“Incluso un hombre de alma
pura puede convertirse en lobo si florece el acónito y en el cielo brilla la
luna llena”.
El notorio escritor y
guionista de temas fantásticos Curt (o Kurt) Siodmak (Dresden, Alemania 1902-
California, USA 2000) --- a quien tuve el honor de conocer y hablar con él
largo rato en el Festival Sitges- 1987 ---, redactó un guión en 1941 para
Universal con la intención de celebrar el décimo aniversario del éxito en
referencia de sus personajes terroríficos: “Drácula” (1931), “Frankenstein”
(1931), “La momia” (1932), y “El hombre invisible” (1933), creando
un mito nuevo, el hombre- lobo o licántropo. Curt era hermano de Robert Siodmak
(1900- 1973), destacable realizador especialmente en cine negro. Ambos hermanos
huyeron de su Alemania natal a causa de la subida del nazismo al poder.
I)- UN GUIONISTA: CURT SIODMAK- Los hermanos Siodmak provenían de una acomodada familia alemana de origen
judío arruinada tras la I Guerra Mundial. Sus progenitores eran persona de gran
cultura además de frecuentar reuniones con intelectuales y artistas de la talla
del compositor Richard Strauss. Conoció la angustia de los campos de
concentración, del exilio para finalmente asentarse en USA y sobrevivir en paz.
Curt Siodmak ocupa
un privilegiado lugar en los anales del cine fantástico: autor de varias
novelas, once de tema fantástico, redactor de 26 guiones cinematográficos y
pasado tras la cámara para dirigir cinco largometrajes de poco presupuesto.
Entró en nómina de Universal, especializada en cine fantástico y de terror de
la mano del productor Carl Laemmle Jr. con sus clásicos “Dracula” (“Drácula”
de Tod Browning con Bela Lugosi), “Frankenstein” (“El Dr. Frankenstein”, de
James Whale), ambas de 1931 y “The Mummy” (“La momia”), del gran
operador alemán Karl Freund (fotógrafo del “Drácula” de Browning
entre otras) pasado a la dirección (1932). Su novela más famosa es “El
cerebro de Donovan” (1942) de la cual hay varias adaptaciones cinematográficas.
Cuando llegó a Estados Unidos escribió su primer
guión de “The Invisible Man Returns” (“El hombre invisible vuelve”),
del limitado realizador Joe May (1940) aprovechando el éxito del clásico “The
Invisible Man”, de James Whale (1933) según la novela de H. G. Wells
pero gracias a los efectos especiales de John P. Fulton se logró hacer de la
película un espectáculo entretenido lo cual dio pie a dos títulos más de la serie guionizados por
Siodmak y con el hábil y omnipresente Fulton en los perfectos trucajes sobre la
invisibilidad de un ser humano: “The Invisible Woman” (“La
mujer invisible”), de Edward Sutherland (1940) y “The invisible Agent” (“El
espía invisible”), de Edwin L. Marin (1942), ambos en clave de comedia
(no olvidemos que la película de James Whale también contenía grandes dosis de
humor). Curt Siodmak fue el creador de Lawrence Steward Talbot, Larry para los
amigos, interpretado por Lon Chaney Jr., sobre el cual recae la maldición del
hombre- lobo o sea que en las noches de luna llena se transforma en un monstruo
con las características de un lobo y ataca a sus semejantes humanos. El
escritor se documentó sobre leyendas, tradiciones, supersticiones y folklore
centroeuropeo y dio un guión titulado en un principio “Destiny” para ser
cambiado después por “The Wolf Man” traducido en pantalla
por el productor y realizador George Waggner en 1941. El éxito fue notorio y
dos años después Siodmak escribía la continuación aunando su personaje con otro
del cine fantástico y de terror naciendo así “Frankenstein Meets the Wolf Man” (“Frankenstein y el hombre- lobo”),
producido por George Waggner y dirigido por Roy William Neil (1943) también
éxito en taquilla lo cual dio pie a una tercera entrega al año siguiente
titulada “House of Frankenstein” (“La zíngara y los monstruos”),
dirigida por Erle C. Kenton (1944) en donde la productora Universal reunía a
sus principales figuras del terror: 1) el monstruo creado por el Dr.
