I)-
UNA AVENTURA FERROVIARIA…….
“NORWEST FRONTIER”
(“LA INDIA EN LLAMAS”), de J. Lee Thompson (Rank
Organisation, 1959). Los motivos por el cual he escogido este título son
varios: a) se trata de una película de aventuras muy interesante, b) la visioné
por primera vez en mi infancia, ya entonces me gustó, repuesta comercialmente
en 1976 (a 17 años de su producción) volvió a entusiasmarme, apareciendo luego
en video (la primera edición en video para alquiler apareció con el original
traducido “Al Noroeste de la Frontera”) y más adelante en DVD en varias
ediciones, la tengo también en su reproducción original británica y contiene
más escenas que en su versión española, c) escribí sobre ella hará unos 17 años
en una revista sobre ferrocarriles, antes lo había hecho en forma más breve en
algún semanario, d) porqué la trama se centra sobre un viaje en tren y siempre
he sido aficionado a los ferrocarriles antiguos, e) expone un tema de fondo
tristemente actual: fanatismo, terrorismo, nacionalismo exacerbado, etc. y f)
en todos los cine-fórum de los cuales me he responsabilizado la he programado
porque se que puede gustar a un público amplio, hace años la proyecté --- porqué
una comisión cultural me lo pidió --- y mi presentación molestó a
algún responsable por decir yo que películas así no se hacen hoy, me llamó
después la atención y acabó reconociendo que nada entendía de cine, perdurable
problema de quienes les molesta que haya interés por la cultura y el saber,
eternos ”comisarios” --- no solamente
políticos --- quienes nos dicen lo que tenemos que hacer, leer, las películas
que hemos de ver, etc., todo ello estuvo a punto de costarme muy caro, pues lo
más práctico y provechoso si se quería llegar a una meta era ser de determinado
grupo y callar (muchos compartirán lo que estoy diciendo), mi ingenuidad y
sinceridad (hay que tenerla siempre y, creo, sigo con ella) en aquel entonces
fue una rémora para mi propia persona, en fin eran otros tiempos………….
Estamos ante una
película rara y apasionante. Pocas veces se destacará en estos mamotretos
llamados genéricamente “Enciclopedia del cine”, en la mayoría de los casos
plúmbeos volúmenes repletos de miopía cinematográfica al uso de quien la
escriba. Se acostumbra a tomar uno o dos films como modelo de géneros para
despachar el resto en cuatro líneas (si llegan), incluyendo el caso, en alguna
ocasión, de defender películas sobrevaloradas, mediocres, o sencillamente
superadas por las que vinieron anterior y posteriormente dentro de la misma
temática (“Solo ante el peligro”, en el western, “Bonnie & Clyde”, en el cine
negro son ejemplos muy claros, con la carga de “lo políticamente correcto” en
acción ¿Porqué sino hay películas española subvencionadas que no llegan a
estrenarse pero con la existente consigna de defenderlas a toda costa?). Todo
ello reconociendo la dificultad de escribir en plan enciclopédico sobre todo el
cine en general y no caer en la rutina y/o en las preferencias personales con
sus filias/fobias proyectadas en el papel.
Así, para algunos
“La
India en llamas” será un film “colonialista” más ya que el modelo a
seguir de películas sobre La India bajo el dominio británico es “Tres
lanceros bengalíes” (en este caso, un excelente film de Henry Hathaway,
1935) con Gary Cooper, pasando página sobre “El capitán King” o “Rifles
de Bengala”, además de la que comentamos. Y ello es totalmente injusto
porqué “La India en llamas”, producción de Marcel Hellman para Rank
Organisation (el negro forzudo golpeando un gong) desprende un humanismo y una
sensibilidad (prácticamente perdidos hoy), pese a su condición de film
“colonial”, más propenso a exponer las cualidades del héroe y la épica. Otro
hándicap es que está dirigida por Jack Lee Thompson, artesano destajista de no
muy brillante filmografía y no muy imaginativas ideas (autor de la conocida y
excesivamente encumbrada “Los cañones de Navarone” y de una
serie de violentas películas policiacas con Charles Bronson ejerciendo de
vengador solitario) pero aquí su composición funciona plenamente, se reconozca
o no. La realización conjuga perfectamente el humor, la parte romántica y la de
acción y peligro lo cual hace subir los grados de emoción. El esquema del guión
recuerda plenamente el de Dudley Nichols para “La diligencia” (1939), de
John Ford, cambiando la época, el marco geográfico, el vehículo y los
personajes, por supuesto: un grupo de personas atraviesa en diligencia un
territorio hostil y en revolución hasta poder llegar a su destino; aquí se
substituye el coche de caballos por el tren, el personaje negativo del banquero
corrupto en el film de Ford es reemplazado
por un periodista espía de los rebeldes y al igual que en “La
diligencia” la aventura, los sustos, la emoción durante el viaje
constituyentes del nudo de la narración fílmica, total equivalente aquí del
periplo ferroviario: ataque de las tribus musulmanas rebeldes, el riesgo, vías
saboteadas, estaciones abandonadas donde puede acechar la amenaza, el peligro
del espía camuflado….
