miércoles, 23 de octubre de 2013

LIBRO: “LA ANTIGUA GRECIA EN EL CINE”


LA ANTIGUA GRECIA EN EL CINE”- Juan J. Alonso, Enrique A. Mastache y Jorge Alonso-            - Colección * Historia * Cine-    T&B Editores (Madrid, 2013). 353 páginas.
                     No era difícil predecir la aparición de “La Antigua Grecia en el Cine”, escrito por Juan J. Alonso, Enrique A. Mastache y Jorge Alonso Menéndez. El mismo terceto nos había dado en la misma editorial y misma colección: “La Edad Media en el Cine” (2007), “La Antigua Roma en el Cine” (2008) y “El Antiguo Egipto en el Cine” (2010). Lógica era, pues, la publicación del presente volumen siguiendo el mismo estilo y esquema de los anteriormente citados.
Juan J. Alonso es licenciado en Filosofía e Historia y profesor de Filosofía, Enrique A. Mastache es también licenciado y profesor en Filosofía y Jorge Alonso Menéndez es licenciado y profesor de Historia. Los tres comparten afición y erudición por la Antigüedad y el cine realizado sobre ella y así, quienes compartimos iguales aficiones (historia antigua y cine sobre la misma) podemos estar contentos: tenemos ya el horizonte cubierto en su totalidad sobre las distintas etapas del mundo antiguo con el añadido de la cinematografía dedicada al Medioevo. Valoro su trabajo de recopilación y contenido expositivo para variedad de lectores. Podríamos decir que a partir de ahora los cuatro libros de estos autores son de lectura prácticamente obligada para interesados, repito, de todos los niveles. Hace años los aficionados al cine debíamos realizar trabajos arqueológicos si se deseaba recopilar filmografía de un tema concreto para un posterior trabajo; la aparición (a veces sorprendente) de un buen estudio sobre el tema en cuestión (por parte de libros, fanzines o diversas publicaciones) era un bendito hallazgo cara a la lista de películas y de posibles ideas sobre el tema, ahora guardados como tesoros en las estantería o bibliotecas. La aparición de Internet fue un avance importantísimo aunque no nos lo dé todo en algunos campos; la labor conjunta de nuestros autores es completísima en todos los aspectos: desde la lectura amena, la erudición, el análisis profundo, la bibliografía y anotaciones y los comentarios deliberadamente irónicos en varios momentos aunque sin perder de vista nunca el punto didáctico y divulgativo de la obra.
Como en sus trabajos anteriores dividen el estudio en extensos episodios con algún título evocador, conteniendo uno o varios temas y dentro de ellos comentan y analizan las películas. Tomemos como ejemplo el capítulo señalado como “Murieron con las glebas puestas”, pág. 197- 226), subtitulado “Espartanos altivos, guerreros de cómic y un Fu-Manchú persa”, adivinamos antes de la lectura que es la parte histórica (los autores comentan los fragmentos históricos tocados o no por el cine) de la guerra entre el conjunto de estados griegos y el imperio persa, o sea las llamadas “Guerras Médicas”, las batallas de Maratón y Salamina, la anterior heroicidad y valentía de “los 300 espartanos” en el paso de las Termópilas bajo el mando de Leónidas, etc. También explicarán como nació en Grecia el embrión de lo que ahora llamamos “democracia” y que en la diarquía de  Esparta, estado eminentemente militar, no existía la democracia sino una terrible dictadura, donde se organizaban partidas de caza sobre los sufridos “ilotas” (esclavos) a los cuales se les daba un tiempo para intentar huir y luego se les cazaba como animales salvajes (algo que recordó en sus escritos el marqués de Sade y hace venir a nuestra imaginación aquella extraordinaria película titulada “El malvado Zaroff”).
Totalmente recomendable (al igual que los tres títulos anteriores de los mismos autores) a todos los niveles y lectores aficionados, interesados, eruditos o no.
  