Frankenstein, 2) Larry Talbot, el hombre- lobo y 3) el conde Drácula, el
fabuloso vampiro, todos ellos girando alrededor del profesor Gustav Niemann
(interpretado por Boris Karloff) y su ayudante el jorobado Daniel, un peligroso
asesino. Eran ya tiempos de decadencia, Universal había exprimido a estos
personajes y ahora los mezclaba para buscar mayor rentabilidad. El ensayista
Gerad Lenne nos invita a admirar la atmósfera terrorífica de Neil o el lirismo
delirante de Kenton pero los mejores tiempos habían pasado. Siodmak escribió la
historia (el argumento) --- titulado
originalmente “La gruta del diablo” en donde aparecía también el personaje de
la momia aunque fue retirado a última hora --- de “La zíngara y los monstruos”
mientras Edward T. Love elaboraba el definitivo guión. El personaje de Larry
Talbot tuvo cinco películas de Universal, en todas interpretado por Lon Chaney
Jr., el hijo de aquel gran Lon Chaney, llamado “el hombre de las mil caras”,
quien falleció al inicio del cine sonoro. El hijo era actor de limitado
registro, presente con frecuencia en el fantástico” y secundario en western
pero con el hombre-lobo consiguió su mayor gloria (excelente cuando estaba
transformado) además de encarnar por tres veces a Kharis, la momia revivida
(secuelas de “La momia” de Karl Freud interpretada por Boris Karloff), una al
monstruo de Frankenstein (la cuarta de la serie “Ghost of Frankenstein”,
estrenada en TVE como “El espectro de Frankenstein” 1942,
de Erle C. Kenton, mediocre encarnación muy lejos de las tres anteriores de
Boris Karloff) y otra proveniente de un guión de Curt Siodmak para su hermano
Robert, excelente especialista en cine negro: “Son of Dracula”
(estrenada en TVE como “El hijo de Dracula”), también
bastante alejada de la composición de Bela Lugosi en el clásico “Drácula”
de 1931 pero el licántropo Talbot era el rol de su vida.
Curt Siodmak hizo varios guiones más para
producciones de corto presupuesto pero siempre será uno de los guionista más
hábiles del “fantastique” y quizás su libreto para “I Walked with a Zombie”
(“Yo
anduve con un zombie”) para el productor Val Lewton (RKO, 1943) esté
entre lo más logrado. Siodmak se documentó a fondo sobre la leyenda de los
zombies (como hizo con la del hombre-lobo) aunque al director Jacques Tourneur
le interesara más hacer dudar al espectador entre lo real y lo fantástico
alejándose de las versiones de Universal y otras como Warner, Paramount o M.G.M
que siguieron su camino consiguiendo una serie de películas abstractas (a veces
bastante sobrevaloradas) como “La mujer pantera”, “Yo anduve con un zombie”
o “El hombre leopardo” pero con cierto interés...
II)- UN REALIZADOR: GEORGE WAGGNER- Su verdadero nombre era George Waggoner (1894-
1984), fue productor, guionista, actor y director. Gran aficionado a la ópera
produjo “El fantasma de la ópera”, versión de Arthur Lubin (1943),
protagonizada por Claude Rains, en donde había más ópera que fantasma además de
producir y dirigir “The Climax” (“Misterio en la ópera”), con Boris Karloff (1944),
escrita por Curt Siodmak con tema parecido al “Fantasma de la ópera”.
