viernes, 15 de noviembre de 2013

“A GAME OF DEATH” (ROBERT WISE, 1945)

RELATO DE RICHARD CONNELL (1924)
“THE MOST DANGEROUS GAME” (1932), film
A GAME OF DEATH” (1945), film

General Zaroff


Conde Zaroff

Mr. Erich Kreiger

Sanger Rainsford


Robert (Bob) Rainsford

Don Rainsford

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Eve Trowbridge


Ellen Trowbridge

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Martin Trowbridge


Robert (Bob) Trowbridge

El criado Ivan, cosaco


El criado Ivan, cosaco

El criado Carib, nativo

  EL REGUSTO AVINAGRADO DEL REMAKE   
Después de 40 años y más como aficionado al cine fantástico he conseguido visionar, gracias a un amigo, “A Game of Death” (1945), de Robert Wise, remake de “The Most Dangerous Game” (“El malvado Zaroff”), de Ernest Beaumont Schoedsack e Irving Pichel (1932), las dos versiones producidas por R. K. O. El intentar ganar algún dinero en tiempos de apuro económico por parte de la productora quizás sea la respuesta del porqué de este “remake” a 13 años del original.
La realización fue encomendad a un Robert Wise en el inicio de su prometedora carrera en la cual tocaría todos los géneros: “West Side Story” (1961) y “Sonrisas y lágrimas” (1965) --- entre las dos consiguió 13 Oscar --- en el musical y ciñéndonos al fantástico: “La mansión encantada” (1963), posiblemente el mejor film sobre casas embrujadas, y aquella joya de la Ciencia- Ficción llamada “Ultimátum a la Tierra” (1951) entre otras.
En los estrictos cánones de la serie B Robert Wise hubo de apechugar con un material dudoso, 1) de los intérpretes, que cumplen pero incomparables con los de la versión original y 2) el sistema de rodaje donde había de trabajar (presupuesto más que reducido) con planos de archivo reciclados y otros que eran calco del film de Schoedsack- Pichel. Wise había tocado ya el “fantastique” en sus obras primerizas: “The Curse of the Cat People” (1944) y “The Body Snatcher” (1945) con los míticos Boris Karloff y Bela Lugosi, meses antes del film que nos ocupa. En “A Game of Death” conjuga de forma más que aceptable estos elementos puestos a su disposición, su puesta en escena no carece de solidez y hay algún plano en la selva propio de él (o sea, no de archivo, ni filmado milimétricamente del original) bastante conseguido y sorprendente. El lastre absoluto que arrastra el film de Wise es la existencia  de la cinta del 1932 y su inevitable  y forzosa dependencia.
El guión de Norman Houston “fusila” prácticamente el de James Ashmore Creelman  para la versión de 1932 (coguionista de “King-Kong”), incluyendo los hermanos Trowbrige --- él cazado y asesinado y ella enamorada de Rainsford --- ausentes en el cuento de Connell. Por otra parte el héroe al presentarse Kreiger ya sospecha de él, cosa que también hace Ellen Trowbrige, eliminando el suspense del original. El picaporte de la mansión de Kreiger es una especie de gárgola inspirada en alguna bestezuela de inspiración felina, interesante pero menos significativa que la figura monstruosa herida con flecha y con una mujer en brazos en “El malvado Zaroff”. También el caserón de Zaroff me parece más misterioso y sugestivo que el de Kreiger. Ya en el interior, la enorme pintura del espantoso centauro, también con una mujer en brazos, se repite en ambos films y Kreiger hace verbalmente más explícita sus deseos lujuriosos respecto a Eve (“primero la caza, la muerte, la sangre y después la hembra…”) en el caso del conde Zaroff lo proclama implícitamente lo cual me parece más adecuado.
Hay otros elementos interesantes aunque siempre hemos de acudir al “pero”, p. e. la fotografía de J. Roy Hunt es visualmente bella pero lo es más la de Henry Gerrard en el original, utilizando, además, el claroscuro, el día/la noche para la señalización de peligro/reposo, turbulencia/tranquilidad para enriquecer la obra. La música de Paul Sawtel conducida por C. Bakaleinikof es más que adecuada pero no puede igualar la sugerente y amenazadora de Max Steiner, reconocida ya como una banda sonora totalmente clásica.
Volviendo a los personajes veremos a Erich Kreiger, ya no un general (relato) o conde (“El malvado Zaroff”) --- ambos de nacionalidad rusa ---, sino un potentado alemán (aunque no hay referencia política alguna se sobreentiende como un nazi, ver época del film). El actor shakesperiano Edgar Barrier saca adelante con encomiable actuación su rol del sádico Kreiger pero su baja estatura le hace mucho menos grandioso que el aristócrata ruso interpretado por Leslie Banks (más cuando se coloca al lado del héroe, de una respetable talla). Aquí vemos que la locura proviene del encuentro con el búfalo en África, provocándole una futura cicatriz y la demencia a diferencia del original Zaroff cuya paranoia le venía ya de antes.   John Loder es Rainsford, se parece bastante a Joel McCrea y Audrey Long atractiva e interesante pero sin la química de Fay Wray. Russell Wade como Robert Trowbridge tiene más papel que Robert Armstrong/Martin Trowbridge del original y, aparte de sus momentos etílicos también los tiene en mayor abundancia, que su antecesor, de sobrios. Noble Johnson, el inolvidable cosaco Iván de “El malvado Zaroff”, el lacayo mudo del conde, aquí es Carib, también lacayo y también mudo --- con atuendo de pirata --- de Kreiger. Su muerte también está calcada de la primera versión: ensartado en una trampa construida por Rainsford. La muerte de Kreiger también está fotocopiada de la de Zaroff con una ligera variación: el conde, después de intentar disparar con una pistola carga su arco tártaro pero Rainsford le clavará a mano una flecha en la espalda, herido de muerte intentará disparar el arco pero caerá por la ventana al vacío hacia el patio donde será devorado por sus propios mastines. La lucha con Kreiger armado con un revólver sucede en su último tramo en off, detrás de un sillón, disparo, se levantan los dos antagonistas y vemos a Kreiger herido. Cuando la pareja huye en la lancha (de lejos son los planos del original), el sádico intenta disparar un rifle por la ventana y le pasa lo mismo… abajo le esperan sus fieros perros.
Se introduce un nuevo criado llamado Pleshke, interpretado por Gene Roth, el cual se ocupa más bien de quehaceres domésticos y es, como Carib, totalmente fiel a su amo y Jason Robards Sr. interpreta al capitán del navío naufragado en una corta aparición.
En resumen, es un film bastante visible a pesar de todo y del cual quizás se hablaría de él en sentido más positivo de no existir la obra maestra de Schoedsack- Pichel…

                                                               Narcís Ribot i Trafí

1 comentario:

  1. Té tota la raó, si la pel.lícula original no li fes ombra, el remake val el seu pes en or. Però com s'acostuma a dir :" Segundas partes nunca fueron buenas" o "las comparaciones son odiosas". En tot cas , tal i com ho descriu vostè, donen ganes de veure les dues amb el seu escrit a ma i comprovar trocet a trocet les similituts i diferències. Moltes gràcies per compartir una part de la seva saviesa amb nosaltres!!!!

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