”Las ruedas de la diligencia chocaban con los surcos rocosos lo que hacía
que ésta pegara altos botes y que volviera a caer de golpe sin que los muelles
pudieran amortiguar el impacto”.
(“Diligencia
a Lordsburg”, de Ernest Haycox)
“Aparejada
ya la diligencia con seis caballos en lugar de cuatro por lo difícil del
arrastre, una voz preguntó desde el exterior: --- ¿Han subido todos? --- y otra
respondió desde el interior: --- Sí ---. Iniciaron la marcha”. (“Bola
de sebo”, de Guy de Maupassant)
I)- PROPEDÉUTICA- Al
nacer el cine y hasta finales de los 30 el “western” o “cine
del oeste” era considerado --- y se ofrecía --- como películas de
género menor: se producían en serie y también se hicieron seriales con escaso
presupuesto siempre, o sea los más tarde llamados films de serie B por
críticos, y seguidores de estos, “para público poco exigente” (siempre según
estos señores “de ciencia infusa”) . Alguna película como la muda “The
Iron Horse” (“El caballo de hierro”, 1924), de
John Ford o “The Big Trail” (“La gran jornada”, 1930),
de Raoul Walsh, eran las notables y obligadas excepciones reconocidas en su
momento aunque no por todos. Sin embargo, en el año 1939 aparecieron dos
películas que hicieron cambiar mayoritariamente esta idea al demostrar que el
género del “Oeste” podía ser --- aparte de comercialmente más rentable con
respecto a años anteriores e igual o más que otros géneros cinematográficos ---
artístico, distraído, inteligente, reflexivo y hasta divertido. Estas dos
películas fueron “Stagecoach” (“La diligencia”), de John Ford y “Union
Pacific” (“Unión Pacífico”), de Cecil B. DeMille (producida por
Paramount). Esta última ya la comentamos aquí hace unos meses. Es la
construcción del ferrocarril americano que prácticamente unía las costas de los
océanos Atlántico y Pacífico mientras “La diligencia” es la historia de
unos viajeros en un carruaje que
atraviesa el territorio donde los apaches de Gerónimo se han levantado en
armas, territorio peligroso...
Aquel decimotercer hermano, John Martin Feeney
(registrado así en su partida de bautismo), más adelante conocido como John
Ford o Sean Aloysius (nombre elegido para su confirmación), de una humilde
familia de inmigrantes irlandeses había entrado en el cine de la mano de su
hermano Frank O'Feeney (Frank Ford era su pseudónimo, él continuó con el
apellido artístico de su hermano) el cual había empezado su carrera
cinematográfica en 1911. El futuro John Ford --- comenzó como Jack Ford --- se inició
en el naciente arte a las órdenes de su hermano en diversos oficios (doble en
escenas de acción, regidor, atrezzista, actor y asistente en la dirección). Se
familiariza con el cine y participa como extra en el rodaje de “The
Birth of a Nation” (“El nacimiento de una nación”, 1915)
de David W. Griffith a quien admiraba. Se suele considerar “The
Tornado” (“El tornado”, 1917) la primera película de Ford. Recomendado por
su hermano entra en los estudios Universal realizando 37 films en cinco años y
naciendo una buena amistad con el actor Harry Carey con el cual realizó 25
westerns (mudos, baratos y rentables) en un tiempo que muchos realizadores
despreciaban el género. Títulos como “The Iron Horse” (“El
caballo de hierro”, 1924) y “3 Bad
Men” (“Tres hombres malos”, 1926) --- considerada la mejor película en
la etapa muda de Ford ---, dada ya la fama como director solvente, empezaron a
reconocérsele méritos de creador. A principios de los 30 entramos en la período
sonoro en el cual Ford se desenvolverá perfectamente (al igual que el paso del
blanco/negro- color). Deambulando entre Universal y Fox llegamos a 1939 cuando
Ford había comprado los derechos del relato de “The Stage of Lordsburg”
(“Diligencia
para Lordsburg”) publicado en 1937 por Ernest Haycox (1899- 1950) ---
también autor de la historia inspiradora de “Unión Pacífico” de Cecil
