sábado, 6 de julio de 2013

SPARTACUS


ESPARTACO (STANLEY KUBRICK, 1960)
 “La  única guerra justa fue la de Espartaco” (Voltaire)
Era natural de Tracia (región del sureste de Europa  comprendida en la península de los Balcanes, al norte del Mar Egeo, enclavada en Bulgaria, Grecia y la Turquía europea) y según algunos autores procedía de la aristocracia o realeza de su país. Era un esclavo destinado a ser gladiador pero logró escapar (probablemente sirvió en el ejército romano, alistado prácticamente a la fuerza, para desertar después) y acaudilló la rebelión de esclavos más emblemática de la Antigüedad. En el año 73 a. C. se sublevó con unas decenas de gladiadores en la escuela del “tratante” o “lanista” Lentulo Batiato, cerca de Capua, por el trato excesivamente duro (con frecuencia se había llegado a esta situación sin ninguna culpa ni haber cometido ningún delito), pudiéndose refugiar en las laderas del Vesubio. Cada día lograba ampliar su contingente a base de esclavos fugitivos (llegó a reunir un ejército de 100.000 hombres). Derrotó al pretor Clodio Glabro haciendo tomar en serio el acto de la rebelión. Venció luego a Publio Varinio. El problema es que el grueso del potencial militar romano estaba fuera de Italia controlando las fronteras del Imperio. El asustado Senado envió contra el rebelde a los cónsules Lucio Gelio Publícola y Cneo Léntulo Clodiano. Las tropas de Gelio acabaron con Crixo, un esclavo celta que se había separado del grupo de Espartaco con 20.000 hombres pero el tracio se enfrentó a los dos cónsules y les venció. El ejército de esclavos llegó a pasar cerca de Roma, haciéndola temblar como Aníbal siglo y medio antes. Ahora la responsabilidad de dirigir la lucha contra los esclavos recayó en Marco Licinio Craso, inmensamente rico y el primer interesado en terminar con la rebelión. Espartaco llegó a Reggio para embarcar para Sicilia pero fue traicionado por los piratas silicios, sobornados por Craso. Un foso de 55 km de longitud fue cavado por los romanos pero Espartaco con increíble estrategia rompió el cerco por lo que el Senado requirió la presencia de las legiones de Pompeyo y Lúculo. Acorralado en todos los frentes, Espartaco se enfrentó con el ejército de Craso y luchó hasta la muerte pero su cuerpo jamás se encontró (71 a.C.). Craso crucificó a seis mil esclavos supervivientes mientras otros cinco mil huían hasta encontrarse frente a las legiones de Pompeyo, quien mandó crucificarlos, acabando así  la rebelión. Años después Marco Licinio Craso, Cneo Pompeyo y Cayo Julio César formaron el I Triunviro. La ambición no conocía límites: Craso emprendió una campaña improvisada contra los partos para obtener más gloria, fue traicionado y muerto  (53 a.C.) mientras Pompeyo se casaba con la hija de César pero al quedar viudo se enfrentó con su antiguo amigo y suegro quien le venció.

Tres novelas aparecieron sobre Espartaco en los años 50: la de Howard Fast (1951) que sirvió de punto de partida para el film de Stanley Kubrick, la de Egom Gunter (1956) y la de Wilhelm Schumann (1959). Raffaelle Giovagnoli escribe su historia en 1874 para transmitirnos su admiración por el tracio rebelde y nos explica que el cadáver de Espartaco fue recogido, lo escondieron en una villa para después enterrarle (conseguí esta obra en un mercado de libros de ocasión). Excelente narrativa posee la novela de Arthur Koestler (1939), “Espartaco, la rebelión de los gladiadores” (publicada en España por Edhasa) y la de H. D. Stover (Dusseldorf, 1977). Hay una tragedia de J. J. Saurin (París, 1760) y el famoso ballet de Aran I. Kachaturian, “Spartacus”. Finalmente se editó en 2006 otra novela histórica dentro del Imperio Romano a cargo del profesor Max Gallo cuyo volumen I, de “Les Romains” (hay cinco libros) se titula “Spartacus. La revolte des esclaves”. En España  se denominó “Espartaco, la rebelión de los esclavos” (publicado por Alianza Editorial en 2007, año de su primera edición), en recuerdo y homenaje a Arthur Koestler.
I)- SPARTACUS Y EL CINE