La historia es de
Patrick Ford y Will Price sobre un argumento de Frank S. Nugent (guionista muy
ligado a John Ford de quien recordamos, entre otros, “El hombre tranquilo”, “Centauros
del desierto” o “Dos cabalgan juntos”) y definitivo guión de Robin
Estridge (1), la apastelada fotografía de George Unsworth (su carrera circula
entre montador y fotógrafo, cfr. “2001, una odisea del espacio”, “El retorno
de la pantera rosa”) en
Eastmancolor y en Cinemascope es excitante y la música de Mischa Spoliansky
ejecutada por Muir Mathieson (ambos músicos son bastante conocidos) contiene
una exposición para los momentos románticos (presente en piezas de ambientación
en CD), otra para lo de aventuras (con subida o bajada en intensidad si hay
peligro) y otra para los genéricos totalmente fuerte y dramática (con
preponderancia de los tambores).
La película fue
rodada principalmente en Guadix (Granada) y alrededores, abundando la
información sobre la popular locomotora Baldwin (llamada también y con más
frecuencia “Badwi”, por sus fabricantes Babcock & Wilcox, o “Barbie” por
algunos ferroviarios), numerada como 140-2054, la “protagonista” al representar, debidamente
“maquillada”, a “Victoria” la máquina del film. La Baldwin, casi centenaria,
además ha intervenido en otros rodajes:”El sol Rojo”, “El bueno, el feo y el
malo”, “La muerte tenía un precio”, “La muerte del presidente”, “Dr. Zhivago” e
“Indiana Jones y la última cruzada”. Más adelante un internauta informó
que la locomotora en cuestión, preservada como reclamo turístico en Guadix,
nunca intervino en “La India en llamas” ni en “Dr. Zhivago”. Es posible que fuera
alguna parecida (los Amigos del ferrocarril en Aragón custodian un modelo más o
menos contemporáneo, construida por el americano Baldwin sin nada que ver con
los británicos Babcock & Wilcox, fabricantes de “Badwi”, en este caso con
el apodo Baldwin mal aplicado, lo cual genera una confusión). Mirando bien y en
lateral la 140-2054 es, en jerga/nomenclatura ferroviaria y en referencia a los
ejes, una 1-4-0 (un eje independiente
delantero con ruedas pequeñas- cuatro ruedas mayores unidas por las bielas-
ningún eje posterior) mientras en la película es una 0-3-0, o sea ningún eje
independiente delantero- tres ejes de las ruedas mayores enlazadas por las
bielas- ningún eje posterior independiente. Claro que podría “disfrazarse”
(como en las películas de Tarzán se disfrazan elefantes asiáticos, más fáciles
y domesticables, de elefantes africanos,
más difíciles y más salvajes) pero en cuestión de ejes y ruedas no veo el
motivo de hacerlo. Afirmaciones y dudas quedan aquí reseñadas.
El reparto es muy
acertado: Kenneth More es el capitán William Scott del ejército británico,
Lauren Bacall es la institutriz Catherine Wyatt, viuda de un famoso médico,
Herbert Lom encarna a Peter Van Leyden, el periodista --- el mejor del elenco a
pesar de brillar a gran altura en su totalidad, sus miradas, sus movimientos
delatantes de malas intenciones --- que intentará asesinar al pequeño príncipe
Kishar (Govin Raja Ross), de cinco años de edad, I. S. Johar será Gupta, el
experto maquinista de nuestro tren, Wilfrid Hyde- White interpreta a Mr.
