El
emperador Nerón se vio obligado al suicidio en el año 68, dejando las cuentas
del Imperio Romano prácticamente arruinadas. El año de los “cuatro
emperadores”, (69) estuvo marcado por las guerras civiles lo cual acabó de
hundir el tesoro público (Galba, Otón, Vitelio), por fin el 4º fue honrado y
logró nivelar el balance y devolver la grandeza a Roma: el general Vespasiano,
el cual gobernó durante 10 años (69- 79) y sucedido por su hijo primogénito
Tito, quien en su breve reinado (79- 81) fue amado y en su muerte llorado por
todo el pueblo. El mismo año, 81, su hermano menor Domiciano (Tito Flavio
Domiciano), apoyado por los pretorianos, fue nombrado emperador. Era doce años
menor que su hermano Tito y de carácter totalmente opuesto: ambicioso desde su
juventud con resentimiento hacia su padre por no concederle los honores que él
creía debía poseer y con envidia hacia su hermano (Tito le ofreció compartir el
gobierno del Imperio pero Domiciano lo rechazó). Empezó bien y acabó muy mal.
Siguiendo al historiador Joachim Fernau podríamos repetir que “No era un
estúpido, ninguno de los Flavios lo fue”. Su política, tanto interior
como exterior fue muy buena al principio: promulgó una ley que defendía a todos
los ciudadanos honrados de la difamación y ordenó el procesamiento de
funcionarios corruptos. Sus actuaciones militares (en muchas ocasiones iba
delante del ejército) fueron altamente beneficiosas para Roma: victorias en
Britania, Germania, Dacia (actual Hungría) combinadas con acciones pacifistas.
Pero en el año 89 se rebeló el ejército del Rin (por considerar la “paz
ignominiosa” con los dacios) con dos legiones y aliados germánicos al mando de
Lucio Antonio Saturnino quien fue vencido y muerto. A partir de ahora Domiciano
se vuelve malpensado y cruel, asumiendo un gobierno donde predominan la
delación, las represiones y el terror. Se hace llamar “Deus et Dominus”
(=Dios y Señor), persiguiendo cristianos y judíos por no
reconocerle como tal. Enemistado con los senadores finalmente habrá un complot
donde su propia esposa Domicia Longina abrirá la puerta a los conjurados
quienes apuñalarán al emperador. Era el 18 de septiembre del 96 y con él
acababa la dinastía Flavia.
La
mayor parte de los escritores le fueron claramente hostiles: Tácito, Suetonio,
Plinio el Joven… Exageraron su crueldad y vileza comparándole con Calígula y
Nerón y más cuando lo confrontaron con los “Cinco buenos emperadores”
que vinieron a continuación: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío Y Marco-
Aurelio. La historiografía moderna le reconoce como un absolutista despiadado
pero buen gobernante en un principio. Su figura se asemeja en muchos puntos al
emperador Tiberio. El historiador Tácito escribió durante la dinastía Flavia
pero parte de su obra se ha perdido, Décimo Junio Juvenal dispara sátiras
contra Domiciano y su reinado como injusto, violento y corrupto, Estacio
redactó cuatro poemas de la vida del emperador y Marco Valerio Marcial citó en
sus obras y epigramas a Domiciano, mientras Cayo Suetonio (escribió su obra en
tiempos de Adriano) en su conocida “Vida de los doce césares”
reconoce la parte positiva en su inicio y carga las tintas negativas en su
terrible parte final.
Poca
cosa hay en PINTURA, “El triunfo de Tito” (1885), de
Lawrence Alma- Tadema, óleo sobre lienzo, donde vemos a Vespasiano emperador
seguido de Domiciano y su esposa (fueron felices durante algún tiempo) y Tito
detrás de ellos, quien cruza la mirada con su cuñada abriendo suspicacias en
los historiadores.
En LITERATURA
tenemos una obra de teatro escrita por Philip Massinger (1626) donde
Domiciano es el protagonista, “The Roman Actor”. Aparte
predominan novelas históricas como “Domitia and Domitian”, de
David Corson (2000), sobre el matrimonio imperial; las novelas histórico-
policiacas de Lindsay Davies sobre Marco Didio Falco (1989-…) durante el
gobierno de Vespasiano (Domiciano aparece como personaje secundario); “The
Light Bearer”, de Donna Gillespie (1994); la extensa “Los
asesinos del emperador”, donde se nos cuenta el lamentable capítulo
final del gobierno y persona de Domiciano hasta el tiempo de Trajano, escrita
por Santiago Posteguillo (2011); “Misterios romanos” (2002-2008),
otra colección de obras escritas por Caroline Lawrence sobre hechos reales y “Roma
después del incendio” (1999) del erudito Allan Massie, prácticamente
historia novelada desde Nerón a Domiciano.
En
el CINE conocemos “La Rivolta dei Pretoriani” (1964),
Alfonso Brescia, un péplum sin tener nada a ver con la historia (Pierro
Lulli era el emperador); “Dacii” (1967), film rumano sobre las
guerras dacias de Sergiu Nicolaescu donde Györg Kovács era Domiciano; el
telefilm británico, “Age of Treason”, de Kevin Connor (1993),
basado en las novelas de M. Didio Falco y “San Giovanni” – L’Apocalipsse”
(2002), telefilm de Raffael Mertes, donde Bruce Payne es el emperador y Richard
Harris encarna a san Juan Evangelista, en único apóstol que no murió en la
tortura y tuvo larga vida (se centra en la persecución contra los cristianos).
Narcís Ribot i Trafí
Ho es escrit pero no se si ha quedat enregistrat ... Torno a dir que em meravella com rescata personatges historics que deixen petjada tambe a les arts!!!!
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