1)- PEPLUM es un vocablo que partió de la crítica francesa en los 60. Es la forma latinizada del griego “peplo”, una variedad de túnica sin mangas abrochada al hombro. Se referían a las películas sobre la Antigüedad cuya proliferación sucedió en aquellas fechas después del éxito de “Hércules” (1958) y su continuación “Hércules y la Reina de Lydia” (1959), ambas realizadas por Pietro Francisi y protagonizadas por Steve Reeves. Así nos encontramos con films sobre Roma, Grecia, Egipto, Cartago, Mesopotamia, etc. Los peplum podían ser mitológicos (el citado Hércules , “Jason y los argonautas”) o históricos (cualquiera de las versiones de  Cleopatra o de Espartaco) o el utilizar la historia para exponer unos sucesos ficticios, cosa que siempre se ha hecho, ahora recuerdo “79 d. C., la destrucción de Herculano” dentro del peplum o las versiones de “Titanic”, fuera de él,  donde se narra el conocido naufragio del paquebot con relato inventado, romántico generalmente, injertado. En ocasiones la historia real es diferente a la del guión cinematográfico (justificado en muchos casos porque el cine no es una clase de historia) pero lo más  lamentable (para algunos entre los cuales estoy yo, aficionado al cine y a la historia) es que muchas figuras reales nunca han sido tocadas por la cinematografía. Ya se sabe, la eterna dicotomía arte- industria. Unos personajes tuvieron éxito en el celuloide y a repetir: Julio César o Nerón; en cambio otros, con sucesos y anécdotas tan interesantes como los citados nunca han tenido su oportunidad, p. e. Trajano, Adriano, Septimio Severo, Caracalla, Heliogábalo, Sila, Mario los hermanos Graco….. o han sido tocados de refilón como los tres emperadores Flavio o Marco Aurelio y otros sin la deseada profundidad como el cartaginés Aníbal y su oponente- admirador Escipión el Africano, Escipión el Joven (hijo adoptivo del anteriormente citado), el luso Viriato…………….quizás exista alguna serie de TV donde aparezca alguno pero está fuera del conocimiento general.

Las revueltas de Euno (136-132 a. C.) y Salvio (104-101 a. C.) en Sicilia, antecedentes de la de Espartaco, tampoco han sido (que yo sepa) tema de interés para el cine (&)).