George Waggner era un discreto artesano, como
director, a veces gris y anodino pero con alguna idea interesante como demostró
con “El
hombre-lobo” con varias escenas bien conseguidas y por ello es un
clásico al lado de “Drácula” (Tod Browning) y “El Dr. Frankenstein” (James Whale),
buenas películas pero tampoco redondas aunque con carisma para llegar al
escaparate de los iconográficos (la segunda parte del “Drácula” es totalmente
teatral, muchas condiciones le impusieron a Tod Browning el cual consiguió su
obra maestra en “Freaks” = “La parada de los monstruos” para la M.G.M. en 1933 y
James Whale alcanzó la cumbre con “Bride of Frankenstein” = “La novia de
Frankenstein” en 1935 para Universal contraviniendo el refrán, quizás
como una de las pocas excepciones, que segundas partes en esta ocasión fueron
mejores, mucho mejores, que las primeras). Tod Browning y James Whale fueron
los maestro indiscutibles del fantástico de preguerra (más adelante se añadiría
Terence Fisher con Hammer Films a finales de los 50- y la totalidad de los 60)
superiores a Waggner y todos los demás pero “El hombre-lobo” no
desmerece en nada a los otros dos films que iniciaron el fantástico a
principios de los 30, acompañados del éxito en taquilla.
III)- “EL
HOMBRE-LOBO”
Universal había tocado ya el tema con la mediocre
“Werewolf
of London” (“El lobo humano”) de Stuart Walker
(1935) que no representó ningún logro artístico y un ligero superávit en
taquilla y con un libreto coral de cinco guionistas totalmente ajenos al cine fantástico
a pesar de tener algún apunte temático interesante (viaje al Tíbet, las flores
del acónito). “El lobo humano” puede considerarse antecesora de bodrios como “Un
hombre-lobo americano en Londres”, de John Landis (1981) mixtura de
comedia y desparpajo y convertido por algunos (cuya comprensión y gusto por el
fantástico es totalmente nula) en film de culto. Que le vamos a hacer.
Curt Siodmak, por el contrario, se documentó
profusamente, profundizó en la leyenda, la mitología griega (el rey Lycaonydas)
y las teorías de Sigmund Freud y tras seis semanas de trabajo presentó su guión
“Destiny”,
cambiado por el más comercial de “El hombre-lobo”. El film costó
180.000 $ y dio un beneficio de 20.000.000 de $.
Es muy notable en el logro de la película el trabajo
de dos técnicos frecuentes en Universal aunque trabajaran ocasionalmente por
otras compañías.
1)- JACK P. PIERCE,
el más grande maquillador del cine fantástico y de terror. Entre sus creaciones
destaca el de la momia sobre Boris Karloff como Im-Ho-Tep, la momia resucitada
(luego sobre Tom Tyler y Lon Chaney Jr., en tres ocasiones, ambos interpretando
a la momia, ahora llamada Kharis), el hombre-lobo de Chaney Jr. aunque su obra
maestra será el del monstruo creado por el profesor Frankenstein sobre Boris
Karloff en tres ocasiones, después sobre Chaney, Bela Lugosi y Glenn Strange,
este último en también en tres películas
(en la última, la parodia “Abbot y Costello contra los fantasmas”,
el maquillaje era de Bud Westmore el cual se basó totalmente en Pierce) con un
total de siete de las ocho películas dedicadas al personaje por parte de
Universal. Fue de una gran precisión
escultórica cuyo punto de referencia era el rectángulo (cabeza, tronco y dedos
totalmente rectangulares así como los enormes zapatos de plomo, totalmente
distinto del libro de Mary W. Shelley
pero una auténtica obra maestra causante de la identificación de esta
iconografía sobre la imagen de la novela y del profesor que lo creó).
