Tiberio Graco (163- 133 a. C) y su hermano Cayo
Sempronio Graco (154- 121 a. C.) fueron dos de los doce hijos de Cornelia y
Tiberio Sempronio Graco. Se trata de dos personalidades importantes en la
República Romana, segunda mitad del siglo II a. C., en relación a los
conflictos sociales que turbaron el estado romano. En la III Guerra Púnica
Tiberio sirvió a las órdenes de Escipión el Joven y después fue augur, pretor y
tribuno de la plebe (134-133) y en este puesto propuso una ley para restringir
las propiedades, límites en los territorios para que las tierras beneficiadas
fueran repartidas entre los pequeños campesinos por una comisión. Los senadores
se opusieron a esta ley, Tiberio depuso a su colega de tribunado Marco Octavio
e intentó imponer la ley por la fuerza. Al conseguir el segundo tribunado, en
contra de la ley romana, hubo una fuerte agitación y fue asesinado con algunos
de sus seguidores. Diez años más tarde su hermano Cayo reanudó las luchas
sociales. En principio obtuvo algunos éxitos y seguidores pero cuando tuvo que
desplazarse a África su influencia se debilitó. Los sectores reaccionarios del
partido senatorial provocaron luchas callejeras. Cayo se vio obligado a huir y
en Furrina se hizo matar por un esclavo. Los cuerpos de Cayo, como antaño el de
su hermano Tiberio, y seguidores de ambos fueron arrojados al Tíber.
En su colección de “Vidas Paralelas” Plutarco
compara a los hermanos Graco con los espartanos Cleómenes y Agis. Señala a
Tiberio como hombre tranquilo y a Cayo como más impetuoso y pasional. Escribe
sobre la posibilidad de ambición de los Gracos pero señala las situaciones
injustas de muchos campesinos sin posibilidades de subsistir puesto que las
posesiones estaban trabajadas por los esclavos para beneficio de los grandes
terratenientes y concluye subrayando la violencia del partido senatorial
(“Optimates”), dando la razón a Tiberio como se la da a Cayo, alabándole como
un excelente orador, a pesar de ser impulsivo.
Otros escritores no están de acuerdo y juzgan a
los Gracos como equivocados. Cicerón, p. e. felicita a Escipión Nasica el cual
encabezó el linchamiento de Tiberio y critica al pueblo por no haber reconocido
su acción mientras Valerio Máximo encuentra bien que fuera denegado el entierro
a los Gracos, más o menos tratándoles de traidores a Roma.
Allesandro Scarlatti escribió una ópera bastante
neutra (1702) y posteriormente los dos hermanos aparecerán en literatura y
teatro como revolucionarios sociales. Johann Jakob Bodmer escribe en 1773 un
drama en reflexión contra la tiranía (Cayo es el protagonista). También la obra
de Vincenzo Monti (1802) es tímidamente discreta aunque se decanta por la
admiración de los hermanos asesinados. Mucho más fuerte es el drama de Marie-
Joseph Chénier (1792), dirigido contra la aristocracia en un tiempo
revolucionario en Francia: François- Noël Babeuf se comparaba con los Gracos y
escribía con el pseudónimo de Cayo Graco en “Tribun du peuple”,
fundado por él. A principios y mediados del siglo XIX aparecen dramas sobre los
Gracos con tendencias neutrales (Sheridan Knowles en 1815, Otto Franz Gensichen
en 1869) a diferencia de Adolf von Wilbrandt el cual cita a Cayo (1872) como un
irresponsables cuyos actos estuvieron a punto de hundir Roma. La idea, proveniente
de tiempos del Renacimiento, consistía en las turbulencias de la República a
causa de los intentos reformadores de los Gracos que durarán hasta el golpe de
estado de Julio César. Jean Giradoux en su obra publicada postreramente en 1958
habla de ello y señala las diferencias entre las guerras contra un enemigo
externo y las guerras civiles.
Los hermanos no fueron representados en el arte
figurativo de la Antigüedad y, más adelante, muy pocas veces. Henirich Füssli
(Henry Fuseli) dibujó y pintó una versión propia de la muerte de Cayo (1774-78)
junto al templo de las Furias. Seguramente como homenaje a Babeuf, Topino-
Lebrun presentó otra “Muerte de Cayo” en el Salón de 1798
y Eugène Guillaume realizó un busto en bronce de los dos hermanos en forma de
monumento funerario romano.
Narcís Ribot i Trafí
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