jueves, 8 de agosto de 2013

RECORDANDO A FREDDIE FRANCIS


Podríamos decir que, por méritos propios, deviene Freddie Francis (Londres, 1917- Isleworth, 2007) el más importante ecléctico (junto al más creativo y personal Roy Ward Baker) de la Segunda Edad de Oro del fantástico británico inaugurada por el gran Terence Fisher. En su juventud Frederick William Francis estudió ingeniería pero a él le gustaba el cine, especialmente la fotografía, entrando como aprendiz en 1934 con el pseudónimo de Louis Prothero. Después de la guerra, donde filmó documentales, se revela como uno de los mejores fotógrafos de la cinematografía europea al servicio de realizadores como Jack Cardiff, John Huston, Joseph Losey, etc., llegando a ganar un Oscar por “Sons and Lovers” (“Hijos y amantes, 1960), de Jack Cardiff. Recordemos otras películas destacables donde contribuyó Francis con su siempre acertada fotografía: “Suspense”, “La mujer del teniente francés”, “El hombre elefante”,  etc.
Logra pasar a la dirección en 1961 con “Two and Two Make Six” y por diversas circunstancias se especializa en el género fantástico aunque él declare siempre que no le interesa el género. Realizará la obra encargada de la mejor forma posible como buen conocedor de la técnica cinematográfica para cobrar su paga. Estamos ante un ilustrador  de historias fantásticas (en ocasiones muy interesante) no un creador como lo fue Terence Fisher. Hace años me sorprendió un título cuando pensaba que ya no rodaría más películas: “The Dr. And the Devils” (“El Dr. y los diablos”, 1985), según la obra de Robert L. Stevenson de la cual Robert Wise había dado una versión entre correcta y discreta para Val Lewton y John Gilling otra de excelente para Tempeam (Robert S. Baker & Monthy Berman) con Peter Cushing. La sorpresa continúa ya que el film fue producido por Mel Brooks que, después de tanto bodrio e insulto al cine cómico se redime mostrándose como eficaz productor (también subvencionó “La mosca” de David Cronenberg, uno de los fantásticos más logrados de los 80) y, por lo visto, sin inmiscuirse en la labor de los realizadores como hacen algunos otros. Desgraciadamente el film no obtuvo la deseada respuesta en taquilla.
Su eclecticismo parece conferirle una falta de método en los rodajes y, sin embargo, sus logros son apreciables para el buen aficionado, como se dijo son atonales, no hay la inteligencia ni la profundidad de Fisher quien va más allá de lo anotado en la partitura y sin embargo su “fantastique” tiene un algo, un impacto extraño y eficaz para un realizador que se limita a narrar sin la reflexión fisheriana pero con eficacia en muchas ocasiones. Varios de sus films obtuvieron éxito comercial y gracias a ello y a su solvencia y habilidad técnica, como industrioso del cine, aparte de Gran Bretaña trabajará en Alemania (“Vengeance” según la novela de Curt Siodmak) y en España en su última época, se deberá tanto a la mítica Hammer (“Evil of Frankenstein”, “El alucinante mundo de los Ashby”) como Amicus (“La maldición de la calavera”, “El psicópata”), Tigon (“The Creeping Flesh”, donde se reúnen una vez más Christopher Lee y Peter Cushing), producciones de Herman J. Cohen (“Trog”, “Locura”, con Jack Palance, extraña cinta que uno desearía repetir su visión) y Tyburn (“The Ghoul” y “Legend of the werewolf”), productora fundada por su hijo Kevin Francis de vida más bien efímera.
Otro punto importante en la carrera de Francis son los guiones, la mayoría atractivos y acertados. Si esto se cumple puede conseguir hallazgos apreciables y no como Terence Fisher el cual a veces se encuentra escritos normalitos y no tan esforzados como otros (“La momia”, “The Man who Could Cheat the death”) y mediante su puesta escena eleva el film a muchos quilates por encima de lo planteado. Francis --- ya lo hemos dicho --- es sencillamente un buen (lo digo con toda convicción) ilustrador/narrador.