La primera versión de Espartaco fue dirigida por Enrico Vidali (Italia) y está fechada en 1913. Toda concordancia con la realidad es pura coincidencia (Espartaco se enamora de la hija de Craso, entra en Roma y logra finalmente vivir en paz). El primer film sonoro es el “Espartaco”, también italiano (1952), de Riccardo Freda excelente  fotógrafo y gran aficionado a la escultura, hoy justamente revalorizado y autor  de algunos bien conseguidos films fantásticos y de terror pertenecientes al estilo inequívoco de la escuela italiana de cine fantástico donde el principal exponente fue Mario Bava (Freda le fotografió algún film antes de pasarse a la dirección). Difícil de encontrar (se retiró de la circulación durante el rodaje del film de Kubrick), este modesto film en blanco/negro fue protagonizado por Massimo Girotti y hay evidencias que Dalton Trumbo se basó en esta cinta para el clásico de 1960,  p. e. el epílogo que es muy similar y el presentar el personaje de la novia de Espartaco. Después del monumental film de Stanley Kubrick, coproducida y protagonizada por Kirk Douglas, guión final de Dalton Trumbo según la novela de Howard Fast viene una producción televisiva dirigida por Robert Dornhelm (USA, 2004) con Goran Visnjic como Espartaco. Hubo también los clásicos films baratos (gran parte de los péplum lo son pero no desdeñables,  escenas y momentos bien conseguidos, otros por el contrario son impresentables cinematográficamente hablando), generalmente italianos o coproducciones hispano-italianas. Referente a Espartaco ---o bien el aprovecharse de su nombre ya que él no aparecía--- tenemos “La venganza de Espartaco”, de Michele Lupo (1965), “El hijo de Espartaco”, de Sergio Corbucci (1963) y “Il gladiatore che sfido l’Imperio”, de Domenico Paolella (1965), siendo esta última un auténtico atentado contra la historia ya que está ambientada en la época de Nerón (más de ¾ de siglo después de Espartaco) donde el esclavo se enfrenta al emperador (recordemos otra pifia repetida más de una vez: el Coliseo aparece contemporáneo a Nerón cuando en realidad fue empezado por Vespasiano y acabado por su hijo Tito unos 13 años después de la muerte del matricida y perseguidor de cristianos quien en realidad se divertía en el Circo Máximo). Hubo también una producción soviética de 1977, “Spartakus”, realizada por Vadim Derbenyov y Yuri Grigorovich, basado en el popular ballet de Adam Kachaturian, siendo Vladimir Vasilyev el intérprete de Espartaco. En el momento de escribir estas líneas me llega la noticia de una nueva serie de TV estrenada ya en USA aunque lo escrito en los periódicos me quitan las ganas de visionarla: “Spartacus no intenta pasar por lo que no es. Su objetivo es fascinar con lo prohibido y saciar los apetitos más primarios del espectador”: violencia inusitada, sexo sangre, torturas…….ante todo, un insulto al intelecto de quienes nos llamamos amantes del 7º arte --- sea cual sea su nivel cultural --- y de muchos otros. Pero como el cine necesita lo comercial y el negocio para su subsistencia y con la apatía intelectual que parece haberse apoderado (debidamente fomentada) de mucha parte de la actual sociedad es tristemente lógico perpetrar estos (sub) productos que harán disfrutar a algunos pero que a otros nos causa vergüenza ajena……No hay riesgo, no hay ganas de hacer las cosas bien. Eso se ve cada día en la cinematografía y en otros muchos campos.
II)- DIFERENCIAS Y AFINIDADES- Entre el clásico de Kubrick y la historia hay diferencias: 1) al final Espartaco murió en la lucha, en el film muere crucificado, 2) el personaje de Varinia es ficticio, las fuentes no relatan si Espartaco tuvo novia, amante o esposa, 3) también lo es el del esclavo griego Antonino (profesor de los clásicos y poeta) quien huye de Craso para ser acogido por Espartaco y le otorga la misión de recitar poemas (cumple la función de que cualquier movimiento revolucionario ha de estar apoyado por algún intelectual, además lee cartas y mensajes que los otros no pueden porque nunca les enseñaron a leer ni a escribir), 4) al igual que Graco, el rival de Craso en el Senado, solo el apellido es tomado de los hermanos Tiberio y Cayo Graco, políticos favorables a los plebeyos que vivieron antes de la guerra entre Sila y Mario, 5) Julio César era algo más joven en tiempos de Espartaco, no estaba aún metido en política, aquí se le nota un muchacho intranquilo y ambicioso, es amigo de Graco y también de Craso quien le recuerda sus orígenes patricios, 6) el personaje real de Léntulo Batiato, dueño de la escuela de gladiadores donde estalla la rebelión será quien pondrá a salvo finalmente a Varinia y al pequeño recién nacido fruto de su unión con Espartaco , apoyado por Graco, así la esperanza de libertad aún permanece, 7)  Clodio Glabro (en el film Publio Marco Glabro) fue el primero en ser vencido por Espartaco, aquí es un protegido de Craso quien se aprovecha de él incluso después de la derrota (declara la sentencia de destierro, repite que es amigo de Glabro y entrega sus legiones sabiendo que será llamado después por el Senado para librarles de Espartaco y así imponer su propia dictadura)…….
III)- REPARTO- Tenía muy claro Kirk Douglas, productor y actor principal, en reunir un reparto estelar. Así la dirección con acento magistralmente acertado en las escenas íntimas (algo muy importante), la ambientación y la interpretación hacen de “Espartaco” el más grande film de su género, a pesar de los diversos y dilatados problemas de rodaje, a pesar de la discutible comparación/ambivalencia del guión, a pesar de todo, el film de Kubrick es el peplum más importante de la historia.

Según las escasas fuentes (alguna estatua, con dos o tres siglos de existencia, idealizada) el esclavo tracio fue un hombre de gran altura y corpulencia. Kirk Douglas no tenía la altura física pero será el más convincente (y único para la posteridad) Espartaco como Basil Rathbone dará vida al más grande Sherlock Holmes (quizás a su lado pueda ponerse  Peter Cushing pero Rathbone actuó en más largometrajes), Charles Laughton como Graco, Laurence Olivier como Craso y Peter Ustinov como Léntulo Batiato encarnan sus respectivos roles magistralmente y sin sobreactuación --- por algo eran primeras figuras --- siendo eficazmente secundados por jean Simmons (Varinia), Tony Curtis (Antonino), John Dall (Glabro), John Gavin (Julio César) y Woody Stroode, inolvidable “Sargento negro” fordiano, (el gladiador negro Dabra que vence y ha de matar a Espartaco en el duelo de la escuela de gladiadores, exigido por Craso y acompañantes para su diversión,  y sin embargo arroja el tridente al palco donde están Craso, Glabro e invitados y salta a las gradas para matarlos pero será lanceado por la guardia y rematado por el mismo Craso).

