.”The Walking Hills” (1949)
.“The Capture” (1950)
.“Escape from Fort Bravo” (“Fort Bravo”), 1953
.“Backlash” (“El sexto fugitivo”), 1956
.“Guntfight at the O. K. Corral” (“Duelo de titanes”), 1957
.“The Law and Jake Wade” (“Desafío en la ciudad muerta”), 1958
.“Last Train from Gun Hill” (“El último tren a Gun Hill”), 1959
.“The Magnificent Seven” (“Los siete magníficos”), 1960
.“Sargeants 3” (“Tres sargentos”), 1962
.“The Hallelujah Trail” (La batalla de las colinas del whisky”),
1965
.“Hour of the Guns” (“La hora de las pistolas”), 1967
.”Joe Kidd”
(“Joe Kidd”), 1972
.“Valdez, Il
Mezzosangue” (“Caballos salvajes”), 1973
Cuando
el western fue reconocido y estudiado los especialistas franceses --- como
vanguardia de gustos y modas que muchas veces son (también es ejemplo el cine
fantástico y de terror con el libro de Gerard Lenne que despertó vivas
adhesiones entre los aficionados y también de otros del cine en general) ---
nombraron justamente como patriarca a John Ford y luego destacaron un
interesante trío de especialistas: Delmer Daves (accedió a la fama por su “Flecha
rota”), Anthony Mann (especialmente con la serie de westerns con James
Stewart y su apéndice “El hombre del Oeste” con Gary
Cooper) y John Sturges.
John Eliot Sturges (Oak Park Illinois, 1910- 1992)
fue un cineasta bastante prolifero (más de 40 films, 14 son westerns) y es
reconocido principalmente por su habilidad en las escenas de acción. Empezó
como editor y ayudante de producción en R. K. O., durante la II Guerra Mundial,
en la aviación, dirigió varios documentales y de vuelta a Hollywood realizó su
“ópera prima”, un thriller titulado “The Man who Dared” (1946). Durante
diez años, los de su aprendizaje, ocupó el asiento de director en películas de
serie B, en su mayoría de acción o dramas. Un western, “Fort Bravo” (1953) y otro
thriller, “Conspiración de silencio” (1955), le sirvieron como
reconocimiento y adquirió el pase para filmar serie “A” para realizar, casi
siempre, películas de acción y aventuras, especialmente westerns con una puesta
en escena sólida y eficaz. Es de la escuela de los clásicos: no vino a
“redimir” el género como Arthur Penn (“Pequeño gran hombre”) o Ralph Nelson
(“Soldado
azul”), oportunistas del cambio de mentalidad del público sino que se
apoya en su puesta en escena con gran empleo formal del espacio y del color (“Duelo
de titanes”) y buen sentido de la dirección de actores con mucha
intuición en las batallas las cuales se convertirán en modélicas dentro del
género (los duelos de “Los siete magníficos”, “Duelo de titanes”
o “Fort
Bravo”). Casi siempre su puesta en escena es inspirada, inventiva y
talentosa, logrando una narración fílmica fluida, vigorosa, armónica y
compacta.
Si Anthony Mann es un gran pintor de las montañas
y bosques y Delmer Daves se encuentra a gusto entre las pequeñas comunidades
(un rancho, un campamento), Sturges es un magnífico topógrafo: el fuerte de “Fort
Bravo”, el Tombstone de “Duelo de titanes”, el pueblo
abandonado de “Desafío en la ciudad muerta” (mi preferido de sus westerns), el
extenso rancho de “El último tren de Gun Hill” o el pueblo mejicano de “Los
siete
magníficos”.
Sturges se inició en el género con dos films no
vistos en España: “The Walking Hills” (1949), con Randolph Scott (producida por
Harry Joe Brown y Randolph Scott) y “The Capture” (1950), producida por
el guionista Niven Bush. Dos años antes de un film posiblemente interesante y
desconocido como “The Scarlet Code” (1955), con Cornel Wilde (capa y espada en la
revolución de la independencia americana), mismo año que “Conspiración de silencio”,
Sturges nos dará uno de sus films más recordados: “Fort Bravo” (1953), para
M. G. M., protagonizado por William Holden y Eleonor Parker. Aquí es donde más
fehacientemente queda señalado el maniqueísmo divisorio del autor en el sentido
de dar a las dos partes sus razones aunque en este caso no sea simplemente el
enfrentamiento bien-mal:William Holden, ex-sheriff, se convierte en oficial del
ejército nordista y lucha a muerte con su rival, un oficial confederado (John
Forsythe), pero más adelante los soldados de la Unión y los prisioneros
sudistas lucharán juntos contra los indios (hace años inspiró un cómic).
“El sexto fugitivo” (1956), para Universal, con guión de Borden Chase
(autor de algunos libretos para films de Anthony Mann) e interpretación de
Richard Widmark, posee ingredientes de suspense, siendo excelente fresco sobre
persecución (justicia- fuera de la ley). Tenemos dos películas en donde el
componente suspense es substituido por la comedia siempre en clave de western:
“Tres
sargentos” (1962), con Frank Sinatra y Dean Martin y “La
batalla de las colinas del whisky” (1965), con Burt Lancaster y Lee
Remick. Ambas fueron producidas por United Artists.
El núcleo de Sturges en lo que se refiere al
western se centra como armazón de ejemplaridad en los cuatro films que van de
1957 a 1960.