Su irrupción en la Hammer de los Carreras/Hinds se divide en dos partes: 1) sus tres films etiquetados como “terror psicológico” y 2) la prolongación de las series de los dos personajes- estrella, Drácula y Frankenstein. 1) El hábil Jimmy Sangster (fallecido recientemente) elaborará todos los guiones colocando sorpresas, maquinaciones maquiavélicas y criminales, sustos y golpes de efecto en esta colección de películas de terror no monstruoso: “El sabor del miedo”, magnífica y ejemplar cinta de Seth Holt (1961), seguida de “Maniac” (1963) del productor y realizador Michael Carreras --- mejor en su primera faceta que dirigiendo aunque el film se pueda ver --- inédita comercialmente aquí aunque visible en soporte DVD con el título de “Venganza diabólica”. A continuación vienen los tres films de Freddie Francis, un poco más compactos que el de Carreras: “Paranoiac” (“El alucinante mundo de los Ashby”, 1963), “Nighmare” (“El abismo del miedo”, 1964), pudiendo añadir “Fanatic” (“The espera la muerte, querida”, 1965), de Silvio Narizzano --- recuerdo en mi infancia el abandono de la sala de cine en la proyección de “El abismo del miedo” al no poder resistir el terror químicamente puro emanante de sus imágenes, especialmente al principio --- e “Hysteria” (1964), inédita aquí aunque pude visionarla en vídeo en inglés. Todos estos films están fotografiados en un sobrio blanco/negro y,   sin ninguna duda, el de Holt es el mejor de la serie junto con otra realización del mismo estilo con guión del mismo Sangster, también para Hammer,  de este director israelita desaparecido prematuramente en 1971: “The Nanny” (“A merced del odio”, 1965), con Bette Davis. Más adelante el guionista Jimmy Sangster se pasará a la realización de forma no tan sólida ni segura como compositor de libretos y dentro de Hammer nos dará “Fear in the Night” (“Miedo en la noche”, 1972), ahora ya en color, con Peter Cushing, Joan Collins y Ralph Bates.
2) Su aportación a los mitos clásicos, sabiamente iniciadas por Terence Fisher, es bastante notoria (aunque algunos lo consideren el inicio de la decadencia de Hammer), ya sea volviendo a la imaginería Universal (“Evil of Frankenstein”, 1964) --- inédita aquí pero vista en algún Festival de Sitges y en algún Vídeo o DVD de importación --- es un film catálogo: homenaje de los antiguos films donde el monstruo arrebata el protagonismo al profesor (a la inversa de Fisher), incluso el maquillaje de Roy Asthon (cabeza como una “caja de zapatos”, como se dijo) intenta acercase a la clásica iconografía karlofiana/pierciana de Universal, un émulo de Igor que se apodera de la voluntad del engendro para sus fines, el monstruo conservado en hielo al principio y el fuego purificador que consume creador y criatura al final de esta película visionada con agrado. Ahora el guión es del productor Anthony Hinds con el pseudónimo de John Elder, no tan nítido como Jimmy Sangster pero siempre oferente de varios puntos de interés en algunos de sus escritos mientas que en otros se acomoda a la pura rutina con la mirada puesta en la taquilla. Esto sucedió plenamente con “Dracula Has Risen from the Grave” (“Dracula vuelve de la tumba”, 1968), uno de  los mejores films de Francis correspondiente a uno de los mejores escritos de John Elder. La sangre es señalada ahora directamente como motor de vida y deseo sexual y los hallazgos de las interacciones Drácula- Iglesia estaban ya presentes en el anterior capítulo de Terence Fisher, “Drácula, príncipe de las tinieblas”, 1965, aunque de forma no tan absoluta. Un buen trabajo de Francis --- ambiente, fotografía, la exacerbada iluminación en determinadas escenas, especialmente cuando el vampiro hace su aparición --- (quizás sobrevalorado en algunos ambientes y, por el contrario, menospreciado en otros) pero nos quedamos con la pregunta ¿Cómo hubiera salido  el film si lo hubiera dirigido, como se ha señalado, Terence Fisher?
