“THE RETURN OF FRANK JAMES” (“LA VENGANZA DE FRANK JAMES”- 20th
Fox (1940)
“WESTERN UNION” (“ESPÍRITU DE CONQUISTA”)- 20th Fox (1941)
“RANCHO NOTORIUS” (“ENCUBRIDORA”)- Fidelity Pictures- R.K.O (1952)
Es impensable hablar de los westerns de Fritz Lang sin antes hacer una
mención, por breve que sea, a su obra en general y lo que significó su
aportación hacia el cine.
Nacido en Viena (1890) su creación cinematográfica
abarca desde la época muda (1919) hasta su última película realizada en 1960.
No solamente fue director, también colaboró en la fotografía, decorados y
elaboración de guiones de gran parte de su obra. Fritz Lang fue uno de los más
grandes directores de la historia del cine y de la evolución del 7º arte.
Recordemos solamente algunos méritos: 1) magnífica aportación al “Cine Negro”
con varias obras maestras en su haber (citemos “Furia”, “Solo se vive una vez”,
“Los sobornados”, “Mientras Nueva York duerme”, etc.), con toda
seguridad Fritz Lang junto con Raoul Walsh fueron los más grandes creadores del
género; 2) dignificación del serial (“El Dr. Mabuse”, en 1922, “Los
Nibelungos”, las dos en Alemania antes de huir del nazismo) además del
“El
Tigre de Esnapur” y “La tumba india”, de vuelta a la
Alemania de la posguerra y cuando el serial había ya desaparecido; 3) nuevas
ideas en la Ciencia- Ficción cinematográfica después de los pioneros Georges
Méliès y Segundo de Chomón (“La mujer en la luna”, “Metrópolis”);
4) aportaciones técnicas como el travelling como única escena pero
impresionando la película en diversas direcciones, truco ideado por Nicholas
Musuraca pero elaborado por ambos (llamado “Gemelos de Teatro”); 5) grandes
avances en el sonido y en las bandas musicales; 6) la creación del personaje
del Dr. Mabuse y continuado por otros realizadores; 7) la primera película
antinazi con estos en el poder lo cual le convierte en pionero del cine
comprometido (mucho más que los films antizaristas rusos de los años veinte,
cómodamente filmados y apoyados por la revolución triunfante ya en el poder), “El
testamento del Dr. Mabuse” (1932), en la cual Lang ponía consignas del nazismo
en boca del criminal Mabuse (la cinta fue inmediatamente prohibida en
Alemania); 8) su aportación al western (tres films excelentes de un realizador
no americano) y 9) “Moonfleet” (“Los contrabandistas de Moonfleet”), uno de los
mejores celuloides del género aventurero (1955), con Stewart Granger.
Su cine fue original y coherente, revolucionario y
estimulante, no en la búsqueda de ángulos difíciles con la cámara, no en la
proliferación de trucos para impresionar (como generalmente se hace ahora) al
espectador sino con la mayor naturalidad, apoyándose en su estilo narrativo ,
trabajado, con sus elipsis que no rompen el ritmo y sus maravillosas imágenes. Estilo que será
copiado por otros realizadores (algunos
sobrevalorados por su ideología política, no por su sabiduría cinematográfica)
sin la altura técnica-creativa de Fritz Lang.
Los tres westerns
filmados por Fritz Lang se centran en la marginación, en el individuo
perseguido (justa o injustamente) por la ley y en la venganza de estas personas
amenazadas y hostigadas (en “Espíritu
de conquista” la venganza es substituida por el honor). Entusiasmado
por temas del Oeste --- en un realizador germánico exilado a causa de la subida
al poder del del nazismo como los hermanos
Curt y Robert Siodmak, Wilhelm Dieterle o Billy Wilder --- Lang dirigió
su primer western en 1940: “La venganza de Frank James”, su
primer trabajo en color. Es la continuación directa de “Jesse James” (”Tierra
de audaces”), de Henry King y
producida también por 20th Fox un año antes (1939). La película de
King tiene momentos formidables y
fue éxito de taquilla, lógica es una
continuación. El protagonista Jesse
James (Tyrone Power) y su hermano Frank James (Henry Fonda) se “lanzan al
monte”, como Curro Jiménez , por una injusticia, dedicándose al bandidaje. En
el film de Lang vemos como Frank James (repite Henry Fonda) combate otra
injusticia: la ley ha dejado libre al asesino de su hermano, Bob Ford (repite
John Carradine) el cual le disparó por la espalda mientras colgaba un cuadro.
Bob Ford pasa por ser un héroe y tiene el cinismo de escenificar su crimen en
el teatro. Allí empieza la persecución por parte de Frank.
Lang consigue un film conciso, seco, incluso
amargo en algún momento, sin concesión a la espectacularidad (particularmente
en el tiroteo final en donde la muerte de Bob está filmada en escasos segundos,
tanto que en la primera vez de mi visionado me pasó desapercibida y tuve que
repetir, especialmente en el desenlace).