B. DeMille ---, basado a su vez en el cuento “Boule de Suif” (“Bola
de Sebo”), editado en 1880, del escritor francés Guy de Maupassant
(1850- 1893). A Ford le había interesado la historia para desarrollarla para el
cine a su gusto pero le costó encontrar
productor puesto que el western tenía escaso reconocimiento como género. En
principio David O. Selznick (famoso productor que pasó por M. G. M., Paramount
Pictures, R. K. O. y llegó a tener empresa propia) se interesó por el proyecto
pensando en figuras consagradas para protagonizarla (Gary Cooper y Marlene
Dietrich) en contra de la opinión de Ford quien quería centrarse más en la
trama y dar el protagonismo a actores no tan conocidos (en aquel momento). Al
separarse Merian C. Cooper (codirector de “King- Kong”, productor de “El
malvado Zaroff”, entre otras y futuro socio de Ford en la empresa
Argosy), de Selznick pasó a trabajar con el productor independiente Walter
Wanger (distribuía películas de Hitchcock y Lang entre otros para United
Artists) el cual se interesó por el proyecto de “La diligencia”. Ford
entregó el relato de Haycox al guionista Dudley Nichols (“El correo del infierno”,
“El
príncipe Valiente”, dos títulos pasados por estas páginas, las dos de
Henry Hathaway, además de “El juez Priest”, “La
patrulla perdida”, “El fugitivo”, las tres de Ford, “La
fiera de mi niña”, “Río de sangre”, ambas de Howard
Hawks,”Cazador de forajidos”, de Anthony Mann o “Man Hunt” y “Perversidad”,
las dos de Fritz Lang, títulos de los más destacados entre otros muchos) quien
elaboró el guión definitivo en estrecha colaboración con el realizador. El
presupuesto fue de 546.200 $ de los cuales 220.000 $ fueron invertidos por el
productor ejecutivo Walter Wanger con el apoyo de United Artists. Solo al
primer año recaudó un millón de dólares y lanzó al protagonista John Wayne a la
fama.
El cuento “Bola de Sebo” de Maupassant es
terriblemente caustico. En una Francia ocupada por el ejército prusiano, mitad
del siglo XIX, un grupo de personas parte en carruaje del patio de un hotel en
Normandía: tres matrimonios comerciantes, dos monjas, un republicano y una
mujer de oscura vida conocida como “Bola de sebo”, la cual será ignorada
y despreciada pero es la única que trae algo de comer y lo comparte con los
demás para luego pedirle que tenga relaciones con un comandante alemán que no
da su consentimiento para continuar el viaje. Por solidaridad lo hará y el
coche de caballos finalmente llegará a El Havre, defendida por el ejército
francés. Con este punto de partida Ernest Haycox escribirá “Diligencia
para Lordsburg”, trasladando marco ambiental y personajes al lejano
Oeste. Henriette será la mujer de mala fama (“Dallas” en la película),
Malpais Bill es Ringo Kid en el film mientras el punto de partida es la
localidad de Tonto y Lordsburg la de llegada,
pero la tensión emocional de los personajes se mantiene y acrecienta
cuando la Caballería tiene orden de retirarse mientras los atacantes son los
apaches de Gerónimo en rebeldía. Unas veinte páginas apretadas que dan juego al
guión de Dudley Nichols/John Ford, enriquecedor con variaciones y aportaciones
propias al tema literario.
La fotografía en blanco/negro de Bert Glennon es
sencillamente perfecta y la música adecuada en cada momento está a cargo de
Richard Hageman, W. Franke Harling, John Leipold, Leo Shuken y Louis Gruenberg,
adaptada de 17 melodías populares norteamericanas de finales del siglo XIX.
La formidable película recogió dos Oscar: uno para
el actor Thomas Mitchell como el Dr. Josiah Boone (llamado “Doc
Boone”) y otro para la banda sonora. Además, cinco candidaturas para el
Oscar: película, director (seguramente, conociendo como era Ford, no lo hubiera
recogido de haber sido el ganador al igual que los seis recibidos en su
carrera), fotografía, montaje, y dirección artística (Alexander Toluboff y
Wiard B. Ihnen).
