Muchos asiduos a las salas
cinematográficas como gourmets de los efectos especiales de hoy probablemente
no sepan que estos son una evolución de los primitivos trucos nacientes a poco
de aparecer el cine. Quizás algunos ignoren quienes eran los Segundo de Chomón,
Georges Méliês, ni tampoco los Willis O’Brien o Ray Harryhausen y ello puede
extenderse a muchos de los consumidores del cine fantástico (¿) de ahora. Habrá
quien piense que los efectos especiales son patrimonio del cine de nuestros
días. Es una pena.
Los
hermanos Auguste y Louis Lumière acababan de inventar el cinematógrafo para ser
usado en mostrarnos escenas de la vida corriente: salida de los trabajadores de
las fábricas, llegada de trenes a las estaciones, etc., o sea imágenes,
retratos de la cotidianidad pura y dura. Los hermanos Lumière y el padre de
ambos, Antoine, en pase privado, en el Salón Indio del Gran Café presentaron su
invento proyectando su película “Salida de la fábrica Lumière en Lyon- Montplaisir”.
Ello sucedía un 27 de diciembre de 1895. Entre el público había un invitado
(por parte de Antoine) llamado Georges Méliès, propietario del teatro “Robert
Houdin” (1) quien variaría o ampliaría la limitado visión que tenían de su
invento los Lumière. El mundo quedó admirado de tal artefacto, Méliès también.
Pero él pensó en utilizar el cine hacia otros derroteros e intentó comprar una
de aquellas cámaras, llegando a ofrecer 50.000 francos pero Antoine se negó ya
que no estaban aún en venta, añadiendo además el nulo futuro del invento salvo
para la curiosidad. Craso error. Un año después (1896) Méliès adquiría por 1000
francos un proyector construido por el inglés Robert William Paul --- de
inferior calidad al de los Lumière --- al que retocó convirtiéndolo también en
un tomavistas, todo ello para exhibir, al menos en un principio, nuevos trucos
en el teatro “Robert Houdini” y sorprender al público. Poco después compraba
por 27.000 francos una caja de película negativa y positiva a Eastman en
Londres y a continuación patentó un aparato ideado por él y por el mecánico
Korsten llamado Kinetograph el cual, sin embargo, tuvo poca aceptación. Creó un
laboratorio (el primero en Francia) para proveer/auxiliar en todos sus
elementos al naciente cine y abrió su primer despacho de ventas, ampliado con
tres nuevas tiendas contiguas y otro laboratorio.
Tenemos
aquí servida la disyuntiva realidad (Lumière)- fantasía (Méliès) persistente
aún hoy en día ¿De qué lado debe decantarse el cine? Creo, deben convivir las
dos; personalmente y respetando en mucho la primera (reconociendo además la
indispensable aportación Lumière) me decanto --- como aficionado e interesado
por el cine --- hacia la segunda, la de Méliès al ofrecer la fantasía, en hacer
ver como realidad algo que no lo era y en total admiración hacia su incansable
afán experimentador el cual enriqueció más al naciente arte que luego también
sería industria y arruinaría pioneros como al propio Méliès cuya energía para
defender sus particulares intereses económicos no estaba a la misma altura de
sus hallazgos cinematográficos (al igual que nuestro Segundo de Chomón). De
abril a finales de septiembre de 1896 rueda sus primeras películas (en todo el
año rozarán las siete decenas, en algunas de ellas seguía los pasos de los
Lumière: escenas de la vida real, lo cotidiano filmado), casi todas de una sola
bobina de 20 metros y en el jardín de su finca (en Montreuil-sous-Bois
comenzará la construcción del primer estudio de impresión de películas). Un año
después concluirá la edificación del laboratorio donde Méliès empezará a
trabajar al momento, abandonando su faceta de fabricación de aparatos para
dedicarse a elaborar exclusivamente películas (finales de 1897).