Siempre han funcionado bien en taquilla las películas de Feddie Francis”, declaraba Milton Subotsky, copropietario de Amicus quien, además, escribirá unos curiosos guiones que, junto a otros del escritor Robert Bloch (autor de la novela “Psicosis” que Alfred Hitchcock trasladará al celuloide) harán popular la fórmula del film de sketchs  que iniciará Francis con “Dr. Terror, House of Horrors(“Dr. Terror”, 1964) y continuará con “Torture Garden” (1967), inédita comercialmente aquí, con un éxito comercial mayor del esperado y “Tales from the Crypt” (“Condenados de ultratumba”, 1971), el de mayor éxito taquillero. Otras trabajos para Amicus:”The Skull” (“La maldición de la calavera”, 1965), guión de Subotsky según novela de Robert Bloch. “The Deadly Bees” (1966) o “The Psichopat” (“El psicópata, 1965).
John Elder había servido a Francis unos hallazgos interesantísimos como el sacerdote dominado por el vampiro (“Drácula vuelve de la tumba”) o el monstruo de Frankenstein enamorado de una zíngara (“Evil of Frankenstein”) continuará haciéndolo en “The Ghoul” (1975) --- un padre (Peter Cushing) mantiene oculto a un monstruoso  hijo que se alimenta de carne humana --- y  la inferior “Legend of the Werewolf” (1975), donde se explicitan  los ataques desde el subjetivo punto de vista del hombre- lobo virados en rojo, mostrando además al licántropo hablando en forma bestial (es en realidad remake de “Curse of the Werewolf”, 1961, de Terence Fisher  con guión del mismo John Elder, el mejor hombre- lobo cinematográfico).
Generalmente las realizaciones de Francis están bien aplicadas, ajustadas a lo que desean sus productores de él; su fantástico no funde con lo real (Terence Fisher, Tod Browning) pero tampoco hay separación total de ambos niveles (James Whale), no está escondido dentro de un lugar separado (apartamento, sótano, mazmorra) para luego irrumpir en lo cotidiano o lo real va al encuentro de “lo fantástico” encerrado/escondido (Roger Corman en su serie sobre Edgar A. Poe) como tampoco los objetos fetiches valoran/conducen lo fantástico (Mario Bava en sus mejores films) sino que en el “fantastique” de Francis lo horrible, lo monstruoso está --- parece de bazar, como un elemento más --- y choca con lo real sin ruptura de tono. Nuestro hombre podría filmar  cine fantástico y de terror (con alguna incursión ocasional en la Ciencia- Ficción) como podría hacerlo con otro género lo cual hace pensar si sus hallazgos nacen de su valía técnica (indudablemente la posee) o bien de una casualidad, cosa harto difícil porqué Francis tiene films mediocres, algunos buenos pero ninguno absolutamente malo (al menos en los visionados por mi). Es un hombre laborioso aunque la mayoría de veces ha contado con técnicos ya destacables en las aportaciones de Fisher (guiones de Jimmy Sangster o John Elder, decorados de Bernard Robinson, fotografía de Arthur Grant), dando fruto, por ejemplo, en uno de los films que más dinero en taquilla supuso para Hammer: “Drácula vuelve de la tumba” ¿Porqué con el mismo equipo, solo cambiando a Francis por Peter Sasdy un par de años después, se caía en la pretenciosa, lamentable y a veces ridícula “El poder de la sangre de Drácula”?  Podría ser la respuesta que Francis, sin ser Fisher y como p. e. Roy Ward Baker, al menos filma como ha aprendido, es de la vieja escuela: sin buscar falsas distancias sin ayuda de teleobjetivo o del gran angular --- vicios de procedencia televisiva --- ni dota a sus films de una ampulosidad en el fondo perjudicial para el género. Hoy en día se ha revalorizado la figura de Freddie Francis en su faceta de realizador ante el grueso de lo llamado “cine fantástico actual”  que en su día fue eclipsada por la obra sin par del gran Terence Fisher.

                                                                                  Narcís Ribot i Trafí

                 

1 comentario:

  1. Realment vostè està fent una gran obra donant a conéixer genis del cinema que persones com jo desconeixiem totalment i ens estavem perdent el seu talen. La seva tasca ( la de vosté) és, clarament , eternitzar el valor de persones que val la pena recordar... Felicitats!!!

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