1)“Duelo de titanes” (1957), producida
por Paramount, con Burt Lancaster (comisario Wyatt Earp) y Kirk Douglas (Doc
Hollyday) es una nueva versión del duelo en O. K. Corral en donde Wyatt Earp,
sus hermanos y el dentista alcoholizado Hollyday se enfrentan y acaban con los
delincuentes pertenecientes a la banda/la familia de los Clanton. En 1939 John
Ford había realizado la magistral “My Darling Clementine” (“Pasión
de los fuertes”), con Henry Fonda (Wyatt Earp) y Victor Mature (Doc
Hollyday). Si en Ford tiene más importancia el “Marshall” Earp, en la versión
en color de Sturges --- más fiel a la historia real --- es el etílico
odontólogo quien tiene más protagonismo y la excelente fotografía de Charles B.
Lang en Technicolor ilumina tan perfectamente los enfrentamientos como la lucha
interior de Hollyday (su postración física, los ataques de tos tuberculosa, su
alcoholismo). La idea del film parte de un artículo de prensa de George Scullin
guionizado por León Uris, escritor de las novelas “Éxodo” (película de Otto
Premimguer) y “Topaz” (película de Alfred Hitchcock). Los personajes de Ford
son más familiares, los de Sturges más solitarios y pesimistas y si Ford
centraba su film en el enfrentamiento entre el bien, la bondad, la justicia y
la pureza (los Earp y Hollyday) y sus correspondientes antinomias o sea el mal,
la maldad, la injusticia, la corrupción (encarnadas por los Clanton y los
Lowery), por contra a Sturges le importan menos las causas del conflicto y se
centra en la figura de un Hollyday más enfermo que nunca el cual se juega la
vida defendiendo a Wyatt Earp con quien había tenido discusiones y
desavenencias pero antes del combate final ya son amigos.
En 1967 Sturges realizará una continuación de la
historia: “Hour of the Guns” (“La hora de las pistolas”) para
Mirish Corporation y Kappa Corporation, con James Garner, Jason Robards y Robert
Ryan en un film más frío y austero que el anterior pero siempre interesante. La
matanza de O.K. Corral se ha politizado y Holliday continúa ayudando a
solucionar los problemas de Earp a tiros. He leído algún estudio en donde se
prefiere la segunda a la primera (es tan difícil como elegir entre “Tierra
de audaces de Henry King o su continuación “La venganza de Frank James”,
de Fritz Lang, depende todo de como se mire y se analice).
2)- “El último tren a Gun Hill”
(Paramount, 1959) se centra en la lucha de dos viejos amigos, uno es Craig
Belden (Anthony Quinn) el cual se ha convertido en un cacique y cuyo hijo, Rick
Belden (Earl Holliman), ha violado y asesinado a la esposa india del sheriff
Matt Morgan (Kirk Douglas). Craig intenta impedir que Morgan se lleve a su hijo
para ser juzgado (probablemente ahorcado) y levanta toda la población en su
contra. Ayudado solo por Linda (Carolyn Jones), una prostituta antigua amante
del cacique, el representante de la ley se lleva al descerebrado asesino de su
esposa el cual será muerto de un disparo de un amigote suyo que intentaba matar
al sheriff quien tendrá, muy a su pesar, que acabar con el que fuera su amigo.
La trama tiene cierta dependencia con la sobrevalorada “Solo ante el peligro”, de
Fred Zinnemann, o sea el enfrentamiento de un hombre en el cumplimiento de la
justicia ante la cobardía u hostilidad de la mayoría de habitantes de una
ciudad. Por otra parte esta magnífica cinta toma prestado formas del cine negro
y thriller con un suspense que baña todo el metraje y la poesía presente
siempre en un film de Sturges.
3)- “The Law and Jake Wade” (“Desafío
en la ciudad muerta”), con Robert Taylor y Richard Widmark (M. G. M.,
1958) es, como he dicho, para mi gusto, el mejor western de Sturges --- dos
amigos se salvan mutuamente la vida, cambian de postura moral y al final se
tirotean --- y se trata de una tragedia con envoltura de western en movimiento
hasta ir a para a un sombrío escenario: una ciudad muerta en donde se batirán
los dos antiguos amigos, antes delincuentes, ahora uno convertido en sheriff
(Taylor) y el otro ladrón y asesino sin ningún escrúpulo (Widmark).El
protagonista actuará más motivado por el adicional rapto de su novia Peggy
(Patricia Owens) ante su opositor el cual desempeña el papel de su conciencia
del pasado. Western hermoso y espléndido cuyo cambio de postura ética y de vida
del protagonista no está lejos de otro film con las mismas virtudes que el de
Sturges realizado en el mismo año : “Man of the West” (”El
hombre del Oeste”), dirigida por Anthony Mann para United Artists.
4)- “The Magnificent Seven” (“Los
siete magníficos”), para Mirish Alpha & United Artists (1960) es
una película perfecta y modélica bajo todos los ángulos. Siete mercenarios son
contratados por una pequeña comunidad mejicana para que les libren del bandido
Calvera y sus secuaces. Los asalariados olvidarán lo que son y se tomarán el
asunto como un problema personal hasta el punto de dar sus vidas por la causa
(inspirada en “Los siete samurais”, de Akira Kurosawa). Western muy
popular el cual hace olvidar otros logros del realizador (personalmente
prefiero, repito, “Desafío en la ciudad muerta”, “El último tren a Gun Hill” o
“Duelo de toitanes”).
Inéditas son para mí los dos últimos Sturges
dentro del género“: Joe Kidd (1972), con Clint Easwood (Universal Pictures), un
film menor pero con las escenas de acción bien resueltas (propio del
realizador) y ”Caballos salvajes” (1973), co dirigida por Duilio Coletti
(coproducción Francia-Italia- España y Dino de Laurentis), con Charles Bronson,
en un tiempo en donde predominaban los funestos westerns falsamente
progresistas en convivencia con el fin del spaghetti-western, un tiempo en
donde ya no había sitio para un realizador como Sturges.
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