Georges
Méliès (1861- 1938) nació en el número 29 del boulevard Saint- Martin de Paris
el 8 de diciembre de 1861, tercer hijo del fabricante de zapatos François
Méliès y Catherine Schueringh, holandesa de ascendencia española, hija del
antiguo zapatero de la Corte de La Haya. Desde pequeño tiene facilidad por la
pintura y el dibujo, construyendo más adelante teatros de juguete y marionetas
para sus sobrinos. Acabados sus estudios marcha una temporada a Londres donde
frecuenta el Egyptian Hall interesándose por los trucos de prestidigitación y
los números de ilusionismo convirtiéndose en un profesional. Regresa a París e
intenta entrar en la Academia de Bellas Artes para ser pintor pero su padre se
opone y le hace trabajar con él en la fábrica de zapatos, adquiriendo allí gran
conocimiento en mecánica. Más adelante (1888) decide abandonar el negocio
familiar, comprar el teatro “Robert Houdin” y preparar, con el personal
adecuado, decorados, escenografía, el proyector con fotografías coloreadas y
cristales dibujados a mano. Funda la “Academia de Prestidigitadores”, que más
adelante será la “Cámara Sindical de Prestidigitadores”. Fue elegido
presidente, cargo que le ocupará durante cuarenta años. Después de la sesión de
los Lumière y de sus primeros trabajos, aparece en 1898 el distintivo de Star
Films, productora de Méliès: una estrella negra de cinco puntas que precede al
girasol de Gaumont y al gallo de Pathé. Gran año para los proyectos de Méliès:
30 películas donde incluyen las vistas submarinas del acorazado “Maine”
junto con “Guillermo Tell”, “La cueva maldita”, “El hombre
de las 1000 cabezas”, etc. De 1896 hasta 1913 rodaría unos 500 títulos
de los cuales solo se conoce una cuarta parte.
Este
gran investigador cinematográfico que fue Carlos Fernández Cuenca (2) clasifica
su filmografía de la siguiente forma: 1) primeros ensayos, 2) documentales, 3)
actualidades auténticas y reconstruidas, 4) argumentos cómicos, 5) argumentos
dramáticos, 6) películas de trucos, 7) películas de magia, 8) películas
históricas y 9) adaptaciones de temas literarios y teatrales. El afortunado
azar concedió el descubrimiento de su primer truco en la plaza de la Ópera de
París: se le encasquilló el desarrollo de la proyección durante un minuto, el
tiempo necesario para que después descubriera a coches y personas cambiantes de
lugar y el ómnibus de la línea Madeleine- Bastilla se metamorfoseara en un
coche fúnebre. De esta forma casual descubrió el truco por substitución
instantánea, llamado también “paso de manivela”. Méliès enriqueció el cine con
su experiencia adquirida en sus 25 años de trabajo en el “Robert Houdin” y le
dotó de trucos con máquinas, efectos ópticos y la prestidigitación y, gracias a
su inteligencia y gran capacidad por el trabajo, llegó a realizar los sueños
más extraordinarios. Poco antes de la I Guerra Mundial el cine se va transformando:
aquella curiosidad, en opinión de muchos, de barraca de feria ha evolucionado;
ya es un arte pero también es una industria la cual arrincona o perjudica en
algo o en mucho a hombres como Méliès, Chomón, Fructuós Gelabert, Ferdinand
Zecca o James Stuart Blackton; en
Francia las compañías Pathé y Gaumont afirmaban unas bases para el trabajo
masivo. Además de arruinado, nuestro hombre pierde a su esposa (1913) al
momento que acaba su última película, “El viaje de la familia Bourrichon”.
La guerra es la puntilla definitiva. Méliès deberá vender sus propiedades y,
desolado, destruirá las máquinas y parte de su material fílmico, malvendiendo
el resto. En 1925 contraerá segundas nupcias con la actriz Jehanne d’Alcy la
cual había formado parte del personal del teatro “Robert Houdini” y luego fue
estrella principal en gran número de sus films. Era propietaria de un puesto de
caramelos, chocolate y juguetes en la estación de Montparnasse y, a partir de
ahora, se turnará con su marido en el kiosco. A partir de 1925 su obra será
reconocida y redescubierta por los vanguardista cinematográficos franceses y,
especialmente, por los surrealistas; Léon Brézillon --- presidente del
sindicato francés de productores cinematográficos --- logró que se le
concediera “La Legión de Honor” por sus méritos (1931), en 1938, poco antes de
su muerte, Henri Langlois --- creador de la Cinemateca Francesa --- logrará
recuperar y restaurar parte de sus películas y desde 1946 se otorga el “Premio
Méliès” para la mejor película francesa. A pesar de todo Georges Méliès moría
en la más pura miseria (1938) de un cáncer doble.