                                                 Narcís Ribot i Trafí





jueves, 3 de octubre de 2013

LIBROS SOBRE JOHN FORD


“Está claro que la obra de Ford no puede analizarse, ni siquiera abarcarse; se escapa por todas partes” (José Luis Garci)
              Una vez superados (casi) los ataques y la visión negativa planteados por críticos y espectadores pertenecientes a lo que podríamos llamar la“ pseudo-gili- progresía” (1) en los años 50-60 sobre la obra de John Ford aparecieron estudios defendiendo su cine en revistas y en formato de libro y ahora, en general, afortunadamente la opinión ha cambiado. No fue Ford el único cineasta vilipendiado, hubo varios más también rehabilitados, generalmente (repito), entre ellos podríamos citar a Raoul Walsh, p. e. De aquello solo quedan los escritos y el recuerdo de una visión equivocada (esclavos muchas veces de una ideología política) causante de vergüenza ajena, al revés de lo que decían/escribían, de una ignorancia total sobre el cine, de la incapacidad total de ver más allá de sus narices y de una falta total de sensibilidad artística. Recordemos, años después, en un estudio sobre Raoul Walsh el comentarista dijo, refiriéndose a los ataques perpetrados contra Ford: “…No es momento de pasar revista, adoptando la terminología militar, a la ineptitud de la crítica hispana…” y un realizador catalán en un periódico declaró: “Las películas de Ford no han cambiado, los estúpidos sí…”. Son dos reacciones que transcribo literalmente. Afortunadamente la visión se transmutó, vinieron otros críticos mucho más abiertos, mejores y más entendidos, y ahora en algunos ambientes de esta “pseudo progresía” es “políticamente correcto” defender la obra de Ford y de otros perjudicados (es interesante el artículo de Miguel Marías en la revista “Nosferatu”, primavera 2002, número monográfico dedicado a John Ford, 2). Después se vio que Ford era el más grande y si en verdad --- y por supuesto --- “Sobre gustos no hay nada escrito” pero “sobre la realidad clara y demostrada si hay escrito” y el estilo de Ford puede gustar o no pero al estudiar su obra --- visionando sus películas principalmente y leyendo algún libro después --- veremos que es uno de los máximos creadores del 7º arte; para muchos, entre los que se cuenta un servidor, es el mejor. Añadiría la afirmación de Miguel Marías, totalmente de acuerdo con ella: Se ufanaban de despreciar a Ford, descalificándole con “razonamientos” tan confusos y especiosos como retorcidos e inadecuados.
He escrito varias veces sobre Ford y creo interesante resumir su bibliografía, especialmente en castellano, recordando que los estudios en forma de libro empezaron a aparecer cuando se produjo la transmutación técnico-ideológica sobre el cine de Ford. Francia fue el primer lugar de Europa donde “oficialmente” comenzó a defender y a apreciarse la obra de Ford (por supuesto había críticos y espectadores que ya lo habían reconocido); más adelante, y como ha pasado algunas veces, por cierto mimetismo, llegó a España. Fue en 1954 cuando Jean Mitry publicó en dos tomos de bolsillo su “John Ford” (Editions Universitaires, París) con algunas especulaciones muy acertadas e interesantes que invitaban a la reflexión (en la misma colección apareció el primer estudio en libro de Anthony Mann) y en 1965 se editó en un solo volumen. Recordemos que existe una edición española a cargo de Editorial Rialp (Madrid, 1960) que nunca he visto (poseo comprada de segunda mano la edición francesa original en dos tomos). En Italia apareció el segundo estudio, “John Ford”, de Tullio Kezich en Colección “Piccola Biblioteca del Cinema” nº 10 (1958). Volvamos a Francia para encontrarnos con un jalón verdaderamente importante en la bibliografía fordiana: el “John Ford”, de Philippe Haudiquet en la clásica colección de “Cinema d’Aujour d’hui” de Editions Seghers, 1966), también editado en pequeño formato aportando substanciosas ideas como las del capítulo biográfico sobre el cineasta, “Un poete de l’Ecran” (“Un poeta de la pantalla”, si traducimos literalmente) centrado en las sensaciones líricas de su obra o el de los juicios técnicos y el del estudio personalizado sobre “Las uvas de la ira” y “El gran combate”. Hay varios estudios en revistas y libros dedicados a varios realizadores o el tratamiento en forma parcial, no integral, hasta llegar a la conocida obra del realizador y crítico cinematográfico Peter Boganovich, “John Ford”, editada por primera vez en Londres (1967) y posteriormente en California (1968) aunque nosotros la conocemos por la traducción en castellano de Editorial Fundamentos (Madrid, 1971 y 2ª edición en 1983). El libro entero  --- también en pequeño formato --- es una inmensa entrevista donde Ford es preguntado y habla de su trabajo película por película, manifiesta su admiración por D. W. Griffith y comenta --- en ocasiones con su característico hablar y ser  jocoso --- sus films, lo que le gusta, lo que no le gusta, los problemas de rodaje y lo que no se acuerda. No resisto extractar lo dicho sobre “Fort Apache” (“Fort Apache”, 1948) en referencia a su personaje, el teniente coronel Owen Thursday (interpretado por Henry Fonda), inspirado en el tristemente general George A. Custer:
PETER BOGDANOVICH- El final de “Fort Apache” se adelanta a lo dicho por el director del periódico de “El hombre que mató a Liberty Valance”: ”Cuando la leyenda se convierte en realidad, se publica la leyenda”.
JOHN FORD- Sí, porque creo que esto es bueno para el país. Hemos tenido mucha gente que se decía eran grandes héroes y no lo fueron, se sabe perfectamente. Pero al país le conviene tener héroes que admirar. Como Custer, un gran héroe. Pues no lo fue