IV)- PROBLEMÁTICO GUIÓN- La base fue la novela de Howard Fast (1914-2003), escritor, novelista y guionista de cine y TV. De ideología marxista, siempre escribía sobre el binomio libertad- opresión (en una de sus novelas históricas, “Mis gloriosos hermanos”, 1948, narra la lucha de los macabeos contra los griego-sirio-seleúcidas), tuvo que redactar bajo pseudónimo varias veces y fue encerrado en la persecución del senador  Joseph McCarthy. Allí en la cárcel firmó la novela que le consagraría y daría fama:”Espartaco” (a pesar de ello algunos la criticaron porqué el famoso esclavo tracio no aparece sino que el relato se cuece a base de recuerdos de distintos testigos).Tanto en su libro como en la versión cinematográfica de Kubrick  es evidente el paralelismo esclavos- proletario y romanos- capitalismo e imperialismo. Él mismo debía escribir el guión para la película pero no convenció a Kirk Douglas quien mandó a Dalton Trumbo (1905- 1976), escritor y guionista (recordemos la obra pacifista: “Johnny cogió su fusil” novela escrita y película dirigida por él), que (re) construyera el guión a partir de la obra de Fast. También marxista y también perseguido por el comité de actividades antiamericanas propiciado por McCarthy. A pesar de coincidir en ideología y pensamiento Fast y Trumbo no se llevaban bien en absoluto. Fast le consideraba un advenedizo miembro de la “gauche divine”, Trumbo decía de él que era un fanático de la ideología sin obertura hacia los demás y le recriminaba no haber enseñado a otros militantes- compañeros de prisión. Con el guión en marcha Trumbo también tuvo sus diferencias con el realizador Stanley Kubrick y con el productor- actor Kirk Douglas, acusándoles de intentar variar lo que él iba escribiendo. En verdad se respetó mucha parte del material de Trumbo y otra parte fue rechazada por Douglas que parecía interesarse por la ya citada novela de Arthur Koestler --- también comunista en principio para después repudiar el marxismo al conocer las purgas de Stalin, además de los campos de concentración nazis (de ascendencia judía, nació en Budapest-1905, historiador, novelista, ensayista, periodista, activista político y filósofo afincado en Inglaterra, falleciendo en Londres- 1983) --- en la parte final de la obra para señalar la (lógica) inmadurez política de los esclavos como uno de los factores principales que les llevaría a la destrucción final. Trumbo se negó rotundamente a hibridar su escrito con la novela de Koestler (aunque algo de ella rezuma en el acabado final del film).