Hemos
dicho que el primer “efecto especial” de Méliès, descubierto por casualidad, es
el llamado de “substitución
instantánea”, “parada técnica”, “parada por substitución” o “paso de manivela”
(quizás la denominación más acertada y extendida), consistente en parar la
filmación, sacar de escena lo conveniente (una persona o un objeto), empalmar y
seguir grabando siguiendo la acción; eran los fundamentos de la Stop Motion
sobre la cual nos depararían grandes momentos los Willis O’Brien, Ray
Harryhausen o Jim Danforth (nacido en 1940). En su incesante trabajo de
experimentación descubrió nuevos trucos, nuevos efectos. Veamos algunos:
---Utilizó
maquetas para representar escenas de barcos/barcas navegando en cubetas de
agua---
---
Para grabar escenas submarinas y hacer parecer al espectador que nos
encontramos bajo el agua: colocaba un acuario con peces vivos entre la cámara y
la escena a rodar, consiguiendo ver, de esta forma, al proyectar la película,
la acción interpretada por los actores y el movimiento natural de la fauna
acuática ---
---
En la filmación de elementos voladores (escenas en el aire) hizo construir,
para tal fin, pasarelas con suelo metálico ---
---
En determinadas ocasiones, para vistas y escenas más arriesgadas, utilizaba lo
que ahora llamamos cámara cenital: ubicaba una cámara colgada de una de las
pasarelas superiores y filmaba el decorado situado a ras de tierra y por donde
el (los) actor (es) realizaba(n) movimientos impracticables en normales
condiciones (“L’homme- mouche” =“El hombre- mosca”, 1902, donde un
hombre circula en exhibición por la fachada de un palacio) ---
---
Su gran experiencia teatral le hizo adaptar trucos del mundo del teatro al cine:
p. e. el de las caídas de altura. Se realizaban mediante una tela pintada en
donde el operador (desde una posición elevada) filmaba de abajo- arriba
mientras el actor, suspendido con un cable invisible para el espectador, y
desde las alturas frente al fondo pintado hacía extraños movimientos figurando
perder el equilibrio ---
---
Proveniente del descubrimiento del “Paso de manivela” y en lógica evolución
apareció el truco de “Sustitución por montaje”: dos personas hacen la misma
acción que se graba por separado y, en la sala de montaje, se corta el film en
el mismo punto de la acción de las figuras y se empalma la cinta. Al
proyectarse nos da la sensación que el personaje ha sufrido una transformación.
Un ejemplo es “Le locataier diabolique” (“El inquilino diabólico”, 1909),
donde vemos como el inquilino de un apartamento lo va decorando arrojando
cuadros y espejos a la pared, quedando pegados como por arte de magia.
