jueves, 23 de octubre de 2014

EL CAPITÁN TRUENO, UN CÓMIC EJEMPLAR


Dentro de una sociedad anquilosada en la cual muchas cosas debían hacerse a la fuerza con unas ideas fijas e impuestas “El Capitán Trueno” significó una corriente renovadora en los cómics españoles de la época (a partir de 1956 y prácticamente la totalidad de los 60) desligándose de la ideología oficial aunque, por supuesto, sin poder huir totalmente de ella cuyos máximos exponentes eran los “Roberto Alcázar y Pedrín” y “El Guerrero del Antifaz”, portadores en lenguaje de cómic de los acrisolados soportes configurantes del superhombre fascista español.
El Capitán Trueno” nace en junio de 1956 gracias a la imaginación del fecundo Víctor Mora Pujadas (Barcelona, 1931 y exilado con su familia al estallar la Guerra Civil), reconocido valor hoy, aunque quizá no del todo, y del nítido dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza, más conocido como “Ambrós” (Albuixech, 1913- Ídem, 1992). Topando con imposiciones editoriales y políticas (p. e. La censura, a veces incomprensible, a veces ridícula) Mora consiguió sus objetivos en muchas ocasiones (“El cómic refleja mis deseos de una sociedad mejor, más humana, más igualitaria, más fraterna”, palabras del autor). Viendo el éxito de la serie “El Cachorro”, de Juan G. Iranzo, Editorial Bruguera decidió lanzar a un héroe medieval y encargó el trabajo a Víctor Mora quien había probado ya fortuna con los guiones para la última etapa del “Doctor Niebla” (1), cómic policíaco y misterioso con unas gotas de terror cuyas referencias a William Shakespeare, Juan Sibelius y las hermanas Andrews lo elevaban a un calidad inusitada --- dibujado por Francisco Hidalgo --- y a una popularidad pareja a la del “Inspector Dan” (2).
Gran aficionado a la novela y cine negro, además de los cómics norteamericanos, Víctor Mora llegó a ser redactor jefe del departamento para en un futuro enemistarse con Editorial Bruguera junto con otros dibujantes y asalariados, entre los cuales estaba “Ambrós”, y llegar hasta los tribunales lo cual en aquel momento frustró una película sobre el personaje (3). “El Capitán Trueno” estaba inspirado en “Prince Valiant” (“El príncipe Valiente”), de Harold Foster, aunque nada tomó de él para elaborar las aventuras de su personaje (si exceptuamos aquel episodio en el cual ambos héroes caen en un profundo pozo en donde habita un pulpo gigante y han de combatir con la bestia). Tan grande fue el éxito de “El Capitán Trueno” que ni Mora ni Ambrós dieron abasto para atender tanta demanda por lo cual aparecieron nuevos dibujantes y guionistas. Los más destacados ilustradores después de Ambrós fueron Ángel Pardo, Francisco Fuentes Man y Martínez Osete mientras Ricardo Acedo, colaborador de Mora, Jordi Bayona (“Trueno Extra”) y Cassarel ideó las aventuras editadas en “Pulgarcito” fueron los nuevos guionistas. Otra prueba del triunfo del personaje es su larga trayectoria editorial: aparece en 1956 bajo la forma apaisada (llamada también de “formato italiano”), primero quincenal y luego semanal a partir del nº 21, la portada se amplió al aparecer el nº 56 y en agosto de 1968 finalizaba la serie con el nº 618, reeditándose varias veces. Tan solo unos meses después de nacer, en el mismo 1956, y para su promoción, ocupó la mitad inferior de las dos páginas centrales del “Pulgarcito”, revista estrella de la editorial con distintas aventuras (números 1317 al 1336) y un año más tarde la doble página central (1387- 1600). Nuevas e inéditas aventuras al inaugurarse la revista “El Capitán Trueno Extra” en 1960 para finalizar también en 1968 con el nº 427. Su evolución comprende dos distintos tamaños en sentido vertical a diferencia de los originales y de 1962 a 1965 se editan libros de la colección “Héroes” con ilustraciones cada dos páginas a la par que aparecen muñecos de plástico de los héroes y varios personajes más (recuerdo que la figura del gigantesco Goliath se desenroscaba en dos parte por la cintura). En pleno apogeo se presenta el “Álbum Gigante” que reproducía las aventuras desde su inicio ( salieron 65 álbumes, el primero a partir de 1964 y en formato vertical). En 1969 se reeditaron las correrías de Trueno, ahora en color, de los originales y de los extras. Tras varias reediciones (además de álbumes mayores), en 1982 se intentaron nuevos guiones reuniendo a Mora y Ambrós pero la idea no cuajó: el público había cambiado y no para bien, creo. Finalmente en 1987 Ediciones B lanzó las mismas aventuras en color aprovechando el material de la fenecida Bruguera. Fue un acierto.