Quizás el mejor estudio sea el completísimo “John Ford, el arte y la leyenda” escrito por Quim Casas (colección “Digerido por…”, Barcelona, 1989), agotado ya. Vida, obras, períodos, peripecias de nuestro hombre además de citar las correspondientes lagunas. En verdad este título es un clásico, profusamente ilustrado, de la bibliografía fordiana. Consta de un prólogo, “La hermosa vigencia de los clásicos” deberían leerlo quienes se llaman aficionados al cine (todos), catorce capítulos (el 14, “Siete mujeres para una despedida”, el 4 se refiere al film que dio cartas de nobleza al western y su base literaria, “Maupassant en Monument Valley”), el epílogo (“Una forma inimitable de hacer cine”) y cuatro anexos muy valiosos para el conocimiento del lector: I) Entrevista con Robert Parrish, II) Ford y la televisión, III) Proyectos no realizados y colaboraciones, IV) Filmografía y V) Bibliografía seleccionada, todo ello en 495 páginas sin ningún desperdicio en ninguna de ellas.
Un año antes (1988) la Filmoteca Nacional publicó una voluminosa obra, “John Ford” con artículos de diversos autores, tanto nacionales como extranjeros. Se nos da una versión amplia y apasionante con análisis de muchas de sus películas y temas. Se incluye aquí aquel artículo de un autor que --- superadas las injustas y falsas críticas antes citadas --- intenta hacer un análisis “marxista” de la obra de Ford cayendo otra vez en el absurdo ya que su cine está mucho más allá de clasificaciones y parámetros “políticos” (varios de los ataques provenían del hecho que el realizador fuera cristiano), su base son las personas (¿acaso no se han dado interpretaciones” políticas” de la persona Jesucristo, jugando a los despropósitos, acaso no se ha analizado incongruentemente su doctrina, el seguimiento y la práctica de esta como de “derechas” o de “izquierdas” cuando es infinitamente más grande que todo esto?), sus problemas, sus frustraciones, sus triunfos o sea la vida humana en general …
El “John Ford” de Joseph McBride y Michael Wilmington (Ed. Seker and Warburg, Londres, 1974) es ya un clásico. Existe una edición española (1984) a cargo del Editorial Juan Carlos Rentero, Madrid (nº. 14/15 de la Colección Directores de Cine). Como otros escritores sobre cine dedica un espacio al estudio del monografiado y una serie de capítulos a obras seleccionadas por el autor además de los anexos sobre filmografía y biografía. El mismo Joseph McBride dio una completa y extensa biografía y análisis del trabajo fordiano a base de muchas horas y días de entrevistas y su aportación personal: “Searching for John Ford” (Ed. S. Martin Press, U. S. A., 2001) y en marzo del 2004 apareció la edición española de T & B Editores (Madrid), “Tras la pista de John Ford” de 846 páginas. Aunque en verdad tiene algunos puntos discutibles es un trabajo eficaz para todos los niveles de lectores; hay un poco de “husmeo” en cuestiones, manías y defectos de la vida privada pero sin llegar al extremo de Donald Spoto y Cia. De lectura indispensable.
Más esquemático y breve que el de que el de Quim Casas es el “John Ford” de Francisco Javier Urkijo (1991) publicado por Ediciones Cátedra en su colección “Signo e Imagen/Cineastas” (nº 5). A pesar de ello considero que da puntos muy interesantes, especialmente los dedicados a las aportaciones (totales y parciales) de Ford a la técnica y narrativa cinematográfica con detalles inéditos. En su momento el libro fue denostado por alguna reseña ya que el autor no pertenece a la “cuerda” de los amiguetes del crítico.
Otras dos obras extrajeras vinieron a enriquecer la biografía fordiana en castellano: 1) “Print the Legend: The Life and Times of John Ford” escrito por biógrafo y crítico literario Scott Eyman en 1999 (Ed. Simon & Schuster, Nueva York) y traducido al castellano por T & B Editores como “Print the Legend, La vida y la época de John Ford” en 2001, libro irregular, pero con detalles inéditos (ya por ello vale la pena adquirirlo), narrado en sucesión cronológica (614 páginas) y 2), el de Linsay Anderson, crítico y realizador el cual también conoció a Ford, a quien admiraba profundamente, y logró arrancarle declaraciones (también de actores y técnicos que trabajaron con él) que constituyen la base del libro junto a pertinentes análisis suyos. Algunos comentarios son superficiales y también discutibles, otros entran en el puro chismorreo pero por los detalles desconocidos hasta la fecha vale la pena (una vez más) la adquisición de este “About John Ford” (Ed. Plexus, Londres), publicado en 1981 y su traducción española de Ediciones Paidós (Barcelona, 2001), “Sobre John Ford” (Colección “La memoria del cine”, nº 11).
Desgraciadamente no hay edición en castellano de las dos muy importantes libros de J. A. Place publicadas por la prestigiosa firma Citadel Press de Nueva York: “The Western Films of John Ford” (1878) y “The Non- Western Films of John Ford” (1979). Como los títulos indican son dos estudios, uno sobre sus películas del “Oeste” y otro sobre las que no son del Oeste, separados pero totalmente complementarios. Se analiza película por película.
Hay una obra de la famosa Editorial Taschen editada en Alemania en inglés e impresa en Italia, de Scott Eyman y Paul Duncan (editor) donde destacan las magníficas (algunas exuberantes) fotografías y el texto bien ajustado e interesante en concordancia al tipo de publicación deseado: en castellano apareció como “John Ford” subtitulándose “Las dos caras de un pionero, 1894- 1973”.
Lo último salido al mercado es la edición española del libro ya clásico, también, de Tag Gallagher, “John Ford, the Man and his Films” (University of California Press, 1986), siendo publicado en España por Ediciones Akal S.A. (Madrid) en 2009. “John Ford, el hombre y su cine” está divido por períodos donde predominan ideas y acontecimientos en la vida del realizador circulando en ellos el análisis y comentarios de todos sus films (767 páginas, el más voluminoso de la bibliografía). Me parece igualmente indispensable.
La bibliografía de Ford es mucho más extensa. Me he limitado a comentar brevemente los volúmenes que han caído en mis manos y descansan en mi biblioteca de aficionado y coleccionista, ya con años a cuestas…
                                                                        Narcís Ribot i Trafí