Lang se documentó profundamente en la historia de
los Estados Unidos y, en particular, la de los hermanos James aunque en el
guión tuviera que operar cambios con respecto a los sucesos reales (final feliz
quizás para resaltar el tema del “fuera de la sociedad” tan querido por el
realizador) y al deseo de venganza al ver que la justicia oficial deja en
libertad al asesino de su hermano.
La buena utilización del color y el inteligente uso de su planificación (superados posteriormente) sirvió a Lang de
lanzadera para su segundo western realizado al año siguiente por la misma 20th
Fox (1941): “Western Union”, estrenada en España como “Espíritu de conquista”,
basado muy libremente en una novela de Zane Grey y, cosa no muy frecuente, el
título de la película en su original
inglés es el mismo de la novela (“Western Union”) y en su publicación
en España también (“Espíritu de conquista”). El libro se editó en 1939, mismo año
de la muerte de su autor, aquel popularísimo multiventas de novelas del Oeste
llamado Pearl Zane Gray (cambió la a por la e de su apellido y eliminó el
primer nombre) y así quedó para la posteridad: Zane Grey.
Si “La venganza de Frank James” (hay
alguna deuda con algunos títulos del género) era --- con sus cualidades
--- una continuación/un remake de “Tierra
de audaces” de Henry King, “Espíritu de conquista” hace
pensar de inmediato, desde el punto de vista temático, en “Union Pacific” (“Unión
Pacífico”), de Cecil B. DeMille, producida por Paramount (1939), en
donde DeMille era también productor. “Unión Pacifico” es la construcción
del ferrocarril, cerca de la costa del
Atlántico a la del Pacífico, terminada en 1869) mientras “Espíritu de conquista”
trata del tendido telegráfico a cargo de Western Union, compañía telegráfica
unificadora del mercado y fundada en 1851.
Quizás sea “Espíritu de conquista” el western
más “normal” de Lang en el sentido de
tipismo codificado en el genero, su puesta en escena es la menos abstracta de
la trilogía y la más parecida a la de otros westerns de diversos realizadores.
Dirección ágil, gran uso de la cámara y excelente descripción del oeste
americano lo cual convirtió a la película en un clásico y con gran éxito
comercial (más que “La venganza de Frank James”). Tuvo que resolver algunos
problemas con el guionista Robert Carson el cual se tomó su trabajo de forma
bastante rutinaria al considerar la novela de Zane Grey como muy plúmbea (se
reelaboró el guión varias veces). Después del estreno Lang recibió oficialmente
la felicitación y un premio por parte de un club al haber mostrado
perfectamente el Oeste Americano (maquillaje de los indios incluido).
El tercer wester es “Rancho Notorius”,
estrenado en España como “Encubridora”, (1952), el más lírico y poético. (de los suyos, del western
y de toda la histortia del cine). Financiado por Howard Hughues para Fidelity
Pictures y R. K. O. fue pensada en principio para el lucomoiento de Marlene
Dietrich y, sin embargo, Lang la sumió en función de la bella historia y realizó uno de sus mejores trabajos (tanto
como “Moonfleet”). El hilo narrativo está apoyado en miradas y gestos
y sustentado por la partitura musical --- la canción “Chuck-A-Luck” debía ser
el título del film --- en torno a Altar Keane (Marlene Dietrich), una mujer
madura aún atractiva, dominadora de hombres fuera de la ley. Tanto en esto (el argumento) como en el
tratamiento en “trucolor” (maravillosa fotografía de Hal Mohr) hacen pensar
ineludiblemente en “Johnny Guitar” (“Johnny Guitar”) que dos años después
nos dará el magnífico Nicholas Ray (1954), incluyendo la canción motriz como
eje vertebrador dramático, caso parecido a “Solo ante el peligro”
aunque en el film de Fred Zinnemann fondo y forma de pretencioso academicismo desembocan en una
banalidad muy sobrevalorada.
“Encubridora” (fijarse en este
titulillo encajado en España) provenía de un guión de Daniel Taradash y se
apoya en el relato original de Sylvia Richards enunciado como “Gunsight
Whitman”. Tres westerns solamente acreditaron a Fritz Lang como apto
para cualquier género (más en el lenguaje cinematográfico que en la innovación)
y creador indiscutible. Una atractiva trilogía de cintas de un mismo género
diferentes entre si pero magníficos: un film bastante atípico, el austero “La
venganza de Frank James”, el segundo más ortodoxo y sólido, de puesta
en escena más reposada, más “literario” (“Espíritu de conquista”) y el último
como obra maestra exhuberante y grandiosa (“Encubridora”).
¿Donde están estas cualidades de
realización/creación hoy en día ante la crisis de los géneros cinematográficos?
Narcís Ribot i Trafí
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