Hace poco apareció en la revista “Historia y Vida” un escrito de Ana
Echevarría titulado “El gran olvidado” sobre Gustave
Caillebotte. Una gran sorpresa pues pocos estudios hay de este más que
sobresaliente pintor (*). Lo fue ocasionalmente, y no precisó vivir de su arte.
No
sería el primer recordado en un examen o conversación sobre el movimiento Impresionista. Antes acudirían a la mente los
consagrados después del reconocimiento del estilo: Claude Monet, Pierre- Auguste Renoir, Edgar Degas y quizás --- pese a su tiempo de
injusta marginación --- a Alfred Sisley
Pero hubo otros que influenciaron en las vanguardias
venideras, una vez pasada la época del Impresionismo. Uno de ellos fue Gustave
Caillebotte (1848- 1894), nacido en París dentro de una familia de clase alta.
Su padre heredó el negocio familiar textil y también era juez del Tribunal del
Comercio. A partir de 1860 su familia solía pasar los veranos en Yerres,
localidad a 12 km de París y, seguramente allí, empezó Gustave a pintar. Había
llegado a ser abogado e ingeniero naval pero prácticamente ejerció poco.
Gracias a la herencia de su padre pudo vivir de las rentas y dedicarse a la
pintura. Entró pronto en contacto con el grupo, aún no reconocido, disidentes de
la Academia y de la oficialidad pictórica a quienes llamaban despectivamente
“Impresionistas” gracias al cuadro que presentó Monet (bautizado irónicamente
como “Impresión”
por un crítico) en la primera exposición del grupo celebrada en 1874.
Caillebotte asistió como espectador y presentó ocho cuadros en la segunda
exposición dos años después, entre ellos su famoso “Les Revoteurs de Parquet” (“Los
acuchilladores de parqué”), obra rechazada por academicistas, críticos
ineptos y defensores de lo “establecido” y de la “oficialidad” (hoy en día
reconocido como obra maestra) a causa del tema “proletariado” (obreros
trabajando en un piso) y por “vulgar”. Gustave Caillebotte no pintó tantas
obras como los citados pero, aparte de sus incuestionables logros artísticos,
realizó --- gracias a su situación económica --- sus actividades como mecenas y
defensor del grupo, además de ayudar y apoyar a sus colegas en todo. Al acabar
la guerra franco- prusiana entró en el taller de Leon Bonnat (pintor académico)
donde se inició en el estudio de la pintura y pulió su estilo, claramente
realista, siendo Jean- François Millet y Gustave Coubert quienes más le
influenciaron en su carrera para adherirse al grupo impresionista, admirando y
tomando prestada la técnica y estilo de cada uno pero sin ceñirse a ninguno en
particular. Títulos como “El puente de Europa” (1976), “París,
tiempo de lluvia” (1877) o el ya citado “Los acuchilladores de parqué”
(1875) le acreditaron, aunque tardíamente, después de su prematura muerte (como
pasa en muchas ocasiones) como gran pintor…
En
realidad Gustave Caillebotte fue uno de los más importantes impulsores del
movimiento impresionista aunque se reconociera mucho más tarde. Sino por
cantidad si por calidad de sus obras y por su labor de mecenazgo para con sus
compañeros y para el desarrollo de la obra impresionista gracias también a su
acomodada posición social. Como coleccionista de arte también legó al estado
francés cuadros de Degas, Monet, Paul Cézanne, Camille Pissarro, Renoir y
Sisley ...
Podríamos
decir que la mayoría de sus obras poseen una clara referencia realista. Antes
de su etapa impresionista posee un impetuoso naturalismo que tiende a
dignificar lo modesto (François Millet) y la representación del personaje de la
forma más real posible (Gustave Courbet) para después recibir influencia de
todo el grupo impresionista en un preclaro eclecticismo con base talentosa.
Nunca abandonó totalmente esta tendencia realista. Incluso al entrar en su
etapa impresionista sus obras se balancean entre ambos estilos, a veces como si
experimentara sobre el lienzo pero nunca sin adherirse formalmente a ningún
estilo de otro pintor ni a ningún género. Sus características:
---
Dinamismo de la luz en relación a los objetos lo captó de Claude Monet---
---
La mezcla de los colores en el cuadro como hacía Pissarro en pequeñas y rápidas
pinceladas ---
Su
temática incluye bodegones, vistas urbanas, barcos y escenas de interior.
Después de su periodo naturalista (con predominación de la vida urbana) su
mejor etapa impresionista es la de Argenteuil donde destacan especialmente sus
marinas.
De
su época realista destaca su modelado naturalista de la figura:
---
Siempre presente la aplicación real de la luz observando el foco direccional y
la superficie proyectante. Perfilado preciso de las formas ---
---
Vigilando siempre la armonía cromática, desarrollando la gama adecuada en cada
obra --- Influye en la incidencia de la luz sobre los cuerpos la aparición de
la fotografía. Del período de Argenteuil destaca:
---
Estudio de la luz tonal y local, aplicación impresionista del color ---
---
Las formas dejan de estar perfiladas ---
---
La pincelada directa substituye al modelado, utilizando el color puro a través
de la pincelada ---
Pintó
bastantes cuadros sobre temática doméstica y familiar, grupos de personas
tocando el piano, cosiendo, juganto a las cartas, leyendo, etc. También es
responsable de valiosas obras sobre tema urbano como el citado “El
puente de Europa”, su segunda versión (posiblemente un años después,
1877) o”La plaza de Europa en tiempo de lluvia” en curiosa
contraposición a las calles de Monet con abundantes personas en ambiente
bullicioso mientras en Caillebotte se ofrecen pocos transeuntes (1877), “Pintores
de brocha gorda” (1877), con la paleta reducida a cremas, grises y
verdes --- pintura rechazada en un principio por los de siempre --- expresa
magistralmente lo deseado por el artista. Fuera de París realizó Caillebotte
varios paisajes como el “Embarcadero de Argenteuil” (llamado
igualmente “El pontón de Argenteuil”, 1886-87), excluyendo totalmente
personajes humanos, “Veleros en Argenteuil”/”Barcos de vela en
Argenteuil” (1888), tema también tocado de forma similar por Renoir,
Monet y Sisley, “Llanura de Gennevilliers” (1884) o “Las rosas, el jardín del Petit Gennevilliers” (1884) en
donde el autor daba fe de su afición por la horticultura (la mujer que cuida y
recoge flores podría ser Charlotte Berthier la cual compartió los últimos años
de su vida).
Caillebotte
nunca se casó. Vivió con su madre menos los seis últimos años de su vida y su
repentina muerte (1894) a los 45 años se debió a un derrame cerebral. El legado
de sus obras recayó finalmente en el gobierno francés el cual en un principio
era propenso a rechazarlo. Como muy bien dice un escrito, “Hasta hace poco su filantropía y
generosidad eclipsaron su propia pintura”.
Narcís
Ribot i Trafí
(*)-
En castellano el único estudio en libro que conozco es “Caillebotte”- Colección “La
era de los impresionistas”, nº 11- Globus Comunicación S. A.- Madrid,
1995.
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