Puede decirse que Ford resucitó y renovó un género
menospreciado. Al igual que el gran músico Franz Schubert, él no inventó el “lied”
(canción lírica breve, en alemán, sostenida por un poema con música para voz solista y, generalmente,
con acompañamiento de piano) --- plural “lieder” --- pero le dio cartas de
nobleza superando los elaborados de relleno, aunque con cierta calidad, por
Joseph Franz Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart o Ludwig van Beethoven (al fin y al
cabo eran músicos fuera de serie, auténticos genios). Ford creó unos personajes
arquetípicos, unas situaciones, unos clichés copiados (para bien o para mal)
por otros en un futuro. Y lo fue en películas que nada tenían a ver con “La
diligencia”, aparte de los remakes (innecesarios) como “Stagecoach”
(“Hacia
los grandes horizontes”, 1966), producida por 20th Fox y
dirigida por el casi siempre interesante Gordon Douglas (“La humanidad en peligro”,
obra maestra de la Ciencia- Ficción), aquí bastante grisáceo y acomodaticio, o
la vulgar “The Stagecoach” (“La diligencia 2”), versión
televisiva, U.S.A., de Ted Post (1986).
Ford, aparte de tejer unos momentos de gran
espectacularidad en espacios abiertos (persecución en el desierto por parte de
los atacantes indios) y otros de intensa intimidad y tensión entre los viajeros
en espacios cerrados, sea dentro del carruaje o en las dos paradas por el
camino dentro de los edificios --- maestro en las dos vertientes gracias a su
puesta en escena aplicada a la psicología de los personajes --- también
elaborará indiscutiblemente una corrosiva crítica contra la sociedad americana
de su tiempo (Oeste Americano, siglo XIX), tanto como la del cuento de
Maupassant en referencia a la suya (la francesa, también del XIX) y más que en
la narración de Haycox.
Ford rodó su primer film en Monument Valley. Antes
que él, George B. Seitz había filmado “El ocaso de una raza” (1925) y el
popular escritor de novelas del Oeste Zane Grey había hablado de aquellos
parajes en 1913. Según contó Ford a su nieto Dan, el primero en hablarle de
Monument Valley fue el actor George O'Brien para luego ver unas fotos de Harry
Goulding llevadas al estudio y quedó prendado de los enclaves en cuestión...
Tanto que, después, iba allí aunque no tuviera película para filmar y trabó
amistad con algunas tribus indias. “Natani Nez” = “El jefe alto” era el
nombre con el cual llamaban los indios a Ford al que consideraban miembro de su
tribu (1).
II)- LA PELÍCULA-
Antes de “La diligencia” Ford había experimentado y usado la composición
con dos o tres planos en encuadre límpido (compenetración total con sus
operadores, un provechoso ejemplo es Gregg Toland, fotógrafo, entre otras de “Hombres
intrépidos” y “Las uvas de la ira”) y aquí llegará
aún más lejos: construcción reflexiva y milimétrica (a veces cambiando sobre la
marcha del rodaje) con profundidad de campo, con mayoría de planos medios con
los personajes desenvolviéndose dentro de ellos (con este sistema daba más
protagonismo a los actores y menos al trabajo del estudio), con el uso
constante del gran angular para optimar la limpieza y brillantez de los
elementos compositivos, aprovechando la luz y la topografía al máximo y,
siempre que podía, mantener la cámara inmóvil y al moverse da una rápida
panorámica a las figuras amenazantes de los indios detrás de las rocas de las
colinas y trepidantes y veloces travelling durante el ataque lo cual generaba
una tensión y emoción a la escena totalmente inolvidable. Y en aquellos años
--- antes de ser totalmente reconocido “oficialmente” por críticos, estudiosos
y aficionados --- el productor Darryl F. Zanuck dijo que “Ford era el mejor director de la
historia del cine porqué sus ángulos de cámara casi lograban que los buenos
diálogos parecieran innecesarios o secundarios”.