Otra confirmación del éxito y popularidad del “Capitán Trueno” es la aparición dos años después de otro héroe con el mismo esquema pero cambiando de época. “El Jabato” (1958- 1966), dibujado en un principio por Francisco Darnís. La historia del “Capitán Trueno” está ambientada en la Edad Media y tiene dos compañeros: el forzudo Goliath y el adolescente Crispín (más adelante sabremos como llegaron a conocerse iniciando su amistad) junto con su novia Sigrid, vikinga, reina de la isla de Thule mientras “El Jabato” sucede en los años 60 de nuestra era con el mundo conocido sojuzgado por las legiones del Imperio Romano (al poco de iniciarse la serie aparece el emperador Nerón y la persecución contra los cristianos), sus compañeros serán el forzudo Taurus (equivalente a Goliath) y el contrapunto cómico será dado por un hombre flaco de aspecto cómico (aparecido con ya bastantes números publicados), el poetastro Fideo de Mileto en vez del adolescente Crispín mientras su prometida será Claudia, una romana, hija de un senador, convertida (con su padre) al cristianismo ya profesado por el Jabato desde el principio. Repetición de personajes cambiando los nombres y la cronología: “El Cosaco Verde”, ambientado en su inicio en la Rusia del siglo XIX con dibujo de Fernando Costa y con vida más corta como colección (1960- 1963) y “El Corsario de Hierro” (1970- 1981), dibujado en principio por Ambrós el cual nos sitúa en el siglo XVII en donde un español víctima de una injusticia lucha contra los piratas ingleses (en mucha parte de la serie). Todos ellos se deben a la imaginación de Víctor Mora. Apareció otra serie de Editorial  Bruguera que, sin embargo, no era de Víctor Mora: “El Sargento Furia” (se editó por vez primera en 1962 y solo duró 36 episodios con el clásico formato apaisado como los otros a excepción de “El Corsario de Hierro”), creado por el guionista José Antonio Vidal Sales (con el seudónimo de Cassarel) e ilustrado por Juan Escandell, “El Sargento Furia” transcurría en España ante la invasión de las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia.
Las vestiduras del Capitán Trueno al ser pasado a color fueron pintadas de negro, rojo, granate, amarillo (en las portadas, siempre en color aunque el contenido fuera en blanco/negro, de los primeros números)  o azul  bajo la cota de mallas que le cubría brazos y piernas y su escudo de armas era una “senyera” (la bandera catalana) camuflada; a rayas pintadas diferentes cuando se editó en color para Goliath y verde, marrón o amarillo (o también en combinación), que nos hace pensar en un paje, para Crispín.
El Capitán Trueno parte de un hecho histórico, III Cruzada, año 1191, para introducirse en la ficción: desafía a su superior Ricardo Corazón de León a un combate amistoso (rompiendo las reglas de la caballería) sin poder acabar por la inminente batalla contra los sarracenos y en plena lucha le salva la vida iniciándose una gran amistad con el monarca Ricardo Plantagenet. Se presenta con sus dos compañeros: el forzudo Goliath y el adolescente Crispín en función de escudero. Los tres son españoles, embarcados en la cruzada contra los sarracenos para luego lanzarse en pos de aventuras, siempre a favor del débil y luchando contra los opresores (a menudo un malvado señor feudal) sin importarle el color, la nacionalidad, la religión o el estado social de quienes encuentran a su paso. El “Capitán” es un caballero que no está preso del odio