domingo, 29 de enero de 2012

HELIOGÁBALO

DE LA HISTORIA A LA LITERATURA Y AL TEATRO
                “Su muerte  fue la coronación de su vida; y si fue justa dese el punto de vista romano también lo fue desde el punto de vista de Heliogábalo” (“Heliogábalo”, de Antonin Artaud).
               El emperador Caracalla (1) asesinó a su hermano Geta y a unos 20.000 ciudadanos para procurarse dinero, escaso ya en época de decadencia. La acusación de ser partidarios de su hermano fue la excusa. A continuación dio la nacionalidad romana a cualquier hombre libre, pudiendo así aumentar sus impuestos. Fue asesinado por el prefecto Macrino dejando el recuerdo de un mandato de represiones, terror y crímenes. El padre de Caracalla, general y emperador Septimio Severo había iniciado la “dinastía Severa” y casó con Julia Domna que le dio dos hijos: Caracalla y Geta. Una hermana de Julia Domna, Julia Moesa tuvo dos hijas: Julia Soemia y Julia Mamea; cada una de ellas tenía un hijo. El de Julia Soemia y Sextus Vario Marcelo era Vario Avito Basiano que la historia conocerá como Heliogábalo o El- Gabal (Helios= Sol, en griego, Elah- Gabal era el dios- Sol de Emesa, del que Basiano era sacerdote por tradición familiar). Su padre, Sextus, era, además, sobrino de Caracalla y después de la muerte de este, su esposa Julia Soemia hizo correr la voz por la tropa que el padre de Basiano era Antonino Caracalla, gracias a la admiración que despertaba entre la soldadesca aquel que fuera uno de los peores emperadores y desprovisto, además, de cualquier tipo de moral y consciencia.
Después de derrotar a Macrito, con el soporte de las tropas sirias, Heliogábalo entró en Roma en el 219. Provocó grandes escándalos a causa del ambiente decadente total. De política pocas veces se ocupaba (de ello ya cuidaban la madre Soemia y la abuela Moesa). Su deseo de introducir el culto monoteísta oriental violó las antiguas costumbres romanas --- aunque jamás persiguió cristianos o miembros de religión alguna--- con ritos orientales y orgías de todo tipo.
Dión Casio y Herodiano (siglo III), además de Lampridio (en su “Historia Augusta”, finales del siglo V) coinciden en que aquel muchacho no estaba mentalmente sano, influenciado, además,  por su ambiente totalmente corrupto: había repudiado a su esposa, tenía por su amante preferido al cochero Heriocles de Esmirna, obligó a casarse a la “Virgo Máxima”, la suma sacerdotisa de las vestales mientras el emperador, vestido de mujer, se entregaba a toda clase de orgías con esclavos y danzantes, dando puestos de responsabilidad a sus amantes; las prostitutas le nombraron “Prostituta de Honor” después de escuchar un discurso suyo. Finalmente la abuela Moesa temió que el trono se le escapara de sus manos y mandó apuñalar al nieto emperador y a su madre Soemia, que era su propia hija (fueron asesinados en unas letrinas), para colocar en el trono a su otro nieto, Alejandro Severo, hijo de Julia Mamea. Los cadáveres de Heliogábalo y su madre fueron arrastrados por las calles, se cubrieron de excrementos para ser, finalmente, arrojados al Tíber. Así acabaron cuatro años de brujería y aquelarres, de los más negros de la historia de Roma. Corría el año 222.
Sigmund Krasisnky en su obra “Iridion” (1836) narra el hundimiento de su patria comparándola con la decadente Roma de Heliogábalo (algo parecido al “¿Quo Vadis?” de J. Sienkiewicz, retrocediendo unos años en la historia de Roma).  Otro enfoque tiene por los decadentes tardodecimonónicos  quienes exaltaban las costumbres aparentemente libres de la Antigüedad en contraposición con la atmósfera religiosa de su tiempo.
Gustavo Flaubert (autor de diversos escritos sobre la Antigüedad entre los que destacaba la destrucción de Cartago) y Teophile Gautier (escribió sobre Tito, Antonio & Cleopatra y Sardanápalo), además de Joris- Karel Huysmans, Marie- Louise Quira y André Giges también trataron la figura de Heliogábalo. Estos textos eran conocidos por Louis- Marie Couperus, quien escribió la obra más famosa: “Berg van licht” (“Montaña de luz”, 1905- 06) donde lo más importante para el escritor es el carácter andrógino de Heliogábalo.
Stefan George en su poema Alagabal (1892) compara al emperador romano a su admirado Luis II de Baviera, los dos pertenecían a un tipo de personas diferentes a las demás por causa de su vida libertina. El ensayo de Artaud “Heliogábalo”, subtitulado “El anarquista coronado” (1934) es narrado como un episodio en confluencias de fuerzas donde Heliogábalo busca su auténtica personalidad.
                           
                                                                      Narcís Ribot i Trafí
1)- Antonino Caracalla se llamaba en realidad Lucius Septimius Bassianus. Tomó el sobrenombre de “Caracalla”, nombre de un manto céltico con capuchón que le gustaba llevar. Idéntica manera que Calígula (= botita) era llamado así por las pequeñas botas de legionario que su madre había adquirido para él cuando era niño, constituyéndose en mascota de la tropa. Se conservan en Roma las famosas termas de Caracalla.
Por otro lado es curioso (y lógico) constatar que ninguno de los monstruos con figura humana ocupantes del trono de Roma tuvo larga vida: Calígula tenía 29 años al ser asesinado, Nerón 30 cuando se vio obligado al suicidio, Cómodo 31 al ser estrangulado por el atleta Narciso, al igual que Caracalla por Macrino, mientras Heliogábalo tenía 18 o 19. Todos tuvieron una muerte violenta.
2)- El ensayo de Antonin Artaud --- ligado al Surrealismo --- es además de una obra poética y personal, un ejercicio de erudición histórica. El autor está profundamente documentado por lo que añade más valor a esta insólita obra.