Prácticamente el efecto se consigue de la misma forma: 1) lanzar el cuadro, 2)
parar la grabación, 3) fijarlo a la pared y 4) continuar filmando para luego,
en la sala de montaje se cortaban los fotogramas y se empalmaban exactamente en
la adhesión al muro ---
---
Una nueva habilidad, un nuevo procedimiento, un nuevo truco evolutivo fue el llamado
“Fundido de doble exposición”, centrado en hacer desaparecer/aparecer personas
de forma paulatina y gradual que consistía en grabar en una cinta una o varias
veces. Lo más usado para este truco de sobreimpresiones era hacerlas en un
negativo de fondo negro. En “Les cartes vivantes” (“Las
cartas animadas”, 1904-05), las figuras de una baraja cobran vida:
plano de una gigantesca carta, en el punto más conveniente de la fusión de
imágenes rebobinando la película, cambiando la carta por otra blanca y ubicando
una señora, con un atuendo muy similar a la del dibujo de la carta, en la misma
posición (el presentador de la escena era el mismo Méliès, quien interviene
como actor en muchas ocasiones dentro de sus películas), manteniendo todos los
objetos/personas en la misma posición antes del corte y al volver a grabar
vemos como las dos tomas están suavemente fusionadas ---
---
Uno de los trucos más complejos e interesantes es el llamado de “multiplicación
de cuerpos y cabezas” cuyo paradigma ideal es “Le Melomane” (“El
melómano”, 1903), uno de los films más famosos de Méliès, con siete
sobreimpresiones simultáneas de la misma cabeza, es un portento de precisión y
de ritmo (en palabras de Fernández Cuenca). Vemos un palo de telégrafos de
cinco cables que significan las cinco líneas del pentagrama (fondo negro para
toda la escena). El director musical (el mismo Méliès) lanza a los cables en
clave de sol la cual quedará pegada (técnica de substitución por montaje),
dibuja una nota en un papel y la tira otra vez a los cables, finalmente tira su
cabeza a los hilos telegráficos donde también se adherirá. La cabeza animada
compone la partitura de “God Save the King” (recordemos:
fondo negro, el autor envuelto en capa negra se coloca una capucha negra
ocultando todo el cuerpo, corta, se quita la capucha y filma las escenas de la
cabeza suelta dirigiendo la música y riéndose y para cerciorarse del punto a
rebobinar la película para retomar la grabación contaba las vueltas dadas a la
manivela al filmar).
Recordemos
ahora alguno de sus films más significativos, como la considerada su obra
maestra, “Voyage dans la Lune” (“Viaje a la luna”, 1902), basada muy
libremente en Julio Verne y en Herbert Georges Wells. Es la primera película de
Ciencia- Ficción en donde veremos una gama de recursos para efectos especiales
definitivos para la evolución del cine en lo referido a trucos. Causarán
sorpresa aquellos selenitas interpretados por acróbatas del Folies- Bergères,
medio insectos, medio crustáceos, abatidos por los terrestres a paraguazos y
dejando una espesa nube de humo como recuerdo (otra vez la “Substitución
instantánea” era la base del espectáculo).
Uno
de sus films más interesantes fue “Le Puits Fantastique” (“El
pozo encantado”, 1903), donde se nos muestra que por encantamiento de
una bruja surgen de un pozo unos seres de pesadilla, algunos de ellos con
aspecto de sapo que recuerdan el bestiario del escritor H. P. Lovecraft. Si
Méliès es el pionero de la Ciencia- Ficción cinematográfica también lo es del
cine de terror. Finalmente aparece un diablo con capa negra que al ser apaleado
por la multitud, huye convertido en murciélago (antes del famoso “Nosferatu”,
de F. W. Murnau, 1922, Méliès había ya insinuado la figura clásica del
vampiro). Un año antes utilizará genialmente el método de las
sobreimpresiones para matizar el
contraste entre seres gigantescos y enanos, además de servirse de maquetas
disminuidas y aumentadas para crear el deseado contraste, aparte de los
movimientos de una cámara prácticamente fija, acercándola o alejándola: “Les
voyages de Gulliver a Lilliput et Chez les Geants” (“Viajes
de Gulliver”), según adaptación de episodios sobre la célebre novela de
Jonathan Swift. Otro de sus “viajes fantásticos” fue “Le Voyage a travers l’Impossible”
(“Viaje
a través de lo imposible”, 1904) donde se daba mayor importancia a los
efectos mecánicos que a los ópticos y con profusa utilización de la tramoya.
Aunque sin alcanzar la redondez de “Viaje a la luna” es obra ---
protagonizada por el mismo Méliès --- de “gran madurez creadora” (Fernández
Cuenca dixit). Ahora se trata de hacer un viaje al Sol. Cerca del final de su
carrera nos ofreció otro trabajo sorprendente: “A la Conquete du Pole” (“A la
conquista del Polo”, 1912), último de sus “viajes fantásticos”, fluidez
narrativa y perfección técnica de los efectos (es una de sus obras más
conocidas gracias a que fue pasada a 16 mm y distribuida), llegando a construir
un “monstruo de las nieves” con movimientos coordinados mecánicamente.