Briddie, secretario del gobernador John Windham (Ian Hunter en un pequeño papel
en la parte del prólogo), Ursula Jeans a Mrs. Windham, esposa de sir John y
Eugene Dekers a Peters, tratante de armamento que, junto con Briddie y Gupta, focaliza los
momentos de humor contrastando con el peligro latente flotante en toda la obra.
II)- Y UNA HISTORIA KIPLINGIANA
“Seis honrados servidores me enseñaron cuanto se; sus
nombres son cómo, cuando, dónde, qué, quién y porqué”. Rudyard Kipling
Aunque
específicamente no esté basada en Rudyard Kipling (1865- 1836), sea novela (“Capitanes
intrépidos”, “Kim”), cuento (“El libro de la selva”) o poema (“Gunga
Din”) el relato fílmico es inequívocamente kiplingiano por su ambiente, la historia narrada, las situaciones,
etc., aparte de la frase pronunciada por el capitán Scott al final de la
película recitando al escritor y refiriéndose a él como “Otro bebedor de te” (“Da las gracias por estar vivo y confía en tu
suerte, ve al frente como un soldado”).
A)- PRÓLOGO
“Esto es La India,
una provincia de la frontera del noroeste, año 1905, país de múltiples
tradiciones donde aquí los hombres encuentran siempre pretexto para matarse
entre si: codicia, odio, envidia y también por el hecho de dirigirse a Dios de
forma diferente. En las montañas se concentra una rebelión de fanáticos
rebeldes; su objetivo: matar a un niño de cinco años por ser heredero y
príncipe de su pueblo. Su padre, el maharajá nos a pedido a nosotros, los
ingleses, que le llevemos a Haserabad para desde allí mandarle sano y salvo a
Kalapur, cerca de Delhi”.
El preámbulo
cumple eficazmente su misión de informar, situarnos en escena y prepararnos
como aperitivo del plato fuerte a venir, el nudo de la obra. Panorámica sobre
unos campos y templos hindúes y la voz en off, después de los genéricos, arriba
escrita.
Ante la rebelión de tribus musulmanas --- más
fuerte que nunca --- el maharajá, jefe de los hindúes pide ayuda al gobierno
británico que envía al capitán Scott para que ponga le ponga a salvo, a él, a
su hijo, el príncipe Kishar, de cinco años y a su institutriz americana,
Catherine Wyatt, viuda de un famoso médico quien había salvado la vida al niño.
El maharajá, orgulloso, no desea huir: se despide y entrega el niño que parte
con Scott y Catherine. En la versión original vemos como a continuación los
rebeldes asaltan el palacio matando a los servidores y soldados del maharajá,
llegan a la sala del trono y le asesinan a golpe de espada. Planos del palacio
incendiándose bajo la mirada de Scott, sus soldados y Katherine con el niño en
brazos. Scott y los demás llegan a duras penas, esquivando disparos, a la
guarnición de Haserabad donde hay una doble muralla; el palacio del gobernador
y la estación del ferrocarril están dentro de la segunda y entre la primera y
segunda protección hay un amplio espacio atravesado por la vía del tren. Planos
generales de masas que huyen del terror (espontaneidad semejante a la sucesión
de vistas mediante tarjetas postales) y penetran dentro de la muralla. Vemos
ahora la estación de Haserabad: un tren atestado de refugiados donde viajan
algunos oficiales británicos y gentes de diferentes procedencias; entra en la
estación la última oleada de refugiados, algunos logran subir al tren
(locomotora inglesa con ténder y tres vagones largos) donde tendrán que viajar
totalmente hacinados. Se abre la puerta de la primera y después segunda muralla
y el tren parte adentrándose en el exterior cuando llega el capitán Scott y su
grupo. El capitán critica a la compañía por no haber retenido este último tren
para el príncipe pero un oficial amigo suyo le contesta que de hacerlo no
hubiera podido salir: los rebeldes atacan la guarnición y al no poder
contenerlos los soldados, y antes los refugiados civiles, han tenido que
retirarse dentro de la segunda fortificación. El palacio del gobernador sirve
de improvisado hospital y refugio. El general Helms, el gobernador y el capitán
Scott ven la imposibilidad de partir hacia Kalapur con caballos, hay
francotiradores en cualquier lugar. Existe la solución de esperar pues han de
llegar refuerzos. Ahora es cuando Katherine ironiza y se burla de los ingleses
y además les dice que esto no es el levantamiento de una tribu aislada;
príncipes musulmanes que antes luchaban entre si se han unido ahora y si logran
matar al príncipe heredero de los hindúes
estallará la guerra civil de consecuencias totalmente imprevisibles
(todos saben que tiene razón). El fabricante de armamento Peters vocea a Briddie,
secretario del gobernador, que debe estar en Kalapur a causa de sus negocios
pero este le contesta que nadie puede hacer nada (el hecho de su profesión mal
vista será contestada con frases humorísticas --- “la industria de armamento es imparcial, siempre lo ha sido” ---
viniendo a decir que si él no fabricara armas lo haría otro). Se entrevé una
posible solución. Scott visita la estación para hablar con el maquinista Gupta.