Un exhaustivo informe sobre las controversias del guión aparece en el interesante libro de Víctor Matellano (&&), “Espartaco”, de reciente aparición, aprovechando el 50 aniversario del film cuya batalla final fue rodada en España (muchas anécdotas desconocidas por lo que hace sea un estudio muy interesante).
V)- PROBLEMÁTICA REALIZACIÓN-  Stanley Kubrick pudo terminar esta película plagada de discusiones e incidencias a todos los niveles. Costó 12 millones y tiene una duración de 184 m. El director que impuso la compañía Universal fue Anthony Mann (1906- 1967), esplendido realizador que después de hacer sus pinitos en teatro se forjó cinematográficamente en un puñado de films del género negro de serie B en los años 40 lo cual le reportó un aprendizaje y una experiencia encomiables que le serviría para saltar al Olimpo de los grandes clásicos en el cine del oeste en los 50 (aunque en ocasiones tocará el musical, el cine histórico e hiciera algún biopic la merecida fama la lograría en el western, especialmente en aquella serie de cinco films protagonizados por James Stewart y redondeada por “El hombre del Oeste”, con Gary Cooper) y otros solo le recordarán por el hecho de ser durante un tiempo el marido de Sara Montiel (1958-1963). Según el mismo Mann las desavenencias con Kirk Douglas eran tan solo conceptuales: el actor- productor quería dar más énfasis a las escenas de violencia donde intervenía Espartaco (con reflexión sobre ella), el realizador decía que de algo tan inhumano y repugnante como la esclavitud con solo mostrarla ya se hacía visible la posterior reflexión. Además, las estrellas pretendían dirigirse sus escenas ante la timidez de un hombre que demostraba no sentirse a gusto en este rodaje y Douglas interfería constantemente en su labor de realización. El nervioso Douglas despidió al director--- según él fueron los demás coproductores quienes se lo pidieron----quejándose que en una semana de rodaje se hubiese avanzado tan poco. Mann no protestó. Aceptó su liquidación (algunos dicen “tranquilo” y “contento”) y se marchó. La prueba de su nobleza de miras y de la no existencia de rencor alguno se evidenció cinco años después cuando fue elegido para dirigir un film bélico “Los héroes de Telemark”, sobre la ocupación nazi de Noruega con el fin de conseguir el agua pesada, ingrediente para la construcción de la bomba atómica. Mann llamó a Douglas para protagonizarla y este aceptó. Su relación continuó siendo buena. La verdad es que las escenas iníciales de la cantera y otras en la escuela de gladiadores hasta la rebelión son de Mann y se conservaron sin ser acreditado. Por otra parte, son magníficas, para mí están entre lo mejor del film. Douglas llamó al joven Stanley Kubrick quien le había dirigido en la película pacifista “Senderos de gloria”. Kubrick también se quejó de muchas interferencias, renegó en más de una ocasión de una película que, sin embargo, le abrió las puertas a la posteridad, su relación con Douglas fue tensa y siempre manifestó a “Espartaco” como único film que no pudo controlar en su vida profesional. Stanley Kubrick, original y meticuloso tanto en la producción de sus películas como minucioso en cada uno de sus planos constitutivos de su puesta en escena  siempre fue un realizador atípico y muy interesante, muy buenos ratos me ha hecho pasar como cinéfilo pero también en verdad se le ha encumbrado a veces de forma desmesurada: si Kubrick hizo Ciencia- Ficción, p. e., su “2001, una odisea del espacio” (1968) ha de ser lo más grande e importante, como si antes de él no existiera la S. F. (sí, le da un peso específico y su obra es de gran magnitud pero se puede preferir “Ultimátum a la Tierra”, “Planeta prohibido”, “El planeta de los simios”,La humanidad en peligro” o “Almas de metal” para citar cinco títulos tan encomiables como radicalmente diferentes a la cinta de Kubrick).

Hace unos años leí una “Historia de Roma” escrita por Joachim Furneau en tono humorístico, como hizo antes Indro Montanelli, donde el autor se declaraba espartaquista y al hablar de la rebelión esclavista comentaba que no había –ismos políticos detrás (ni socialismo, ni marxismo, ni fascismo ni nada) era algo mucho más sencillo: oprimidos rebelándose contra opresores, nada más, “Espartaco sabía que el Buen Dios no quiere estas situaciones creadas por la maldad humana, esclavitud como terrible lacra…..”. También hace años comentando la película con militantes izquierdistas, interesados por el cine, alguno de ellos manifestó su desacuerdo con el guión de Trumbo. A pesar de todo el libreto no deja de ser inteligente y hace fluir en perfecta armonía y su esplendida ambientación las situaciones perfectamente narradas en dos bloques: una larga escena para la vida, situación de los esclavos y en contraposición el equivalente del Senado o mandatarios romanos. La llamada plebe romana no  aparece en la película (motivo también de alguna queja) tan solo los comentarios de Craso criticando a Graco por sus veleidades con los plebeyos (el pueblo llano) y el recordatorio a Julio César de sus orígenes patricios. Los diálogos son ejemplares:

GRACO: “…La moral romana nos ha dado fuerza suficiente para robar dos tercios del mundo a sus legítimos propietarios”………

Más adelante, cuando habla Craso porque nadie quiere tomar el mando de las legiones preparadas contra Espartaco ya que todos le temen y debe ofrecerle la jefatura, su rival político le dice que tiene exigencias:

GRACO: “Todo el mundo pone precio a su patriotismo ¿Qué pides?”
CRASO: “Ser el comandante en jefe de todas las legiones de Roma”.
GRACO: “La dictadura”.
CRASO: “El orden. Esperaré vuestra respuesta”.
GRACO: “Te la doy ahora, inaceptable”.
CRASO: “Lo sé. Ya vendréis a ofrecérmela más adelante. Estaré dispuesto………….”