contra los musulmanes ni oculta su rostro (a la inversa del “Caballero del Antifaz”), solo le interesa la aventura pura, sin ideologías políticas. Poco después conocerá (de forma no muy amigable) a su futura prometida --- todos los héroes creados por Víctor Mora la tenían, Claudia del “Jabato”, Sankara del “Cosaco Verde”, a excepción del “Corsario de Hierro” del cual podríamos decir tenía “una novia en cada puerto” ---, la bellísima reina Sigrid, presuntamente hija de Ragnar, un pirata vikingo (luego sabremos que no era su padre). La belleza rubia es la reina de la isla de Thule y romperá los moldes anteriores de “mujer-objeto”, “mujer-ser pasivo” para embarcarse y tomar parte activa en muchas de las aventuras de su prometido y sus dos compañeros los cuales viajarán a través de todo el mundo conocido y desconocido de la época. Aparte del rey británico conocerá a otros personajes históricos como Saladino, sultán de los sarracenos (en algunas aventuras lo presentan como alguien preso de un profundo odio contra Ricardo y los cristianos y en otras como a un hombre lleno de nobleza y comprensión que incluso ofrece muestra de gran respeto por Trueno) o a Gengis Khan con el cual se batirá en duelo. Dispondrá de un globo aerostático creado por el mago Morgano (construido y reconstruido varias veces) antes de que los hermanos Montgolfier hicieran su primera prueba en 1783 (un grandioso texto de apoyo justifica la invención de este globo) para más adelante encontrase con una tosca imprenta antes de su invención a mitad del siglo XV por parte de Gutemberg. Estará en China, Japón, el Polo Norte, en las estepas asiáticas, en el Tíbet, en las selvas africanas, en las junglas de la India, en América (norte, centro y sur) tres siglos antes de Colón… Sus aventuras rememoran gestas de caballería pero también se hace presente la fantasía (viajes a mundos perdidos u olvidados poblados de animales prehistóricos, todo ello en la más pura tradición de Arthur Conan Doyle, Edgar Rice Burroughs o Robert Louis Stevenson), hay algún aderezo en gotas de terror (castillos “góticos”, pasadizos misteriosos, trampas, sorpresas y sustos aunque al final hay una explicación racional) y la Ciencia- Ficción también está presente (aquel ejército de piezas metálicas, tamaño superior al del ser humano, de ajedrez, robots gigantescos, todo ello inventado por el mago Morgano pero le robaron el invento y se utiliza para el mal) o aquella mezcla de Ciencia- Ficción y terror de aquel monstruo gelatinoso residente en una isla desierta el  cual provenía de un meteoro del espacio exterior (al leerlo por primera vez en mi infancia me causó auténtico pánico).
El capitán Trueno es un caballero cristiano al completo, en teoría y práctica. “Que Dios perdone sus crímenes”, “Que Dios se apiade de su alma” dice en varias ocasiones cuando algún desalmado muere a causa de su propia maldad, “Que Dios nos ayude”, --- susurra --- ante alguna dificultad. La violencia en los combates también fue tema de censura, al igual que sus besos con Sigrid, especialmente en las despedidas o reencuentros. En los duelos, batallas o luchas intenta siempre dejar fuera de combate a su adversario golpeándole con el plano de la espada, evita herir, no tiene miedo a la muerte pues está en paz con Dios. Su ecumenismo es ejemplar: no le importa ayudar a blancos, negros, amarillos o musulmanes siempre que sean honrados y estén oprimidos por el tirano de turno (algo “difícil” en los años en que nació el personaje), a ricos o pobres, a señores o a campesinos. Su grito antes de entrar en combate “¡Santiago y cierra España!” se hizo famoso. Sus dos compañeros también son cristianos y su prometida Sigrid --- al principio totalmente hostil al capitán, con una capa de orgullo que solo es una fachada donde se esconde un corazón bondadoso y noble --- se convertirá al  cristianismo. Virtudes cristianas y humanas, algo que casi no se ve en la actualidad en el campo de los cómics con los ”manga” y otras lindezas por el estilo …