A Ford le interesó al momento el tema del
microcosmos de nueve personajes dentro de un recinto cerrado (el carruaje),
representantes cada uno de diferentes clases sociales y caracterizados a medida
que van entrando en situaciones límite. El realizador toma parte por los más
marginados de la sociedad (Ringo por ser un prófugo, aunque injustamente, de la
ley; “Dallas”, por ser mujer de vida alegre; el Dr. Boone, por ser un
médico alcoholizado; Hatfield, por ser un jugador profesional) criticando a quienes pasan, ante la vista de
los demás, por buenos y honrados ciudadanos (las componentes de la
“liga de las damas de la ley y el orden”, el banquero Gatewood). Estas
personas:
1)- “Dallas” (Claire Trevor), mujer de
vida alegre, expulsada por las hipócritas“damas de la ley y el orden” y
despreciada (prácticamente nadie le dirige la palabra) por casi todos los
demás; ofrece toda clase de ayuda a 2) la mujer embarazada Lucy Mallory (Louise
Platt) --- en busca de su marido, militar, a quien finalmente localizará herido
en Lordsburg --- y finalmente, al llegar
a la ciudad (ha tenido ya a su hijita, había nacido en la segunda parada),
estrechará la mano de Dallas y le agradecerá su ayuda al
traer la niña al mundo (en el texto de Haycox, Henriette no ayuda al parto) al
igual que 3) el alcoholizado Dr. Josiah Boone (Thomas Mitchell), con ello
prácticamente se rehabilita de su pasado etílico; en Tonto es, igualmente,
expulsado por las “damas de la ley y el orden” (además de ser desahuciado por
no pagar el alquiler), cogido del brazo de “Dallas” grita “Somos
víctimas de los prejuicios sociales” y al final--- cuando Ringo ha
matado en duelo a los Plummer y se aleja con Dallas en un carro para casarse y
vivir en un rancho propiedad de él --- 4) el sheriff Curly Wilcox (George
Bancrof) le invita a un trago y el doctor dice “Solo uno ...” y al ver a
la pareja alejarse comenta “Han logrado huir de las ventajas de la
civilización”; el sheriff, por su parte, desea detener a Ringo para
protegerle de los temibles tres hermanos Plummer quienes mataron a su hermano y
con sus embustes lograron que fuera encerrado en la cárcel pero ha escapado (el
representante de la ley en el fondo cree a Ringo, era muy amigo de su padre y,
finalmente, le deja enfrentarse con los Plummer y marcharse después con “Dallas”
perdonándole los dos años más de cárcel
que caían sobre él por haberse escapado); 5) Ringo Kid (John Wayne) es una
doble víctima de la equivocación de la justicia (asesinato de su hermano,
encarcelamiento injusto), subirá antes de llegar a la primera parada y no
opondrá resistencia al sheriff que viaja como acompañante del conductor en el
pescante (su caballo ha muerto y se añadirá a los pasajeros por la confianza
del sheriff y gran tirador en caso de ataque), finalmente se enamorará de “Dallas”
y esta le corresponderá; 6) el jugador profesional, elegante caballero del sur,
Hatfield (John Carradine) viaja para proteger a Lucy hasta al final (será
herido de muerte de un flechazo poco antes de llegar la caballería y salvar a
los pasajeros y se arrepentirá también de su pasado); 7) Samuel Peacock (Donald
Meek), tratante de whisky, frecuentemente confundido con un clérigo, es un
componente cómico (en ocasiones) emparejado
con el doctor con quien trabará buena amistad a causa del género con el cual
comercia (será herido de flecha); 8) el conductor del vehículo es el grueso
Buck (Andy Devine), temeroso y muy hablador (lástima que solo diga tonterías),
sacará el máximo provecho a sus seis mulas especialmente en el tramo final del
recorrido y 9) el banquero Henry Gatewood (Berton Churchill) el cual huye con
una bolsa de dinero robada a su propio banco; insolente, desfalcador y
corrupto, discute con casi todos, es amenazado por Hatfield, se queja de todo
y, finalmente, es detenido en Lordsburg (“No contaba Vd. que repararían el telégrafo”,
le dice el sheriff de la ciudad, amigo de Curly).