Vista del terminal a partir de la muralla: cruces de vías, agujas, placa
giratoria (pocas veces vista en un film) y plano lateral y total sobre “Victoria”,
la locomotora con muchos años de servicio. Gupta hace una tenaz defensa de la
máquina. Scott: -“Kalapur está a 500
millas”. Gupta: -¿“Y que son 500 millas para esta máquina? Yo iba con
ella a Karachi dos veces por semana”.
Scott: “Si, pero ¿Cuantos años hace?”.
La locomotora silba inesperadamente, Gupta con un martillo golpea el tubo
metálico por donde pasa el aire del
silbido y este cesa. Gupta: - “Es cosa de
la edad, les dije que me dejaran un día para repararla pero al igual que usted
me contestaron que era vieja, que solo servía para maniobras o para chatarra,
fíjese en la caldera, ningún escape y si la caldera es buena, la máquina es
buena”. Ya tenemos nuestro tren
formado, a “Victoria” se le añade una plataforma para el carbón, pues carece de
ténder, y un vagón corto donde viajarán el capitán Scott, la institutriz
Catherine, Peters, Briddie (como encargado de la valija y el correo), Mrs.
Windham, el pequeño Kishar, el maquinista- mecánico Gupta, además del sargento
Dufalar y el soldado Jumar como escoltas. En el palacio del gobernador, Scott
les explica el plan de huída por la noche. Aprovechando la pendiente entre las
dos puertas coger velocidad y derribar el 2º portalón cerrado y en poder del
enemigo por lo que a tal efecto han colocado un pesado ariete de madera en la
parte delantera de la locomotora. Inesperadamente aparece el periodista Van
Leyden que ha descubierto la maniobra y pide al gobernador ir también en el
tren. Este acaba por acceder. Tenemos los personajes definidos con gran
sencillez. Pasamos a la estación donde Scott hace tumbar al suelo a los
pasajeros e invoca a Dios para tener suerte, ametralladora con el sargento en
la vagoneta y él y Gupta en la máquina. Un grupo de soldados empuja el tren ya
que no ha de hacer ruido, se abre la puerta 2ª saliendo al exterior. Al
acercarse a la puerta exterior suena el silbato y Scott ordena poner la máquina
a máxima presión. Impresionante travelling hasta la puerta que el tren derriba
con gran estruendo. Los musulmanes, sorprendidos, cabalgan persiguiendo el
convoy pero los disparos de la ametralladora y la oscuridad hacen que abandonen
la empresa y el tren se pierde en la noche.
B)- NUDO
Gupta: - “¿Fusil para Gupta? ¡Oh no! Gupta solo ser
maquinista, maquinista muy bueno, treinta años trabajando en el ferrocarril”
Capitán Scott: -“Pero si no lo usas quizá no puedas seguir
trabajando en el ferrocarril”.
Gupta: -“No, sahid. Indio que mata indio, malo. Si
otros hombres tienen otra religión, a Gupta no importar, a Gupta no importar.
Quizá crea que Gupta ser tonto…..”
Scott:- “No, no creo que lo seas”.
