“Para mí un cuadro tiene que ser una cosa amable,
bonita y alegre. La vida tiene ya sobradas cosas que nos fastidian como para
que tengamos que inventar aún más” (Pierre Auguste Renoir)
Pasada la mitad del siglo
XIX apareció en Francia aquel movimiento pictórico que revolucionó en mucho el
arte occidental llamado “Impresionismo”. El término surgió de la mente de un
crítico de arte llamado Louis Leroy (1812- 1885) para burlarse de una obra de
Monet. Mucha parte de la crítica y público atacó, se burló y ridiculizó a los
pintores impresionistas y a sus obras, unos desconocidos que subvertían las
reglas del “arte oficial” promovido y fomentado por la Academia, el Salón Oficial
y la Escuela de Bellas Artes los cuales tiranizaban el arte impidiendo
cualquier manifestación diferente a lo ”oficial” o sea lo dictado por ellos.
Hoy en día tanto el Impresionismo, estilo pictórico en si, como los pintores de
este grupo poseen una reputación elevadísima y sus obras están muy cotizadas
mientras nadie recuerda a Leroy (si no es por la anécdota de la invención del
nombre en plan satírico pero denominación aceptada por la mayoría, incluso
entre los pintores de aquel movimiento) ni a quienes atacaban aquella grandiosa
corriente pictórica (el mismo caso ha sucedido en otros campos, en otras artes,
en otros lugares)...
En diciembre de 1873 se fundó la “Sociedad
Anónima Cooperativa de Artistas Pintores, Escultores, Grabadores” a
cargo de los pintores Claude Monet, Alfred Sisley, Pierre- Auguste Renoir, Edgar Degas, Camille
Pissarro y Berthe Morisot en oposición, principalmente, a la “oficialidad”.
Cuatro meses más tarde (abril 1874) se producía la I Exposición de los
Impresionistas”. Los participantes sumaron unos treinta artistas (algunos no
eran ni fueron impresionistas pero apoyaban el movimiento) entre ellos los seis
nombrados anteriormente añadiendo a un joven Paul Cézanne. El término acuñado
por Leroy en la revista “Charivari” prosperó --- a pesar de ser satírico e
incluso injurioso (mismo caso del astrónomo Fred Hoyle el cual inventó el
término “Big Bang”, con referencia al reloj londinense Big Ben, para
ridiculizar la teoría) --- aunque Degas y Renoir nunca estuvieron de acuerdo
con este vocablo. A pesar de críticas negativas y contrariedades la exposición
sirvió para dar a conocer a estos pintores y que lo negativo sirvió para el
triunfo y el éxito en el futuro (éxito artístico y, casi siempre, económico).
Por supuesto los Impresionistas recibieron
influencias y tuvieron precursores, p. e. la Escuela de Barbizon fundada por
Theodore Rousseau seguido por otros (Millet Corot, Díaz, etc.), quienes
efectuaban sus dibujos, apuntes y bocetos al aire libre (acababan la obra en
estudio) en el pueblecito de Barbizon cerca del bosque de Fontainebleau y allí
tomaron contacto con los futuros impresionistas: Monet, Renoir, Sisley y
Bazille. Renoir admiraba profundamente al pintor realista Gustave Courbet,
rechazado por parte de los salones oficiales a causa de sus obras sobre temas
“vulgares” (y de sus ideas políticas), además de Camille Corot, gran paisajista
y clave en la evolución de la pintura francesa del siglo XIX, tomando contacto
también con Narcise- Virgile Díaz (se convirtió además en su protector y
consejero) mientras Monet sentía admiración por Jean François Millet ---
también realista y también asiduo de Barbizon --- y Sisley tenía devoción por
Corot. Los impresionistas fueron, pues, los primeros pintores en extender sus
caballetes al aire libre. Su característica principal es la captación de la luz
sobre los objetos, el color debe ser aplicado sobre la tela sin el oscuro de
fondo tan utilizado en anterioridad, la pintura debe realizarse al aire libre
(aunque Renoir trabajará también en interiores y estudio, especialmente sus
retratos y Degas prefería los interiores y el estudio al aire libre). Tampoco
podemos olvidar la influencia del arte japonés introducido en Francia por el
pintor estadounidense James A. McNeill Whistler. Édouart Manet y Degas fueron
los primeros impresionistas que se acercaron al arte japonés (en postales,
cerámicas, etc.) buscando el valor decorativo y el exotismo oriental. Otros se
dejaron influenciar en más o menos importancia sobre distintos elementos.