Para “El hombre-lobo” insertó pelos de yak
sobre el rostro de Chaney, hocico lobuno y prominentes caninos inferiores
dentro de unas sesiones que duraban varias horas angustiosas para el actor. En
mayor o menor grado inspirará a los futuros licántropos cinematográficos como
la docena que interpretó nuestro Paul Naschy y guionizó (a veces también
dirigió) con su verdadero nombre de Jacinto Molina o el hombre- lobo albino
encarnado por Oliver Reed en “Curse of the Werewolf” (no estrenada
comercialmente en España y aparecida en DVD con el literal título de “La
maldición del hombre- lobo”), única aportación de Hammer Films al mito
del licántropo a cargo del maestro Terence Fisher (1961) con un extraordinario
maquillaje de Roy Ashton constituyendo la cinta en la joya de la filmografía
(le conocí en Sitges-85). Después, en la actualidad con las nuevas técnicas
(además del adocenamiento y pérdida de estilo propio de cantidad de
realizadores) se conseguirá una cabeza de lobo- animal (ojos, hocicos,
orejas y dientes surgiendo de una esfera)
caminando a dos patas (nos recuerda la imagen de “Caperucita Roja”) y los
ordenadores acabarán de perfeccionarlo pero algunos (un servidor, entre ellos)
preferimos la imagen antropomórfica de los Chaney, Reed o Molina; se ha perdido
el encanto y la poesía de antaño por una técnica aparentemente perfeccionista
(aquella serie “Crepúsculo” es, sencillamente, infumable por más técnica que
tenga).
2)- JOHN P. FULTON,
formidable creador de efectos especiales. De sus trabajos en unas 250 películas
son memorables sus trucajes de “El hombre invisible” (James Whale,
1933) y otros muchos títulos de cine fantástico. Para “El hombre-lobo” usó algo
similar al Stop Motion de Willis O'Brien o Ray Harryhausen: Talbot con
maquillaje parcial escena por escena, al final el pelo ha cubierto su cara y
los caninos humanos han crecido poco a poco has ta ser lobunos. Fuera del
género fantástico y de terror John P. Fulton es recordado por la elevación de
las aguas (y luego la vuelta a su
posición normal engullendo los carros de combate egipcios) del Mar Rojo en “Los
diez mandamientos” de Cecil B. DeMille (1956), “Cuando ruge la marabunta”,
“Vértigo”, “La ventana indiscreta”, etc.
Puesto que en aquel momento Boris Karloff tenía
contrato con otras productoras se dio el papel a Lon Chaney Jr. con el cual
consiguió su relativa gloria creando un personaje clásico. Claude Rains (aquel
inolvidable hombre invisible) encarnaba a sir John Talbot, el padre de Larry,
aficionado a la astronomía,que nunca hasta el final creyó en la maldición
recibida por su hijo, Bela Lugosi --- conservando su nombre --- era el gitano
Bela el cual involuntariamente transmitirá la maldición de la licantropía a
Larry, Evelyn Ankers interpretaba a Gwen Conliffe enamorada del heredero Talbot
y Maria Ouspenskaya representaba a la gitana Maleva, la madre de Bela que
siempre intentó ayudar a nuestro hombre.
Completan el reparto el jefe de policía Paul Montford (Ralph Bellamy), Frank
Andrews (Patrick Knowles), antiguo novio de Gwen, y el Dr. Lloyd (Warren
William) que no puede dar un diagnóstico porqué Larry no sufre una enfermedad
sino algo más terrible, una maldición demoniaca y quien la ha recibido es
verdugo (por las personas asesinadas en noche de plenilunio) y víctima (por el
cargo de conciencia al recuperar su forma humana) y quien señalará esto mejor
será Terence Fisher en su “Curse of the werewolf” en cuyo
pregenérico León Carido, el hombre-lobo (Oliver Reed) transformado y con luna
llena al fondo derrama unas lágrimas (una maldición no deseada aunque lo haga
inmortal e inmune al paso del tiempo y a las armas con una sola excepción).
