Johannes Brahms (1833- 1897) nació en
Hamburgo, hijo de un músico de oficio, emìeza a ganarse el sustento explotando
su habilidad en el piano actuando en cafés, tabernas y cervecerías, tan solo
tiene 13 años, pasa sus apuros económicos --- cosa que no volverá a suceder
cuando esté reconocido como músico, a diferencia de otros grandes como
Beethoven, Schubert, Mozart, Schumann ---, estudia y profundiza sus
conocimientos con Cosel y composición con Marxen y, finalmente, se convierte en
pupilo del romántico Robert Schumann (1810- 1856) por cuya viuda, Clara Wieck
(1819- 1896), se sintió siempre atraído (a pesar de los catorce años de más por
parte de ella).¡
Brahms jamás fue un “niño prodigio” como Mozart
Schubert o Mendelssohn sino un músico calculador profundamente dotado y
sustentado por la sólida base de enseñanzas y experiencias, un músico de
estudio y gabinete (tardó varios años en componer su 1ª sinfonía cuando Mozart
compiso algunas en una o pocas semanas o en pocos días).
Clasificado de post-romántico fue señalado ---
injusta y equivocadamente --- de conservador en un tiempo donde el romanticismo
musical parecía, para algunos, ya caducado. En realidad Brahms tiene algo o
bastante de romántico aunque reviste su construcción interna de clásica (no en
vano era, como muchos, o todos, admirador de Beethoven) e incluso extrae
movimientos de Juan Sebastian Bach (cfr., su sinfonía 4) y también algo de
Renacimiento y del Barroco. Brahms siempre buscó la belleza arquitectónica, sus
obras están primorosamente cuidadas sin caer jamás en el esteticismo, en la
ornamentación gratuíta, aunque a veces lo parezca. Rompía las partituras cuando
no se sentía satisfecho hasta salir según su deseo. Su música es fuerte
(contaba con instrumentos más evolucionados que los románticos puros) y también
intimista; no hay la fresca y espontánea melodía de un Schubert, ni la dulzura
de un Mendelssohn sino un armazón arquitectónico homogéneo donde el autor va
desarrollando su particular inspiración, todo está calculado, todas las notas
están en su sitio, es la maestría completa del contrapunto, no hay ampulosidad
en la orquestación preparada para servir con total lógica el espíritu de su
música. Nunca en sus obras se permitió la relajación ni cayó en la rutina (no
buscó tiempos muertos ni rellenó jamás de “nyigu- nyigu”) sino que vivió
siempre pendiente de los principios de la forma, del contrapunto y del
desarrollo que tanto cuidaron Bach y Beethoven. Cuando a Brahms se le reconoció
como gran músico fue llamado la tercera B
de Alemania, o sea el trío de ases formado por Bach- Beethoven- Brahms.
Es lógico que la construcción interna de la
música de Brahms fuera más compleja que la época clásica; nuestro hombre
intercala numerosas ideas nuevas que en absoluto cumplen la función de
decoración sino de palancas que mueven y alteran el desarrollo musical abriendo
nuevas claves, nuevas ideas.
Recordemos muy brevemente lo esencial de su
producción con la esperanza de profundizar, un poquito más en un futuro, algo
de ella:
--- Sus cuatro sinfonías son consideradas por
algunos como las más perfectas de la historia; no es exagerado siempre que advirtamos
que el autor vio nuevas relaciones tonales, novedosas y enigmáticas armonías
cromáticas, todo ello constituyendo un desarrollo sinfónico que Beethoven nunca
llegó a explotar por completo. La definición de la sinfonía 1ª de Brahms como
la 10ª de Beethoven es un título no desacertado aunque el lenguaje de los dos
maestros difiera tanto en acento como en expresión idiomática o dialectal ---
--- Dos conciertos para piano (el segundo de
difícil ejecución aunque parezca de construcción más fácil); el primero está
forjado a base de dudas y retrocesos pero valió la pena: es una auténtica obra
maestra ---
--- Concierto para violín: otro magistral
hallazgo, destacando la perfecta integración solista- orquesta que llegó a
desconcertar a público y crítica ---
--- El
doble concierto para violín y violoncelo, auténtica rareza ---
--- Varias sonatas de composición grave y
elegante (3 para violín y pìano, 2 para violoncelo y piano y 2 para clarinete y piano ---
--- Diversas composiciones para piano,
sextetos, quintetos, cuartetos, tríos, variaciones para piano, variaciones para
piano a cuatro manos, una composición para órgano, un scherzo que compuso
conjuntamente con Robert Schumann, un Requiem llamado “Requiem Alemán”, de
música más tupida que el de Mozart, variaciones sobre temas de otros músicos,
sus famosas “Danzas Húngaras”, obras corales y 380 “lieders” cuya música
estaba escrupulosamente adaptada al texto, perfectos, sin la espontaneidad propia
de Schubert pero redondos por el estudio de la construcción, por algo eran de
Joahannes Brahms, el perfeccionista de la música ---
Narcís Ribot i Trafí
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