legiones malditas” y “La traición de Roma”.
En el campo de la biografía hay una muy
recomendable escrita conjuntamente por Jaime Alvar y José Mª. Blázquez (editada
por Actas, 2003) y otra a la misma altura de J. Mª. Blázquez, con el mismo
título: “Trajano” (Ariel, 2003).
En la Edad Media existe una alabanza del papa
Gregorio el Grande (570-604) sobre Trajano por su sentido de la justicia y de
ello también habla Johannes Diaconus (875), Honorio de Autun (siglo XII) y John
de Salisbury en “Polycratus” (mitad del siglo XII) y en “Kaiserchronick” (del
mismo tiempo). Una historia similar pero sin Gregorio I la encontramos en Hans
Sachs (1532). En este tiempo continúa recordándose el sentido de la justicia
del emperador: p. e. la escena de Trajano dictaminando en un juicio sobre un
soldado suyo acusado por una viuda de haber matado a su hijo. Es posible que la
leyenda provenga de un relieve original del Arco de Trajano (hoy en el Arco de
Constantino) en donde el soberano escucha a un soldado dacio prisionero que
suplica clemencia. El juicio sobre la viuda está representado en un capitel del
PalazzoDucale de Venecia (siglo XV). Roger van der Weyden pinta (cerca de 1430)
para el Ayuntamiento de Bruselas una mesa (perdida) sobre la temática y en ella
se inspirará un tapiz para la sala del tribunal del obispo en Lausana (cerca de
1450), hoy en el Historiches Museum de Berna y en otro lugar de Suiza la misma
escena fue representada en una vidriera (cerca de 1600). En Frankfurt
encontramos esta secuencia de Trajano en combinación con “El juicio de Cambises” y
“La
cesión de Coriolano”, a Munich, a la Golden Saal hay una decoración
(1667) del emperador junto al soberano egipcio Bochoris pintados por Johann
Heinrich Schönfeld y Perugino juntó Trajano con tres personajes más para
ilustrar la justicia (al Cambio de Perugia, cerca de 1500) nombrados por
Valerio Máximo en su capítulo “Iustitia”: Camilo, Numa Pompilio y
el griego Pitaco.
En 1765 Noël Halle pintó al emperador y a la viuda
en una serie de obras históricas para la residencia del campo real de Choisy
mientras el romántico Eugene Delacroix representa Trajano a caballo (1840) y
también existe una pintura en el techo de una habitación del Palacio de
Versalles a cargo de Noël Coypel (1672). Trajano tiene muchos monumentos, p. e.
la “Columna
Trajana” (allí están enterradas sus cenizas), acabada por su sucesor
Adriano en donde se describe la guerra contra los dacios y otro que recuerda la
guerra contra los partos (Arco de Benevento, año 109). La “Columna
Trajana” inspiró monumentos como el “Tropeum Taiani” (Rumanía,
109), similar al “Tropeum Alpium” erigido por Augusto (25 a. C.-14 d. C.) en La
Turbia, así como también las figuras conservadas delante del altar dedicado a
Mars Ultor...
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