Talbot también sufre porqué no es creído por su padre, todo lo atribuye a
psicología y a un momento de susto. Larry es un joven simpático, liberal,
agnóstico, más bien de credo cientista víctima de un maleficio irracional que
le desdobla la personalidad de forma totalmente involuntaria (al revés de la
historia del Dr. Henry Jekyll y Mr. Edward Hyde --- novela de Robert Louis
Stevenson con también muchas adaptaciones cinematográficas --- y cuya base
fantástica está en una droga o sea lo fantástico se expone/justifica por la
ciencia mientras que en Talbot es la brujería, lo sobrenatural, lo
desconocido), asumiendo la figura del lobo como en la India se habla de
“hombres- tigre”, en África de “hombres- leopardo” y en Oceanía de “hombres-
serpientes”. Al igual que Edipo, Talbot lucha por combatir su destino donde
coexiste una personalidad maligna, desencadenada durante el plenilunio, que le
destruye su credo cientista, su agnosticismo y le hace entrar en un mundo de
horror. También como la “Antígona” de Sófocles, Talbot sufre
doble tragedia: su personalidad autodestructiva y apasionada y un padre rígido
que no le ayuda porqué no cree en esta tragedia.
La fotografía de Joseph Valentine es sencillamente
buena en un excelente blanco/negro al igual que la música de Hans J. Salter,
Frank Skinner y Charles Previn, adecuada, aunque la parte técnica de Jack P-
Pierce (maquillaje) y John P. Fulton (efectos especiales), como hemos dicho,
son los que hacen subir de categoría al film. La ambientación recuerda la
imaginería romántica de un E. T. A. Hoffmann con elementos característicos del
neogoticismo anglosajón: hay zíngaros, conjuros, talismanes, noches de
plenilunio, frecuentes brumas (estamos en la localidad de Llanwelly, en el País
de Gales y allí las espesas nieblas significan la entrada en lo desconocido, lo
sobrenatural, lo terrorífico penetrando en el mundo cotidiano), utilizando
algunos decorados del “Drácula” de Tod Browning e
interpretado por el húngaro Bela Lugosi (colosal actor de teatro aunque con
dificultades al pasar al cine e intérprete de un personaje que le marcó
profundamente).
Después de 14 años de estudios Lawrence Steward
Talbot vuelve al castillo de su padre en Llanwelly, recordando a su hermano
fallecido en accidente de caza. Curioseando con el telescopio de su padre, sir
John, observará a una muchacha en una tienda de objetos de regalos e
inmediatamente se sentirá atraído por ella. Se dirige al establecimiento para
entablar conversación con Gwen la cual regenta la tienda con su padre. Comprará
un raro y hermoso bastón con puño de plata que representa la figura de la
cabeza de un lobo y entre cuyas orejas está dibujada una estrella negra (o
pentagrama, elemento simbólico de la licantropía). Por la noche darán un paso por
el bosque acompañados de una amiga de Gwen, Jenny (Fay Helm), quien desea que
un zíngaro llamado Bela le lea el porvenir mediante la quiromancia. Se separa
momentáneamente y es atacada por un gigantesco lobo. Larry acude en su ayuda y
golpea a lo que parece un lobo con la empuñadura del bastón logrando matar a la
fiera pero antes conseguirá morderle en el pecho. Larry pierde el conocimiento
y lo recupera en su casa. Han encontrado a Jenny y al gitano Bela muertos. La
explicación del capitán de policía Paul Montford y de sir John es que Larry y
Bela salieron en defensa de la mujer, el lobo mató a Bela e hirió a Larry para
después huir Pero un algo interior le dice a Larry que Bela era el lobo. En el
entierro del gitano la madre de Bela, Maleva, le dice que el lobo era su hijo:
“Bela
era el lobo. Vd. le mató porqué solo se puede matar a un hombre-lobo con una
bala de plata, un cuchillo de plata o un bastón con mango de plata” y
añade otra cosa terrible: “Quien es mordido por un hombre-lobo” y
sobrevive se convierte a su vez en hombre-lobo”. El signo del pentágono
aparece por momentos en el pecho de Larry. A la noche siguiente aparece la luna
llena y Larry en su habitación nota como el pelo le crece en todo el cuerpo, su
nariz ahora es hocico y los dientes son ahora lupinos aunque en esta escena
solo vemos los pies sin zapatos ni calcetines que adquieren forma de patas de
lobo, ruido, jadeos anunciantes del sufrimiento provocado por la metamorfosis.