Pierre Auguste Renoir (Limoges, 1841- Cagnes- sur-
Mer, 1919) nació en una familia humilde. Su padre era sastre y su madre
costurera. No pertenecía a la alta burguesía como Manet, Degas,
Caillebotte o Cézanne ni tenía el porte
aristocrático de Degas. Su familia se trasladó a París cuando él tenía cuatro o
cinco años y después de los estudios básicos entró a trabajar en un taller de
porcelana, especialmente diseños de Jean- Honoré Fragonard y François Boucher
(en porcelanas y abanicos) a quienes admira. Alguien convenció a sus padres de
las cualidades del muchacho y su interés por la pintura y después de mucho
trabajo logró reunir dinero para entrar en la Escuela de Bellas Artes y
estudiar. Primeros años de experimentación copiando obras de pintores del
pasado (como Rubens) perfeccionándose en el estudio de Charles Gleyre en donde
conocerá a sus mejores amigos y colegas: Frédéric Bazille (recordemos que nunca
llegó a formar parte de grupo impresionista a causa de su muerte en la guerra
franco- prusiana en 1870), Monet y Sisley. Pinta paisajes con sus tres amigos en Barbizon influenciado
por Courbet y por Manet entre flores y naturalezas muertas, no desea innovar
nada, de momento, no le gustan ni entra nunca en las teorías pictóricas, proyecta
pinceladas tenues y casi imperceptibles
sobre el lienzo mientras que su cuadro preferido es “Femmes d'Algier” del gran
romántico Eugene Delacroix a quien también admira, sobretodo por su espléndido
colorido. Vendrá su etapa propiamente “Impresionista” al formarse el grupo
siendo, con el tiempo el más popular y valorado de entre todos sus colegas. En
esta época pinta al lado de Monet, a veces los mismos temas siendo difícil
distinguir las obras de ambos --- podrían ser perfectamente intercambiables ---
cuyo ejemplo más claro está en los cuadro de “La Grenouillère”, ---“Estanque de las ranas” ---, complejo
fluvial con restaurante para fiestas y almuerzos, construcciones en la ribera,
islas artificiales, bullicio de gente, botes de remo, etc. (tres pintados por
Monet y tres por Renoir).
A pesar de todas estas influencias Renoir será
autodidacta como Monet. “La Loge” (1874) inaugura
oficialmente su período impresionista, antes, preimpresionista, tenemos “El
cabaret de la mère Anthony” (1866), aún dubitativo ante la coloración y
“Baile
en el Moulin de la Galette” (1876), auténtica obra maestra de esta
etapa impresionista en donde conjunta manchas de luz y sombra y precisa
perfectamente la individualidad dentro de una masa en un ambiente jovial.
Renoir fue el más alegre y vivaz en su estilo del grupo
y el más atrevido con los colores. Usaba el rojo y el negro, siempre sencillos
y puros, colores no muy frecuentes entre los impresionistas. Será un innovador
como Monet o Cézanne y, como este último, será responsable (voluntario o no)
del arte moderno, fuente para muchos artistas. Podríamos decir que Renoir es
“el poeta de la vida cotidiana”, como se ha escrito.
Al finalizar la década de los 70 Renoir se alejó
del grupo (se diluyó en 1886 aunque los miembros nunca dejaron de ser/pintar
como “impresionistas”, algunos en su totalidad y otros en parte). Renoir viajó
a Italia y se maravilló con las pinturas pompeyanas, la obra de Rafael Sanzio y
la del hispano Diego Velázquez. Sin abandonar totalmente la base de la
formulación impresionista (incidencia de la luz sobre la naturaleza, personas,
objetos) aunque deja atrás la visión espontánea y los efectos atmosféricos
experimentando con un estilo más clásico logrando una armonía compleja y un
conjunto de obras magistrales siempre con su mirada optimista con líneas
audaces y comprometidos contrastes. Es la época en donde realizó más retratos
llegando a ser considerado uno de los más grandes retratistas de la historia.
También los desnudos femeninos además de plasmar perfectamente la sonrisa de un
niño en varias obras suyas. Ahora admira a Jean Auguste Dominique Ingres usando
las posibilidades de la línea y el dibujo (de esta época destaca, entre muchos,
otros, la serie de cuadros sobre “Los bañistas”).
Había nacido para pintar. En los últimos años se
ataba las manos a los pinceles a causa del reumatismo porqué su finalidad era
pintar. A mitad de la década de los 80 no solamente carecía de problemas
económicos sino que se había hecho rico y sus obras estaban reconocidas.
De su esposa Aline Charigot (1859- 1915) --- antigua modelo suya ---
(contrajeron matrimonio en 1890) tuvo tres hijos: Pierre, Jean (futuro director de cine) y Claude. Al
final de su vida usa los rosas, amarillos, azules y violetas proyectados sobre el lienzo en capas
progresivas dando a su obra un trepidante estilo en donde hay impresionismo y
clasicismo a la vez. Será pieza clave en el futuro arte del siglo XX, sus
vanguardias y sus corrientes en la concepción del dibujo.
En otra ocasión podríamos hablar de alguna de sus
obras más significativas y dar una bibliografía en castellano. Para acabar solo
recordar la anécdota de 1882: conoció a Richard Wagner y le pintó un retrato.
El músico dijo que le hacía parecer un pastor evangélico...
Amb Renoir em vaig imaginar Com seria la vida a París, els colors tan suaus són característics, ...
ResponderEliminarNo sabia que s'havia trobat amb Wagner, què curiós!
Salutacions!
GRÀCIES, CATALINA!
ResponderEliminar