De día. Paisajes
casi desérticos con escasa vegetación por donde cruza el tren, breves
conversaciones entre los pasajeros. El diálogo, apuntado más arriba, forma parte
del pensamiento de los personajes. Llegan al
apartadero de Bhivandi Pura con doble vía y frenan antes de entrar: el
tren de los evacuados está parado, silencioso. Todos los que viajaban en él han
sido asesinados, tiroteados; la estación está sembrada de cadáveres (varios
planos generales) y gran cantidad de buitres revolotean en el aire. Scott y el
sargento inspeccionan, retiran los cadáveres de encima la vía principal y
cambian el sentido de las agujas. Catherine no está de acuerdo, cree que puede quedar
alguien con vida. Baja y entra en el tren siniestrado. Aparece al cabo de un
rato con un bebé en sus manos, una niña que al caer su madre la tapó, un
auténtico milagro. Continúa el viaje, “Victoria” pierde fuerza, necesita agua
para el vapor; paran y desmontan el ariete, ganando velocidad. Zonas desérticas
que dan paso a verdes campiñas, conversación entre Scott y Catherine sentados
en la vagoneta, recuerdan sus respectivos pasados e intuimos una atracción
entre ambos aunque ella haya manifestado su antipatía ante los militares por
obedecer órdenes. De los bucólicos prados pasamos al áspero terreno montañoso.
A continuación la institutriz va en busca de un poco de té, surgiendo ahora el
primer problema grave. Al salir de un largo túnel Gupta frena bruscamente,
invierte el regulador del vapor y coloca la contramarcha (o contravapor, según
denominación de RENFE) que servía --- siempre que se hiciera bien --- para
reducir velocidad a la locomotora en casos extremos, además de los frenos. A
pocos metros la vía ha sido levantada por una bomba, dos tramos seguidos del
lado derecho. Retroceso al túnel. Scott les explica que esto lo habrán hecho
hace unos días para sabotear el paso de
posibles convoyes de armamento. Ante la ironía y el cinismo de Van
Leyden (“un imprevisto problema militar”)
contesta el capitán (“o tal vez una
cuestión de sentido común”). Será necesario reemplazar los dos raíles
dañados por otros dos dejados atrás del tren (algo que se podía hacer ya que
los tramos eran de longitud estándar; hoy, en cambio, sería imposible por el
sistema de soldadura, al igual que sería imposible la maniobra de contravapor
en una locomotora eléctrica). Marcha otra vez hacia delante hasta la parte
volada. Alicates, llaves, palancas son distribuidas entre los hombres, las dos
mujeres y los dos niños se quedan en el vagón. Al empezar a limpiar la vía
vemos al periodista sentado en la parte delantera de la máquina tomando notas;
Scott le suplica que colabore (Van Leyden:- “¿No
quiere que la posteridad le rinda honores de héroe y hombre de recursos? ¿Sabe
lo que me parece Vd.? El forjador de un imperio en apuros. Ya voy”). Plano
general desde arriba como si hubiera un hipotético observador; el tren se ve
abajo. “Victoria” vuelve a silbar,
otra vez inoportunamente, Gupta corre a golpear el silbato. Repetición del
mismo plano pero ahora hay un observador real, un musulmán que se retira para
ir a dar parte a los suyos. Se desatornillan los raíles de detrás para la
substitución, empiezan a colocarse y atornillarse. Comienza el ataque de los
rebeldes (planos de la ladera con los musulmanes bajando, algunos son
alcanzados por la ametralladora del sargento), Scott manda a los demás subir al
tren mientras él coloca los tornillos que faltan. La maniobra salvadora
proviene del maquinista que va esparciendo gasolina alrededor del tren en su
parte izquierda aunque ello le cueste ser herido levemente en un brazo y en una
pierna (antes de subir a la máquina recita una plegaria, “Padre Santo, no te olvides de tu hijo indio”), se arroja un carbón
encendido y se levantan las llamas, permitiendo que Scott pueda terminar su
apresurada tarea de atornillar. El tren
reemprende la marcha (disparos de la ametralladora y de la pistola de
Scott para mantenerlos a distancia). Más adelante Gupta indica al capitán y a
sus dos subalternos lo esencial para conducir la locomotora.
Al llegar aquí
podríamos decir que si el tono aventurero es kiplingiano, el estilo
cinematográfico recuerda al de Cecil B. DeMille (2): varios conflictos y
problemas individuales dentro de la aventura con prólogo-nudo-epílogo
particular seguido de algún momento de “descanso” (el llamado “tiempo muerto”)
y repetición de lo dicho cuya suma constituye la totalidad de la narrativa.