“La diligencia” posee el esquema
clásico de las narraciones: prólogo – nudo – epílogo. Coincide plenamente con
el desarrollo del film: Proemio = Se inicia el viaje en Tonto, presentación de
los personajes (Ringo se añadirá al grupo posteriormente)/ Nudo = Viaje desde
Tonto a Lordsburg, la diligencia atraviesa parajes desérticos, interrumpido con dos paradas, ataques indios/
Conclusión = Llegada a Lordsburg, Ringo mata en duelo a los tres hermanos
Plummer y se aleja con Dallas hacia el horizonte y los
demás pasajeros siguen su rumbo: Hatfield ha muerto, el herido Peacock es
hospitalizado, Gatewood es encarcelado porqué se ha descubierto su fraude, el
sheriff Curly pasará una temporada en Lordsburg, “Doc Boone” se establecerá en
la ciudad y Lucy con su hijita son atendidas y verán pronto al marido que está
recuperándose de su herida...
La introducción a la película es ya sensacional:
--- Fundido en negro a un paisaje agreste con la música solemne mientas aparece
una diligencia que se aleja hacia el horizonte --- una serie de continuos
encadenados. 1) la diligencia atraviesa la pantalla sobre el fondo del cielo
del amanecer, seguida de tropas de caballería; 2) soldados de caballería
cabalgando sobre el fondo del horizonte mientras amanece; 3) plano similar de
un grupo de apaches cabalgando furiosamente hacia nosotros y 4) encadenado
final con una sobrecogedora vista de
desierto y montañas con el cielo de fondo mientras aparece el anuncio del
amanecer, surge la diligencia y cruza la pantalla. Fundido en negro. Aparece el
título narrativo: “Hasta la llegada del Caballo de Hierro, la diligencia era el único
medio de transporte en la salvaje frontera americana. Desafiando todos los
peligros, aquellos carruajes Concord --- los “expresos” de aquellos tiempos ---
recorrían puntualmente salvajes y desoladas extensiones a través del desierto y
de las montañas en el sudoeste, donde en 1875 la lucha salvaje de los indios
por expulsar al invasor blanco tocaba a su fin. Por aquel entonces no había
nombre que despertara más temor en el corazón de los viajeros que GERÓNIMO,
líder de aquellos apaches que preferían morir antes que someterse a la voluntad
del hombre blanco”.
Después de entrar por fundido a otro plano del
desierto y montañas vemos a dos jinetes, exploradores de la frontera.
Encadenado con un campamento de caballería sobre un fondo de desierto. Los dos
exploradores, uno blanco y el otro, indio entran en el despacho del capitán
Sikels, comandante de la unidad de caballería estacionada en la ciudad de
Tonto. El indio permanece de pie, impasible. El blanco informa de la rebelión
de Gerónimo. Capitán Sikels: (refiriéndose al indio) --- “¿Como sabemos que no miente?”
--- Contesta el explorador blanco: --- “Es un cheyene, odian a los apaches aún más
que nosotros --- Un suboficial de comunicaciones sentado ante la
clavija del telégrafo --- “Un mensaje para usted desde Lordsburg...
pero se ha cortado la comunicación, señor”--- Capitán Sikels--- “¿Ha
conseguido recibir algo?”--- Suboficial--- “Solo la primera palabra, ¡Gerónimo!”.
El teniente Blanchard (Tim Holt) será el encargado, con unos cuantos soldados,
de escoltar la diligencia, solamente hasta la salida de Dry Fork (la primera
estación). Esta introducción ha durado
escasos tres minutos. Ya sabemos cuales el problema. Pasamos a la localidad de
Tonto, vemos a los personajes (a excepción de Ringo) y ya tenemos el prólogo.
En el nudo, antes de llegar a Dry Fork, recogen a
Ringo: con rapidez la cámara se aproxima al hombre mientras éste hace girar su
rifle en remolino. “Sabía que te encontraría aquí” (sheriff Curly). Esta segunda
parte combina las escenas de marcha con las paradas de 1) Dry Fork, 2) “Apache
Wells” --- donde Lucy dará luz a su hija, llamada provisionalmente “Coyotita”
por el Dr. Boone (los coyotes aullaban de noche cuando nació la criatura)
--- y 3) “East Ferry”. Aquí el edificio
y el transbordador están quemados y varias personas asesinadas (el humo llena
la cámara). Deberán atar unos postes a los lados de la diligencia y lograrán
atravesar el río por el punto menos profundo. Sin el peso de los ocupantes y
equipaje --- pasarán aparte ---, solo Buck en el pescante, las mulas nadan y
arrastran el carruaje hasta la orilla contraria.