Cuando finalmente Craso consigue su propósito y se prepara para destruir a Espartaco aparecen ya las proscripciones en Roma y le anuncia a Graco que al ser el primer enemigo del estado será detenido. Graco se suicidará pero dejará dispuesta la huída a Varinia y al bebé (Craso desea seducir la compañera de su enemigo para anular sus miedos). Espartaco es crucificado pero contempla como Varinia se aleja con el niño en un carro conducido por Batiato, ahora más comprensivo. Ha dejado su personalidad repulsiva de tratante de gladiadores por una más cómica y ridícula pero más humana….

La puesta en escena es ejemplar. Desde las tórridas y sulfurosas canteras del desierto de Libia, Espartaco es golpeado. Hay ya un indicio de rebelión: muerde en el pie y corta el tendón del guardia. Le va a costar la vida pero aparece Lentulo Batiato y lo compra para ser gladiador. Humillado y maltratado por el sádico Marcelo (ex gladiador que consiguió su libertad para ser entrenador en la escuela de Batiato), enamorado de la esclava Varinia será finalmente seleccionado con el etíope Dabra en un combate para diversión de Graco, Glabro y sus dos acompañantes femeninas (una es Helena, la hermana de Glabro). Vence a Espartaco y los patricios bajan el pulgar para que le mate. Espartaco en el suelo espera la muerte como liberación pero el etíope arroja el tridente al palco y escala las gradas cuando es lanceado y rematado por Craso sin moverse de su asiento con su daga quedando salpicado por la sangre del gladiador. Es muy significativo que el primer esclavo rebelde sea de raza negra. Alguien podría decir que la vestimenta de los dos gladiadores no es completa pero la lucha Espartaco- Dabra no es oficial: espada corta y escudo, estilo tracio, para Espartaco, mientras que Dabra combate como retiario, o sea con red y tridente, ambos con protector de malla en el brazo donde se sostenía el arma pero ambos sin espinilleras ni cascos por lo anteriormente dicho. Todo ello incidirá en Espartaco que al ser maltratado de nuevo, ahoga a Marcelo en la nauseabunda sopa ardiente, guiará la rebelión y demostrará ser un gran líder con sentimientos humanos que no ha perdido a pesar de toda una vida siendo esclavo. Todas estas partes están filmadas por Anthony Mann, no lo olvidemos. Kubrick realizará con brillantez los capítulos de la vivencia de los esclavos, del Senado Romano, distintas batallas, la mansión de Craso con un mosaico a imitación de uno real conservado, las discusiones del líder con Crixo, interpretado por John Ireland (Espartaco se opone a que dos viejos hacendados romanos luchen para divertir a los esclavos y les deja en libertad)  y el encuentro final con la cámara colocada a espaldas de los esclavos para visualizar las ordenadas legiones de Craso. Otra escena recordada:  la abierta manifestación  de su bisexualidad por parte del dictador romano mientras se baña (“Me gustan tanto las ostras como los caracoles”) que asquea a Antonino y huye para reunirse al grupo de Espartaco, escena cortada en varios países en su tiempo y que al ser  restaurada en España se dobló con otras voces. En 1960 fue un escándalo, ahora pasaría desapercibida.

En resumen, a pesar de su accidentado rodaje, una gran película en su género y en la cinematografía de todos los tiempos.  (&&&)                                           
                                                                                                                        Narcís Ribot i Trafí

(&)- Las rebeliones de Euno y Salvio están explicadas en el reciente artículo de Fernando Lillo Redonet publicado en el nº 77 (abril- 2010) de la revista “Historia”, de National Geografic, “Espartaco, el gladiador que se sublevó contra Roma” (el autor también escribió algún libro sobre cine de la Antigüedad, en este momento, y de memoria, recuerdo con agrado una obra dedicada al celuloide sobre la Grecia Antigua). Otro texto de referencia es el de María- Luisa Sánchez León (Akal, Madrid, 1991), “Revueltas de los esclavos en la crisis de la República”, muy detallado.
(&&)- Victor Matellano: “Espartaco”, edición especial 50th. T&B Editores (Madrid, 2009).
(&&&)- Cuando escribí este artículo (2010) el personaje de Viriato estaba prácticamente huérfano de versiones cinematográficas y televisivas, al menos yo no conocía ninguna. Posteriormente se hicieron, al menos dos adaptaciones.