Al cabo de unas millas el tren pierde
velocidad, falta urgentemente agua. Muy despacio llega al siguiente apartadero,
el de Jamshara, también con doble vía. Muchas precauciones antes de bajar, el
sargento vigila desde el techo. No hay nadie pero han destrozado toda la
estación. Segundo problema. Scott logra poner en marcha la bomba de agua
mientras los demás buscan recipientes (para llevar el agua a la máquina) y leña
(para el fuego de la caldera de la bomba). Ahora vemos la verdadera intención
de Van Leyden. Él y el pequeño príncipe están solos en la caseta de la bomba
del agua y fingiendo un juego le acerca a la enorme rueda de la bomba para que
le aplaste pero entra Scott y se ve obligado a retirar al niño (el capitán
empieza a desconfiar). De nuevo en marcha, llega la noche, momentos de
tranquilidad, simpática conversación entre Scott y Catherine. Planos nocturnos
de un cielo rojizo con los raíles por donde pasa el tren. Miradas de Van Leyden
al adormecido príncipe………Llega el día. Scott para a la entrada del largo puente
de Kupra (el barranco de Anchurón). Hacia la mitad está volado en un radio de
dos a tres metros quedando solo los dos raíles que cruzan el agujero. El tercer
gran problema. Se trata de un puente construido en piedra en su parte baja y en
hierro en la parte superior --- por donde circula el tráfico ferroviario ---
con cuatro enormes pilares cuya entrada es otra sección totalmente en piedra
con dos pilares, coincidiendo con las laderas del barranco. El capitán explica
a los demás viajeros que esta gente no está muy ducha en explosivos y al volar
la sección la fuerza ha ido hacia abajo en lugar de hacia arriba por lo cual
han quedado los dos raíles (el izquierdo está ligeramente curvado) pero
servibles aún para soportar el peso de la vieja “Victoria” y que lo habrán hecho hace un par o tres de días para detener trenes de evacuados o de
armamento. Quedan aún algunas millas y no sería posible llegar a Kalapur a pie.
Les dice que deberán cruzar uno a uno sobre los raíles (el derecho), les
adelanta que no será fácil ni agradable pero lo conseguirán y luego pasar él
con Gupta el tren muy despacio para no desestabilizar la delicada estructura.
Pasa el soldado con la parte superior desmontada de la ametralladora, luego el
sargento con la parte inferior, el soldado cruza otra vez el abismo y carga con
el bebé en una cesta que cedió Briddie, vuelve a pasar. Scott comenta que ellos
son soldados y por eso lo tienen más fácil, ahora toca a los viajeros: el
primero es Peters, luego Mrs. Windham y después Briddie que pasa casi de
puntillas y corriendo; ahora se ofrece Catherine y le dice al niño que si pasa
ella, él también pasara, Scott la sujeta por la cintura y al otro lado la ayuda
Peters; el capitán le dice al periodista que pasará al otro lado y luego él
ayudará a cruzar el niño. Scott franquea por primera vez el vacío y el príncipe
en manos de Van Leyden (primer plano de su rostro sudoroso), Scott se adentra
agachado sobre el raíl y sostenido en la cintura por Peters, Kishar parece
resbalar y es oportunamente cogido por el capitán que lo levanta y lo entrega a
Peters, pasa por fin Van Leyden y Scott le hace detener por intento de
asesinato (-“¿Es Vd. musulmán, verdad?
Ahora lo veo claro”). No valen las excusas ni protestas del interesado ni
las de los demás que le defienden (-“A
partir de ahora y para el resto del viaje queda usted arrestado”),
ordenando que todos despejen el puente. Vuelve a cruzar el vacío y se dirige al
tren. En la locomotora, Gupta le aconseja que vaya muy, muy despacio. El tren
entra en el puente y llega a la parte volada, al llegar las ruedas de los dos
primeros ejes el raíl izquierdo se tuerce unos centímetro y la locomotora queda
encallada al no tocar el riel la rueda central; sin perder la calma Scott da un
poco más de vapor, se desprenden trozos de hierro de la parte volada mientras
la locomotora avanza muy despacio, reduce otra vez la marcha cuando la rueda
central vuelve a entrar en contacto con el raíl y poco a poco logra pasar la
locomotora, después la plataforma del carbón y finalmente el vagón….Todos le
felicitan y mientras descansan (la locomotora lo necesita para recuperar vapor)
hay escenas de humor y otra romántica donde Catherine besa a Scott. De nuevo en
marcha, en el compartimento de carga Van Leyden arrestado y vigilado por Jumar