1)- La “pseudo-gili-progresía” no necesariamente ha de militar en algún partido político. Es algo etéreo pero se hace notar, a veces callan a veces gritan levantando la voz escandalosamente. Muchos somos progresistas en el buen sentido de la palabra (avance de la ciencia positiva para el ser humano --- no para fabricar bombas y armas de destrucción --- y medicina, lucha contra el paro, mejoras sociales, prioritaria ayuda a los necesitados, fomento de la cultura, etc.) pero los citados actúan irreflexivamente sobre “Lo que ha de defenderse”, “Lo políticamente correcto”, confundiendo libertad con libertinaje y con la autoconcedida libertad de “dictar al mundo como ha de dirigirse” en palabras de Pablo Molina, autor de un lúcido ensayo sobre el fenómeno: “La dictadura progre” (Sekotia S.L., Madrid, 2006). Según el autor, el daño a la cultura y a la moral es incalculable…
2)- Miguel Marías, gran fordiano, tiene varios escritos de los cuales destacaría “John Ford o la emoción” y “Searching for John Ford”, donde comenta la bibliografía sobre el realizador. Ambos escritos están en la revista “Nikel Odeon” (primavera 2002, nº 26). Más que una revista este monográfico coral por su extensión es prácticamente un libro.

También destacable la revista “Nosferatu” (abril- 2002) donde se nos ofrece otro estudio coral del realizador hasta el año 1947: “El joven Ford”.