Se denomina “oratorio” a una obra musical
realizada para coro y orquesta, a veces con solista y un narrador que
antiguamente recibía el nombre de “historicus”, explicando la
situación desde un lado del escenario.
El oratorio está destinado a una sala de
conciertos con lo cual se diferencia de la ópera a pesar de que posea casi
todos los elementos de ella y prácticamente nacieron juntos: introducción,
obertura, preludio, recitativos, arias, duetos, interludios, etc. Tiene sus
orígenes a mediados del siglo XVI y en su principio se atribuye al “Oratorio
de San Girolamo”, cenáculo religioso fundado en Roma por san Felipe
Neri. Proveniente de la Contrareforma el oratorio combina el elemento épico de
carácter religioso y divino con lo humano; asume su cima en el siglo XVIII con
el gran músico alemán Georg Friedrich Haendel (1685- 1759), afincado en
Inglaterra desde 1710. A él se debe el perdurar de este género musical a través
de la historia.
Pese a figurar en las producciones de músicos de
la talla de Francisco Guerrero, G. P. Palestrina, Orlando di Lassus o Tomás
Luis de Victoria, a finales del siglo XVI el oratorio comenzó a mostrar
síntomas de cansancio. Se anunciaban tiempos nuevos. Son notorios los desarrollados
por Alessandro Scarlatti con influencias operísticas de la escuela de Nápoles.
Haendel fue prolífico, tanto en ópera como en oratorio (a partir de
1720 todos son de texto inglés) y suelen ser obras larguísimas. En la
actualidad se recorta para reducirlo al tiempo de concierto (no más de dos
horas y media), dividiéndose generalmente en tres actos, cada uno compuesto por
diversas escenas. Su oratorio más famoso, “El Mesías” (1742), del cual
individualmente podemos recordar su fragmento “Aleluya”, también está
dividido en tres partes: arias, recitativos y coros mezclados genialmente entre
sí; sentimientos de multitud, universo de emociones y grandeza, magnitud en
epopeya magistralmente expuesta, plasmación sobre ingentes pinturas y
arquitecturas sonoras... Una de las culminaciones de la música barroca. En los
coros Haendel se identifica con la multitud, en los recitativos --- intimistas
--- habla o reza para él mismo. Algunos están inspirados directamente de la
Biblia, especialmente del Antiguo Testamento (“Saúl”, “Israel
en Egipto”, “Sansón”, “Baltasar”, etc.), otros
son profanos, algunos de ellos sugeridos por la mitología (“Hércules”,
“La
elección de Hércules”, etc.). Los fragmentos sinfónicos que tejen sus
oratorios son heterogéneos: comentando la acción (“Saúl”), “divertimento”
intercalado (el concierto para arpa de “Alexander Feast”), etc.
Los textos de sus oratorios (en la ópera serían
los libretos) son, en general, de amigos suyos (Humpheys, Pope, el reverendo
Miller, Hamilton) y casi todos los inspirados en la Biblia son de Jennens o del
reverendo Morell el cual escribió todos sus esquemas a partir de 1746.
Su primer contacto con el género, aún escrito en
italiano, se da con “La Resurrezione” en 1708 sobre un
texto de Carlo Segismondo Capece, hábil obra construida sobre la resurrección
de Jesucristo.
En el oratorio haendeliano también se encuentran
episodios instrumentales que sirven de nexo de unión al discurso dramático,
bien como preludio, bien como segmentos genéricos (escenas descriptivas, campestres,
batallas) con cierta inclinación por la obertura “alla italiana” (con similitud
a los conciertos para solista con primer y tercer movimientos rápidos y un
segundo movimiento central lento propio de Antonio Vivaldi). Para las grandes
ocasiones como “El Mesías” se sirvió de una obertura de tipo francés: un grave
majestuoso que da paso a un fugado el cual, a veces, cerraba el episodio y en
otros conducía a un tiempo lento final.
ORATORIOS
DE HAENDEL: “La
Resurrezione” (1708), “Aci, Galatea i Piliferno” (1708), “Il
trionfo
del Tempo e del Disingagno” (1708), “Il Pastor Fido” (1712-
1734), “Acis e Galatea” (1718), “Esther” (1732), “Deborah”
(1733), “Athalia” (1733), “Il Parnaso in Festa” (1736), “Alexander
Feast's” (1736) “Il trionfo del Tempo e della Verità”
(1739), “Saúl” (1739), “Israel
in Egypt” (1739), “Oda a Santa Cecilia”(1739), “L'Allegro,
il Penroso e il Moderato” (1740), “Messiah” (= “El Mesías”, 1742), “Samson”
(1743), “Semele” (1744), “Josep and his Bethren” (744), “Hercules”
(1745), “Belshazzar” (1745), “Ocassional Oratorio” (1746), “Judas
Maccabaeus” (1747), “Josuha” (1748), “Alexander
Balus” (1748), “Susanna” (1749), “Solomon”
(1749), “Theodora” (1750), “The Choice of Hercules” (1751), “Jephtha”
(1752) y “The Triumph of Time and Truth” (1757).
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