Los
fantasmas harán su presentación en la filmografía del gran pionero en 1903: “L’Apparition”
(“La
aparición”), en donde se nos muestra un espectro que aterroriza al
protagonista. El recurso fue tan simple como eficaz: movimientos cortos y
rápidos con la cámara. El resultado: perfecto. En “Le Royaume des Fees” (“El
reino de las hadas”, 1903) vemos alguno de los decorados más vistosos
de toda la filmografía, como el del “Palacio de las Langostas”, una película
notoriamente bella y poética cuyo núcleo lo constituyen los trucos de
prestidigitación de teatro. Otro título memorable fue “L’Homme a la Tête a Caoutchouc” (“El hombre de la cabeza de goma”,
1901-1902). El propio Méliès se quita la cabeza y la hincha con un fuelle hasta
que estalla. Un truco maravilloso y sorprendente aún hoy en día. Para ello el
autor se colocó en una silla sobre una superficie inclinada y con un juego de
poleas se acercaba a la cámara filmante. Naturalmente, en esta especie de
travelling artificioso, la cabeza iba aumentando de tamaño y al mezclar con el
plano general de laboratorio creaba la sensación de dilatada y monstruosa. Finalmente citemos “Le Cake- Walk Infernal”
(“Cake-Walk”
forzado”, 1903). La trama se centra en el diablo que viaja a la Tierra
y obliga a sus habitantes a bailar el “Cake-Walk”, de moda entonces en América
y Europa: aceleraciones de movimiento, sobreimpresiones, transformaciones y
riqueza en trucos ópticos y mecánicos en donde Méliès, seguro del dominio de su
técnica, nos ofrece un trabajo sorprendente y reposado.
No
siempre se ha reconocido su gran mérito. En la actualidad se han hecho estudios
importantes, incluso se ha filmado una película- homenaje por parte de Martin
Scorsese: “Hugo” (“La invención de Hugo”) en 2011 ---
aún la desconozco por falta de tiempo ---, algo es algo (3)…
Narcís
Ribot i Trafí
1)- JEAN- EUGÈNE ROBERT HOUDIN (1805-1871), ilusionista francés,
considerado como el padre de la magia moderna. Hay un biopic bastante aceptable
de 1953 dirigido por George Marshall, producido por George Pal e interpretado
por Tony Curtis y Janet Leight: “Houdini” (“El gran Houdini”). Existe
alguna versión nueva.
2)- “EL MUNDO DE GEORGES MÉLIÈS”-
Carlos Fernández Cuenca, librito tan conciso como documentado y apasionante
publicado en el IX Festival Internacional de Cine de San Sebastián (1961). En
1963 el mismo autor editará a cargo de la Filmoteca Nacional de España un
resumen, “MÉLIÈS”, sobre las películas pasadas en aquellas lejanas sesiones de
la Filmoteca. Recientemente ha aparecido otro librito, ahora de Ediciones
Casimiro (Madrid, 2013) que es una traducción (Agustín Temes Rodríguez) con
algunos puntos novedosos y desconocidos de la vida del maestro: “GEORGES
MÉLIÈS,
VIDA Y OBRA DE UN PIONERO DEL CINE”. En forma de libro no creo haya
nada más en castellano…
3)- Este escrito se publicó hace
años en “Forum Universitas” y “Diario de Cine”. Después aparecieron
tres volúmenes que cito a continuación:
--”GEORGES MÉLIÈS, LA MAGIA DEL CINE”,
obra coral editada por “Obra social La Caixa” (2013). Hay una edición en
catalán en el mismo año:”GEORGES MÉLIÈS, LA MÀGIA DEL CINEMA”--
--“MÉLIÊS”, obra coral de
Editorial Libros del Innombrable (Biblioteca “Golpe de Dados”, nº 122),
ilustrado por Juan Luis Borra López (2017).
– “LA PANTALLA FUTURISTA” (DE “EL VIAJE A LA LUNA”, DE GEORGES MÉLIÈS A
“EL HOTEL ELÉCTRICO”, DE SEGUNDO DE
CHOMÓN). Editorial Cátedra. Rosa Delgado Leyva (2012).
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