                                                                                                                               Narcís Ribot i Trafí
1)- Con el seudónimo de Douglas L. Templewood para Editorial Bruguera escribió (1946-1947) Rafael González una serie de novelas bastante populares que un año después adaptó él mismo al cómic con el dibujante Francisco Hidalgo: “El Dr. Niebla”. Víctor Mora hizo algunos guiones para la revista Super Pulgarcito junto con otros ideados por Silver Kane.
2)- “El Inspector Dan de la Patrulla Volante” también son historias policíacas y de misterio. En principio guiones de Rafael González y dibujos de Eugenio Giner. Luego intervinieron otros guionistas, entre ellos Víctor Mora.
3)- De la película frustrada (hace ya más de treinta años) oí rumores sobre la interpretación principal: Sancho Gracia encarnaría al capitán, Bud Spencer a Goliath y el cantante y actor Miguel Bosé a Crispín. En 2011 hubo una adaptación de Antonio Hernández para el cine que prefiero olvidar aunque no solo el realizador es el culpable …




sábado, 4 de octubre de 2014

HABLEMOS DE AJEDREZ: LA APERTURA CATALANA


         El ajedrez es para mi el juego más hermoso e interesante salido de la mente humana. Infinidad de anécdotas desde su creación (sin poder precisar el lugar donde apareció por vez primera), en el devenir de los siglos hasta nuestros días. Hablaremos hoy de un acontecimiento acaecido en Barcelona  durante el transcurso del “Torneo de Ajedrez de la Exposición” del año 1929: la aparición oficial de un hallazgo que resultó “La Apertura Catalana”.
Es curioso que diferentes maneras y sistemas de abrir el juego, sean aperturas, defensas o gambitos, incluso variantes de estos, reciban nombres geográficos (p. e. La variante “Leningrado” de la Defensa  Holandesa, tan en boga durante estos últimos años). Tenemos la Apertura Española, llamada también Apertura Ruy López (un obispo jugador de ajedrez que practicaba esta obertura) la cual es hoy para estudiosos y teóricos la única de la gama de aperturas abiertas (1- e4- e5 en sistema algebraico o 1- P4R- P4R en descriptivo) que promete buen juego con ricas perspectivas a las blancas (también hay férreas defensas para las negras). Pero no vamos a hablar ahora de la Española sino de una obertura cerrada: la Apertura Catalana o el Sistema Catalán. Iniciada, experimentada y dada a conocer en el Torneo Internacional de Ajedrez de Barcelona en el marco de la Exposición Universal (1929) por el Dr. Savielly (Xavier) Griegorievich Tartakower (1887- 1956) el cual recibió un premio de 150 pesetas por uno de los organizadores (y entusiasta), Francesc Armengol. Los movimientos básicos configurantes de la Catalana son 1- d4 (o sea avanzar el peón dama dos pasos)… 2- g3 (avanzar un paso el peón de caballo rey) … 3)- Ag2 (colocar el alfil de rey en la casilla 2-caballo rey, su gran diagonal). Dejando aparte que esta obertura puede derivar en otras por transposición de jugadas (Gambito de Dama, Reti, Apertura Inglesa, Defensa Eslava, India Moderna, etc.) consta/contiene varias ramificaciones: Variante Abierta, Variante Cerrada, Gambito Catalán, Anglo o India Catalana… En la actualidad generalmente las blancas en su segundo movimiento juegan c4, avanzar el peón de alfil dama dos pasos antes de jugar g3 gracias a las posteriores aportaciones de grandes jugadores como Alekhine, Botvinnik, Smislov (los tres fueron campeones del mundo) o Keres (un jugador sensacional que podía equipararse perfectamente con los anteriores aunque no fuera campeón del mundo, le llamaban “El rey sin corona” y con toda razón). La experimentación/creación de Tartakower progresó en popularidad a partir de 1938 después del famoso torneo holandés de AVRO (compañía radiofónica: Algemeene Vereeniging Radio Omroep), uno de los certámenes más grandes de la historia del ajedrez. El torneo fue ganado por Paul Keres empatado a puntos, pero con mejor coeficiente personal, sobre Reuben Fine. Participaron también los futuros campeones del mundo Dr. Max Euwe y Mijail Botvinnik, el actual campeón en 1938,  Dr. Alejandro Alekhine (se llevó el título a la tumba en 1946), el ex campeón mundial José Raúl Capablanca, Samuel Rehevsky y Salo Flohr. Gracias a sus victorias en este torneo Keres y Fine tenían derecho a retar a Alekhine pero las reticencias de éste y el estallido de la II Guerra Mundial frustraron sus esperanzas.
En 1950, pleno apogeo del ajedrez soviético, fue un arma temible (especialmente por quienes querían evitar la Nimzoindia) para posteriores estudios encontrar recetas de contrajuego en beneficio del bando negro y descender en popularidad y práctica pero en el transcurso de los últimos cuarenta y algo de años la teoría ha enriquecido el ataque de las blancas (notable aportación de Viktor Korchnoi  en el torneo de candidatos, 1968) haciendo que la Apertura Catalana estuviera de nuevo en la práctica de torneos de toda índole y superando, además, su fama de obertura estrictamente posicional…
El Dr. Tartakower fue, aparte de un gran jugador de ajedrez, un gran intelectual y experimentador de la teoría en partidas oficiales (incluso ante grandes campeones como Alekhine o Capablanca) con varios descubrimientos en su haber y un hombre con gran sentido del humor, conservándose algunas frases en referencia al ajedrez (*).
(*)- Hace unos 18 años realicé este escrito para un semanario. Recomendé tres libros. Ahora hay muchos más junto con esta valiosa herramienta llamada Internet. Nombraré solo los tres libros:
- “La Apertura Catalana”, de Y. N. Neusyadt. Editorial Martínez Roca (1971).
- “Apertura Catalana”, 250 partidas”, anónimo Ediciones ESEUVE S. A., Colección Enroque (1991).

- “Obertura  Catalana, 1929-1989”, de Salvador Juanpere, Enric i Xavier Mateu, Ediciones el Llamp (1990), conmemoración de “la Catalana” en su 60 aniversario (escrito en catalán).