“De mis lágrimas nace
una multitud de brillantes flores y mis suspiros se convierten en un corazón de
ruiseñores”
(Eric Heine, poeta alemán)
“LIED”- Canción acompañada de piano,
su plural es “LIEDER”.
En 1862, casi
consecutivamente, morían la hermana y el padre de Robert Alexander Schumann
(1810- 1856) el cual, con el tiempo, sería uno de los músicos más importantes
de la historia y pieza básica del movimiento romántico. Cuando el joven
Schumann estaba recuperándose conoció a Inés Carus --- la cual se convertiría
en un amor de juventud --- quien le dio a conocer los deliciosos lieder
de Franz Schubert. Schumann, sorprendido, había realizado algunos ensayos
(juveniles) en los cuales no creía mucho pero que resultarán la base de su inspiración
colocada en nuevas composiciones largas del futuro. Es 1840 el año más feliz de
su vida --- a pesar de su suegro --- al casarse con clara Wieck y al despertar
su portentosa capacidad musical para darnos 136 lieder de los 248 que compondrá
durante toda su vida.
Beethoven había
arañado la superficie de las
posibilidades expresivas del lied. Su interés por la canción es
más bien episódico centrado en sus ingentes sinfonías, conciertos, música de
cámara y misas; sus lieder están más conseguidos que los de Haydn y los de Mozart
pero --- siendo buenos --- no alcanzan la inspiración de los de Franz Schubert
el cual compuso unos 600 durante su breve vida, dando, además, carta de nobleza
a este tipo de música. A partir de Schubert todos querrán elaborar lieder
aunque de entre ellos el único comparable al austríaco Schubert sea el alemán
Schumann. Robert veneraba a su antecesor al que nunca pudo conocer
personalmente. Años después descubrió la 9ª sinfonía de Schubert (perdida entre
montones de papeles en la casa de Ferdinand Schubert, su hermano, el cual tenía
amistad con Robert), bautizada por Schumann como “La Grande” y la dará a
conocer cuando su amigo Felix Mendelssohn la dirija públicamente.
La diferencia
entre los lieder de ambos maestros es evidente. Franz Schubert partía, a
veces, de unos poemas de escasa calidad (valorándose aún más, por ello, su
trabajo); sin artificios encuentra por instinto musical, casi espontáneamente,
la traducción sonora exacta sin caer nunca en la futilidad o falsedad mientras el
alemán Schumann presenta la solidez, el rigor y sin ser tan ávido de melodía
sus lieder
son más graves, más umbríos. Schumann, con su base cultural más sólida
(el más culto de los músicos romántico recibió en su feliz 1840 el doctorado en
filosofía) y gran conocedor de la literatura alemana, aportará también con
sencillez arquitectónica una efusión lírica y exacerbadamente romántica.
Recordemos las estructuras clásicas en Schubert, en sus lieder había clasicismo
y algo de romanticismo pero en Schumann la exposición romántica es total. Para
el músico de Franconia el piano ya no es el instrumento acompañante de la voz,
los dos elementos están totalmente engastados, son inseparables. Su primer lied está
basado en un poema de Shakespeare (“Canción de loco”, opus 127) y más
adelante otro sobre María Estuardo (opus 135) pero, por encima de estas
incursiones al pasado, le interesa ser actual utilizando casi todos los poetas
reconocidos de su tiempo. Así, Schumann consigue con sus lieder la íntima unión
música- poesía con la cual había soñado Heinrich Heine, el poeta preferido de
Schumann, un ser torturado como él (adaptando 38 de sus poemas): poco conocidos
son sus “Liederkreis” (“Ciclo de canciones”, registrado como
opus 24) con una rica polifonía y un contraste de sentimientos. Completísimos
son “Dichterliebe”
(opus 48, en 16 melodías) y la excelente colección de “Los Mirtos” (opus 25) junto con otras obras maestras en “Romances
y Balaldas” (opus 45, 49 y 53). Sobre los de Joseph von Eichendorff,
Schumann clama a la naturaleza tan grata a los románticos: “Liederkraüs”
(doce lieder, opus 39) mientras hay tristeza y soledad en los “Doce
lieder” (opus 35) basados en Justinus Kerner. Dos ciclos de lieder
extrajo de Nikolaus Lenau, el destino del cual --- la locura --- recuerda al mismo Schumann: en los “Sechs
Gedichte” (“Seis poemas”, opus 90) del cual hay uno (“Tarde de angustia”) que
se encuentra entre lo mejor del músico. De Adalbert von Chamisso escoge “Fraunenlieb”
(“Amor
y vida de una mujer”), opus 42, uno de sus ciclo más célebre. Por el
contrario usó muy poco --- a pesar de la admiración sentida por el escritor ---
los textos de Wolfgang von Goethe (a
diferencia de Schubert): el tranquilo y sereno “Liebeslied” (“Canto de
amor”), opus 51, sostenido por profundas sonoridades en el piano y los ciclos
de “Wilhelm
Meister” (2ª. Novela de Goethe) por los cuales Schumann sentía
predilección. Con sus lieder, Schumann cerró una de las
páginas más brillantes de la música romántica y mundial…
Narcís Ribot i Trafí
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