Cayo
Octavio Turino, también conocido como Octavio Augusto, Octavio César Augusto o
Cayo Julio César Octaviano nació en el 63 a. C. Y murió en el 14 d. C. Era hijo
de Octavio y Atia y sobrino segundo por vía materna de Cayo Julio César (100-
44 a. C.). En Nola perdió a su padre a los cinco años de edad (él también
fallecería en la misma habitación de su progenitor). Poco después Julio César
le adopta, acoge al joven en su casa y le hace entrar en el patriciado. Después
del asesinato de César (15-marzo-44 a. C.), Octavio es designado como su hijo
adoptivo y heredero. Entra en política pese que su madre y su padrastro le
ruegan no hacerlo. A pesar de recibir las burlas de Marco-Antonio, el
lugarteniente de César, se alía con él para acabar con los homicidas (juró que
no tendría piedad con los asesinos de César) y se convierten en cuñados al
casar a su hermana Octavia con el libertino Marco-Antonio. Se forma el 2º
triunvirato (Octavio, Marco-Antonio y Marco- Emilio Lépido). Los asesinos son
derrotados y todos mueren. Después guerra civil. El antiguo lugarteniente tiene
sus ambiciones y se enamora de la reina de Egipto, otrora amante de César:
Cleopatra. La pareja es derrotada (después ambos se suicidarán) en la batalla
de Actium (31 a. C.) gracias a la habilidad militar del general Marco Vipsanio
Agripa, hombre de confianza, colaborador, yerno y amigo íntimo de Octavio
(Lépido había intentado un golpe de estado, es a su vez derrotado y pide
clemencia a Octavio el cual le perdona la vida). El joven ha quedado solo y el
senado le nombra Princeps con el título de Augusto. Una nueva era se inicia
aunque la República prácticamente estaba herida de muerte ya con el primer
triunvirato (Julio César, Marco Licinio Craso y Cneo Pompeyo).
Octavio no jugó limpio para conseguir el poder.
Engañó, incluso a amigos, aprobó listas de condenados, dejó que otros
ejecutaran para luego demonizarlos y entró en Roma dejando las legiones cerca de la ciudad (se había ganado la fidelidad
de los veteranos de César). Muchos habían huido pero luego el joven cambió. No
persiguió a nadie y se interesó por el bien cada uno de sus súbditos aunque
fueran del partido contrario. En verdad Octavio César Augusto es una de las
personas más complejas no solamente de la historia romana sino de la historia
en general.
Augusto era totalmente consciente de la
importancia de su gobierno para el Imperio. Sus acciones fueron escritas en la
“Res
Gestae”, esculpida en griego y latín en todas las grandes ciudades. Lo
único completo conservado está en el templo de Augusto en Ankara (denominado”Marmor
Ancyranum”). También hizo escribir, a cargo de los poetas, la historia
de los antepasados mitológicos de Julio César, particularmente la de “Eneas”,
de Virgilio, mientras se realizaba una alabanza de la paz reinante en aquel
momento (Horacio). Por su parte, Ovidio (amigo personal de Octavio aunque luego
cayera en desgracia y fuera desterrado por una relación amorosa con Julia, hija
de Augusto) hizo propaganda en sus “Metamorfosis” y “Fastos”.
Cayo Suetonio señala su falta de escrúpulos para
conseguir el poder y el cambio de personalidad operado en él. Fue
intransigente, ahora lo entendía todo; no escuchó a nadie, ahora escuchaba a
todos; fue despiadado, ahora actúaba con bondad y era misericordioso; fue duro
con todos, ahora perdonaba y olvidaba... Tácito empieza su relato, “Los
Anales” (mirada melancólica en el pasado) con Augusto fallecido y
Tiberio --- su yerno e hijastro cuya relación fue siempre de mutua antipatía y
frialdad --- ya como nuevo emperador. Plutarco y Dión Casio completan el
mosaico de relatos sobre la vida y el gobierno de Octavio Augusto. Séneca, unos
años después, alaba la actuación de Augusto en “De Clementia”.
Ya desde la Antiguedad tardía los autores
cristianos generalmente han escrito positivamente sobre Augusto --- fuera de
ellos, la “Égloga” (libro IV”) y la “Eneida” (libro VI), de Virgilio
anuncian un salvador --- y en algunos manuscritos bizantinos del siglo VI
aparece el relato de la “Pitia Délfica” en donde se auguraba
al emperador la venida de Cristo. En versiones posteriores, la Pitia es
substituida por la “Sibila de Tibur” (Tívoli) encontrando un reflejo en los relatos
del “Speculum
Humanae Salvationis” y en la “Legenda Aurea”.
En literatura a partir de la Edad Media, Ludovico
Ariosto profetiza en “Orlando Furioso” (1516- 1532) al que
posteriormente será el emperador Carlos I de España y V de Alemania colocando
ejemplos para el monarca: los antiguos emperadores romanos Augusto, Trajano,
Marco Aurelio y Septimio Severo, de la misma manera que Fray Antonio de Guevara
intenta reflejar las virtudes del Imperator en su obra “Libro
llamado “Relox de Príncipes” o “Libro Áureo del
Emperador Marco- Aurelio” (1529). Las reflexiones del emperador-filósofo
Marco- Aurelio han de servir de meditación para Carlos V y otros príncipes
cristianos.
En la literatura de la época moderna Augusto
ejerce un papel más bien secundario y solo es protagonista en contadas
ocasiones. Las escenas donde aparece en las tragedias de “Julio César”
(1599) de William Shakespeare es un joven de actuación y modales correcto,
precavido, reservado y frío y en la de “Antonio y Cleopatra”
(1606-7) del mismo Shakespeare se nos muestra como calculador, seguro de si
mismo e implacable contra su enemigo y cuñado Marco Antonio (impulsivo,
apasionado) enamorado de Cleopatra, reina de Egipto.
Charles- Louis de Secondat, Señor de la Brède y
Barón de Montesquieu, pensador y escritor clave de la Ilustración, también le
señala frío y calculador, planificando ataques contra sus enemigos mientras que
Pierre Corneille en su tragedia sobre Cinna (un descendiente del romano del
mismo nombre en la época de Mario y Sila), quien desea asesinar a Octavio pero
es detenido y el emperador muestra su clemencia perdonándole la vida. A modo de
continuación de la obra de Corneille hay en el siglo XVIII una pequeña serie de
óperas como la Carl- Heinrich Graun (1748) y en 1686 Thomas Otway escribe un
texto en prosa sobre el triunvirato. Luego, en la actualidad, proliferan las
novelas históricas, muchas dedicadas a la pareja Marco- Antonio y Cleopatra y
otras menos con referencia a Octavio Augusto como personaje principal. Lo
verdaderamente cierto es que siendo emperador logró unos largos años de paz (no
quiso prolongar el Imperio) y un gobierno próspero y sabio cuyas actuales
ruinas en Roma y en otros puntos nos recuerdan esta prosperidad. Los auténticos
problemas y sufrimientos los tuvo en su familia al no poder tener un hijo varón
y el autoritarismo de antaño se vio reflejado en su ambiente familiar
imponiendo bodas no deseadas en matrimonios “de estado” para conseguir un
sucesor que al final fue el no querido Tiberio porqué no había ya candidatos de
su sangre ...
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