En esta 2ª sección Ford aplica el mismo sistema
una docena de veces: A), diligencia circulando por la llanura, montañas de
fondo, generalmente, mientras suena la balada “Bury Me Not on the Lone Prairie,
B), Curly y Buck en plano de ambos charlando en el pescante y C) los viajeros
dentro del coche en planos aislados, cada uno tiene su función. En las paradas
aplica insuperables secuencias de conjunto: la diligencia llega a Tonto,
algunos pasajeros bajan ahí, Lucy Mallory continúa ya que Hatfield le informa
--- mientras habla con una amiga --- que su marido ha sido destinado a Dry
Fork, próxima parada pero allí los de la estación le dirán que ha sido enviado
a “Apache Wells”. En la 2ª parada el mexicano que atiende la posta y toda la
estación la informará que ha sido herido y trasladado a Lordsburg, así que la
mujer embarazada deberá llegar hasta el final. A la salida de Dry Fork los
soldados se desvían. La diligencia queda abandonada a su suerte pero los
pasajeros han decidido viajar por su cuenta y riesgo. Piensan llegar a la 2ª.
Parada y después al Ferry con lo cual cuentan estar casi a salvo (llevan tres
excelentes tiradores: Ringo, Hatfield y Curly). Después de atravesar el río
serán atacados y, cuando los apaches más se acercan al vehículo, salvados por
un batallón de soldados de caballería: el sonido de la trompeta anunciante
ahuyenta a los atacantes.
En la secuencia de la persecución Ford utiliza “el
salto de eje” (2), cuya función es transmitir sensación de movimiento, en
contra de las convenciones cinematográficas del momento: al ir desapareciendo
la iluminación natural Ford sitúa la cámara al otro lado --- innovando --- ya
que de haberse quedado en el lado “bueno” la luz solar hubiera iluminado los
caballos y no hubiera podido indicar la velocidad y así sostuvo el racord de
luz.
La diligencia entra en Lordsburg y empieza el
epílogo: obscuridad y negrura nocturna, tono recordable a un melodrama: “Le
engañé, aún me quedaban tres balas”, dice Ringo a Curly y las extrae de
su sombrero. El sheriff le deja en libertad. Una bala para cada uno de los
facinerosos hermanos. Se oyen disparos en la calle. Hank Plummer (Tom Tyler),
el mandamás de los tres hermanos, entra en el salón ante la mirada de todos. Se
tambalea y cae muerto. El círculo se ha cerrado. Boone y Curly van a tomar una
copa mientras Dallas y Ringo se alejan en un carro hasta desaparecer en el
horizonte...
“La diligencia” se compone de 612
planos y dura 97 minutos. Ford combina tomas extensas y planos breves con una
profundidad de campo que nadie ha podido igualar (combinación de los dos
estilos en Dry Fork), ni tan siquiera Orson Welles o William Wyler, grandes
maestros en estas lides según nos
informa Gallagher (3).
Narcís Ribot
i Trafí
1)- Ford, siempre que podía, daba trabajo
a los indios. Primero les pagaba tres dólares, luego les fue subiendo el
sueldo. Hacía actuar a navajos interpretando a apaches o cheyenes. Ademas, como
ya dijimos, daba parte de sus ganancias personales a los indios de la reserva.
Hace poco descubrí una fotografía donde los navajos le regalaban una piel de
ciervo reservada solo a miembros importantes de la tribu. Irónico cuando sus
detractores --- por ignorantes del cine e indocumentados (algunos analistas
entendedores y admiradores del cine de Ford les reservaron adjetivos mucho más
fuertes) --- jamás lo hicieron. “Más que haber ganado varios Oscar lo que
realmente cuenta para mí es haberme convertido en hermano de sangre de diversas
naciones indias” (John Ford).
2)- Quim Casas en su espléndido libro “John
Ford, el arte y la leyenda” (recomendado varias veces en estas páginas)
hace un excelente análisis del “Salto de eje” (pg. 127 y 128).
3)- También recomendado aquí en diversas
ocasiones el amplio estudio de Tag Gallagher: “John Ford, el hombre y su cine”
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