lunes, 26 de marzo de 2012

VIRIATO EN LAS ARTES

Fue un caudillo lusitano que mediante la “guerra de guerrillas” derrotó sucesivamente a los romanos que pretendían conquistar a su país. No se sabe con exactitud su nacimiento (probablemente 180 – 170 a. C.) ni quienes eran sus padres. Las fuentes históricas (1) nos indican que había sido pastor y se trataba de un hombre muy valiente con gran conocimiento del terreno y de la estrategia militar. Le asesinaron en el 139 a. C. Ya en el 218 a. C. se sabe de mercenarios lusitanos al servicio de Aníbal de Cartago. Los romanos ganaron la II Guerra Púnica contra los cartagineses (habían vencido también la I Guerra Púnica donde un tanto por ciento de las batallas fueron navales) y giraron su interés hacia Lusitania (provincia que formaba parte en la República Romana de la Hispania Ulterior durante el siglo II a. C., prácticamente era el presente Portugal con territorios ahora pertenecientes a España) no porqué fuera rica sino por ser campo abonado para el enriquecimiento de políticos y militares. Ya en el 194 atacan Andalucía pero son vencidos por el romano Cornelio Escipión Nausica. Es en el 151 cuando empieza realmente la historia de Viriato.  La República Romana envía al cónsul Lucio Licinio Lúculo y al pretor Sergio Sulpicio Galba en substitución de Claudio Marcelo siendo dos personajes ignominiosos que cubrieron de infamia el nombre de Roma. Galba perdió 7000 hombres al noroeste de la Bética y no tuvo más remedio que pactar con los lusitanos. Reunió a 30.000 y los separó en tres campamentos: les había prometido tierras y, una vez desarmados, los masacró, escapando solo un pequeño grupo en donde estaba Viriato que en las montañas organizó la resistencia. Lúculo y Galba, destituidos, debieron de hacer frente a un jurado en Roma pero sobornaron algunos miembros y escaparon del castigo (devolvieron solamente parte de la rapiña).
A partir de entonces Viriato vence a Cayo Vetilio (147 a. C.) en Tríbola, a Plancio, a Lucio Cecilio Metelo, a Curio Apuleyo y a Serviliano que, acorralado, pacta con Viriato consiguiendo salvarse de una derrota total. El nuevo comandante en jefe es ahora Quinto Servilio Cepión, hermano de Serviliano, que logra una “tablas” en su enfrentamiento con Viriato. El romano corrompe a tres jefes lusitanos (Ditalco, Minuro y Audax) enviados por Viriato a pactar con él. Apuñalan al caudillo mientras dormía en su tienda. De retorno al campamento de Cepión para exigir el pago de su traición son despedidos por este con la legendaria frase de “Roma no paga a los traidores”. Elegido Táutalo como sucesor de Viriato es derrotado totalmente por Cepión que ahora trata mejor a los vencidos y, años después, llega la total pacificación de Lusitania: el último foco de resistencia es la ciudad de Numancia que es arrasada por Escipión el Joven.
Luis de Camoens en “Os Lusiadas” (1572) le dedicó un afectuoso recuerdo en su epopeya nacional y también Viriato es alabado por el padre Juan de Mariana en su “Historia general de España” (1592). “El español Viriato”, de González Bustos (1668) es una comedia mientras “Viriato” de Hernando Pizarro (1843) es una tragedia así como la novela “Viriato”, (1858) escrita por Lucas y cuyo texto se puede localizar en Internet. Joaquín Costa se centra en los aspectos socio- económicos de la época y Adolf Schulten destaca la personalidad humana de Viriato muy por encima de sus compatriotas.
El espléndido cuadro de José de Madrazo y Agudo, expuesto en el museo del Prado, “La muerte de Viriato” (1828), de clara influencia neoclásica expone la desesperación de la tropa al ver a su líder apuñalado (representaba un impulso nacionalista ante la invasión francesa). Madrazo había proyectado otros tres cuadros que no llegó a realizar: “Los funerales de Viriato”, “Megara obliga a los romanos a capitular” y “La destrucción de Numancia”. Eugeni Oliva Rodrigo presenta en 1881 para la Exposición de Bellas Artes” su “Viriato”, de rodillas y en actitud majestuosa y combativa y Villegas Cordero en la Exposición de Bellas Artes en 1890 presenta otro cuadro en el momento en que los tres traidores se disponen a apuñalar al caudillo mientras duerme.
Muy poca cosa en cine: “Hispania”,  una serie de RTVE, bastante popular y que nada mal está cuyo primer capítulo se estrenó en octubre de 2010. Hará una treintena de años se frustró otra serie televisiva (solo se filmaron dos episodios), guionizada y dirigida por José Antonio de la Loma a quien se le retiró la aportación prometida de RTVE por juzgar excesivos los gastos y no responder lo visto a la calidad exigida. Simón Andreu interpretaba a Viriato.
                                                                                                               Narcís Ribot i Trafí
1)- La fuente fundamental sobre Viriato es Apiano (siglo II d. C.) quien se basa en Polibio, historiador amigo de los Escipiones, buen conocedor de temas militares y que muestra objetividad en la guerra de Roma contra los lusitanos. Otra fuente es Diodoro de Sicilia, el cual se basa en Posidonio (éste seguramente utilizó los escritos de Polibio). La visión “oficial” puede verse en los “Anales” de Tito Livio (solo se conservan extractos), aparte de datos aislados suministrados por Eutropio, Justino, Veleyo Patérculo, Cicerón, Aurelio Víctor, Frontino y Silio Itálico. O sea fuentes romanas, lo cual engrandece el valor de Viriato al reconocer sus cualidades militares y humanas.
2)- Una biografía excepcional es “Viriato, la lucha por la libertad”, de Mauricio Pastor Muñoz (Ed. Alderabán, 2000). Podríamos añadir alguna novela histórica como “El collar de la loba”, de F. Barrejón (Colección Sureste Narrativa, Granada, 1997) y “Viriato contra Roma”, (1984) de Joao Aguilar (traducido por EDHASA en 1998).