Entra en el cementerio y estrangula a Carlson, el enterrador. Larry está
desesperado, a la mañana siguiente, ya recuperada su forma humana pide la
muerte (su padre no le cree), entra en la iglesia (desde pequeño que no lo
hacía) y los rostros de los feligreses se vuelven hacia él, mezcla sueño y
realidad y llega a la convicción de ser un maldito que solo recobrará la paz de
espíritu con la muerte mediante un arma de plata. La próxima noche suplica a
sir John que lo ate a una silla y lo hace para complacer a su hijo pero sigue
sin creer. Va a unirse a los habitantes del pueblo los cuales han organizado
una batida contra los lobos a los que creen responsables de los asesinatos.
Antes de marcharse Larry le dice a su padre que se lleve el bastón con
empuñadura de plata. Así lo hace. En su habitación Larry se transforma, rompe
las cuerdas y sale al bosque para asesinar a quien encuentre. La bestia se
tropieza con Gwen, la mujer que ama, mientras esta se desmaya. A punto de
matarla llega sir John que ha oído los gritos de la muchacha y golpea varias
veces al monstruo con el bastón hasta que finalmente cae muerto. Sir John ve
horrorizado como los rasgos humanos de Larry aparecen ahora en paz. Surge del
bosque la gitana y recita la misma frase que pronunció en el entierro de su
hijo Bela: “Caminaste por un sendero de espinas, no fue culpa tuya, así como la
lluvia empapa la tierra y el río muere en el mar, así como el hombre camina
hacia su fin aquí en este mundo. Tus sufrimientos han terminado y ahora
descansas por fin en la paz eterna”...
Como hemos dicho hubo cuatro películas más sobre
el personaje. En la tercera, “La zíngara y los monstruos”
asistimos a una secuencia que es la mejor en lo que se refiere a la poesía y a
la combinación técnica Pierce- Fulton: Larry se transforma en hombre-lobo
cuando aparece el plenilunio. Está delante de un espejo y vemos la metamorfosis
en su totalidad. Rompe la puerta y se lanza al bosque atacando a una hermosa
zíngara, Iolonka (Elena Verdugo), de la cual se ha enamorado y es
correspondido. Mientras la degüella la muchacha logra dispararle una bala de
plata fabricada por ella misma y los dos amantes mueren (como versión
terrorífico de “Romeo y Julieta”). La transformación inversa se visiona a
través de los pies de Larry (de lobunos a humanos) y los dos enamorados,
tendidos en el suelo, están abrazados. La siguiente, “House of Dracula” (“La
mansión de Drácula”, 1945), del mismo Erle C. Kenton --- guión de
Edward T. Love pero sin el concurso de Curt Siodmak ---, sin respetar la continuidad, veremos la
curación de Larry (con bigote) mediante unos hongos, es una sanación mitad
científica, mitad sobrenatural --- es una maldición, no una enfermedad --- y
finalmente se casará con la enfermera de quien le ha curado. Francisco Montaner
en su escrito en la añorada revista “Terror Fantastic” (1971- 1973) comentaba:
“Un
final demasiado burgués para un ex- monstruo”...
Universal que había ganado mucho dinero con los
personajes fantástico/terroríficos acabaron exprimiéndolos como un limón en las
parodias de Abbot y Costello. La de Charles T. Barton en 1948 representaba la
última aparición de nuestro licántropo, Larry Talbot (siempre Chaney Jr.), la
del monstruo creado por Frankenstein (Glen Strange) y Drácula (Bela Lugosi): Abbot
and Costello meets Frankenstein” (“Bud Abbot y Lou Costello
contra los fantasmas”)...
Narcís Ribot i Trafí
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