mientras este limpia la ametralladora; pasan un túnel y al salir Van Leyden se
fija en un montón de herramientas donde sobresale una maza, cruzan otro túnel y
vemos que el periodista se ha apoderado de la ametralladora, dejando sin
sentido a Jumar. El sargento, Scott y el príncipe están en la locomotora. Al
abrir Briddie la puerta del compartimento todos los pasajeros se ven amenazados
por Van Leyden. En la plataforma Scott juega con el niño y ve señales
heliográficas en lo alto de las montañas circundantes a la vía férrea, en el
interior Van Leyden les dice que es capaz de luchar y morir por su fe, que su
padre era holandés y su madre india pero él se siente musulmán, que este niño
es un símbolo opuesto a la libertad de su pueblo, una tradición caduca que debe
desparecer, que su obligación es matarle y sin testigos; llama traidor a Gupta
y este le contesta que si ser patriota es matar niños, entonces prefiere ser un
traidor. A punto de entrar Scott y el niño, el periodista dice a Catherine que
si no grita no la matará pero ella grita, momento aprovechado por Briddie que
con el pie golpea la ametralladora. Scott persigue al periodista hasta el
tejado del vagón y puede reducirle pero se distrae con las continuas señales
heliográficas y Van Leyden le arrebata la pistola y se dispone a matarle cuando
suena un disparo que alcanza al periodista. Catherine con un rifle, desde la
plataforma, ha salvado la vida al capitán….Van Leyden cae del vagón y rueda
pendiente abajo….muere en el mismo momento en que un numeroso grupo de
musulmanes ataca el tren por ambos lados. Se abrazan los dos enamorados; luego
Scott y Briddie colocan la ametralladora en la parte posterior y disparan
mientras el sargento conduce la locomotora, Gupta y Peters arrojan fuera de la
plataforma las teas encendidas arrojadas por los atacantes y Jumar empieza a
recuperarse del golpe. El paso se va estrechando y el tren entra en un túnel,
los perseguidores no pueden continuar. La oscuridad del túnel salvador se abre
al otro lado donde hay las posiciones avanzadas de las fuerzas gubernamentales
con sus cipayos. Envían mensaje a Kalapur. El tren entra triunfante en la
estación de Kalapur donde son recibidos con honores. Les informan que los
rebeldes cesaron el ataque en Haserabad y que se retiraron al llegar los
refuerzos. Todos se felicitan y Gupta le dice a Scott lo bien que ha respondido
“Victoria” (-“Decían que solo servía para
maniobras o chatarra ¿Qué dirían ahora si la vieran?). Luego hay el diálogo
entre Scott y el niño donde se desprende el pensamiento sobre la inutilidad de
las guerras (aunque haya individuos que deseen crearlas): príncipe Kishar: -“Te agradezco hayas salvado mi vida, capitán
Scott ¿Seremos siempre amigos, verdad?” Scott: -“Por supuesto que si”. Kishar: -“Es
que mi padre decía…” Scott: “¿Qué
decía tu padre?” Kishar: “Que os
necesitaba para mantener a raya a los musulmanes pero que después yo luchara
contra los ingleses para que os marcharais de La India”. Scott sonríe y se
despide, sube al vagón recoge la cesta con la niña y se va con Catherine
después de citar la frase de Kipling mientras la música romántica sube de tono
y aparece el FIN en plano frontal de “Victoria”,
auténtica protagonista de la aventura…………….
Narcís Ribot i Trafí
1)- El escritor y
guionista Robin Estridge tiene un guión con un esquema semejante: “Escape
from Zahrain” (“Fuga de Zahrain”), según una novela de Michael Barret,
dirigida Ronald Neame (1961), producida por Paramount y protagonizada por Yul
Brynner, Sal Mineo y Jack Warden. Se trata de un líder de un país árabe que
debe huir del gobierno dictatorial de su país. Si “La diligencia” era lo
que el título indica” y “La India en llamas” era el
ferrocarril, aquí se trata de una huída en coche (una ambulancia, si
precisamos) por el desierto.
2)- Cecil Blound
DeMille era un realizador excelente, muy por encima de lo considerado por
determinados/determinada críticos/crítica,
a quien llamaban “realizador de
mamotretos de cartón- piedra”. Desde aventuras de toda clase hasta westerns
tiene en su filmografía un puñado de películas maravillosas (las dos versiones de “Los 10 mandamientos”, pasando por “Piratas del Caribe” y “El Valle
de las sombras” hasta llegar a “Sansón y Dalila”, “Policía montada del Canadá
y “Unión
Pacific” y otras).
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